Repercusión estomatognática del Bruxismo como somatización del estrés
Enviado por Mirtha Batista Aldereguía
- Resumen
- Objetivos
- Material y métodos
- Control semántico
- Análisis de los resultados
- Discusión
- Conclusiones
- Referencias bibliográficas
- Anexos
RESUMEN:
El bruxismo es la más prevalente de las parafunciones orales, puede darse en niños, adolescentes y adultos, y por las implicaciones que tiene en términos de dolor, deterioro dental y costo económico, debe ser evaluado y tomado en serio por la profesión odontológica. Objetivo: Determinar la posible relación entre los niveles de estrés emocional y el bruxismo. Metodología: Se realizó un estudio descriptivo en el área de salud "Chiqui Gómez Lubián" de la ciudad de Santa Clara entre Octubre-2006 Febrero-2007. El universo incluyó 2 consultorios seleccionados por el método aleatorio simple pertenecientes al Grupo Básico de Trabajo № 2. Se escogió una muestra representativa de 110 individuos de 15-59 años. Para la recolección de la información se utilizó un cuestionario a manera de Historia Clínica que incluía Interrogatorio y Examen Físico, y dos Test psicológicos para determinar niveles de estrés e intensidad de diferentes estados emocionales. Resultados: 46 individuos fueron diagnosticados con la parafunción (41%). Los resultados apuntaron hacia una relación positiva entre los niveles de estrés y el bruxismo. El estado emocional que caracterizó el estrés fue la ansiedad seguido por la ira. Los dientes resultaron ser las estructuras más afectadas, y se encontró una relación positiva entre el apretamiento y el dolor muscular. Conclusiones: Se estableció una relación importante entre el bruxismo y los niveles de estrés, con énfasis en la ansiedad, los dientes y los músculos fueron las estructuras más afectadas por el rechinamiento y el apretamiento respectivamente.
INTRODUCCIÓN
El sistema estomatognático se considera una unidad morfo-funcional constituida por una serie de estructuras de orígenes y características diferentes que a pesar de ser tan distintas trabajan armónicamente y en estrecha relación para desarrollar las funciones del sistema con un mínimo de gasto de energía, máxima eficiencia y óptimas respuestas tisulares. Está diseñado para llevar a cabo las tareas de la masticación, fonación y deglución consideradas sus funciones básicas, las que efectúa bajo un complejo sistema de control neuromuscular. El tronco cerebral regula la acción muscular mediante las engramas musculares que se seleccionan adecuadamente según los estímulos sensitivos provenientes de estructuras periféricas, cuando se recibe un estímulo sensitivo súbito e inesperado se activan los reflejos de protección( nociceptivo/ reflejo miotático) que originan una disminución de la actividad muscular en el área del estímulo. Es decir si existe armonía morfo-funcional se dice que el sistema trabaja en una zona llamada de ortofunción o función normal. Sin embargo ciertas actividades no funcionales desarrolladas por muchos individuos, podrían alterar el equilibrio existente entre la anatomía y la función del sistema.1
Esta actividad parafuncional carece de estos mecanismos de protección, ya que por un aumento de los umbrales de excitación de algunos de los receptores, disminuye su capacidad inhibitoria sobre las contracciones musculares. Esto permite ejercer mayores fuerzas sobre el sistema estomatognático aumentando así la posibilidad de daño. Una de las actividades parafuncionales más comunes del sistema Gnático es el BRUXISMO.2
Desde tiempos inmemoriales en la historia de la humanidad se ha venido haciendo referencia al acto conocido hoy como bruxismo. Tal vez la primera referencia se encuentra en los textos del Antiguo Testamento cuando se habla del "crujir y rechinar de dientes en relación con los castigos eternos" . Sin embargo, las teorías psicológicas como origen de la bruxomanía se enuncian científicamente en la segunda mitad del pasado siglo. El tema, tan viejo como la biblia "gnashing of teeth" continúa siendo un problema para la odontología.3
La palabra bruxismo fue usada por primera vez por Frohman en 1931, aunque fue Karolyi (1901) quien con la denominación de "Neuralgia Traumática" introdujo la mayoría de los conceptos que se tienen actualmente, por lo que fue nombrado también en esa época "Efecto de Karolyi" no obstante el término usado más recientemente por Drum (1962) de PARAFUNCIÓN nos parece más explicativo porque se trata justamente de una actividad paralela a la función que puede ser lesiva o no. No se puede saber cuantitativamente la exposición que se necesita para que se inicie o produzca un trastorno, lo que se sabe es que depende tanto de la frecuencia, magnitud y duración del estímulo dañino, como de la capacidad adaptativa del individuo y del entorno donde este se encuentre inserto. 2,3
Lo definiremos entonces como el hábito de apretamiento o rechinamiento de los dientes, diurno o nocturno con distintos grados de intensidad y persistencia en el tiempo generalmente inconsciente y fuera de los movimentos funcionales (Parafunción). Se describe también como un trastorno neuro-fisiológico de los movimientos mandibulares, que pueden ser rítmicos (Rechinamiento) y/o contracciones isométricas mantenidas en posición de máxima intercuspidación (PMI) o en posiciones excéntricas (Apretamiento).3,4
El bruxismo es uno de los más prevalentes, complejos y destructivos desórdenes orofaciales ya que como solo un bajo porcentaje de los pacientes es consciente de que lo hace, generalmente lo que nos llama la atención son sus efectos, por demás bien difíciles para la rehabilitación. Ha sido descrito presente en un 6 a 8% de la población de edad media y hasta en un tercio de la población mundial,4,5, en Cuba que se han realizado estudios de prevalencia en varias localidades ( de Ciudad de la Habana, Santi Spirítus, ) se reportan cifras desde el 15 al 40%, en Santa Clara (1991) sin embargo Gonzáles Mentado en su Trabajo de Terminación de Residencia encontró una prevalencia del 67,6%.
Una alteración, en este caso sistémica, frecuente, que puede influir en la función del sistema masticatorio es el aumento del ESTRÉS EMOCIONAL, dado que los centros emocionales del cerebro pueden tener una influencia en la función muscular. El estrés puede activar al hipotálamo, que mediante vías nerviosas complejas aumenta la actividad de las gamma eferentes y de esta manera las fibras intrafusales del huso muscular se contraen. Ello sensibiliza al huso de forma que cualquier leve distensión del músculo causará una contracción refleja, el efecto global será un aumento de la tonicidad del músculo.1
La concepción de la respuesta de estrés puede ser compleja, de acuerdo con las diferencias individuales, pueden manifestarse en un canal de respuesta más que en otro. Las características personales implicadas en la respuesta de estrés son: cognitivas, motoras y fisiológicas.6
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