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Bolívar y Rodríguez en la Constitución de las nuevas Repúblicas


Partes: 1, 2

    1. Introducción: Las Repúblicas Americanas de Ayer y Hoy
    2. Bolívar y su preocupación por lo social: ¿Un Oligarca diferente?
    3. Propuestas para las Nuevas Repúblicas: La Necesaria Originalidad
    4. Las Nuevas Repúblicas: Entre el Deseo y la Realidad
    5. La Formación del Ciudadano Americano: Educación, Moral e Igualdad
    6. Simón Rodríguez: La Educación Popular
    7. La Originalidad de América
    8. La Unidad Latino Americana
    9. Simón Rodríguez y la educación en las nuevas Repúblicas americanas
    10. Primeras Experiencias
    11. La Política y el Permanente Peregrinar
    12. El Retorno a América: El Fracaso de un Proyecto
    13. Sus Últimos Años
    14. Vigencia de un Pensamiento
    15. Bibliografía Básica

    Introducción: Las Repúblicas Americanas de Ayer y Hoy.

    Hemos querido abordar en este trabajo el pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar y su destacado Maestro Simón Rodríguez, referente a los principios fundamentales bases para el surgimiento de las nuevas Repúblicas Americanas. Esta revisión está guiada principalmente por el rescate de aquellas ideas, que hoy en el debate de una nueva Constitución Nacional y el surgimiento de una nueva república, tengan aun vigencia.

    Venezuela y toda la América Latina, después de más de tres siglos de colonización, requería un proyecto para el surgimiento de una nueva realidad económica, política y social. Sin embargo, después de la independencia a pesar de la alta significación de la ruptura colonial con respecto a España, a pesar de algunos cambios ocurridos en el plano jurídico, la realidad económica, política y social pocas transformaciones estructurales presenciaron: 1) La Propiedad Territorial: La economía sigue siendo predominantemente agrícola y pecuaria, pero antiguos y nuevos dueños seguían monopolizando la tierra. 2) La Mano de Obra: Aun muchos años después de la independencia siguió existiendo esclavitud en América Latina (En Venezuela fueron liberados en 1854; 33 años después de la Batalla de Carabobo), pero aun siendo liberados permanecieron diversos mecanismos de esclavitud disfrazada, puesto que los esclavos, ahora hombres libres pero sin tierra, tuvieron que ir a trabajar la tierra pero ahora sin la obligación de los dueños de garantizarle vivienda, salud, educación, a él y a su familia. Como sí lo era en la esclavitud, donde el esclavo a igual que un animal debía ser protegido por el dueño.

    Sumado a esto, tenemos los endeudamientos hereditarios de los trabajadores (asalariados) con el hacendado que imposibilitaban la ruptura del trabajador con su trabajo y lo ataban a él y a sus descendientes a una esclavitud disfrazada. 3) En lo Político: A pesar de reconocerse en las mayorías de constituciones "la igualdad ante los ojos de Dios", lo cierto es que el poder político siguió concentrado en una elite, fundamentalmente la de los antiguos blancos criollos, que para elegir y ser elegidos había que contar con propiedades, títulos, saber leer y escribir que sólo eran propiedad de muy pocos. 4) Social y Cultural: Como es lógico este marginamiento de las mayorías de la propiedad territorial y el poder político, manifestaban la polarización social entre quienes no tenían nada y quienes lo tenían todo. Los pobres, los campesinos contaban con muy pocos derechos civiles y un casi nulo derecho a la educación. 5) En el plano de nuestras relaciones internacionales: si bien rompimos con España entramos a una era de dependencia económica con las nuevas potencias mundiales, en el siglo XIX con respecto a Inglaterra y en el siglo XX con los EEUU.

    Con lo anteriormente señalado, no pretendemos disminuir la importancia histórica de la gesta emancipatoria, pero es necesario reconocer que en América esta fue fundamentalmente beneficiosa para una elite: la oligarquía criolla, mucho de los cuales perseguían aumentar sus poderes y para nada le convenían cambios estructurales en la sociedad americana. A ello se debió la resistencia de parte de nuestros humildes pobladores en participar en esta lucha que pocos beneficios le ofrecía y esto fue causa a su vez de los fracasos iniciales de la independencia; igualmente la traición, la no solución a problemas vitales para estas mayorías, como era la libertad, la igualdad y el derecho a propiedad, produjeron durante buena parte del siglo XIX, revueltas, motines y revoluciones, que nuevamente dieron pie a nuevas traiciones. La Guerra Federal (1859 – 1864) es una manifestación de estas desigualdades sociales.

    Sí hacemos un rápido vuelo por nuestra historia, observaremos, como a pesar, de los largos años transcurridos en gobiernos dictatoriales, democracias representativas, discursos y reformas que prometieron cambios en esta realidad se quedaron en la nada. Hoy la mayoría de la tierra sigue estando en muy pocas manos; hoy a pesar de los avances en los aspectos sociales y políticos, sólo una minoría usufructa el poder, el 80% de la población se encuentra en estado de pobreza. No es casual que desde la época colonial hasta nuestros días sólo un selecto grupo representado por un 20% goza de un bienestar social mientras la mayoría vive en la indigencia.

    Pero así como muchos hombres de los que lucharon con armas y los que lucharon con las ideas contra la colonización, lo hicieron sólo pensando en sus intereses propios y traicionando a quienes les apoyaban, igualmente hubo hombres que a conciencia luchaban por la formación de Repúblicas Americanas estructuralmente diferentes. En este trabajo sólo nos referiremos a Don Simón Rodríguez y a su más importante alumno Simón Bolívar, pero en esta lucha, ayer y hoy no estuvieron solos y hoy tampoco lo están.

    Bolívar y su preocupación por lo social:

    ¿Un Oligarca diferente?

    Sobre los ideales de Bolívar se han hecho toda una fantasía, de quienes se lo imaginan desde niño alzando una espada y soñando con la libertad y la igualdad social. Esto contradice cualquier explicación lógica, no sólo por el hecho de pedirle a un niño que siendo parte de un legado familiar de esclavistas y grandes propietarios de la tierra tenga ideas igualitarias, sino que como bien se demuestra en los primeros escritos de Bolívar y más aún en los primeros años de la contienda (1810 – 1814), el proyecto bélico estaba para él aun centrado en la liberación de España y la lucha era fundamentalmente un problema entre blancos.

    La derrota de la primera y segunda república (1812 y 1814 respectivamente) y la movilización social producida por el ejército realista encabezado por Boves – que por primera vez despertaba el interés por la guerra a la mayoría de la población, al ofrecer tierra y libertad con respecto al esclavista y propietario de la tierra, es decir, el blanco criollo- dieron pie a la preocupación por lo social por parte del libertador. Así se manifiesta en los decretos de 1816 y 1817, en los que ofrece tierra y libertad a los que acompañaron al ejército patriota. Pero más aun en las propuestas de igualdad y justicia social, educación que propusiera ante el Congreso de Angostura de 1819.

    Sin pretender "tirar por los cabellos" las ideas del Libertador, pues es necesario reconocer la existencia de contextos históricos distintos, deseamos presentar a continuación algunos principios que pudieran ser debatidos a la luz de dos escenarios comunes: la constitución de las primeras repúblicas americanas y la actual necesaria constitución de una nueva República Venezolana y el Proyecto Integracionista Latinoamericano.

    Propuestas para las Nuevas Repúblicas:

    La Necesaria Originalidad.

    Es sin duda en el discurso ante el Congreso de Angostura en 1819 donde Bolívar mejor expuso las bases que a su parecer debían sustentar la Nueva República, así lo señala a los constituyentistas de entonces "…Siendo nuestras funciones la creación de un cuerpo político y aún se podría decir la creación de una sociedad entera…"(p.68).

    Al hacer su propuesta de Gobierno insiste en la necesidad de ser original, de reconocer nuestras diferencias y que por lo tanto no debíamos imitar: "pero sea lo que fuera, de este gobierno con respecto a la Nación Americana, debo decir, que ni remotamente ha entrado en mí idea, asimilar la situación y naturaleza de dos Estados tan distintos como el Inglés Americano y el Americano Español". (p.73), ya que según su propia apreciación: "Nuestro pueblo no es el europeo, ni el americano del norte, que más bien es un conjunto de África y de América…" (p.76). "No olvidemos jamás que la existencia de un gobierno no consiste en su teoría, en su forma, ni en su mecanismo, sino en ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la nación para quien se instituye"(p.81).

    Reconoce Bolívar los sueños de libertad, igualdad, soberanía nacional, democracia, proscripción de las monarquías, las distinciones, la nobleza, los fueros, los privilegios, la lucha por los derechos del hombre, la libertad de obrar, de pensar, de hablar y de escribir, pero que estos sueños chocaban con la ignorancia generalizada tanto de los gobernantes que igualmente desconocían "el curso de los negocios públicos" y que el pueblo estaba atado, "…al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio…"(p.69), la inexistencia de un verdadero ciudadano culto y responsable debía ser altamente considerada por los constituyentistas: "No seamos presuntuosos, legisladores; seamos modestos en nuestras pretensiones. No es probable conseguir lo que no ha logrado el genero humano: lo que no han alcanzado las más grandes y sabias naciones: la libertad indefinida, la democracia absoluta, son los escollos a donde han ido a estrellarse todas las esperanzas republicanas"(p.88) "para formar un gobierno estable se requiere la base de un espíritu nacional, que tenga por objeto una inclinación uniforme hacia dos puntos capitales, moderar la voluntad general y limitar la autoridad pública…"(p.90) "dignaos conceder a Venezuela un gobierno eminentemente popular, eminentemente justo, eminentemente moral…"(p.98).

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