La mecanización de la producción de tabaco en Cuba. Antecedentes históricos. Actualidad y perspectivas
Enviado por Miguel Rodríguez González
- Antecedentes
- La introducción de la máquina para hacer tabaco en Cuba
- La etapa post revolucionaria
- El proyecto de tabaco mecanizado cubano (1999-2010)
- Tecnología utilizada en la actualidad
- Bibliografía
ANTECEDENTES
El tabaco ha tenido históricamente tres formas fundamentales de consumo por el ser humano (Convertido en jugo; reducido en polvo y volatizado en forma de humo)
El predominio de una forma sobre otra fue determinado, en gran medida, por el desarrollo tecnológico y la mecanización de la industria tabacalera.
Segunda mitad siglo XIX. Se obtuvo en EEUU una hoja de tabaco más suave y lustrosa (Virginia Brigth o Rubio) mediante un proceso artificial de secado, lo que permitió emplear una picadura menos fuerte en la confección de cigarrillos.
El impulso principal de esta forma de consumo fue la invención de una máquina que lograba cigarrillos más acabados, con mayor eficiencia y a un costo más bajo.
Se popularizó el consumo de cigarrillos al ponerlo al alcance de sectores sociales de menores ingresos.
La primera noticia que se tiene de una máquina para liar cigarrillos fue comentada luego de una exposición comercial en París (1867).
Otra referencia aparece en periódicos de la época de la misma feria adjudicada al cubano José Susine y Rioseco, propietario en Cuba de la fábrica de cigarrillos Real e imperial Factoría de "La Honradez".
A pesar de sus limitaciones técnicas, la máquina de vapor empleada en "La Honradez" llegó a producir 40 millones de cajetillas que fueron enviadas a América del Sur, Estados Unidos y Europa.
Por ese mismo tiempo la producción mundial de cigarrillos sobrepasó los aumentos de la cubana. La tecnología en esta esfera de la producción, en especial la norteamericana, se había perfeccionado, dejando atrás la existente en el país.
En las fábricas norteñas, en 1872, comenzó a funcionar la máquina Hook; en
1879, la Emery; y, en 1881, la Bonsak. Esta última, perfeccionada, logró liar entre 750 y 1000 cigarrillos por minuto. Ella, junto con otras máquinas mejoradas, sentó las bases para que se organizaran las primeras corporaciones tabacaleras en el mundo.
Qué sucedió mientras tanto con la mecanización del tabaco torcido?. En realidad no se reaccionó con la misma prontitud que en el cigarrillo en el mundo.
La idea de la mecanización en el torcido en el caso de Cuba surge, curiosamente, desde el siglo XIX.
Este tema se discutió en la Sociedad Económica de Amigos del País, donde se trató el uso de las máquinas en la industria estableciendo la tesis de que: Inicialmente traería como consecuencia el despido de muchos obreros, pero por otra parte, el aumento de la producción permitiría vender a más reducidos precios debido a la disminución de los gastos de producción. Esto afectaría indudablemente a los pequeños productores, obligándolos en muchos casos a cerrar sus fábricas.
LA INTRODUCCIÓN DE LA MÁQUINA PARA HACER TABACO EN CUBA
Cada intento por introducir la máquina para la producción de tabacos en Cuba estuvo vinculado un amplio movimiento de luchas obreras que se oponían.
Este rasgo caracterizó el proceso durante toda la seudo república hasta el triunfo de la Revolución.
Para su estudio podemos dividirlo en dos etapas fundamentales (1925-1930 y 1930-1955)
Primera Etapa (1925-1930)
Noviembre 1925, los señores José María Villamil, Benito Santalla y Enrique Berenguer, obtuvieron de la American Machine and Foundry Co. Un contrato para operar en Cuba máquinas de hacer tabacos mediante el pago de un royalty sobre el millar de tabacos producidos.
De esta forma quedó constituida la Compañía Tabacalera Nacional que se instaló en la calle Pedroso No.2, esquina a Cruz del Padre, en el Cerro.
Poco tiempo después, la Compañía Tabacalera Nacional se fusionó con la firma "Por Larrañaga", la cual se encargaba de la distribución del producto.
La primera reacción de los obreros no fue hostil a la innovación, más bien fue de expectación, aguardando el fracaso de aquel artefacto al cual no se le consideraba capaz de sustituir las manos virtuosas de los tabaqueros.
La compañía operadora estableció una exhibición en la calle San Rafael, frente al Centro Gallego, para promover el proyecto, en la que se podía ver a mujeres manipulando las máquinas.
La relativa calma no duró mucho. Pronto los torcedores reaccionaron frente a lo que se estaba gestando.
En marzo de 1926 comenzó la campaña contra la introducción de la máquina. En breve tiempo el reparo se hizo nacional y abarcó a todos los sectores laborales del país, la mayoría de los cuales se solidarizaron con los torcedores.
Con la agudización de las protestas se inició el 11 de septiembre de 1926 una huelga en la fábrica "Por Larrañaga". Unido al paro se produjo un boicot de los productos de la misma marca que motivó la causa 193 del año 1927.
La Unión de Fabricantes de Tabacos y Cigarros, que agrupaba a los dueños de fábricas, comenzaron también a manifestarse en contra de los cambios introducidos en la fabricación de tabacos.
El 11 de octubre de 1926, esta organización dio a conocer, en el periódico El Mundo, una exposición dirigida al presente de la República en la cual se analizaba la situación de la industria y el problema de la maquinización.
Principales aspectos abordados:
Que no es perturbando nuestra industria con sistemas exóticos como habremos de lograr una mejoría de nuestra situación, sino mediante propaganda adecuada, persecución de falsificaciones y, principalmente, llevando a cabo arreglos parciales en beneficio de nuestro producto.
Con relación al mercado local, se expresa que la introducción de las máquinas conllevaría la ruina de los pequeños productores (elaboradores del 80% de la producción local), al no poder introducir una máquina prohibitiva para ellos por su costo.
Que el mercado caería en manos de un grupo pequeño de grandes productores.
La población tampoco se beneficiaría ya que el 60% del consumo del torcido local se detalla a cinco centavos, precio que difícilmente podría abaratar la fabricación mecánica.
Relativo a los torcedores, reconoce el documento que son los directamente afectados, ya que en número considerable de ellos quedarían sin trabajo y con pocas posibilidades de adquirir nuevos empleos dada la difícil situación económica por la que atravesaba la nación.
Los fabricantes consideraron que, por no haber alcanzado las máquinas el grado suficiente de perfeccionamiento, el empleo de las mismas podría perjudicar la fama de nuestro tabaco, y que era patriótico no ceder ante esto.
Se planteó, además, que la introducción de la máquina permitiría una gran fuga de reservas monetarias, ya que sería necesario pagar el alquiler de las máquinas, traer piezas de repuesto y técnicos extranjeros que aumentaría la sangría de divisas del país.
En la parte final del documento, como un medio de solución al problema, se pide el nombramiento de una Comisión mixta que pudiera dar solución a la situación planteada.
Como consecuencia de esta campaña en muchos lugares del país se gravaron con altos impuestos la introducción de las máquinas en sus respectivos municipios.
Enrique Berenguer, uno de los principales dueños del negocio, elevó hasta el presidente de la República su protesta, por lo cual éste se vio obligado a dictar una resolución en la que se dejaba sin efecto los gravámenes aplicados en las respectivas jurisdicciones.
En toda esta etapa se desarrolló una intensa campaña mediática que se hizo eco de las maniobras para imponer la máquina en la producción de tabacos.
Como consecuencia, el Gobierno de Machado se vio obligado a dictar el decreto No.266, el cual fue publicado en la Gaceta Oficial de fecha 4 de marzo de 1927, con el que se obligaba a distinguir los tabacos producidos a máquina mediante la un sello que dijera: Hecho a Máquina o Machine Made.
Esta disposición gubernamental fue un obstáculo para lo que pretendían introducir la fabricación de tabaco a máquina ya que los consumidores, por la propaganda desplegada y el hábito de fumar los tabacos hechos a mano, consideraban que los hecho a máquina eran inferiores en calidad.
El 12 de julio de 1927 se dictó la Ley mediante la cual se creó la Comisión Nacional de Propaganda y Defensa del Tabaco Habano, donde se libraron múltiples debates vinculados con el controvertido tema.
A este organismo se le asignaron múltiples funciones relacionadas con los intereses del tabaco habano, y como solía suceder con estos organismos en la etapa neo colonial, con el tiempo sus funciones fueron degenerando hasta convertirse en un nido de burócratas con altos sueldos, defensores de los intereses de un pequeño grupo de grandes fabricantes.
En el seno de esta organización se promovió un intenso debate que enfrentó los criterios de los Torcedores, de los productores y de los defensores de la mecanización.
En la sesión extraordinaria celebrada el 17 de julio de 1927 se tomó el acuerdo de declarar ruinoso para la industria tabacalera cubana el sistema de hacer tabacos a máquina.
Se desarrolló en todo el país una amplia campaña para promover el triunfo que tuvo el apoyo de las autoridades locales y sirvió como plataforma de propaganda política y electoral para los políticos.
A principios de 1930, una nueva junta directiva de la fábrica "Por Larrañaga" que se había mantenido en huelga durante cuatro años, analizó el asunto y consideró oportuno llegar a un acuerdo con los trabajadores para poder hacer frente a los problemas económicos de la empresa.
Se emite un laudo en el que se recogen los aspectos siguientes: se reconoce que ha utilizado el nombre y prestigio mundial de esta fábrica para la elaboración mecánica de tabacos usurpando un derecho legítimo ganado por los obreros y que no utilizarán ninguna marca reconocida en la producción de tabaco mecanizado y que todo el personal que desconoció la huelga y continuó trabajando fuera separado de sus puestos.
El laudo constituyó un triunfo para los torcedores y todos aquellos sectores que se opusieron a la implantación de la máquina de torcer tabacos.
La publicación del laudo no sentenció la desaparición del método mecánico de torcer tabaco. La fabricación continuó realizándose con marcas no reconocidas o nuevas.
Así finaliza esta primera etapa de las luchas obreras contra la mecanización de la producción de tabaco.
Segunda etapa (1931-1951)
Hacia finales de los años 1930, se producen nuevos tanteos para introducir la máquina en el torcido del tabaco.
La profunda crisis de los años 30 generan otro escenario para esta problemática.
Decrecimiento de las exportaciones de tabaco desde 41 millones de pesos en
1926 a solo 13 millones en 1931.
Pérdida de mercados, principalmente EEUU.
Crecimiento de productos de tabaco en casi todos los países para atender la demanda interna.
Medidas proteccionistas a sus producciones nacionales.
Segunda Guerra Mundial: algunos países comienzan a considerar al tabaco como artículo de lujo; priorizan importaciones de otros productos; feroz competencia de productores extranjeros, falsificaciones de marcas y origen, generalización de producción mecanizada en el mundo, principalmente en EEUU.
EEUU.- en 1918 solo tenía 16 máquinas de torcer tabaco y en 1936 ya tenía
3683, utilizando básicamente materia prima cubana.
Todo este nuevo escenario modifica la visión cubana sobre la mecanización de la producción de tabaco.
El 28 de febrero de 1944 un grupo de grandes fabricantes solicitan al Ministro del Trabajo la introducción de la mecanización en la industria tabacalera, como único medio eficaz de recuperar los mercados exteriores y evitar la crisis que ya se hacía evidente.
El 14 de agosto de 1944, con igual propósito, se envió un documento al Ministro de Agricultura en el que se reiteraba el pedido de la mecanización. De esta forma, el gobierno que se inaugura el 10 de octubre, presidido por Ramón Grau San Martín, encontró ante sí la demanda de los magnates del tabaco.
Las organizaciones obreras se vieron en la necesidad de atender el problema y, en el Congreso de la Federación Tabacalera, efectuado el propio año 1944, se decidió nombrar una Comisión que se encargaría de los estudios de la situación creada por las gestiones de los fabricantes. Cambio de visión del problema como única alternativa para atender la pérdida de los mercados y el desempleo de los trabajadores.
Intervención de Blas Roca en la fábrica de tabacos "La Cayuga"en Guanabacoa
(8 marzo 1945) tema "" Tabaco y Economía de Post Guerra:
"Cuba restablecería la industria del tabaco mediante la adopción de los métodos de producción en gran escala que se usaban en Estados Unidos, a fin de que la totalidad de la rama cosechada se elaborara en el país para pasar, de esta forma, de exportadores de materia prima a la de exportadores del producto terminado"
Decía Blas que este era un modo estrecho de ver las cosas, y que mientras Cuba en 1928 frustró el intento de introducir las máquinas, los competidores cubanos perfeccionaron los procedimientos mecánicos y aumentaron su producción. Estados Unidos, que en 1919 solamente producía 2,5% de su producción de tabaco a máquina, en 1938 producía el 80% por este método.
Blas consideraba que el aumento en el volumen de la producción daría empleo a todos los torcedores e incluso requerirían muchos cientos más en las labores conexas, tales como la fabricación de envases, la litografía, entre otras.
El 21 de junio de 1945, el Club Rotario de La Habana analiza el problema con el tema "Nuestro tabaco en la posguerra"
La Comisión Obrera comenzó sus labores el 21 de junio de 1945. Se reunieron en esa oportunidad los obreros y representantes de los dueños de fábricas y acuerdan proponer las siguientes exigencias:
Primero: De establecerse las máquinas, que sea en base a un subsidio para los obreros afectados.
Segundo: Que cada máquina que se instale representara un subsidio para el número de obreros que desplace, estén o no en la producción.
Tercero: Que debía ser tenido en cuenta lo que se refiere a la no producción para el consumo nacional, a la hora de discutir sobre la mecanización de la industria.
Posiciones adoptadas por los distintos sectores sociales ante la mecanización del torcido del tabaco.
1. Los grandes productores de tabaco torcido aspiraban a introducir la máquina desde hacía mucho tiempo para aumentar sus exportaciones abaratando el producto y, además, monopolizar el mercado Nacional y eliminar a los pequeños y medianos productores.
2. Los medianos y pequeños productores no se oponían a la mecanización sino que no aceptaban la producción mecanizada para el mercado nacional ya que esto significaría la ruina.
3. Los cosecheros, que en reiterados documentos se habían opuesto a la mecanización en la década de los años 20, mantuvieron después de terminada la guerra, que era necesaria la tecnificación no solo de la industria sino también de la agricultura para que nos permita competir con éxito en los mercados internacionales, no solo a base de calidad sino también de precio.
4. La clase obrera adoptó una postura diferente. No rechazó categóricamente la introducción de la máquina, sino que exigió que perjudicara lo menos posible a los trabajadores.
5. El gobierno, por su parte, acogió la petición de los fabricantes y, a través de sus personeros más autorizados, expresó la necesidad de la mecanización.
El 9 de marzo de 1950, el Consejo de Ministros del gobierno de Carlos Prio Socarrás, a proposición de Carlos Hevia, Ministro de Agricultura, aprobó el Decreto 1073 oficializado la mecanización del torcido para la exportación y el mercado nacional.
La repercusión del Decreto fue inmediata y explosiva. Múltiples fueron las acciones contra el Decreto. La más explosiva fue la llevada a cabo en la zona
central del país, especialmente en Cabaiguán, donde incluso se tomó el ayuntamiento de aquel municipio.
Ante las grandes protestas que se originaron, al gobierno no le quedó más remedio que acceder a lo que se pedía y mediante el Decreto No.2893 de 12 de julio de 1951, suspendió la vigencia y aplicación del párrafo primero del artículo
2do. Del Decreto 1073, relativo a la fijación de una cuota de tabacos elaborados por procedimiento mecánico.
De esta forma los trabajadores del tabaco y el pueblo en general infligían al gobierno, los magnates del tabaco y a los "dirigentes" de los sindicatos oficiales, una aplastante derrota.
LA ETAPA POST REVOLUCIONARIA
De esta etapa hay bastante poca información estudiada y procesada.
En estos años se atendieron otros problemas más importantes vinculados con la propiedad de las tierras, marcas, fábricas, etc.
Con el triunfo revolucionario se eliminaron las contradicciones fundamentales que motivaron la oposición obrera a la mecanización de la producción de tabaco y en sentido general en toda la industria.
Las máquinas se incorporan a las fábricas tradicionales que producían tabaco torcido a mano.
En la década de los años 80 nuestras principales producciones y exportaciones se hicieron con destino a los ex países socialistas de Europa del Este y no superaron la cifra de los 50 millones de unidades.
Las producciones se redujeron a un pequeño grupo de marcas y formatos.
La comercialización de estos productos se hizo a través de las mismas estructuras comerciales de Habanos s.a. a partir de su constitución en 1994.
EL PROYECTO DE TABACO MECANIZADO CUBANO (1999-2010)
A finales de la década de los 90 y luego de visitar varios mercados internacionales, se hizo evidente que Cuba no se estaba beneficiando de las oportunidades que brindaba en el mercado internacional la producción y comercialización de los productos mecanizados de tabaco.
En su conjunto, el consumo mundial de tabaco mecanizado, al inicio del presente siglo, se estimaba en una cifra cercana a los 15 mil millones de unidades al año, de las cuales unos 500 millones eran productos fabricados con tabaco 100% natural. Al cierre del 2006 cerró en 21 mil 178 400 millones.
La columna vertebral del Proyecto Mecanizado lo constituyó Internacional Cubana de Tabacos S.A., empresa creada en 1999 y cuyas producciones comenzaron a realizarse en el mercado a partir del 2001. El primer año, las unidades apenas llegaron a los 25 millones. En el 2007 sobrepasamos la barrera del centenar de millones con 115 millones vendidas en ese período. Entre el
2008 y 2010 las ventas han rondado estas cifras, a pesar de las graves afectaciones que han provocado las cada vez más agresivas leyes antitabaco en muchos países del mundo. Con estas cifras alcanzamos casi un 25% de participación del mercado mundial de tabaco mecanizado 100% natural.
La denominación de origen cubano, el producto 100% natural que vendemos, la materia prima de calidad inigualable en el mundo y una tradición centenaria avalan la calidad y aceptación de los mecanizados cubanos.
Hoy ICT S.A. produce y comercializa en todo el mundo y en el MID 10 marcas y unas 60 presentaciones o referencias.
Diferentes etapas han ido marcando este desarrollo. Inversiones para ampliar capacidades industriales, montaje de una planta de procesamiento de materia prima para la elaboración de las ligas, construcción o mejoramiento de cámaras de congelación y oreo, mejoramiento en equipos y personal del Laboratorio de Control de la Calidad, presencia en el mercado de nuevas referencias y marcas. Todo ello, complementado con la creación a inicios de 2005 de Promocigar S.L., empresa comercializadora internacional del tabaco mecanizado cubano.
Actualmente trabajamos en los cambios tecnológicos para incrementar las máquinas de sistema de bobinas, en sustitución de las máquinas líadoras tradicionales y hemos concluido el estudio de factibilidad para construir una planta de producción de cortes de capa y capote en bobinas que sustituya el trabajo que hoy se realiza en una planta similar en Filipinas, con el propósito principal de garantizar el creciente flujo productivo en Internacional Cubana de Tabacos, S.A. y evitar el efecto de contingencias naturales o de otro tipo que pongan en riesgo la seguridad de la producción.
El objetivo estratégico es alcanzar entre 200 y 300 millones de tabacos en los próximos 10 años.
Las exportaciones de tabaco mecanizado cubano aportaron el 51% de todas las exportaciones de tabaco del país en el 2007 en unidades y el 8% en valores.
La producción y comercialización de tabaco mecanizado cubano crecieron desde el 2001 al 2008 a una tasa promedio anual de un 26%. En todos estos años hemos producido y vendido más de 600 millones de tabacos en todo el mundo.
La presencia del tabaco mecanizado cubano llega hoy a unos 120 mercados internacionales en todos los continentes y a la mayoría de la red internacional de tiendas en Duty Free y Travel Retail.
Para garantizar la continuidad del desarrollo de este producto, funciona con carácter permanente el Grupo de Tabaco Mecanizado Cubano, integrado por directivos y especialistas del Grupo Tabacuba e Internacional Cubana de Tabacos, S.A, cuyo objetivo es proyectar y evaluar la marcha de la producción y comercialización del tabaco mecanizado cubano a nivel internacional.
En toda esta estrategia juega un importante papel el mercado doméstico cubano, donde se venden más de 8 millones de unidades anuales y que por sus características, constituye un importante laboratorio para evaluar nuevos proyectos y la validez de los objetivos estratégicos propuestos.
El tabaco mecanizado cubano no es ni un complemento ni competencia del tabaco cubano torcido a mano o Premium. (Concepto importante). Es otro producto, dirigido a un segmento de mercado diferente al del Premium hecho a mano, elaborado con materia prima cubana de igual calidad, con denominación de origen Habanos, utilizando las mismas marcas, excepto Guantanamera que es una marca propia de nuestros productos y respetando la composición de las ligadas de cada marca.
TECNOLOGÍA UTILIZADA EN LA ACTUALIDAD
ICTSA dispone de más de 60 máquinas de liado. De ellas 48 Sistema Tradicional y 18 Sistema de Bobinas.
La tecnología utilizada es de los años 1920, de procedencia holandesa, marca PMB Modelo MIR.
Su capacidad productiva depende de la regulación de su velocidad de trabajo. En ICT las tenemos a 15 RPM en el ST y 18 en el SB, lo que da aproximadamente 840 y 945 cigarros por hora respectivamente.
Para lograr los objetivos estratégicos estamos reconvirtiendo las máquinas a SB y ampliando la capacidad del taller de liado.
La capacidad de producción es de unos 500 mil cigarros diarios.
BIBLIOGRAFÍA.-
Duarte Hurtado, Martín. La Máquina Torcedora de Tabaco y las Luchas en torno a su implantación en Cuba. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1973.
Ortiz Fernández, Fernando. Contrapunteo Cubano del Tabaco y el Azúcar. Jesús
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Rivero Muñiz, José. Tabaco, su historia en Cuba. Instituto de Historia, Comisión
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Historia del Movimiento Obrero Cubano. 1865-1958. Tomos I y II. Editora
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Plan de Negocio año 2005 al 2009. ICT-ALTADIS. 20 de mayo del 2004. (Incluye
Plan Comercial y Proyecciones financieras.
La Comercialización del tabaco mecanizado Cubano. Promotora de Cigarros S.L. Julio del 2004.
Estudio de Factibilidad Económica para la creación de la empresa comercializadora PROMOCIGAR S.L. CONAVANA S.A. 27 de octubre del 2004.
Reporte Estadístico de la Comercialización Mundial del Tabaco 2006 y 2007. ERC Group Ltd.
Estadísticas Comerciales Internacional Cubana de Tabacos. 2001-2008. Cierre enero 2009.
Anuario Estadístico Cuba 2007. Oficina Nacional de Estadísticas Cuba.
Autor:
Miguel Vladimir Rodríguez González
Licenciado en Periodismo de la Universidad de La Habana. Master en Ciencias Empresariales de la Universidad de La Habana. Trabajó como especialista comercial de la empresa productora y comercializadora del tabaco mecanizado cubano Internacional Cubana de Tabacos S.A. En la actualidad es Brand Manager de la empresa POMOCIGAR, S.L., comercializadora internacional del tabaco mecanizado cubano, radicada en Madrid, España. Es miembro del Grupo de Tabaco Mecanizado Cubano del grupo TABACUBA. Profesor Asistente de las Facultades de Comunicación y de Turismo de la Universidad de La Habana y del Centro de Entrenamiento de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales. Miembro de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales (ACCS).