Instrumentos de la Gestión Ambiental y Sistema de Gestión Ambiental
Enviado por Javier Alfonso Molina Ceballos
- Introducción
- Instrumentos de la gestión ambiental
- Diversidad de los instrumentos en la gestión ambiental
- Los estudios de impacto ambiental (EsIA)
- Estudio de impacto ambiental, una necesidad en la actividad agrícola
- Contenido específico de los EsIA
- Auditorías ambientales: ISO 14000
- Derecho ambiental en Venezuela
- Sistema de Gestión Ambiental
- Conclusión
- Bibliografía
Introducción
Desde los inicios de la historia el hombre ha evolucionado significativamente en distintos aspectos, mayormente económicos que han permitido formar el mundo de hoy en día. Esta evolución o desarrollo alcanzó su auge en los inicios de la Edad Contemporánea con la llegada de la Revolución Industrial. Hasta ese entonces se habían logrado grandes avances pero no en el campo tecnológico lo que afectaba a las industrias que solo contaban con la mano obrera de los trabajadores.
La llegada de las máquinas a las industrias permitió incrementar el nivel de producción y la calidad de los productos, desplazando así otros medios de producción económica de los países y colocando en plano central a la industria mecanizada. Si bien esta mecanización trajo comodidades en el funcionamiento de las industrias, el hombre se concentró solo en los beneficios que esto generaba sin tomar en cuenta un factor importante: el medio ambiente.
Luego de que la industrialización mecanizada tomara cuerpo, la mecanización fue invadiendo otros sectores de la civilización, trayendo las máquinas a la ciudad como por ejemplo los automóviles, ferrocarriles, trenes, motocicletas, etc. En ese entonces no se conocían cuales serían las consecuencias de la implantación de estas maquinas en la vida del hombre. Aunque hay evidencias de que la contaminación atmosférica comienza propiamente en el siglo XVIII con la quema del carbón mineral (al ser quemado desprende grandes cantidades de azufre generando "lluvia ácida"), la contaminación del aire tomó importancia con llegada de la industrialización. Pero no es hasta mediados del siglo XX que el hombre toma consciencia del problema que causa la emisión de los gases productos de la industria. Sobre 1960, los contaminantes solo eran considerados como un problema local, de proximidad, debido a fuentes de emisión de contaminación concretas, localizadas. Graves y cortos episodios de contaminación producidos por especiales condiciones atmosféricas en zonas urbanas o por escapes accidentales de algún contaminante ocasionaron leyes y acciones dirigidas a contrarrestar la contaminación local.
Después se demostró que los contaminantes habían ocasionado daños en lugares muy distantes. El transporte de compuestos de azufre y nitrógeno por la atmósfera a grandes distancias genera el incremento de la acidez de las precipitaciones (lluvia acida) y cuando se supo desencadenó un problema internacional de contaminación.
A partir de aquí las naciones toman acciones y comienzan a realizar monitoreo sobre los impactos ambientales de la actividad industrial en cada Estado. Surge entonces la necesidad de un sistema o método de "gestión" de todos los aspectos en materia de ambiente.
La Gestión Ambiental es el conjunto de diligencias conducentes al manejo integral del sistema ambiental. Dicho de otro modo e incluyendo el concepto de desarrollo sostenible, es la estrategia mediante la cual se organizan las actividades antrópicas que afectan al medio ambiente, con el fin de lograr una adecuada calidad de vida, previniendo o mitigando los problemas ambientales. Dicha gestión es llevada a cabo por medio de herramientas, las cuales desarrollaremos en el presente trabajo.
DESARROLLO
Instrumentos de la gestión ambiental
Los instrumentos de Gestión Ambiental son los recursos que utiliza la sociedad para llevar a cabo acciones concretas destinadas a lograr los objetivos planteados por las políticas. Estos generalmente constituyen el elemento operativo de los planes y programas ambientales adoptados por los países. Los instrumentos de política ofrecen un conjunto de opciones para responder a la solución de los problemas ambientales. Se puede considerar que los instrumentos son neutros y que, en últimas, los propósitos específicos perseguidos les otorgan su razón de ser.
La decisión sobre cuáles instrumentos o combinación de ellos pueden usarse para alcanzar los fines propuestos en las políticas nos conduce al tema de los planes. Un plan es la combinación de uno o más instrumentos, así como de otras actividades que pueden incluir obras físicas de conservación, prevención o restauración. Es decir, se definen aquí los instrumentos de política, como un medio para atacar y los planes como su combinación en diversas dosis, con el propósito de alcanzar los objetivos perseguidos por las políticas.
Diversos estudios han subrayado que el grado de éxito de un instrumento de política particular depende de la interacción compleja de un conjunto de factores, un hecho que ha sido constatado en la presente investigación. Entre los factores que inciden en la eficacia y la eficiencia de un instrumento particular se destacan: la naturaleza de los problemas ambientales abordados; los actores involucrados y sus visiones sobre la relación sociedad-medio ambiente; las condiciones económicas, políticas y sociales; el contexto legal; las capacidades de gestión para desplegar el instrumento; las necesidades de coordinación y unión de voluntades para incorporar las distintas sensibilidades de los actores; y la integración y vinculación con otros instrumentos.
Son conclusiones que indican a los formuladores de política los peligros que se corren al mitificar un instrumento particular, y la necesidad de entender las condiciones que explican su éxito en lugares concretos antes de adoptarlo en su medio. Resulta entonces imperativo determinar a cabalidad los objetivos para los cuales se diseñan los instrumentos, resolver la manera de abordarlos y establecer si existen las condiciones básicas para alcanzar el éxito, y de no existir, hasta qué punto es factible crearlas.
El contexto económico, político y social y la coyuntura particular en los cuales los instrumentos son implementados deben ser tomados en cuenta y a menudo su relevancia llega a ser mayor que las medidas adoptadas. Además, la experiencia ha indicado que la utilización flexible de los instrumentos a lo largo del tiempo "facilita una reacción ágil y apropiada a las situaciones cambiantes, la explotación de las debilidades de los contaminadores, o el desarrollo de un proceso de aprendizaje". La flexibilidad significa, entre muchas cosas, que la forma de aplicar el instrumento puede llegar a ser más importante que el instrumento mismo. Por eso hoy se otorga tanta importancia a los procesos participativos en la selección de los instrumentos, como medio que sirve no sólo para alcanzar una solución satisfactoria para todas las partes interesadas, sino también para incorporar en las medidas tomadas la legitimidad requerida para su puesta en marcha.
Diversidad de los instrumentos en la gestión ambiental
Los instrumentos se clasifican en cuatro grandes categorías:
1. Los instrumentos de regulación directa, denominados de comando y control, basados en la promulgación de normas y en la ecuación coerción sanción; es decir, se trata de la forma tradicional de hacer cumplir la ley llevada al campo de la conducta ambiental.
2. Los instrumentos administrativos consistentes en el otorgamiento de licencias permisos y demás modos de adquirir el derecho a usar los recursos naturales previstos en las diferentes legislaciones. La licencia ambiental ha sido el instrumento predominante dentro de esta categoría.
3. Los instrumentos económicos que están dirigidos a hacer que las fuerzas del mercado sean las principales propiciadoras del cumplimiento de las metas ambientales de la sociedad.
4. La educación, la investigación, la asistencia técnica y la información ambiental conforman la cuarta categoría.
Al hacer esta categorización, en este estudio no se adopta la aproximación según la cual el mundo de los instrumentos de gestión ambiental se divide tajantemente en dos: económicos y comando y control. Es una categorización que deja por fuera otros instrumentos de enorme importancia para los formuladores de políticas, como la educación, la investigación y la información. Además, es una categorización que con frecuencia ha sido utilizada como una estrategia para subrayar la superioridad de los instrumentos económicos frente a los tradicionales instrumentos de regulación directa, que en últimas son la expresión en el campo de la gestión ambiental de la forma más usual y conocida de hacer cumplir la ley.
Como lo han señalado Russel y Powell (1997): "Comando y control tiene una acepción peyorativa, recuerda los grandes fracasos de la economía de comando del bloque comunista y tácitamente compara la idea de control con la de libre como en el mercado libre". Comando y control no es, en síntesis, una denominación neutra y no es útil para que el formulador de políticas entienda mejor cuáles son las alternativas que tiene ante sí.
Al utilizar la denominación comando y control en su sentido estricto -una indicación precisa de qué hay que hacer y cómo debe hacerse- serían muy pocos los instrumentos que caerían en esta categoría. Un ejemplo de este tipo de instrumento sería el correspondiente al control de la contaminación producida por los automóviles en muchos países que establece normas en cuanto a la descarga y requisitos en cuanto al equipo que debe ser utilizado. Otro ejemplo, es el correspondiente a la pesca de salmón que establece normas en cuanto a las cantidades que pueden ser extraídas y establece requisitos para los equipos que deben ser utilizados con el fin de proteger al delfín.
En la realidad, la mayoría de los instrumentos de regulación directa y de los instrumentos administrativos dejan abierta las opciones del cómo hacerse. En últimas, lo que caracteriza a los instrumentos de regulación directa es el uso de sanciones como una de las formas para hacerlas cumplir. Sin embargo, la presencia de la sanción no implica de ninguna manera la exclusión de otros instrumentos para cumplir con la norma específica. Así, por ejemplo, la violación de las normas sobre protección de un bosque natural privado puede conllevar una sanción penal o económica a su propietario; pero a su vez, ese mismo propietario puede estar protegiendo ese bosque en virtud de incentivos económicos que le son otorgados en el contexto de un programa basado en el pago de los servicios ambientales.
Si bien se reconoce que la dicotomía entre instrumentos económicos e instrumentos de comando y control está bastante superada, todavía se suele estigmatizar estos últimos para vender aquellos o para argüir a favor de los sistemas de cumplimiento voluntario. Pero la experiencia de la última década indica que las autoridades están hoy en posibilidad de utilizar múltiples instrumentos para crear la estructura de incentivos necesaria para alcanzar las metas ambientales trazadas. En síntesis, los instrumentos económicos pueden complementarse entre sí o complementar a los de comando y control y en algunos casos sustituirlos; además, son muchas las situaciones en que estos últimos continúan siendo la solución más adecuada.
Instrumentos de Regulación Directa
Los instrumentos de regulación directa (comando y control) consisten en la promulgación y obligatoriedad de leyes y normas que prescriben objetivos de calidad ambiental y de manejo y conservación de los recursos naturales renovables y del medio ambiente. Se basan en la ecuación coerción-sanción, y constituye una de las principales formas de intervención, con la que cuentan los Estados y la comunidad internacional, para ejercer control normativo en los diferentes ámbitos de la sociedad.
Los instrumentos de regulación directa y los administrativos, o de comando y control, predominan en la gestión ambiental. Los instrumentos económicos juegan un papel aún menor en el control de las emisiones y en la conservación de los ecosistemas naturales, no obstante los interesantes avances que se han hecho en la última década.
Una de las estrategias más utilizadas para prevenir y controlar la contaminación y en general, el deterioro ambiental, es la promulgación de normas orientadas a establecer controles de calidad ambiental, de emisión, de vertimiento y de concentración de residuos sólidos, cuyo incumplimiento genera la imposición de sanciones. Con este mismo fin, se formulan normas sobre productos, procesos de producción y estándares tecnológicos. Las regulaciones pueden también referirse a la prohibición o restricción cuantitativa en el uso de los recursos naturales renovables y del medio ambiente.
Entre los instrumentos de regulación directa tenemos los siguientes:
Normas de calidad ambiental y estándares de emisión
Instrumentos administrativos y de planificación
Las licencias ambientales y los Estudios de Impacto Ambiental (EIA)
Planes de Adecuación y Manejo Ambiental
Instrumentos Administrativos
Desde la incorporación de políticas ambientales en la mayoría de los países en desarrollo, los instrumentos administrativos que han sido predominantes corresponden a las estrategias de ordenamiento y control. Se basa principalmente en la aplicación de instrumentos reglamentarios, como normas, permisos y licencias, al igual que el control del uso del agua y el suelo. Este enfoque estratégico permite al Estado, un grado razonable de certidumbre sobre el nivel de reducción predecible de la contaminación.
Aunque este enfoque ha sido criticado por ser económicamente ineficiente y difícil de aplicar, se ha logrado un progreso significativo en el cumplimiento de los objetivos de las políticas y legislaciones ambientales. Entre algunos de los instrumentos tenemos: Evaluaciones, controles, autorizaciones y regulaciones. Algunos ejemplos son las evaluaciones de impacto ambiental y auditorías ambientales.
Instrumentos Económicos
Los instrumentos económicos usan las fuerzas del mercado para integrar las decisiones económicas y ambientales. La literatura sobre la materia subraya que estos instrumentos deben suministrar los precios y otras señales del mercado con el propósito de ayudar a las instancias decisorias a reconocer las implicaciones ambientales de sus decisiones. Observa que la sanción económica como sistema coercitivo para el cumplimiento de las regulaciones o normas establecidas en el contexto del sistema de comando y control es un "instrumento de mercado muy débil" en la medida en que establece una gran rigidez en la toma de decisiones individuales. Y, en contraste, arguye que un "instrumento de mercado muy sólido" es aquel que permite a las fuerzas del mercado determinar la mejor manera de cumplir con una meta o norma determinada.
Usualmente se entiende que un instrumento de mercado debe intentar equiparar o alinear los costos privados con los costos sociales para reducir las externalidades. La teoría económica sugiere que si fuera posible colocar un valor monetario al daño ambiental causado por la contaminación, sería entonces posible establecer un cargo o gravamen ambiental igual al costo del daño producido, que sirva como un desincentivo para el comportamiento depredador. El nivel resultante de la polución sería el nivel teórico óptimo. En forma similar se sugiere colocar el pago de incentivos con el fin de que determinados actores conserven un recurso natural particular (ej. un bosque). El valor del incentivo económico óptimo sería aquel que se iguale a la suma de los valores de los múltiples servicios ambientales producidos a la sociedad por ese recurso (si lo excede se trataría de un subsidio). Un "instrumento económico muy sólido" sería entonces aquel que cumpla con este tipo de condiciones.
Los fundamentos teóricos de los instrumentos económicos así concebidos son muy atractivos, pero existen muchos obstáculos para su puesta en marcha, entre los cuales se subrayan los referidos a la valoración de los servicios ambientales, un hecho que ha limitado su uso tanto en el mundo desarrollado como en desarrollo. En el caso de América Latina, la experiencia ha indicado que su puesta en marcha exige una capacidad de gestión igual o mayor que la requerida por los instrumentos de comando y control, una observación confirmada por el presente estudio. En otras palabras, muchas de las carencias de capacidad institucional que explican parte de las dificultades para poner en marcha los instrumentos de comando y control, explicarían también el modesto lugar que todavía ocupan los instrumentos económicos dentro del cuadro de la gestión ambiental en la región.
En virtud de las anteriores consideraciones, en este estudio se adopta una visión más simple sobre los instrumentos económicos. Los costos y beneficios de su utilización deberían evaluarse en relación con los instrumentos de comando y control que producirían el mismo nivel de protección ambiental. Es decir, nuestro compás apunta hacia el costo de alcanzar un objetivo ambiental predeterminado y tangible.
Las diversas experiencias de los países de la región se examinan aquí a partir de la clasificación de los instrumentos económicos propuesta por Panayoutu (1994):
Sistemas de cargo
Instrumentos fiscales
Instrumentos financieros
Sistema de responsabilidades
Sistema de restitución de depósitos
Derechos de propiedad
Creación de mercados
Certificación forestal: FSC
Certificación de los productos agropecuarios orgánicos
Certificación de la industria: las normas ISO
Fondos ambientales
Instrumentos financieros
La Información, Educación e Investigación en el Área Ambiental
El conocimiento y la conciencia pública sobre el medio ambiente son factores que inciden en la gestión ambiental. Las condiciones bajo las cuales se genera, distribuye, interpreta y aplica el conocimiento tienen una enorme importancia. Por una parte la calidad, cantidad y oportunidad de la información ambiental tiene una gran incidencia en los responsables por la formulación de las políticas. Y, por otra, el conocimiento acerca de las amenazas ambientales es una condición necesaria para la formación de la conciencia pública; la percepción de la ciudadanía de la gravedad y prioridad de los problemas va a estar en buena parte condicionada por este conocimiento, cuya socialización, a su vez, está mediada por los valores y la cultura de un país o región particular, en buena medida determinados y transmitidos por los procesos de educación formal e informal.
En las sociedades latinoamericanas conviven diferentes visiones, muchas veces contradictorias que constituyen uno de los factores a partir de los cuales se construyen las percepciones sobre los problemas y su solución.
En síntesis, la educación, la investigación y la información contribuyen a la formación del entramado cognitivo-informativo, es decir, a formar las condiciones bajo las que se produce, interpreta y aplica el conocimiento sobre los temas ambientales. De allí el papel central que juegan como instrumentos de la política ambiental.
Entre los instrumentos de esta índole tenemos:
Sistemas de información ambiental
Los indicadores ambientales
La educación ambiental
Habiendo definido las categorías en las que se agrupan los instrumentos de la gestión ambiental, pasaremos a enfocarnos en tres especialmente que son de interés de estudio en este trabajo: los Estudios de Impactos Ambientales (EIA), las Auditorías Ambientales y el Derecho o Legislación Ambiental.
Los estudios de impacto ambiental (EsIA)
El Decreto N° 1.257 sobre "Normas sobre Evaluación Ambiental de Actividades Susceptibles de Degradar el Ambiente" define los EsIA de la siguiente manera: Estudio orientado a predecir y evaluar los efectos del desarrollo de una actividad sobre los componentes del ambiente natural y social y proponer las correspondientes medidas preventivas, mitigantes y correctivas, a los fines de verificar el cumplimiento de las disposiciones ambientales contenidas en la normativa legal vigente en el país y determinar los parámetros ambientales que conforme a la misma deban establecerse para cada programa o proyecto.
En efecto, los EsIA son procedimiento técnico-administrativo que sirven para identificar, prevenir e interpretar los impactos ambientales que producirá un proyecto en su entorno en caso de ser ejecutado, todo ello con el fin de que la administración competente pueda aceptarlo, rechazarlo o modificarlo.
Se trata de un documento legal-administrativo que no es más que una herramienta importante en el desarrollo de las Evaluaciones de Impacto Ambiental (EIA). Las EIA son un proceso más global y complejo que requiere de muchos pasos para que se dé un veredicto final. Por lo general se inicia con la presentación de la memoria resumen por parte del promotor, sigue con la realización de consultas previas a personas e instituciones por parte del órgano ambiental, continúa con la realización del EsIA (Estudio de Impacto Ambiental) a cargo del promotor y su presentación al órgano sustantivo. Se prolonga en un proceso de participación pública y se concluye con la emisión de la DIA (Declaración de Impacto Ambiental) por parte del Órgano Ambiental.
Estudios de Impacto Ambiental en Venezuela
En Venezuela cuando se va a realizar un proyecto socio-económico de gran impacto social, económico y ambiental, se debe realizar previa notificación al Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (MPPA) quien determinará la metodología y los estudios pertinentes para dar la declaración o permiso para dar efecto al proyecto.
Las personas naturales y jurídicas, públicas y privadas, interesadas en desarrollar programas y proyectos que impliquen la ocupación del territorio deberán notificarlo al MPPA, mediante la presentación de un Documento de Intención. La notificación se realizará al inicio de los estudios de factibilidad, a los efectos de la determinación por el señalado Ministerio de la metodología a seguir para la evaluación ambiental correspondiente.
El Documento de Intención contendrá información sobre los objetivos, justificación y descripción de las opciones a considerar para el desarrollo del programa o proyecto propuesto, las acciones con potencial de generación de impactos para cada etapa, el cronograma de planificación y las inversiones estimadas. Así mismo, contendrá la información disponible sobre los componentes físico – natural y socio – económico del ambiente a ser afectado por las distintas opciones y cualquier otra información relevante para la evaluación del programa o proyecto.
El MPPA establecerá la metodología a seguir, en un plazo que no excederá los treinta (30) días continuos a partir del recibo de la notificación.
Queda también sujeta a la aplicación de este artículo la ampliación, reactivación, reconversión, clausura, cierre y desmantelamiento de actividades susceptibles de degradar el ambiente.
La metodología a seguir para la evaluación ambiental de los programas y proyectos será establecida en función de sus características y efectos potenciales, así como de las condiciones particulares del ambiente a ser intervenido. La metodología podrá consistir en la elaboración y presentación de Estudios de Impacto Ambiental, Evaluaciones Ambientales Específicas o la presentación de recaudos para la evaluación, conforme a lo establecido en este Decreto.
El MPPA requerirá la presentación de un Estudio de Impacto Ambiental para los programas y proyectos relativos a las siguientes actividades:
1.- Minería:
Explotación o procesamiento de carbón a cielo abierto.
Explotación o procesamiento de bauxita.
Explotación de minas de material fisionable.
Explotación o procesamiento de sal con fines industriales.
Explotación o procesamiento de minerales metálicos y piedras preciosas.
Explotación o procesamiento primario de asbestos.
2.- Exploración o producción de hidrocarburos:
Programas de perforación exploratoria.
Programas de producción de hidrocarburos.
3.- Forestal:
Aprovechamiento o explotaciones forestales de bosques no sujetos a Planes de Ordenación y Manejo Forestal, con una superficie efectiva que supere las 50 ha y pendientes mayores al 15%.
Aprovechamiento o explotaciones forestales de bosques no sujetos a Planes de Ordenación y Manejo Forestal, con una superficie efectiva mayor de 500 ha y una intensidad de explotación mayor o igual a 5 árboles por ha.
Aprovechamiento o explotaciones forestales de bosques no sujetos a Planes de Ordenación, Manejo Forestal, con una superficie mayor o igual a 10.000 ha.
Plantaciones forestales con fines comerciales o industriales, que establezcan una cuota anual mayor o igual a 500 ha y cuya superficie total sea mayor o igual a 2.000 ha.
4.- Agroindustria:
Centrales azucareros.
Destilerías o plantas no artesanales de fermentación de bebidas alcohólicas.
Plantas productoras de celulosa, pulpa y papel.
5.- Acuicultura:
Camaroneras.
6.- Producción de energía o industrias:
Refinerías de petróleo y plantas de mejoramiento de crudos.
Complejos petroquímicos.
Complejos criogénicos.
Generación de energía termoeléctrica, hidroeléctrica, eólica, geotérmica y nuclear.
Parcelamientos industriales.
Industrias básicas de hierro y acero.
Industrias básicas de metales no ferrosos.
Producción de cemento, cal y yeso.
Procesamiento de materiales radioactivos.
Procesamiento y transformación de asbestos o productos que lo contengan.
7.- Transporte:
Proyectos de autopistas.
Proyectos de vías rurales, troncales y locales.
Proyectos de líneas férreas superficiales o subterráneas.
Proyectos de aeropuertos públicos y privados.
Puertos comerciales y muelles que permitan el acceso a embarcaciones con un tonelaje de registro bruto mayor o igual a 500 toneladas métricas o que impliquen dragados de volumen mayor o igual a 50.000 metros cúbicos.
Proyectos de canales y vías de navegación interior.
Proyectos de obras hidráulicas para la construcción de canales de navegación.
8.- Disposición de desechos:
Rellenos sanitarios con capacidad mayor o igual a 300 toneladas métricas por día.
Instalaciones para el tratamiento o la disposición final de desechos tóxicos o peligrosos.
9.- Desarrollo de obras de infraestructuras turísticas o residenciales:
Desarrollos urbanísticos residenciales con una densidad bruta mayor o igual a 100 habitantes por ha, o una población mayor o igual a 2.500 habitantes, a ubicarse fuera de áreas urbanas.
Desarrollos turísticos con más de 100 habitaciones en áreas costeras e insulares o con una propuesta de ocupación mayor o igual a 60 habitantes por ha fuera de áreas urbanas.
Desarrollos turísticos con una superficie mayor o igual a 20 ha en áreas continentales.
10.- Desarrollo de otras obras de infraestructura:
Líneas de transmisión eléctrica con una capacidad mayor o igual a 230.000 voltios.
Oleoductos, poliductos y gasoductos troncales de diámetros iguales o mayores a 40 cm.
Embalses para riego, control de inundaciones, abastecimiento general, generación de hidroelectricidad, con una capacidad mayor o igual a 500.000 m3 o que ocupen una superficie mayor o igual a 100 ha.
Trasvases.
Rellenos de áreas marino costeras, lacustres y fluviales, para construcción de obras de infraestructura, con superficies mayores o iguales a 1 ha.
Sistemas de riego que se surtan a partir de embalses o que cubran superficies mayores o iguales a 3.000 ha.
Emisarios para la descarga submarina de aguas servidas provenientes de centros poblados con más de 10.000 habitantes.
Plantas de tratamiento de aguas servidas municipales para centros poblados con más de 10.000 habitantes.
También se requerirán Estudios de Impacto Ambiental para los programas y proyectos relativos a actividades no señaladas en este artículo, pero que de acuerdo a la evaluación técnica del Documento de Intención requieran de este tipo de estudio.
Estudio de impacto ambiental, una necesidad en la actividad agrícola
La Revolución Verde, surgida en los Estados Unidos en los años cincuenta, se caracterizó por la hipótesis de que es posible controlar plenamente las variables ambientales, enfrentando y solucionando los problemas de forma aislada (atomística), desarrollando para lograr su principal objetivo, altas producciones, determinadas estrategias, cuyas tendencias llevaron a la agricultura al monocultivo; lo cual conllevó a desarrollar paquetes tecnológicos basados en grandes insumos, cuyo resultados de inmediato, fueron alterar la naturaleza, dañarla con los consecuentes impactos ambientales, que enfrenta el hombre en la actualidad.
Los factores que influyen sobre el medio ambiente son diversos y entre ellos tenemos:
El crecimiento de la población.
La urbanización.
El desarrollo industrial.
La mecanización de la agricultura.
El uso irracional de los recursos naturales.
Y otros factores que se pudieran mencionar.
En realidad la agricultura se convirtió en una actividad en donde se volvió artificial a la naturaleza, como resultado coevolutivo del sistema natural y social, provocando la degradación ambiental y una verdadera crisis ecológica, lo cual requiere para su solución la transformación radical de la sociedad y su manera de utilizar los recursos naturales.
Los impactos fundamentales se van a producir sobre:
Suelo. (salinización, acidificación, erosión, compactación y desertificación).
Diversidad. (Erosión genética, disminución de la diversidad y monocultivo).
Bosques. (Deforestación).
Aguas. (Contaminación y sedimentación).
Clima. (Efecto invernadero y ruptura de la capa de ozono).
Salud humana.
A escala mundial, está emergiendo de forma creciente un consenso de que se necesitan nuevas estrategias de desarrollo agrícola para asegurar una producción estable de alimentos y que sea consonante con la calidad ambiental.
Es cierto que el aumento de la producción alimentaría en los países en desarrollo se ha convertido en una necesidad desde mediados del decenio de 1980; y es preciso lograr que la misma se haga bajo los principios de la sostenibilidad. El reto con que se enfrentan hoy los agricultores es, por lo tanto, encontrar un equilibrio entre impulsar la producción agrícola para alimentar a las poblaciones en expansión y adoptar métodos agrícolas ambientalmente sostenibles que no agoten los recursos naturales necesarios para las décadas futuras de la Agricultura.
En este sentido las actividades agrícolas producen una serie de impactos sobre el medio que se deben tener muy en cuenta, si queremos adaptarnos al "desarrollo sostenible". Pues un porciento considerable de la tierra agrícola, en el mundo, ha sido alcanzada por la erosión, la compactación, la desertificación, los niveles de acidez, etc. provocado, principalmente, por la tala indiscriminada de los bosques, la expansión de la ganadería, así como el mal manejo y uso indiscriminado de tecnologías para la producción de alimentos sin tener en cuenta las características concretas del lugar.
Lo que las personas obtienen del entorno natural va mucho más allá de los aspectos materiales, y el mantenimiento de un medio sano, es una necesidad para lograr unas buenas condiciones de vida, no solo en el sentido material, sino también en el espiritual, para las generaciones actuales y futuras. Hoy en día existe el suficiente desarrollo tecnológico como para evitar el deterioro ambiental con costos inferiores al alto precio que la humanidad tendrá que pagar a medio y largo plazo de no tomar medidas cuanto antes. Se trata de establecer una solución armónica entre tecnología, naturaleza y sociedad y de aplicar la solidaridad planetaria al abordar cuestiones ambientales que son globales.
La agricultura, a diferencia de otras ramas de la actividad humana, carece de estudios que, sobre bases científicas, posibiliten dirigir la elaboración de estrategias de desarrollo integral de sus áreas y esto ha traído consigo la aplicación de tecnologías, sin tener en cuenta un estudio integral de los impactos que las mismas podrían causar en el orden social, económico y ambiental sobre el medio.
Se hace necesario, conociendo los impactos que la agricultura ha realizado sobre el suelo y otros recursos de la naturaleza y la importancia que tiene la misma para el alimento de las presentes y futuras generaciones, realizar estudios que permitan orientar la actividad agrícola sin comprometer el entorno.
El estudio de impacto ambiental cumple un papel central para la puesta en marcha de cualquier proyecto que se quiera aplicar en la agricultura, ya que permite documentar todo el análisis de los impactos ambientales de la acción determinada. Esto incluye la descripción del emprendimiento, las diferentes alternativas para su implementación, la línea de base, las medidas de mitigación y/o compensación, y los programas de seguimiento y control. Por ello, constituye la fuente de información primordial para pronunciarse acerca de los impactos ambientales esperados de la acción propuesta.
El hombre el ser más influyente en el Medio Ambiente, pero al mismo tiempo, el único de los seres vivos que puede prever los resultados de esta influencia y organizar su actividad de manera que el daño causado al entorno sea mínimo.
La aplicación de medidas preventivas en las tierras aun no degradadas y de medidas correctivas y de rehabilitación en las tierras secas mediana o gravemente degradadas, entre ellas las afectadas por movimientos de dunas, mediante la introducción de sistemas de uso de la tierra ecológicamente racionales, socialmente aceptables y equitativos y económicamente viables fomentaría la capacidad de sustento de la tierra y la conservación de los recursos bióticos en los ecosistemas frágiles.
El desarrollo integral de un país se vincula estrechamente con la capacidad de la sociedad nacional para establecer relaciones racionales con el medio ambiente. Es por ello que muchos han sido los investigadores que se han dedicado al análisis de este tema.
El principal objetivo de la agricultura y el desarrollo rural sostenible es aumentar la producción de alimentos de manera sostenible y mejorar la seguridad alimentaria. Para lograrlo se hace necesario evaluar las consecuencias de la acción que se realice sobre el medio agrícola y ver el desarrollo de la calidad ambiental determinado por estudios ambientales preventivos, en el que habría que plantearse de forma rigurosa la conservación de los recursos, tanto de los renovables, como de los no renovables, mediante el uso racional de los mismos.
Es preciso dar prioridad al mantenimiento y mejoramiento de la capacidad de las tierras agrícolas con mayores posibilidades para responder a la expansión demográfica. Sin embargo, también es necesario conservar y rehabilitar los recursos naturales de tierras con menores posibilidades con el fin de mantener una relación hombre-medio-tierra sostenible.
Esto requerirá la adopción de iniciativas en materia de educación, la utilización de incentivos económicos y el desarrollo de tecnologías nuevas y apropiadas, para así garantizar suministros estables de alimentos nutricionalmente adecuados, el acceso de los grupos vulnerables a esos suministros y la producción para los mercados; el empleo y la generación de ingresos para aliviar la pobreza; y la ordenación de los recursos naturales y protección del medio ambiente.
Una vez obtenido el significado de los impactos ambientales para la acción y sus alternativas, si las hubiere, es posible establecer comparaciones y tomar decisiones en relación con las ventajas y desventajas ambientales de ejecutar cada una de las diversas opciones existentes. Probablemente, la comparación ambiental de una u otra alternativa es el aspecto más difícil de cuantificar en el proceso, dado que es posible proyectar los riesgos y beneficios ambientales, pero es muy difícil que ellos puedan expresarse en unidades económicas.
Para lograr una Agricultura sostenible se hace necesario realizar, antes de ejecutar cualquier proyecto, estudios de impacto ambiental para que la misma cumpla con los siguientes objetivos:
Producciones estables y eficiencia de los recursos productivos.
Seguridad y autosuficiencia alimentaria.
El uso de prácticas agroecológicas ó tradicionales de manejo.
Preservación de la cultura local y de la pequeña propiedad.
Asistencia de los más pobres a través de un proceso de autogestión.
Un alto nivel de participación de la comunidad en decidir la dirección de su propio desarrollo agrícola.
Conservación y regeneración de los recursos naturales.
Es claro que no será posible lograr simultáneamente todos estos objetivos. Existen intercambios entre los mismos, ya que no es fácil obtener alta producción, estabilidad y equidad, pero el camino de las actividades agrícolas debe ir dirigido en este sentido si queremos que la especie humana no desaparezca.
Características de los Estudios de Impactos Ambientales
El estudio de impacto ambiental cumple un papel central, ya que permite documentar todo el análisis de los impactos ambientales de una acción determinada. Esto incluye la descripción del emprendimiento, las diferentes alternativas para su implementación, la línea de base, las medidas de mitigación y/o compensación, y los programas de seguimiento y control. Por ello constituye la fuente de información primordial para pronunciarse acerca de los impactos ambientales esperados de una acción propuesta.
Un estudio de impacto ambiental es un conjunto de análisis técnico-científicos, sistemáticos, interrelacionados entre sí, cuyo objetivo es la identificación, predicción y evaluación de los impactos significativos positivos y/o negativos, que pueden producir una o un conjunto de acciones de origen antrópico sobre el medio ambiente físico, biológico y humano. La información entregada por el estudio debe llevar a conclusiones sobre los impactos que puede producir sobre su entorno la instalación y desarrollo de una acción, establecer las medidas para mitigarlos y seguirlos, y en general, proponer toda reducción o eliminación de su nivel de significancia.
Los estudios de impacto ambiental tienen ciertas características que les son propias, sin las cuales no podrían cumplir con los objetivos y ventajas que les han sido asignadas como una herramienta útil en la protección ambiental. Aquí se incluyen aspectos básicos que imponen el marco en el cual se desarrollan los estudios; por ejemplo:
a) Los estudios son predictivos y están apoyados en información científica;
b) El análisis es interdisciplinario, donde diferentes especialistas deben interactuar para lograr una visión integral de las variables en estudio;
c) El análisis y compatibilización de escalas de trabajo y generación de datos de un mismo nivel de resolución son elementos centrales para establecer relaciones entre ellos;
Página siguiente |