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Principio antrópico

Enviado por Jesús Castro


  1. El testimonio de Dawkins
  2. Fino equilibrio
  3. Actitudes malsanas
  4. Conclusión

Este artículo pretende contestar lo más eficazmente posible la siguiente pregunta, basada en los estudios profundos del Génesis: ¿Qué es el denominado "principio antrópico", y qué tiene que ver con el Génesis?

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La expresión PRINCIPIO ANTRÓPICO COSMOLÓGICO (abreviadamente: Principio Antrópico) está compuesta por tres palabras vinculadas entre sí, a saber:

PRINCIPIO, en el sentido de máxima, proposición o regla. Es una afirmación hecha a priori, generalmente admitida por quienes profesan una determinada ciencia o disciplina. Tal es el caso del denominado "principio de acción y reacción", vigente en mecánica clásica o newtoniana.

ANTRÓPICO, del griego ANTHROPOS, que significa HOMBRE.

COSMOLÓGICO, del griego KOSMOS, que denota la idea de mundo o universo ordenado y reglado.

Por consiguiente, la frase PRINCIPIO ANTRÓPICO COSMOLÓGICO hace alusión a una afirmación, creencia o máxima que se profesa en el seno de la Cosmología, no de una manera general sino sólo por algunos cosmólogos, consistente en atribuir al universo material que nos alberga una finalidad antropocéntrica (el cosmos está hecho a la medida del ser humano y para que éste pueda vivir en él) o un sentido antropométrico (el universo está finamente ajustado para el bien de la vida humana).

Es de notarse que la idea de un "principio antrópico" enunciado de tal manera que pueda conferir solidez a los argumentos creacionistas, resulta repugnante a la mayoría de los científicos actuales, quienes suelen alinearse a favor del ateísmo académico y del materialismo filosófico. Por este motivo, en los ambientes oficiales, sólo se permite exponer tal principio de una manera difusa y oscura, con objeto de evitar herir la sensibilidad de los no creyentes. Se suele enunciar, pues, como sigue: "El mundo es necesariamente como es porque hay seres humanos que se preguntan por qué es así".

En Cosmología, el principio antrópico establece que cualquier teoría válida sobre el universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano. En otras palabras: "Si en el Universo se deben verificar ciertas condiciones para nuestra existencia, dichas condiciones se verifican ya que nosotros existimos". Los diferentes intentos de aplicar este principio al desarrollo de explicaciones científicas sobre la cosmología del Universo han conducido a una gran confusión y elevada controversia, evidentemente debido a las posturas extremas e intolerantes en vigor.

El testimonio de Dawkins.

Richard Dawkins nació en Nairobi, Kenia, el 26 de marzo de 1941. Es un etólogo, zoólogo, teórico evolutivo y divulgador científico británico. Fue titular de la "cátedra Charles Simonyi de Difusión de la Ciencia" en la Universidad de Oxford hasta el año 2008. Es autor de "El gen egoísta", obra publicada en 1976, que popularizó la visión evolutiva enfocada en los genes, y que introdujo los términos "meme" y "memética". En 1982, hizo una contribución original a la ciencia evolutiva con la teoría presentada en su libro "El fenotipo extendido", que afirma que los efectos fenotípicos no están limitados al cuerpo de un organismo, sino que pueden extenderse en el ambiente, incluyendo los cuerpos de otros organismos.

En su libro "El espejismo de Dios", Dawkins sostiene que es casi una certidumbre decir que un creador sobrenatural no existe y que la creencia en un dios personal puede calificarse como un espejismo, como una persistente falsa creencia, sostenida tenazmente a pesar de la gran evidencia en su contra. Dawkins se muestra de acuerdo con la observación hecha por Robert M. Pirsig en relación a que "cuando una persona sufre de una alucinación se habla de locura. Cuando muchas personas sufren de una alucinación se habla de religión". En enero 2010, la versión en inglés de "El espejismo de Dios" había vendido más de dos millones de ejemplares.

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Dawkins se declara ateo, humanista y escéptico, miembro del movimiento "bright" y uno de los intelectuales públicos contemporáneos más influyentes en lengua inglesa. Por analogía con el epíteto de "bulldog de Darwin" (perro guardián de Darwin) que se le daba a Thomas Huxley (1825-1895), Dawkins es también conocido como el "rottweiler de Darwin" (otro perro guardián de Darwin) por sus posicionamientos evolucionistas incondicionales.

El 7 de octubre de 2009, en el Berkeley Arts & Lectures, Richard Dawkins pronunció unas palabras que fueron grabadas y emitidas por el canal de televisión FORA. Dijo:

«La mayoría de los físicos encuentra un problema en el Principio Antrópico, y muchos lo odian. Sólo podemos vivir en un universo que nos permita vivir, y el solo hecho de que podamos vivir significa que estamos en ese universo. Algunos físicos se quedan ahí y dicen "fin de la historia: vivimos porque las leyes de la física nos permiten vivir". Concuerdo en que esto no deja satisfechos a muchos. El filósofo John Leslie expresa su insatisfacción por medio de la siguiente analogía: "Un hombre está ante un pelotón de fusilamiento compuesto por 10 soldados. Todos le disparan, pero él no recibe ningún impacto. Entonces él dice: sigo con vida porque las balas no me alcanzaron. Pero eso no explica por qué no me llegó ninguna bala. Exijo una explicación". Una versión del principio antrópico no responde a la demanda de explicación. Es la versión favorita de la mayoría de los físicos y astrónomos. Existen razones para creer que el universo en el que vivimos es uno entre billones de otros universos existentes. Algunos teóricos describen esto como si los universos fueran burbujas, siendo nuestro universo una burbuja entre millones de ellas; y cada burbuja tiene diferentes constantes y leyes. Todos tienen diferentes condiciones, y no en todos es posible la vida y la evolución. Sólo en una minoría de universos es posible la vida y la evolución. El principio antrópico sería: "Estamos en esa minoría de universos". El físico Lee Smolin dice explícitamente que los universos estarían bajo una selección natural darwiniana. Los universos nacen y éstos a su vez crean otros universos por medio de agujeros negros, existiendo una especie de árbol genealógico con los universos y todos ellos tendrían un ancestro común. Al momento de nacer (por medio de agujeros negros), las leyes y constantes de cada universo son ajustadas según su universo madre. Ahora bien, las cualidades que hacen que un universo sea exitoso, en el sentido darwiniano del término, son tales como el tener longevidad suficiente, poder producir estrellas y agujeros negros (pues los agujeros negros son necesarios para asegurar la descendencia), condiciones para facilitar la vida orgánica… Existe una selección natural y una evolución en los universos, y sólo sobreviven y procrean los mejores… Es la teoría de Smolin, no muy aceptada por los físicos, aunque paradójicamente el principio antrópico sí es defendido a la manera de Smolin por la mayoría de los físicos».

NOTA:

El físico Lee Smolin ha sugerido que las normas de la Biología son aplicables a escala cósmica, particularmente a la conjetura que él ha denominado "selección natural cosmológica". Smolin considera teóricamente que el colapso de un agujero negro provoca la aparición de un nuevo universo al "otro lado" de la singularidad, y tal universo podría tener leyes, constantes y parámetros propios, algo diferentes del universo conocido por nosotros (por ejemplo, otra velocidad de propagación de la luz, diferente de c; así como otras constantes cosmológicas, etc.).

Esta noción biologicista del universo supone posibles "reproducciones" y "mutaciones" de universos, lo que conlleva implícita la noción de un "multiverso". Cabe considerar que tal biologicismo no es exactamente análogo al de los procesos biológicos de la Tierra.

La idea de una evolución y una mutación de universos supone también la existencia de universos "más primitivos" (acaso más simples). Además, según expresa Smolin en su libro "The Life of the Cosmos" (La vida del cosmos), los universos dominantes podrían ser aquéllos que poseyeran más agujeros negros.

Esta "teoría de los universos fecundos", también llamada "selección natural cosmológica", aplica, pues, criterios semejantes a los de la selección natural darwiniana en la cosmología, de suerte que el universo conocido podría ser el resultado de una evolución y una mutación de universos anteriores. Dicha teoría se expone en el libro "The life of the cosmos" (La vida del cosmos), publicado en 1997 por la Oxford University Press.

Es necesario tener en cuenta que lo imaginado por Smolin es altamente especulativo y, a pesar de su nombre, no constituye, estrictamente hablando, una teoría científica, pues carece de pruebas y es incapaz de realizar predicciones que puedan ser contrastadas experimentalmente. Por este motivo ha sufrido críticas principalmente de tipo falsacionista, en el sentido de que las predicciones de Smolin no se pueden demostrar ni contradecir, y por tanto no son ciencia.

Fino equilibrio.

La existencia de un Dios Creador es la mejor respuesta para el "fino equilibrio" que se ha descubierto en nuestro universo, a favor de la vida inteligente. En las últimas décadas, los científicos han quedado aturdidos por el descubrimiento de que las condiciones iniciales del Big Bang estaban finamente equilibradas, con objeto de permitir la existencia de vida inteligente en el universo que surgió a partir de dicha gran explosión. Este fino equilibrio inicial se muestra tan complejo y delicado que, literalmente, desafía la comprensión humana.

Hay dos aspectos o características fundamentales que definen a dicho "fino equilibrio". Primero, la expresión de las leyes físicas o naturales mediante ecuaciones matemáticas hace que aparezcan una serie de constantes, como, por ejemplo, la Constante Gravitatoria p; pero estas constantes no son determinadas por las leyes de la naturaleza, ya que las leyes naturales son consistentes con una amplia gama de valores que se pueden dar a dichas constantes. Segundo, hay ciertas cantidades o valores que están puestos como condiciones iniciales de nuestro universo, sobre las que operan las leyes naturales; un caso lo tenemos en la cantidad de entropía (desorden molecular) presente en el universo joven, o el balance inicial entre materia y antimateria, y hay numerosos ejemplos más.

Todas esas constantes caen en un margen extraordinariamente estrecho de valores compatibles con la vida, y si alguna (o sólo una) de tales constantes fuera alterada o modificada en una millonésima parte de su valor entonces la vida en nuestro universo desaparecería casi de inmediato. Por ejemplo, si la fuerza gravitatoria o la interacción nuclear débil fueran alteradas en una fracción de 10-100 (1 partido por 10 elevado a 100) el universo sería incapaz de sostener la vida. Stephen Hawking, en su obra "Una historia del tiempo", describe la situación muy bien cuando señala que "si la velocidad de la expansión del universo, un segundo después del Big Bang, hubiera sido diferente en una parte entre 100 mil millones de millones, el universo hubiera recolapsado antes de llegar siquiera a su tamaño actual".

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Sólo se pueden presentar 3 explicaciones, mutuamente excluyentes entre sí, para este fino equilibrio cósmico: necesidad física, azar o diseño. Pero la primera es insostenible, pues las constantes y valores son independientes de las leyes naturales. Así, la teoría de cuerdas predice que hay 10 500 universos diferentes que son compatibles con las mismas leyes naturales que rigen nuestro universo.

¿Podría ser el azar la causa de este fino equilibrio? El principal problema que surge al sostener el punto de vista del azar como causa fundamental es que las probabilidades en contra de que el fino equilibrio sea un resultado aleatorio son tan desmesuradamente grandes que no pueden ser enfrentadas por vía de la razón. La probabilidad de que todas las constantes y valores cayeran por azar dentro del rango que permite la vida es infinitesimal (prácticamente cero).

Esto deja como única opción razonable el diseño. Por consiguiente, el fino equilibrio del universo que sostiene nuestra vida implica la existencia de un Diseñador.

Actitudes malsanas.

A medida que la ciencia avanza, probar la existencia del Creador se va haciendo cada vez más fácil. Aunque muchos han creído que el universo salió de la nada, lo cierto es que es una incoherencia afirmar que de la nada absoluta se puede crear algo o que dicha nada se podría transformar en algo. Por lo tanto, antes de la existencia del universo debió existir algo que ha estado ahí desde siempre, y ese algo es la energía.

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Según la primera ley de la termodinámica, la energía es eterna. Esta ley dice que la energía no puede ser creada ni destruida, sino que sólo se transforma. Sin principio, increada y sin final, ésta es realmente la definición de Eternidad. Nadie puede decir con seriedad que esa energía siempre ha estado en el universo material que nos alberga, pues la ciencia ha confirmado que este universo no siempre ha existido. Según Albert Einstein, Stephen Hawking y Gamow, el universo no siempre ha existido.

Esa fuente de energía, antes que el universo fuese, tenía poder más allá de lo que podemos imaginar. Tal fuente proveyó de su energía a los trillones de estrellas y a los billones de galaxias, siendo evidentemente una fuente externa o residente fuera del universo. Ella tuvo que haber inyectado la energía a nuestro universo, porque sabemos que el universo no siempre ha existido.

No es irracional asumir que esta enorme fuente de energía proviene del Creador. Siendo razonables, sólo hay dos maneras para determinar la naturaleza de esa poderosa y enorme fuente de energía. Podemos pensar que se trata de una fuente de energía muda, sorda, inconsciente y vaga o imprecisa; pero esto suena bastante ilógico si consideramos la complejidad, el orden y el diseño tan perfectos que se observan en el universo y en la biosfera.

La respuesta más sensata es que un Creador, con mente y voluntad, formó el universo con un propósito, y estableció sus leyes; también hizo la vida; y nada de esto vino por azar. Si no estamos de acuerdo con esta lógica, entonces somos ilusorios y contradictorios. Pensar que el universo salió de la nada o de una masa inerte, y que la fuente de energía en el universo fue tan sólo un punto infinitesimal sin propósito, mente o voluntad, es más bien no querer creer en Dios. En este estado, incluso si son mostradas pruebas y más pruebas, no servirán, porque ya no se tratará de aportar ciencia y documentación, sino de enfrentarse a una persistencia terca de odio, rencor y rebeldía.

El Creador puso leyes en el universo, y todo lo que hay en éste le obedece. Solamente los humanos se han rebelado, y lo han hecho para su propia perdición. Es un tema de capital importancia, apto para meditar en él con seriedad.

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¿De qué manera el odio, la rebeldía y el rencor han llevado a las masas de la humanidad a desterrar al Creador de sus vidas? ¿Cuáles son las causas de esos sentimientos perniciosos?

Ante todo, conviene tener presente que las actitudes y los sentimientos no surgen habitualmente de manera explosiva o imprevista; sino más bien son cultivados, aunque en muchos casos imperceptiblemente, en la mente del individuo y de la sociedad. Es decir, existe un proceso de inducción que facilita el desarrollo de actitudes y sentimientos.

El libro del Génesis muestra a la primera pareja humana en el jardín de Edén, el hombre y su esposa, felices, sin problemas y sin disturbios; en un estado de equilibrio placentero que actualmente es imposible concebir, pues no existen referentes apropiados a nuestro alrededor. Sin embargo, en un momento dado, la mujer es inducida a anhelar algo irracional: ser como Dios, conociendo lo bueno y lo malo; es decir, una perversión de sus necesidades o el germen de la avidez por obtener autonomía moral. El resultado fue la rebelión de Adán y Eva contra su Creador, y la consiguiente expulsión del jardín paradisíaco.

El siguiente caso, narrado en el Génesis, tuvo que ver con Caín, el primogénito de Adán y Eva, nacido fuera del paraíso. Es posible que este personaje creciera anhelando ver cómo se cumplía en él la expectativa que aparentemente desarrolló su madre Eva hacia él, a saber, una descendencia prometida por Dios que de alguna manera haría retroceder la situación pecaminosa y de alejamiento del Creador que reinaba pesadamente sobre los primeros pobladores humanos del planeta. Sin embargo, cuando Caín y su hermano menor Abel se dirigieron a implorar el favor divino, fue Abel, y no Caín, el que recibió mayor honra por parte de Dios. Entonces, poco a poco, Caín fue desarrollando odio y rencor hacia su hermano y finalmente lo mató. Éste vino a ser el primer asesinato de la historia de la humanidad.

Estos dos ejemplos muestran que el odio, la rebeldía y el rencor son sentimientos que nacen y crecen, como las plantas verdes. Poseen unas características de desarrollo progresivo, el cual depende de un buen cultivo, un buen clima y un buen terreno. Además, se trata de sentimientos específicos o dirigidos contra algo o alguien en concreto. Es decir, siempre existe un objeto o sujeto contra el que va dirigido el odio, la rebeldía o el rencor.

De la misma manera que en el caso de Eva, que fue inducida a rebelión por una superinteligencia malvada que aparentaba proceder de una serpiente cautelosa, hoy día se puede discernir una influencia perjudicial sobre la sociedad humana, que emana de inteligencias superiores invisibles. La Sagrada Escritura es muy insistente en este hecho, a fin de que el creyente no sea atrapado y finalmente alejado de la guía divina.

¿De qué maneras esas inteligencias perversas fomentan el odio, la rebeldía y el rencor contra el Creador, de tal forma que las masas de la humanidad llegan a desterrar a Dios de sus vidas? ¿Cuáles son las estrategias empleadas por dichas mentes malvadas para inducir en la sociedad humana esos sentimientos perniciosos?

Por lo visto, las inteligencias demoníacas se valen de sectores corruptos de la sociedad humana para comenzar su influencia. Así, de forma análoga a como las bacterias patógenas buscan una "puerta de entrada" en un organismo superior y cuando la encuentran penetran a través de ella, las fuerzas espirituales inicuas buscan zonas humanas putrefactas o alejadas de la guía divina y penetran a través de ellas con objeto de comenzar una infección de naturaleza opositora contra el Creador.

En los albores de la humanidad, después del Diluvio, el Génesis informa que comenzaron a desarrollarse formas de adoración idolátricas que ofendían al Creador. Esto llevó a algunos filósofos griegos a cuestionar la religión en su totalidad, de tal manera que se originaron dos sectores sociales divergentes: uno que promovía la idolatría y otro que promovía el ateísmo. Por lo tanto, ante las criaturas demoníacas se estaba presentando dos "puertas de entrada" muy apetecibles, por donde comenzar a infectar a gran escala a la entera sociedad humana.

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Después de un periodo de gran oscuridad medieval, los destellos luminosos del Renacimiento y el subsiguiente predominio de la razón sobre la superstición condujeron a una Edad Moderna muy prometedora en el ámbito de la Ciencia. Sin embargo, los conflictos entre Ciencia y Religión se recrudecieron y finalmente se resolvieron por medio de desterrar a la Religión de los ambientes académicos oficiales. La consecuencia fundamental fue que la Ciencia se dogmatizó en el materialismo y buscó, y continúa buscando, maneras de entender el mundo sin la necesidad de recurrir a un Creador.

Los terribles golpes sufridos por la Ciencia durante el siglo XX en la forma de "paradojas de Cantor, teorema de incompletitud de Gödel y trabajos de Turing", han devastado las expectativas levantadas en torno al conocimiento racional y han desmotivado la búsqueda de trascendencia a través de la razón. Finalmente, los descubrimientos acerca del ajuste fino cósmico y las evidencias cada vez más notorias de diseño inteligente en la naturaleza, han empujado contra el muro ateísta levantado por la Ciencia en torno a sí misma y amenazan con resquebrajarlo peligrosamente.

La reacción de muchos individuos apoltronados en el materialismo científico y en el cientificismo (fanatismo científico) ha sido la guerra sin cuartel contra la amenaza creacionista, utilizando toda clase de arma sucia, demagogia y desprestigio cuando se ha hecho necesario. Pero esto ha ensuciado el método científico a un grado considerable, puesto que ha hecho prevalecer los "intereses creados" materialistas por encima de la evidencia racional. La Ciencia ha dejado de ser ciencia, y se ha convertido en una lucha politizada donde se defienden dogmas o puntos de vista subjetivos más bien que la búsqueda de conocimientos fidedignos. La Ciencia, pues, se ha corrompido miserablemente.

En medio de este panorama pestilente, el odio, la rebeldía y el rencor contra la figura de un Creador se ha vigorizado, en buena medida gracias a la acción demoníaca, la cual ha sabido aprovechar bien las circunstancias moralmente insalubres que se han generado. También, el desacierto clerical y la trasnochada teología religiosa han introducido "goles contra su propia portería", haciendo que la postura de los materialistas se endurezca contra la idea de un Dios Creador.

De todas formas, independientemente de la causa o causas provocadoras, el desarrollo de un punto de vista materialista a ultranza en el seno de la ciencia oficial ha introducido una operación de error, como cuando se putrefacta un tejido corporal o cuando una escalada de violencia culmina en guerra. Se trata de un tipo de proceso malsano que tiende a llegar vehementemente hasta sus últimas consecuencias. En el trayecto va incorporando toda suerte de elementos indeseables, tales como el odio, la rebeldía y el rencor hacia la figura de un Creador. La colisión contra el Supremo Hacedor es, pues, inevitable.

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Conclusión.

La revista DESPERTAD del 22-1-1996, páginas 11 a 14, publicada por la Sociedad Watchtower Bible And Tract, dice en parte:

«La mayoría de los científicos —lo que incluye a la mayoría de los cosmólogos— concuerdan con la teoría de la evolución. Les cuesta aceptar que la creación revela inteligencia y propósito, y se estremecen con la simple mención de que Dios es el Creador. Se niegan a pensar siquiera en semejante herejía. Su deidad creativa es la Casualidad. Pero a medida que aumenta el conocimiento, y que bajo el creciente peso de éste se derrumban la casualidad y la coincidencia, los científicos empiezan a recurrir cada vez más a palabras prohibidas como "inteligencia" y "diseño". Veamos los siguientes ejemplos:

"Resulta evidente que se ha olvidado una componente en los estudios cosmológicos. El origen del Universo, como la solución del cubo de Rubik, requiere una inteligencia", escribió Fred Hoyle en la página 189 de su libro "El Universo inteligente".

"Cuanto más examino el universo y estudio los detalles de su arquitectura, más prueba hallo de que de alguna manera el universo sabía que veníamos" (Disturbing the Universe [Perturbación del universo], de Freeman Dyson, página 250).

"¿Cuáles son las propiedades fundamentales necesarias para que surjan criaturas como nosotros?

¿Es una casualidad que se tengan esas propiedades o existe alguna razón más profunda? […] ¿Existe algún plan complejo que garantice que el universo está hecho a la medida de nuestras necesidades?" (Coincidencias cósmicas, de John Gribbin y Martin Rees, página 14 y siguientes).

Fred Hoyle también comenta sobre estas propiedades en las páginas 219 y 220 de su libro ya citado: "Estas propiedades se van prodigando en el mundo natural como una madeja de accidentes afortunados. Existen tantas coincidencias esenciales para la vida, que debe haber alguna explicación para ellas".

"No se trata sólo de que el hombre esté adaptado al universo. El universo está adaptado al hombre. ¿Se imagina un universo en el que alguna de las constantes adimensionales y fundamentales de la física sufriera la más mínima alteración en una dirección u otra? El hombre jamás habría podido llegar a existir en semejante universo. Éste es el punto central del principio antrópico, según el cual, un factor dador de vida es el origen de todo el mecanismo y diseño del mundo" (The Anthropic Cosmological Principle [El principio antrópico cosmológico], de John Barrow y Frank Tipler, página VII).

¿Cuáles son algunas de estas constantes fundamentales de la física que son esenciales para que exista vida en el universo? En un informe publicado en el periódico "The Orange County Register", del 8 de enero de 1995, se incluyó una lista de algunas de estas constantes y se recalcó lo bien sintonizadas que deben estar, diciendo: "Los valores cuantitativos de muchas constantes físicas básicas que definen el universo —por ejemplo, la carga de un electrón o la velocidad fija de la luz o la relación de las intensidades de las fuerzas fundamentales de la naturaleza— son extraordinariamente precisos, algunos hasta la centésimo vigésima cifra decimal. El desarrollo de un universo donde se reproduce la vida es sumamente sensible a estas especificaciones. La más mínima variación —un nanosegundo aquí, un ángstrom allí—, y el universo estaría muerto y yermo". A continuación, el autor de este informe mencionó algo que normalmente no puede mencionarse [sin caer en una herejía antimaterialista]: "Parece más razonable suponer que en el proceso ha influido algún factor misterioso, tal vez ha intervenido una fuerza inteligente e intencionada que ajustó el universo para nuestra llegada".

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George Greenstein, profesor de Astronomía y Cosmología, publicó una lista aún más larga de estas constantes físicas en su libro "The Symbiotic Universe" (El universo simbiótico). Entre ellas había algunas tan bien sintonizadas que ante el más mínimo grado de variación, no existirían ni átomos ni estrellas ni universo. Al ver lo extensa que se iba haciendo la lista, Greenstein abrumado, dijo: "¡Tantas coincidencias! Cuanto más leía más me convencía de que era muy difícil que tales "coincidencias" se hubieran producido por casualidad. Pero al aumentar mi convencimiento, había algo más que también aumentaba. Incluso ahora me resulta difícil expresar con palabras este "algo". Era una intensa repulsión, a veces casi de naturaleza física.

Me sentía muy incómodo […]. ¿Es posible que, de repente y sin proponérnoslo, hayamos tropezado con prueba científica que apoye la existencia de un Ser Supremo? ¿Fue Dios quien intervino y quien hizo el cosmos de manera tan providencial para nuestro beneficio?".

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Algunos científicos se oponen a que se coloque a Dios como la "solución" de un problema porque eso eliminaría el incentivo de investigar más. Sin embargo, ante la persona que reconoce a Dios como el Creador de los cielos y la Tierra hay muchísimos más detalles fascinantes que descubrir e interesantes misterios que esclarecer. Es como si se tuviera luz verde para emprender una agradable aventura repleta de cosas que descubrir y aprender».

El relato creativo del Génesis presenta una progresión que comienza con la formación del universo material, al comienzo o "principio", y que culmina con la creación del hombre, hacia el final o conclusión de la obra de Dios en este sentido, sucediendo un periodo de "descanso" o "séptimo día", el cual, según la Sagrada Escritura, todavía está vigente. Realmente, el relato creativo del Génesis corrobora la idea de "principio antrópico": El universo material fue concebido y traído a la existencia por el Creador con la intención de que sirviera de soporte para la vida humana.

 

 

Autor:

Jesús Castro