- Objetivo
- Metódica
- Control semántico
- Operacionalización de las variables
- Análisis y discusión de los resultados
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Referencias bibliográficas
- Anexos
INTRODUCCIÓN
Las enfermedades parasitarias suelen indicar infecciones causadas por protozoarios y helmintos, aunque sus relaciones con huésped, bacterias, virus y rickettsias cumplen también las condiciones generales empleadas para calificar un germen parásito (1,2),Los parásitos intestinales constituyen en la época actual un problema médico social que afecta no solamente a los países del llamado tercer mundo, sino también a los de más alto desarrollo (3,4), en términos generales se considera que existen hoy en día en la población mundial 1110 millones de personas infestadas por cestodos, 240 millones por trematodos, 3200 millones por nematodos. De igual manera, se acepta que del 20% al 50% de la población mundial se encuentra afectada por la Giardia Lamblia y la Ameba (1). Las infecciones parasitarias están presentes en todo el mundo con alta prevalecía en muchas regiones (5), y la morbilidad por esta causa muchas veces es subvalorada (6,7)
Se piensa que para el año 2025, cerca del 57% de la población de países desarrollados, vivirán en áreas urbanas, por tanto la prevalencia de la infección causada por Entoamoeba histolytica, Guardia Lamblia y la intensidad de ascariasis y oxiuriasis puede aumentar entre la población rural que emigra hacia estos asentamientos urbanos y suburbanos, lo que propicia las condiciones favorables para la transmisión y en estas entidades se basará dicha investigación (5).
En épocas pasadas el parasitismo intestinal era una entidad estrechamente limitada a las áreas rurales y a los países con bajo nivel de desarrollo socioeconómico, en los momentos actuales la misma se ha ampliado debido al rápido incremento de los viajes intercontinentales, la inmigración, la proliferación de casos de depresión inmunológica y de los medios de transporte (8-10).
El ambiente social puede crear desventajas potenciales, y luego refuerza su efecto, lo más temible del aspecto acumulativo es que continúa a lo largo de las generaciones y deteriora el medio ambiente de los niños que nacen. El desarrollo sano del ser humano asegurará que esté en condiciones de crecer, capacitarse, luego llevar una vida satisfactoria dentro de su familia y comunidad (11-13).
La compleja situación que representa el parasitismo intestinal y su relación inversa con las condiciones socioeconómicas de la población plantean una difícil solución al problema, por cuanto está demostrado que la quimioterapia por si sola no puede resolverlo (14). Los nuevos modelos de protección y promoción de salud, así como de prevención de enfermedades que acercan a una integración holística de los problemas de salud llevan a considerar las determinantes biológicas, genéticas, así también los factores sociales económicos y le dan un lugar especial al medio ambiente en que viven las personas con su amplia variedad de comportamientos, expectativas y roles que las estructuras sociales asignan al hombre, la mujer y al niño. Por lo que es necesario para el éxito de esta lucha, que se brinde el saneamiento del medio y mejorías de las condiciones socioeconómicas de la población de manera que sea factible modificar hábitos y costumbres que favorecen la transmisión (15,16).
Venezuela no está exenta de los problemas que existen en el mundo de hoy, se reconoce que aún tenemos parasitismo intestinal que puede estar determinado por diferentes causas, pero además a estilos de vida que han perdurado y se han transmitido de generación en generación. Estudios recientes demuestran un aumento del parasitismo intestinal de fácil transmisión de persona a persona, al incrementarse las guarderías, internados y otras instituciones o comunidades de importancia social, económicas o de ambas (11).
Si se parte de la certeza de que la vida y la salud son ecobiopsicosociales y de que los esfuerzos para lograr la salud de todos los seres humanos van de la mano de aquellos dirigidos a conservar las condiciones ecológicas necesarias (17-20), entonces se llega a la conclusión de que los Programas de Salud Pública tienen un alcance mucho mayor porque implica no solo el tratamiento sino la prevención de la enfermedad ( ).
De lo anteriormente expuesto se desprende la relevancia de todas las acciones destinadas a sanear el entorno, cobrando particular significación la desinfección del agua, la cual si se lleva a cabo reduce la frecuencia de la mayor parte de las enfermedades entéricas, incluidas las parasitosis. Se debe insistir en que la alta incidencia de enfermedades relacionadas con los abastecimientos de agua, la higiene y el saneamiento, viene a ser un comentario sobre las desigualdades económicas y sociales que existen en este hemisferio (21-23).
A esta gran diseminación contribuyen las condiciones socioeconómicas de muchas áreas del planeta; la falta de medidas sanitarias, el nivel de pobreza, el abandono en que se encuentran grandes masas de la población, las comunicaciones áreas y marítimas que a pesar de los avances tecnológicos facilitan la contaminación a países en los cuales existen desarrollo y medidas higiénico-sanitarias adecuadas, los que han visto aparecer el parasitismo en forma creciente en su población. Por otra parte la reinfectación frecuente en los pacientes tratados agrava todavía mas la situación mundial, en relación con el parasitismo (2) y no se cuenta aún con vacunas contra ellos razón por la cual la quimioterapia ha sido el único tratamiento práctico para tratar individuos afectados o para disminuir la transmisión en poblaciones(3).
A pesar de las profundas trasformaciones socio-económicas y culturales logradas y con las estrategias tomadas, para solucionar esta problemática; aún persisten condiciones ecológicas que mantienen una prevalecía de un 12 a 15 % de parasitismo intestinal en nuestro país. Lo cual favorece una gran repercusión en el proceso Salud-enfermedad en el hombre (4).
Existen antecedentes de investigaciones que abordan el problema del parasitismo intestinal, se ha determinado la relación existente entre los trastornos gastrointestinales y las infecciones parasitarias, encontrándose presentes en diferentes síndromes dispépticos, intestino irritable, mal absorción intestinal y desnutrición en diferentes grados (15-18), más se reconoce la existencia de inequidades en salud, algunas de ellas crecientes, y la importancia de reducirlas.
El concepto mismo de equidad en salud es controversial y relativo, pues esta sujeto al contexto social en el que se ubique. Para la OMS, equidad significa que las necesidades de la gente, más allá de sus privilegios sociales, sean quienes guíen la distribución de oportunidades para su bienestar. Lo cual requiere reducir las desigualdades injustas según los estándares aceptables para cada uno, con principios de justicia e imparcialidad. Equidad en salud significa, entonces, tratar de reducir las brechas evitables en el estado de salud y en los servicios de salud entre los grupos con diferentes niveles de privilegios sociales, reflejados en las diferencias del nivel socioeconómico, género, localización geográfica, étnicas, religiosas y edad. Por lo tanto, promover equidad en salud busca reducir la injusticia y las brechas sociales innecesarias en salud y atención de la salud, mientras se trabaja eficientemente para obtener mejoras para todos (16).
En nuestro consultorio médico ubicado en Guzmán Blanco, Parroquia Petare Noreste, Municipio Sucre, Estado Miranda, en La República Bolivariana de Venezuela, no tenemos antecedentes de un estudio anterior realizado, por lo que pretendemos con nuestra investigación demostrar parámetros estadísticos de cómo es el comportamiento de dicha enfermedad, que es tan frecuente en nuestro radio de acción y causa una elevada morbilidad.
Considerando la naturaleza extremadamente difícil de la profilaxis de parasitismo en comunidades en desarrollo y la relación que existe entre los factores ecológicos y culturales con la sanidad (23) cuando la atención primaria de salud en un sistema como el nuestro se enraíza y dirige sus acciones hacia la prevención y lucha contra los problemas de salud apoyándonos en la integración con el sistema educativo, lo que incentivó el desarrollo del presente trabajo en nuestro consultorio médico.
OBJETIVO
General: Caracterizar el Parasitismo Intestinal en la Población del Consultorio Guzmán Blanco entre los meses de Septiembre del 2005 a Septiembre del 2007
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