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Los Determinantes

Enviado por jaimemontoya


Partes: 1, 2

    1. Los determinantes
    2. Determinante artículo
    3. Determinantes demostrativos
    4. Determinantes posesivos
    5. Determinantes indefinidos
    6. Determinantes interrogativos y exclamativos
    7. Cuestionario
    8. Conclusiones
    9. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Es importante conocer los diferentes tipos de determinantes para darles el empleo correcto cuando nos comunicamos, ya que estos presentan accidentes gramaticales fundamentales en la oración, como lo son el género y número.

    Los determinantes son palabras que están formadas por monemas libres y que sirven para expresar a qué objeto se refiere la una frase expresada; los más conocidos son los determinantes artículo, los cuales pueden ser definidos o indefinidos. Otro tipo de determinantes que las usamos aun desde nuestra infancia son los determinantes numerales, pues los números son parte indispensable de nuestro hablar, por ejemplo cuando pedimos una cantidad determinada de objetos, donde estamos usando determinantes numerales cardinales.

    Este estudio nos permitirá igualmente comprender de qué forma un determinante puede cambiar el sentido completo de una oración, de modo que los determinantes no son una parte superficial o secundaria en la oración. El determinante por tanto nos permite especificar la extensión del nombre o sustantivo, tal como la misma palabra "determinar" nos lo dice.

    Se ha organizado el estudio de cada uno de los temas de manera que podamos fácilmente comprender gradualmente los diferentes tipos de determinantes, su uso, importancia, etc.

    Siempre utilizamos los determinantes en nuestro diario hablar aun cuando no conocemos su significado gramatical; sin embargo este estudio nos hará capaces de usar los determinantes conociendo plenamente la función gramatical que estos desempeñan en una oración.

    De esta manera podemos notar la importancia de aprender acerca de la función que estos desempeñan en una frase u oración gramatical. Para ello estudiaremos a continuación los diferentes tipos de determinantes, sus funciones, su significación y los casos más comunes del uso de los mismos.

    CAPÍTULO I

    Los determinantes

    Los determinantes son las palabras formadas por monemas libres que necesariamente preceden al nombre en cualquier función que esta desempeñe.

    Determinantes son las palabras que, junto con el nombre, constituyen el sintagma nominal. Recordemos la regla:

    Sintagma Nominal Determinante + Nombre

    Esta abarca una cantidad de palabras distintas que tienen en común el desempeñar la misma función, la de determinar a los nombres que usamos en la oración.

    Sirven para expresar a qué objeto se refiere la frase expresada. A esto se le llama actualización. Cumplen la función de actualizar al nombre.

    En los determinantes se incluyen: el artículo y los que la gramática tradicional llamaba adjetivos determinativos y que son los determinantes demostrativos, posesivos, indefinidos, numerales interrogativos y exclamativos.

    El sustantivo, cuando aparece sin determinantes, se refiere a algo abstracto o conceptual, remite a una idea; cuando va precedido de alguno de ellos, se refiere a algo concreto, cercano o conocido, cuya existencia es real o imaginada.

    SIGNIFICADO DE LA PALABRA "DETERMINAR"

    Esta función consiste en actualizar a los nombres limitando así su significación.

    Nosotros tenemos grabados en nuestra memoria una serie de nombres, como "silla", con su correspondiente significado (objeto que sirve para sentarse, con respaldo, etc.) Y este término nos sirve para poder referirnos a todas las sillas que han existido, existen o puedan existir, pues esa palabra no es el nombre para designar a uno solo de esos objetos, sino a todos.

    Sin embargo, cuando hablamos, sacamos de nuestra memoria ese término y lo hacemos actual, presente en una determinada oración:

    Esta silla está vieja.

    Me regaló una silla.

    Mi silla se rompió.

    (No podríamos decir: "silla está vieja"; "silla se rompió", porque no sabríamos de qué silla se habla).

    Para actualizar un nombre, para usarlo en una oración concreta, se necesitan los determinantes que indiquen a qué cosa, animal o persona me refiero (mi, su, aquel, diez, muchas sillas, etc.) De este modo, limitamos su significado: mi silla sólo se refiera a un objeto concreto de mi propiedad. Incluso si quiero hablar de todas las sillas necesito indicarlo así y decir:

    Todas las sillas del mundo.

    Estas palabras que nos permiten actualizar a los nombres y que limitan así la extensión de su significado son los determinantes.

    OMISIÓN DE LOS DETERMINANTES

    Recordemos que los determinantes preceden siempre a cualquier nombre en la estructura profunda de la oración, cualquiera que sea la función de ese nombre. Pero en la estructura superficial a veces los omitimos (es decir, hemos realizado una transformación de omisión) y el nombre aparece sin el determinante:

    Juan juega con sus amigos.

    Compramos mangos.

    Pero es obvio que ambos nombres están determinados en la estructura profunda, es decir, su significado está delimitado, pues Juan se refiere a una persona concreta y mangos a una cantidad limitada de esa fruta, no a todas las que han existido, existen o puedan existir.

    CLASES DE DETERMINANTES

    En español tenemos las siguientes:

    • Artículos
    • Demostrativos
    • Posesivos
    • Numerales
    • Indefinidos
    • Interrogativos
    • Exclamativos

    Las gramáticas tradicionales dividen estas palabras en dos grupos: "artículos" y "adjetivos determinativos" (posesivos, indefinidos, etc.) Pero no hay razón para clasificarlas así: los artículos también determinan al nombre. Por ello preferimos reunirlas a todas en una clase de palabras (los determinantes) que tienen en común la misma función: actualizar el nombre constituyendo con él un sintagma nominal. Tampoco estamos de acuerdo en llamarlas "adjetivos determinantes", porque, por un lado, con un término que las denomine, es suficiente y -por otro- la palabra "adjetivo" la reservamos para referirnos a los "calificativos".

    Ahora presentamos el siguiente esquema que nos permite comprender fácilmente la forma en que se clasifican los determinantes:

    CAPÍTULO II

    Determinante artículo

    EL ARTÍCULO

    El artículo no tiene significación por sí solo, sino que es un modificador directo del sustantivo. Tiene una posición fija ya que obligatoriamente se antepone o precede al sustantivo y anuncia su género y número.

    Llamamos artículos, a las palabras: el, la, los, las, que siempre preceden a un nombre que designa algo ya conocido por los oyentes, bien porque ese objeto esté presente o porque ya haya sido mencionado.

    Se diferencian de los otros determinantes en que el artículo sólo lo podemos usar con nombres que designan cosas ya conocidas por el que nos escucha, de modo que podemos decir: "El libro me gustó" si mi oyente sabe de qué libro se trata, de otro modo no comprendería de qué libro hablo; en este caso yo tendría que haber utilizado un determinante distinto, como por ejemplo:

    Este libro me gustó.

    Tu libro me gustó.

    Un libro me gustó.

    Existen dos posiciones respecto a incluir las palabras "un", "una" y "unos" dentro de los determinantes artículo:

    1. No se deben incluir

    Algunas gramáticas hablan de artículos determinados e indeterminados. Estos últimos serían un, una, unos y unas. Pero estas palabras no son artículos, ya que permiten hablar de cosas no determinadas previamente, por lo cual se clasifican como determinantes indefinidos, que serán estudiados más adelante.

    2. Se deben incluir

    Los artículos pueden variar en género y número, como ya hemos visto que le sucede al sustantivo. En el cuadro que aparece a continuación vemos las correspondencias de el, la, lo, los, las y un, una, unos y unas:

    Artículos

     

    Determinante

    Indeterminante

     

    Masculino

    Femenino

    Neutro

    Masculino

    Femenino

    Singular

    el

    la/el

    lo

    un

    una/un

    Plural

    los

    las

    unos

    unas

    Los sustantivos que elegimos para integrar en nuestro mensaje aparecen con frecuencia solos, sin otras palabras que los modifiquen:

    Como agua para chocolate (best-séller de L. Esquivel, México).

    Pero muchas veces van acompañados de algún adjetivo y casi siempre de una palabra diminuta, de significado ciertamente vago, que conocemos con el nombre de artículo y que modifica directamente al sustantivo como lo hacen los adjetivos:

    El agua en exceso te hará un chocolate más claro.

    Consideramos en conclusión que las palabras un, una, unos y unas deben incluirse dentro de los determinantes artículo.

    Este ejemplo contiene las dos clases de artículos que poseemos en español: el determinante y el indeterminante, nombres más bien imprecisos. Para compender su uso y significado estudiaremos en qué consiste cada uno de ellos de forma separada:

    EL ARTÍCULO INDETERMINANTE

    Se confunde fácilmente con el adjetivo indefinido homónimo (algún):

    Un día cualquiera volveré (algún día).

    Me quedan unos cuantos dólares (algunos dólares)

    De la misma manera es fácil confundirlo con el numeral un/una, por supuesto solo singular:

    ¿Por qué me has traído solo una botella?

    Se puede usar con un nombre propio de persona en singular (ya sea de pila ya apellido) para marcar individualidad:

    Conozco a un Díez que vale por diez.

    ¡Vaya un Juan que estás hecho!

    Es frecuente la combinación un tal, una tal para referirse a alguien más o menos desconocido:

    Ayer me presentaron a un tal Olivares.

    Una tal Juana ha preguntado por ti.

    EL ARTÍCULO DETERMINANTE

    Se usa mucho con los nombres propios geográficos en expresiones ciertamente elípticas (falta alguna palabra que se supone fácilmente):

    El (río) Amazones

    Los (montes) Andes

    El (océano) Atlántico

    Las (islas) Filipinas

    Algunos nombres de países y poblaciones llevan siempre un artículo determinante:

    El Uruguay La Habana

    El Paraguay El Ferrol

    La Argentina El Escorial

    Los Estados Unidos La Guaira

    El Perú Los Ángeles

    Sin embargo, el extender este uso a todos los países es clara señal de galicismo (rasgo procedente del francés) que debe evitarse. Solo es válido cuando quiere distinguirse entre épocas, tendencias, orígenes, etc.:

    La Cuba de ayer y la Cuba de hoy.

    El Madrid de España y el Madrid de Tejas.

    Con los nombres propios es diversa la intencionalidad del uso del artículo determinante:

    1. Nombre de pila en singular: el Juan, la María (vulgar, forense).

    2. Apellido en singular y artículo en plural: los/las García (bloque familiar).

    3. Apellido referido a mujeres: la Loren, la Callas, la Gandhi (celebridad)

    4. Nombre de pila o apellido en plural: los Juanes, las Marías, los Garcías (pluralidad).

    Se usa también el artículo determinante con las horas (la una y media, las cinco de la tarde), los días de la semana (el domingo que viene iremos de excursión; los sábados serán pronto festivos).

    El castellano posee dos artículos: el definido y el indefinido, además de las formas contractas.

    Ambos artículos son variables, es decir que tienen accidentes de género y número. Veamos los cuadros que aparecen a continuación:

    Artículo definido

     

    Singular

    Plural

    Masculino

    El libro

    Los libros

    Femenino

    La casa

    Las casas

    Neutro

    Lo ridículo

    Artículo indefinido

     

    Singular

    Plural

    Masculino

    Un río

    Unos ríos

    Femenino

    Una fuente

    Unas fuentes

    Neutro

    Lo ridículo

    No existe la forma de neutro plural.

    Los artículos determinados proceden del demostrativo latino "ille", "illa", "illud". "Ille" evolucionó en castellano hacia la forma masculina "el"; "illa" dio origen a la forma femenina "la"; "illud" se trasformó en el neutro "lo". El artículo indeterminado procede del numeral latino "unus": "una" o "uno". Puede ser correlativo de otro: Uno es inteligente, otro tonto. También puede ser intercambiable en algún contexto con "algún" o "alguno": Debe haber ocurrido "un/algún" accidente.

    EL ARTÍCULO CERO (OMISIÓN DEL ARTÍCULO)

    Se usa como mero recurso estilístico:

    Hombres eran quienes dirigían; mujeres, las que obedecían.

    Unos hombres eran quienes dirigían; unas mujeres, las que obedecían.

    Niños, con niños; niñas, con niñas.

    Los niños, con los niños; las niñas, con las niñas.

    Hetairas y poetas, todos somos hermanos (Antonio Machado, España).

    Las hetairas y los poetas somos todos hermanos.

    LA FORMA NEUTRA "LO"

    Existen dos posiciones respecto a la forma "lo". Una de ellas dice que no existe artículo neutro porque no hay nombres neutros, mientras que la segunda posición afirma que sí existe el artículo neutro. A continuación daremos a conocer ambas posiciones:

    1. No existe artículo neutro

    Esta palabra que aparece seguida de un adjetivo (lo bueno, lo agradable) era considerada por algunos un "artículo neutro" que sirve para sustantivar al adjetivo al que acompaña y, así, este funcionaría como un nombre en la oración:

    Lo mejor del día ha sido la noticia de tu recuperación. ("Sujeto", según dicha teoría).

    Pero eso no es cierto porque los artículos son determinantes que sólo preceden a los nombres, pero no son nombres. Como no existen nombres neutros, tampoco puede haber artículos neutros.

    Esta palabra lo es un pronombre y, como tal, está en lugar o equivale a "un conjunto de cosas". Así:

    Lo bueno = Todas las cosas buenas.

    Lo agradable = Las cosas agradables.

    También puede equivaler a una oración; en este caso no va seguido de un adjetivo:

    ¿Te contó Luis que ya encontró trabajo?

    Sí, ya me lo contó (lo = "que encontró trabajo")

    Insistimos en que no hay artículo neutro porque no hay nombres neutros. Lo siempre es un pronombre que reproduce, o está en lugar de, otros sintagmas u oraciones.

    2. Existe el artículo neutro

    Los adjetivos pueden sustantivarse anteponiendo el artículo lo a la forma masculina del adjetivo:

    Lo bueno

    Lo bello

    Lo ridículo

    Lo sublime

    Lo grotesco

    Se sabe que en español el sustantivo carece de género neutro. No sólo los nombres animados (de seres con movimiento: personas y animales) no pueden ser neutros, sino tampoco los de inanimados (de seres sin movimiento: cosas, ideas, abstracciones) a diferencia del inglés, lengua en la que los inanimados son siempre neutros. Así resulta que el artículo lo no se usa precisamente con sustantivos y sí solo con adjetivos, los cuales quedan automáticamente sustantivados:

    Lo valiente de John Wayne cae en lo mítico.

    Pienso a veces en lo diverso que aparece lo hispano.

    Por la misma razón acompaña frecuentemente a participios e incluso a frases de carácter adjetivo:

    Lo dicho, dicho y a Flandes me vuelvo (frase hstórica).

    Lo que tú y yo sabemos.

    Contrasta con la forma el, que acompaña a infinitivos y frases de carácter sustantivo:

    El comer y el beber, dos actor necesarios.

    El que pienses así me preocupa.

    En conclusión creemos que sí existe el artículo neutro. Más adelante veremos algunas aclaraciones sobre el artículo que nos permitirán comprender mejor el porqué afirmamos la existencia de un artículo neutro.

    FORMAS CONTRACTAS

    El determinante masculino singular "el" se contrae normalmente con la preposición "a" dando "al" y con la preposición "de" dando "del", de esta forma:

    Contracciones

    al

    del

    (a + el)

    (de + el)

    Estas son el resultado de la unión de las preposiciones "a" o de con la forma masculina singular del artículo definido, que sufre la pérdida de la "e".

    Formas contractas

    Significado

    Ejemplos

    a + el

    Al

    Vamos al río

    de + el

    Del

    Venimos del río

    Sólo si el artículo entra a formar parte de un nombre propio como "El Escorial", un apellido, nombre o sobrenombre como "El Viti" o "El Salvador", o el título de una obra como "El Caballero de la Armadura Oxidada", puede mantenerse la separación:

    Fueron ‘a El’ Escorial.

    Al torero Santiago Martín se le conoce con el sobrenombre ‘de El’ Viti.

    Fui al estreno ‘de El’ Perro del Hortelano.

    El próximo mes regresaré ‘a El’ Salvador.

    Entonces nos damos cuenta que las dos formas contractas de preposición y artículo que existen son:

    Al (a + el): Dale de comer al gato.

    Del (de + el): La silla del abuelo está vieja.

    ACLARACIONES SOBRE EL ARTÍCULO

    1. Cuando un objeto es desconocido se utiliza para nombrarlo por primera vez un artículo indeterminado, pero si se vuelve a mencionar con posterioridad se hace uso del determinado porque ya ha sido presentado al receptor y éste lo identifica con algo concreto. El artículo determinado tiene, pues, un valor referencial:

    En la tienda vi ‘un armario’; ‘el armario’ era grande y lindo.

    2. "Uno" y "una" pueden utilizarse como pronombres personales indefinidos, con el significando de "uno cualquiera".

    3. No se han de confundir los artículos con los pronombres o adjetivos que tienen su misma forma (lo, los, las), pues los artículos van siempre delante de un sustantivo o elemento sustantivado. Los pronombres nunca acompañan a ningún sustantivo, siempre lo sustituyen y se refieren a personas. "Un" y "unos" como artículos designan a personas, animales u objetos indeterminados; como pronombres tienen un significado numeral o de aproximación.

    CONCORDANCIA ENTRE EL ARTÍCULO Y EL NOMBRE

    La función de los artículos es modificar a un núcleo sustantivo; así, se ven obligados a coincidir con éste en género y número, a lo cual le llamamos concordancia.

    Por ejemplo:

    Hay una excepción: cuando el nombre es femenino singular y empieza por a tónica, se le antepone el, para evitar la cacofonía (sonido desagradable) que produciría el pronunciar dos letras "a" seguidas. Así decimos: el agua, el alma, el hacha; pero estos nombres siguen siendo femeninos como lo prueban los adjetivos que los puedan acompañar:

    El agua limpia, el hacha afilada.

    Y lo mismo haremos en caso de los determinantes un y algún:

    Un ave, algún águila.

    Insistimos en que esta excepción ocurre sólo cuando el nombre femenino está en singular, pues en plural ya no se produce cacofonía: las almas, unas hachas, algunas aguas.

    Los otros determinantes concuerdan en femenino, así diremos:

    Esta agua, aquella hacha, cierta ave, etc.

    Cuando enumeramos varios nombres seguidos, podemos decir cada uno con su determinante: los carros y las motos son los principales medios de transporte; pero si preferimos usar un solo artículo delante de dos o más nombres, debe ir en:

    • Plural masculino, si los nombres son masculinos (los perros, gatos y ratones, siempre pelean) o si hay nombres masculinos y femeninos: Los tenedores y cucharas se guardan en esta gaveta. (En este caso los nombres masculinos se dicen antes que los femeninos).
    • Plural femenino, si todos los nombres son femeninos: Las montañas y colinas han reverdecido.

    CASOS ANÓMALOS

    1. Delante de un sustantivo femenino singular que empiece por "a ha" tónicas se usan los artículos el un:

    El agua de Vichy.

    Vichy, un agua carbónica.

    El hacha india de la guerra.

    Un hacha de dos filos.

    Obsérvese que los adjetivos van en femenino (carbónica, india) comoera de esperar. El mismo artículo cambia a la una cuando está separado del sustantivo por alguna palabra interpuesta:

    La excelente agua de Vichy.

    Una odiosa hacha de guerra.

    Igualmente cuando se trata de nombres propios (la Ángeles) o patronímicos (la Álvarez), así como de dos letras: la a y la hache.

    Esta anomalía de la concordancia solo se da en el artículo, por lo que no debe imitarse la incorrección este agua, ese hacha.

    2. Las contracciones "al" y "del" no se logran cuando el artículo "el" pertenece a un nombre propio, caso en el que se escribe con mayúscula:

    El marinero español José Gómez era hijo de El Ferrol pero le llevaron a enterrar a El Callao.

    Nota: desde un punto de vista práctico, el artículo facilita a los extranjeros, sobre todo, el descubrimiento del género de los sustantivos españoles, algo connatural para un hispanohablante pero más bien penoso para un anglófono, por ejemplo:

    El problema (masculino).

    La soprano (femenino).

    El análisis (masculino).

    La síntesis (femenino).

    En ocasiones el artículo sirve para desambigüizar el género, e incluso el número:

    El rioplatense/la rioplatense.

    El testigo/la testigo.

    Una dosis/unas dosis.

    Un croquis/unos croquis.

    CAPÍTULO III

    Determinantes demostrativos

    Los determinantes demostrativos son los que anteponen al nombre para señalar el sitio o la situación que un objeto ocupa en relación con el hablante. Sus formas son:

    Cerca del hablante o próximo al hablante

     

    Singular

    Plural

    Masculino

    este

    estos

    Femenino

    esta

    estas

    Neutro

    Esto

    Ni cerca ni lejos del hablante

     

    Singular

    Plural

    Masculino

    ese

    esos

    Femenino

    esa

    esas

    Neutro

    Eso

    Lejos del hablante o alejado del hablante

     

    Singular

    Plural

    Masculino

    aquel

    aquellos

    Femenino

    aquella

    aquellas

    Neutro

    Aquello

    La diferencia entre adjetivos y pronombres estriba en que los primeros acompañan a un sustantivo, mientras que los segundos van en su lugar, de ahí que exista forma neutra en los pronombres y no en los adjetivos.

    En todos ellos se puede distinguir un lexema o raíz: est-, es-, aquell-, un morfema gramatical de género: masculino: e, o, femenino: a, neutro: o, y un morfema gramatical de número: Ø para el singular, -s para el plural. Los adjetivos se escriben sin tilde pero en los pronombres masculinos y femeninos es aconsejable que la lleven para evitar ambigüedades en el texto que puedan inducir a confusión.

    Los adjetivos demostrativos concuerdan con el sustantivo en género y número. Cuando el sustantivo comienza por a o ha tónica el adjetivo debe mantener la forma esta, esa o aquella delante de él: esta agua, aquella aula; la utilización de las formas masculinas en estos casos es incorrecta y puede llevar a error en cuanto al género del nombre.

    Los determinantes demostrativos actualizan el nombre, limitando su significación general al indicar la situación del objeto mencionado por ese nombre, respecto del hablante. Este objeto puede estar cerca (esta casa), lejos (aquella casa), o ni cerca ni lejos (esa casa).

    Desde este punto de vista, podemos clasificar los determinantes demostrativos en un solo cuado, así:

     

    Objeto cerca del hablante

    Objeto ni cerca ni lejos del hablante

    Objeto lejos del hablante

     

    Singular

    Plural

    Singular

    Plural

    Singular

    Plural

    Masculino

    Este

    Estos

    Ese

    Esos

    Aquel

    Aquellos

    Femenino

    Esta

    Estas

    Esa

    Esas

    Aquella

    Aquellas

    Los demostrativos, además de referirse a seres que están ante nosotros, puede aludir también a:

    • Algo o alguien que acabamos de nombrar:

    Ya leí la última novela de Vargas Llosa; este escritor es magnífico.

    Conversé con Luis y Juan. Aquel es más simpático que este.

    • Una época próxima o lejana:

    Cuando era pequeño, pasaba la Semana Santa con mis abuelos; aquellos días fueron inolvidables.

    Estos días ha hecho mucho frío.

    • Algo que recordamos:

    El esposo de aquella persona que nos visitó la semana pasada es un gran pianista.

    OMISIÓN DE LOS NOMBRES

    En algunas ocasiones, cuando el sentido o la situación indica claramente de qué hablamos, omitimos el nombre y pronunciamos o escribimos únicamente el determinante; así, si estoy comprando unos zapatos y digo: Me gustan más estos, se entiende "estos zapatos". La situación indica claramente a qué objetos me refiero, por eso no pronuncio su nombre. Esto no convierte al determinante demostrativo en pronombre, como indican algunas gramáticas; el pronombre lo usamos en lugar de un sintagma, y los determinantes siempre acompañan a un nombre tácito o explícito, pero no lo sustituyen:

    De todos los cuadros, el que más me gusta es este. (Se sobreentiende el nombre: es este cuadro).

    ¿Qué profesor te lo dijo? Aquel que está allí. (Se entiende Aquel profesor que está allí).

    ¿Cómo analizar sintácticamente una oración en la que algún nombre no esté explícito? Pues igual que señalamos "el sujeto tácito" cuando no está escrito, pero se supone claramente, así debemos hacer con los nombres que no se mencionan.

    Al analizar la oración: Estudio tres horas diariamente, decimos: sujeto tácito yo. De la misma manera con la oración Tu cartera es esta, haremos el siguiente análisis:

    El paréntesis indica que el nombre que encierra está tácito, es decir, no se pronuncia, no está en la estructura superficial, pero se sobreentiende, o sea, está en la estructura profunda. Insistimos, entonces, en que la omisión de un nombre (no pronunciado ni escrito porque se sobreentiende) no convierte su determinante en pronombre.

    Existen tres pronombres demostrativos, de los cuales hablaremos más adelante, cuyas formas son neutras: esto, eso y aquello. Pero las formas señaladas en el cuadro, al inicio de este capítulo, o son femeninas o masculinas, para concordar con el nombre expreso o tácito al que determinan. Y son siempre determinantes.

    FUNCIONES DE LOS DETERMINANTES DEMOSTRATIVOS

    Los adjetivos son determinantes del sustantivo al que acompañan: esta pared, aquellos paraguas. Cuando van antepuestos al sustantivo impiden la aparición del artículo, lo que no ocurre si están pospuestos: esa casa / la casa esa. Pueden aparecer junto a posesivos (esta mi casa), numerales (esos tres pantalones) e indefinidos (aquellas pocas cosas). Si dentro del sintagma nominal concurren con otros adjetivos, ocupan siempre el primer lugar, excepto con todo, que se les antepone: Todos estos días.

    SIGNIFICACIÓN DE LOS DETERMINANTES DEMOSTRATIVOS

    Tomando como punto referente casi siempre al emisor o una persona gramatical, los adjetivos señalan la proximidad o lejanía espacial o temporal: este coche, ese siglo, etc.. Este representa la mayor cercanía a la persona que habla, ese una relativa proximidad al que escucha, aquel la lejanía tanto del que habla como del que escucha.

    Con los demostrativos se indican también elementos nombrados con anterioridad: Nos paramos ante una casa; ‘esta’ casa era grande.

    El demostrativo tiene un valor despectivo en determinados casos, mucho más acentuado si se utiliza la forma neutra para referirse a una persona: Me encontró ‘ésta’; te presento a ‘éste/esto’.

    LA TILDE EN LOS DEMOSTRATIVOS

    Los determinantes demostrativos no llevan tilde nunca, esté el nombre al que acompañan tácito o explícito.

    Esta señora se golpeó en el accidente, pero aquella no.

    Pero en ocasiones, cuando el nombre al que determinan no está en la estructura superficial, puede resultar una oración ambigua:

    Acaban de llegar sus invitadas; traen estas flores para usted.

    En este caso, "estas" se interpreta como el determinante de "flores"; pero si nosotros nos referíamos a "estas invitadas", es decir, como determinante de un nombre tácito, es necesario que tildemos el demostrativo:

    Acaban de llegar sus invitadas; traen éstas flores para usted.

    En este último caso, se entenderá "Traen estas invitadas flores para usted".

    Insistimos en que sólo en este caso extremo es necesario tildar el determinante si queremos que la oración se interprete como si el demostrativo se refiriera a un nombre que se acaba de mencionar, y no al que le sigue.

    CAPÍTULO IV

    Determinantes posesivos

    Los determinantes posesivos, indican la posesión o pertenencia del objeto designado, es decir que limitan la significación general del nombre indicando a quién pertenece el objeto designado por dicho nombre; es decir, indican quién es el poseedor de ese objeto. Como el objeto u objetos pueden pertenecer a una sola persona (mi casa, tu brazo, su camisa), o a varias personas (nuestro libro, sus hamacas), clasificamos estos determinantes en dos grupos:

    1. Posesivos de un solo poseedor.

    2. Posesivos de varios poseedores.

    Sus formas son:

    a) Cuando el objeto tiene un solo poseedor:

    Cuando el objeto pertenece al hablante

     

    Singular

    Plural

    Masculino

    mi-mío

    mis-míos

    Femenino

    mi-mía

    mis-mías

    Neutro

    lo mío

    Cuando el objeto pertenece al oyente

     

    Singular

    Plural

    Masculino

    tu-tuyo

    tus-tuyos

    Femenino

    tu-tuya

    tus-tuyas

    Neutro

    lo tuyo

    Cuando el objeto pertenece a otra persona o cosa

     

    Singular

    Plural

    Masculino

    su-suyo

    sus-suyos

    Femenino

    su-suya

    sus-suyas

    Neutro

    lo suyo

    El género neutro se expresa en español anteponiendo a las formas masculinas el artículo neutro lo: lo mío, lo tuyo, lo suyo…

    b) Cuando el objeto pertenece a varios poseedores:

    Cuando uno de los poseedores es el hablante

     

    Singular

    Plural

    Masculino

    Nuestro

    nuestros

    Femenino

    nuestra

    nuestras

    Neutro

    Lo nuestro

    Cuando uno es el oyente pero el hablante no es poseedor

     

    Singular

    Plural

    Masculino

    Vuestro

    vuestros

    Femenino

    vuestra

    vuestras

    Neutro

    Lo vuestro

    Cuando ni el oyente ni el hablante son poseedores

     

    Singular

    Plural

    Masculino

    su-suyo

    sus-suyos

    Femenino

    su-suya

    sus-suyas

    Neutro

    lo suyo

    Para mayor facilidad en la comprensión de lo que nos ilustran los cuadros anteriores, podemos resumir las formas de los determinantes posesivos únicamente en dos cuadros, como vemos a continuación:

    Un solo poseedor

    Objeto que pertenece al hablante

    Objeto que pertenece al oyente

    Objeto que pertenece a otra persona o cosa

     

    Singular

    Plural

    Singular

    Plural

    Singular

    Plural

    Masculino

    Mi, mío

    Mis, míos

    Tu, tuyo

    Tus, tuyos

    Su, suyo

    Sus, suyos

    Femenino

    Mi, mía

    Mis, mías

    Tu, tuya

    Tus, tuyas

    Su, suya

    Sus, suyas

    De varios poseedores

    Uno de los poseedores es el hablante

    Uno de los poseedores es el oyente (y no el hablante)

    Ni el oyente ni el hablante son poseedores

     

    Singular

    Plural

    Singular

    Plural

    Singular

    Plural

    Masculino

    Nuestro

    Nuestros

    Vuestro

    Vuestros

    Su, suyo

    Sus, suyos

    Femenino

    Nuestra

    Nuestras

    Vuestra

    Vuestras

    Su, suya

    Sus, suyas

    Partes: 1, 2
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