Estudio para el diseño de un Programa de educación ambiental sobre el agua del río Puercos. Comunidad Manuel Sanguily

1. Síntesis
3. Materiales y métodos
4. Resultados y discusión
5. Diseño de una metodología de educación ambiental sobre el uso del agua en la comunidad Manuel Sanguily
6. Conclusiones
7. Recomendaciones
8. Referencias bibliográficas
9. Anexos

Síntesis

Se evaluó el estado actual de las aguas del rio Puercos a su paso por la comunidad Manuel Sanguily, ubicado en el Municipio La Palma.

En base a estos análisis y una encuesta realizada a los pobladores sobre los conocimientos de la protección de los recursos hídricos se acometió la proyección de un programa de Educación ambiental no formal sobre este tema.

INTRODUCCIÓN.

Desde el triunfo revolucionario en 1959, la protección del medio ambiente y el uso racional de los recursos naturales, como patrimonio de toda la sociedad, ha sido objetivo estratégico, y en medio de la difícil situación económica actual, los esfuerzos por encausar la recuperación ambiental con un enfoque integral constituyen un importante desafío para los cubanos. Sin embargo, aún persisten problemas que repercuten en la actividad socioeconómica del país entre los que se destacan: la contaminación de las fuentes de agua, entre otros (Castro, 1992).

Hablar del agua es comentar una paradoja. Es el elemento más abundante de la Tierra y escasea en muchos lugares. Da la vida y la quita. Une y separa. No le concedemos valor y su falta paralizaría nuestra vida. No figura en las grandes cifras macroeconómicas y es el principal activo. A pesar de todo, cualquier cosa que tiene que ver con el agua ejerce una atracción irresistible. Los ríos, la expresión más recurrente del agua dulce, han tenido y tienen un papel esencial en la vida del globo. Han sido inspiradores de muchas obras de arte, motores de la civilización de los pueblos, dinamizadores de las economías (Castro, 1994).

Es de todos conocidos que el agua dulce está distribuida de forma muy irregular en la tierra. Los grandes depósitos naturales se encuentran en los glaciares de Groenlandia y la Antártida y en los Lagos de América del Norte o de Rusia. Las zonas húmedas tropicales contienen porcentajes elevados del total de la reserva mundial. El resto de las zonas terrestres se abastece como puede ya que a la carencia de agua se une la estacionalidad de la escorrentía.

En las áreas urbanas del tercer mundo 170 millones de personas carecen de agua para satisfacer sus necesidades: beber, cocinar o lavarse; en las áreas rurales el panorama es más sombrío ya que alcanza a 885 millones (Castro, 1994).

Pero no todos los recursos pueden ser utilizados en todo su potencial. Existe un límite al que nos vamos acercando. La sucesiva construcción de presas ocasiona múltiples afecciones y no garantiza la satisfacción de las demandas futuras. Se habla de que globalmente hay un exceso de agua pero, debido a los límites operativos y a la contaminación, las cifras totales de este momento sólo se pueden llegar a duplicar y eso se supone que se puede alcanzar de aquí a unos 30 años. Urgen, por tanto, otras acciones correctoras de la desviación de los consumos.

 El agua ejerce un papel importante en la organización del espacio. Desde antiguo, los ejes fluviales han ofrecido a los grupos sociales unas condiciones para el establecimiento de focos de civilización. Cualquier mapa histórico del mundo, de épocas pasadas o recientes, ilustra la potencialidad de los ejes fluviales. La agricultura hidráulica, la hidroelectricidad, la posibilidad de comunicaciones o de transporte han sido siempre opciones para el desarrollo en las diferentes culturas.

El papel de las vías de agua todavía es perceptible en la actualidad si atendemos a la localización de los mayores asentamientos urbanos e industriales. Sin caer en el determinismo del agua, pues los medios técnicos de transporte lo cuestionarían, el agua ha tenido y tiene un papel relevante en la organización del espacio y también ha originado coerciones al desarrollo, lo mismo en épocas antiguas que en la actualidad, ya que todos los problemas no se resuelven con la técnica. Solamente por estos motivos habría que intentar desarrollar nuevas actitudes, hábitos diferentes de cara a preservar los ríos, los acuíferos y garantizar el futuro.

Desde tiempos remotos la tierra ha representado fuente de vida para el hombre, proveyéndolo de todo cuanto ha necesitado para subsistir. De esta manera el hombre ha explotado, los recursos que le brinda la naturaleza, sin embargo en las tres últimas décadas se ha hecho evidente la explotación indiscriminada e inconsciente de los recursos naturales (Fariñas, 2005).

La tala y la pesca indiscriminada, el uso de artículos que deterioran la capa de ozono, la contaminación del aire y agua son problemas actuales que afectan nuestro planeta y lo deterioran, influyendo en la calidad de vida, a lo que Gutiérrez (1995) afirma "la alteración ambiental por defecto de las acciones humanas en las sociedades industrializadas es un fenómeno de innegable vigencia".

El principal problema no radica solo en la explotación sino en la desinformación de las personas, quienes muchas veces tienen aptitudes apáticas hacia la conservación del ambiente por no conocer y concienciar la necesidad que cuidar la para el futuro.

A este respecto Machado (1996) hace una radiografía del problema "nada parece ser más difícil que cambiar los modos de comportamiento de una sociedad cuando el estilo de desarrollo imperante está muy arraigado"; pero además aporta una solución "se plantea una revalorización de cambios de comportamiento, de actitud de nuestra forma de vida, que se traduce en revisar los valores, símbolos e ideologías de la existencia, y ello dará nuevas pautas de modos de vida".

El presente trabajo se realizó en áreas de la comunidad Manuel Sanguily del municipio La Palma, provincia de Pinar del Río. Al comenzar la investigación se presentó el siguiente Problema: No existe, hoy en día, un programa de educación ambiental sobre el uso del agua del río Puercos por la comunidad Manuel Sanguily.