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Ensayo acerca de la responsabilidad socio-espiritual de los creyentes con los huérfanos

Enviado por Karina Rodriguez


  1. Introducción
  2. La posición de Dios ante los huérfanos
  3. La misión de la Iglesia y la familia cristiana
  4. Sanidad en las motivaciones para la decisión de adoptar
  5. Familias sanas, hijos sanos
  6. Implicaciones de la crianza de un hijo adoptivo
  7. Conclusión

Introducción

Las relaciones sexuales fuera de la voluntad de Dios, y las situaciones de infortunio y muerte producto de la violencia en nuestro país, van dejando a su paso una estela de abandono y dolor, de niños huérfanos y en muchos casos sin esperanza de disfrutar la estabilidad y cobertura de un hogar sano.

Lo complicado de exponer acerca de la adopción es que todos creen saber lo necesario acerca de este tema: Que no deben acercarse a él a menos de que las circunstancias realmente lo obliguen. La percepción general es que los niños adoptados son un problema, y una familia deberá recurrir a este acto como una medida extrema, cuando los tratamientos de fertilidad dictaminan que no existe la posibilidad de la procreación (lo cual de por si resulta vergonzoso socialmente).

Aun dentro de la iglesia parece producto de ingenuidad e inexperiencia en temas de familia, el tocar el tema de la adopción de huérfanos, tengo la convicción de que Dios desea romper nuestra indiferencia y llevarnos a la revelación de sus anhelos con estos críos suyos, mas allá de lo emotivo, ilusorio y aparente que hemos experimentado al respecto.

La posición de Dios ante los huérfanos

De lunes a viernes a las 7:00 pm, se presenta en los canales nacionales, una canción infantil con fotografías de niños y adolescentes, es el anuncio del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar-ICBF, de los chicos que se encuentran bajo su custodia mientras aparecen sus padres. Esto es tan rutinario, que aunque cada semana cambien los tristes rostros de los chicos, se suele tomar como un comercial más, sin siquiera notar que en el espacio donde van los nombres de los mas pequeños o el de sus padres, dice: "desconocido"; sin pensar que su edad es inversamente proporcional a la oportunidad que tienen de hallar una familia que les ampare; y sin pensar que aun muchos de los mas pequeños llegaran a adultos buscando su hogar; algunos de estos niños nunca hallarán su lugar en el mundo. ¿Será posible que Dios nunca ha visto la tele a esa hora? Pues no, nunca ha sido posible para él apartarse de este tema, él se ha llamado Padre de estos chicos, El los planificó y mas aún: no los dejó sin propósito.

Desde la antigüedad se ha considerado huérfano (orphanos- del griego ??fa???) [1]a aquellos que no tienen padres. Aun cuando tuviesen herencia y bienes materiales, Dios manda a darles un trato especial considerando su condición de vulnerabilidad, y en particular en el caso de los pobres a no socavar sus derechos, en el caso de estos últimos su subsistencia dependía de los parientes cercanos o lejanos que pudieran compadecerse de ellos, pero si no hallaban un familiar dispuesto a cuidarles, estaban condenados a pedir limosna, a venderse como esclavos o a morir de hambre. [2]

Jehová trae restitución del derecho, restauración: "Exaltad al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él. Padre de huérfanos y defensor de viudas. Es Dios en su santa morada. Dios hace habitar en familia a los desamparados;" nótese la protección personal y el amparo que El promete a los huérfanos[3]cuando se responsabiliza explícitamente como su Padre en el Salmo 68:4-6.

Con este pueblo en particular Dios ha comprometido su fidelidad para proveer[4]

  • Amparo: Seguridad, suple su necesidad de cuidado y guía.

  • Rescate: Recuperación, rescate, cuando han sido abandonados.

  • Sustento: Satisfacción de sus necesidades físicas.

  • Justicia: Velar por sus derechos

Los cuidados particulares que Dios exige para con los huérfanos, trasciende la ley y la moral. Cosa delicada es ante Dios la opresión o la injusticia para con los huérfanos, al punto de compararlo con la hechicería y el adulterio[5], y condenable aun sí viniera de los príncipes del pueblo. Desde la ley el pueblo judío tenia instrucciones precisas de estrategias para que todos contribuyeran al sustento de los huérfanos[6]esta costumbre se enfatizó cuando la iglesia primitiva lo adopta no solo como un compromiso social, sino como una muestra palpable de la fe y el amor genuinos, fruto de poner la Palabra de vida en acción[7]

La misión de la Iglesia y la familia cristiana

La participación mas clara atribuida a la iglesia esta contenida en Santiago 1: 27. Dice el Señor: "La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo". El término visitar, no se limita a compañía, o palabras de ánimo, viene del griego ?p?s??pt?µa? (episkeptomai): que significa hacerse cargo de, cuidar, encargarse de. Implica un serio compromiso de tomar la carga, proveer para las necesidades de comida, abrigo, afecto, ayuda, preocupación, vigilancia, en términos generales es asumir la responsabilidad que debían cumplir los padres.

¿Que razones llevaron al Padre a encomendar esta obra de fe a la iglesia? La explicación la hallamos en la revelación del evangelio mismo: La fe en el nombre de Jesucristo nos ha hecho partícipes del don de Padre, quien decidió tramitar nuestra adopción legal[8]para hacernos herederos de la salvación en Cristo, a partir de ella el Espíritu Santo nos introdujo en la iglesia, y nos acompaña en nuestro caminar diario, precisamente es El quien vivifica la Palabra en la vida de los hijos de Dios, todo este proceso hace que la iglesia no solo sea la mas indicada, sino la mas capacitada para cumplir con este acto de amor.

Sin duda alguna esto es un reto para la iglesia y para cada hijo adoptado por Dios en particular, la forma de cumplirlo se la dará el Espíritu Santo en su intimidad con El, en este ensayo únicamente me referiré a la Adopción de niños huérfanos por parte de familias fundamentadas en los principios bíblicos.

Elvira Zuowski, en su artículo "La misión evangelizadora de la familia" esboza que la función de la familia es formar en cada miembro un cristiano genuino, en primera instancia creando una atmósfera basada en las relaciones sanas, sentimientos, principios y valores, este clima cotidiano dirigido por el Espíritu imprime una fuerte enseñanza del vivir en Dios, y prepara el terreno para la enseñanza consciente de la gracia de Dios, y la explicación de las respuestas que se esperan de cada miembro y la implicación de cada una de las alternativas. La familia cuenta con el tiempo, los métodos, la autoridad y el poder para mostrar a cada miembro la oportunidad de salvación que hay en Cristo.

Una familia que decide acoger en su seno a un niño huérfano, suple sus necesidades físicas y emocionales, provee la oportunidad de conocer el evangelio de Dios y se convierte en facilitadora del cumplimiento del propósito de Dios en la vida de este pequeño. Esta es una decisión trascendental, un proyecto magno que requiere un análisis minucioso, una auto evaluación y ante todo el respaldo de Dios. Para tomar una decisión sabia consultaremos algunas de las implicaciones legales, emocionales y espirituales de este paso:

El Código de la Infancia y la Adolescencia colombiano define el acto de adopción de la siguiente manera: "La adopción es, principalmente y por excelencia, una medida de protección a través de la cual, bajo la suprema vigilancia del Estado, se establece, de manera irrevocable, la relación paterna filial entre personas que no la tienen por naturaleza"[9]

Legalmente la adopción otorga al huérfano todos los derechos y obligaciones propios del vínculo familiar, los padres adoptivos deciden encargarse del niño como si fuese propio, materializando plenamente el sentido de visitar (episkeptomai).

Quienes deseen adoptar deben tener las siguientes cualidades: Ser plenamente capaces, Ser mayor de 25 años de edad, Tener al menos 15 años más que el adoptado, Garantizar idoneidad física, mental, moral y social suficiente para ofrecerle un hogar adecuado y estable a un niño, niña o joven.

Sanidad en las motivaciones para la decisión de adoptar

"Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones" y "cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles"[10]

Las voces de Jeremías y de Pablo, nos muestran que Dios ha determinado sus propósitos, sueños, misiones y aún ministerios para nosotros desde que fuimos concebidos, la función evangelizadora de la familia incluye potencializar lo que Dios ha dado, para que Él cumpla sus fines, este debe ser el principal motor de la adopción de un niño huérfano.

La adopción siempre debe estar centrada en el beneficio del adoptado, por lo tanto se toma en cuenta mas que los deseos de los adoptantes, su idoneidad para ejercer la paternidad. Requiere un compromiso irreversible, diario, cotidiano, invaluable, que debe ser asumido con madurez, amor genuino para vencer las dificultades adicionales a las de la crianza de un hijo natural.

Por mucho tiempo se ha empleado la adopción sin la guía de Dios, por ello es necesario filtrar algunas concepciones generalizadas que han motivado al uso de la adopción, debemos retirar de nuestra mente las premisas erradas, y renovar nuestro pensamiento con la Palabra.

MOTIVACIONES ERRADAS

  • 1. La adopción no se debe dar por accidente o como una obra de caridad, debe estar fundamentada en la meditación de esta decisión y sus implicaciones, las emociones son fugaces y no sostienen a largo plazo el compromiso que se requiere, haciendo que se pague el costo de la ligereza con amargura. Obviamente el impacto negativo en el niño será drástico.

  • 2. En algunos casos las adopciones se hacen informalmente entre familiares con el objetivo de cubrir las irresponsabilidades de parientes con sus hijos, eso desdibuja las figuras de autoridad, y crea confusión en la personalidad del niño. Resulta benéfico para la criatura hallar un hogar que le ame, pero el sentimiento de abandono e inestabilidad es muy fuerte.

  • 3. Ni aun los hijos biológicos se deben engendrar para remediar la soledad, eso coarta la libertad de autorrealización, formación de familia y desarrollo ministerial del niño, y en últimas genera desilusiones en ambas partes. Una de las novedades del Código de la Infancia y la Adolescencia es la inclusión de personas solteras, viudas o separadas como adoptantes, lo positivo de esto es que amplia las posibilidades de los niños en condiciones de adoptabilidad. Sin embargo estas personas deben discernir si su motivación está basada en el temor a la soledad, según el plan de Dios, el remedio a esta necesidad normal humana esta en la unión a un cónyugue en matrimonio, no en los hijos ya sean biológicos o adoptivos. También se debe contemplar que entre las necesidades de un niño adoptivo se encuentra la de hacer parte de un hogar con las figuras de autoridad claramente definidas, esto como condición óptima saludable.

  • 4. Los hijos nunca deben ser generados para satisfacción de los sueños y anhelos de la pareja, ningún padre puede imponer a sus hijos sus propios anhelos, pues sería truncar el cumplimiento de los planes de Dios en ellos.

  • 5. La motivación errada mas común es la del matrimonio que no ha podido tener hijos biológicos y desean un hijo que "complete" la familia. Aun cuando el plan de Dios para el matrimonio es que críen hijos y formen generaciones, cuando la pareja se une ya es una familia. Los hijos no deben ser utilizados unir o perpetuar un hogar que está resquebrajado, antes de tener un niño la pareja debe ser restaurada, para crear un ambiente que le permitirá crecer sanamente.

Los sentimientos que despierta la infertilidad son diferentes para cada uno de los miembros de la pareja:

Si es la mujer la que no puede quedar embarazada, generalmente, siente culpa, rabia, envidia e inseguridad.

Si es el varón el que no puede embarazar a su mujer, experimenta una vivencia de impotencia[11]

La situación de infertilidad es una prueba que la pareja debe superar unida, en apoyo y amor mutuo, el amor todo lo puede, todo lo soporta. Cada uno debe renunciar a estos sentimientos y sanar las heridas antes de recibir al niño adoptado, para evitar colocar sobre sus hombros la responsabilidad de la felicidad familiar. Con el tiempo estos sentimientos consentidos, darán a luz un complejo de inferioridad que permanecerá por años en la pareja, hasta que decidan renunciar a él y ser libres.

La sociedad pretende determinar los tiempos y los modos en la pareja, a los novios le dicen cuando es tiempo de casarse, a los recién casados que deben encargar bebés, luego cuando vendrá el segundo para hacer parejita, y eso continúa infinitamente. La pareja debe decidir en común acuerdo cuales son los tiempos propicios para cada cosa, eso evitará el sentimiento de frustración por no cumplir los estándares de la sociedad.

Familias sanas, hijos sanos

Tomaré además dos ejemplos basados en las Escrituras acerca de la adopción, los cuales nos dan luces acerca del tema:

1. Esther fue una huérfana adoptada por su primo Mardoqueo, quien le instruyó para que ella llegara a ser reina, llegado el momento le recordó su responsabilidad con el pueblo judío y le exigió que la asumiera[12]

2. Jesús fue adoptado por José y María en condiciones muy particulares. En su proceso de selección para escoger los padres adoptivos del Salvador del mundo, Dios no tuvo en cuenta su condición económica, no requirió verificar el tiempo de estabilidad del hogar, ni siquiera tuvo en cuenta que aun no estaban casados. Entonces ¿Qué permitió que Dios Padre otorgara la patria potestad de su Hijo en manos de esta pareja?

Dios pudo mirar en el corazón de esta pareja el potencial para criar a su hijo, guiado por El: La Biblia dice que José era un hombre justo, era sensible a la voz del Señor y le creía cada vez que se le manifestaba en sueños, celosamente cuidaba de su familia, disciplinaba a sus hijos y era cumplidor de la ley (se sujetó al empadronamiento pese a los perjuicios por el embarazo de María y cumplió la presentación de Jesús en el templo a pesar de ser pobre).

María por su parte, se sujetó a ser sierva de Dios, aunque ese acto de fe literalmente podía costarle la vida, creyó cuando el ángel le dijo "No temas", fue atenta en guardar en su corazón las señales de lo ocurrido en la vida de Jesús, no se aferró al niño, ni entorpeció su ministerio y decisión de morir, por pensar en sí misma. Ella asumió un alto costo por criar Jesús y fue un catalizador para que él cumpliera su misión en la tierra.

Entre ellos no se pusieron de acuerdo previamente para adoptar, Dios hizo el proceso con cada uno por separado, Dios confirma en el corazón de cada uno de los cónyuges el aval para la adopción pues cada uno debe estar seriamente comprometido, luego es importante el acuerdo, para ver el respaldo de Dios como pareja.

Es menester recordar que "herencia de Jehová son los hijos"[13], los padres ejercen mayordomía en la formación del hijo de lo cual darán cuenta delante del trono de Dios, ello implica dependencia del Espíritu en la construcción de cada hijo en particular, aplicable a los hijos biológicos, y a los adoptivos.

Desde la perspectiva de Jesús mismo, debemos resaltar algunas características de un hijo adoptivo sano:

  • 1. Jesús conoció su origen desde niño, el niño nunca perderá sus vínculos sanguíneos, la información genética, su historia, y es necesario que la conozca como parte de la formación de su propia identidad. Esto se puede apreciar cuando Jesús a los 12 años se quedo conversando con los maestros de la ley en el templo, con la convicción de que no era una travesura infantil, él sintió el llamado a atender los asuntos de su Padre[14]

  • 2. Jesús adquirió y gozo de todos los derechos de los hijos biológicos. Fue reconocido como hijo legítimo[15]según la tradición incluso se ha comentado que adquirió el oficio de carpintero que tenía su padre.

  • 3. Jesús se sujeto a la autoridad de sus padres[16]

  • 4. Al morir, él no evadió su responsabilidad como hijo, pues conociendo que María como viuda, estaría destinada a mendigar, prostituirse o venderse como esclava, delegó en Juan su cuidado como hijo[17]

Implicaciones de la crianza de un hijo adoptivo

Su crianza requiere igual amor, paciencia, disciplina que el hijo biológico, sin embargo Las implicaciones de tener un hijo adoptado son mayores que cuando se decide tener un hijo biológico. La tarea de reivindicación de los derechos de los niños huérfanos y abandonados por ser una misión restauradora tiene unas implicaciones particulares. Estas son algunas pautas de carácter emocional y espiritual que deben ser tenidas en cuenta:

  • 1. Genérelos inicialmente en el plano espiritual. Igual que con los hijos biológicos, es necesario orar pidiendo a Dios que el escoja a su niño, evalúe detalles específicos acerca del niño a adoptar, como edad, sexo, región de nacimiento, raza o rasgos físicos similares a los de los adoptantes, etc, mientras mas específicos y realistas sean en cuanto a sus deseos, mas satisfactoria resultará la asignación que haga el instituto encargado.

Algunas parejas prefieren a los niños mayores pues desean evitar la etapa de máxima dedicación (trasnochos, cambios de pañales, etc), otras por temores de las marcas de la institucionalización y por el deseo de tener a un niño desde inicios de sus días, deciden adoptar desde bebés. En todo caso esta decisión parte de una evaluación de las condiciones particulares e intereses de los adoptantes.

  • 2. Documéntese acerca del proceso legal y la psicología de la adopción. El ICBF dirige talleres de capacitación durante 6 meses previos a la entrega del niño. Encárguese además de preparar a su familia extensa, los conceptos erróneos que ellos tengan acerca de la adopción, en algún momento podrán afectar negativamente al niño.

  • 3. Los padres adoptantes deben ser conscientes de la herencia emocional y espiritual impresa en los genes de estos niños. La mayoría de las instituciones formales proveen expedientes físicos y sociales de los progenitores del niño. Indague en lo posible acerca de historia clínica familiar, enfermedades genéticas y hereditarias, motivaciones de la madre a entregar al niño, condiciones de la concepción y la gestación del bebé.

  • 4. La mayoría de los niños entregados en adopción fueron rechazados desde el momento de la concepción, eso desencadena a nivel inconsciente baja autoestima, inseguridad, sentimiento de culpa, rebeldía y resistencia a ser amado, por ello la familia además de quebrar espiritualmente este yugo, debe proveer un constante flujo de amor que quebrante las fortalezas tras las cuales el chico se esconde.

La adopción debe reescribir la historia de vida sobre la base del afecto divino y familiar. Este proceso incluye oración permanente declarando bendiciones sobre él, una correcta orientación espiritual les llevará a ser libres de las ataduras y maldiciones generadas en los pecados ajenos.

  • 5. Los adoptados adquieren los mismos derechos y obligaciones que los hijos biológicos, muchos padres erróneamente dejan de aplicar la disciplina necesaria al niño adoptado por temor de ser rechazados por él cuando descubra que no es hijo natural. La disciplina tiene un importante papel en la formación del carácter de la persona, pues enseña los límites y responsabilidades, y prepara el camino para la vida y la relación con Dios, mostrando que toda desobediencia trae por naturaleza consecuencias negativas.

  • 6. El niño debe ser aceptado por su familia adoptiva tal y como es, procurando no anteponer para él expectativas propias, respecto a la realidad de ese niño y a los planes de Dios con su vida. Al igual que cualquier otro padre biológico, un día pueden sentirse orgullosos y al otro "vencidos", solo si los padres aceptan sus propias limitaciones y la de sus hijos, se sentirán "verdaderos padres".

  • 7. Decida no mentir con relación al origen del niño. Todo niño adoptado tiene derecho a conocer su realidad biológica[18]como parte de la búsqueda de su identidad, y debemos recordar lo celoso que es Jehová con la vindicación de los derechos del huérfano[19]Profundizaremos un poco más sobre este tópico, dado que es el mayor tabú de la adopción.

El temor al rechazo es un arma del diablo para llevar a los padres adoptantes a crear un circulo de mentiras alrededor de los niños, que les ata y crea en su ser la sensación de inseguridad, de duda y no permite que los lazos filiales hijo-padre adoptivo intimen y sean inquebrantables. Estas mentiras no se podrán sostener para siempre, y en algún momento el adoptado se enfrentará a la realidad, lo cual golpeará fuertemente la confianza hacia sus padres.

Los lazos que unen a los miembros de un hogar cristiano deben estar fundamentados en la luz y en la verdad. Solo el mantenerse firmes y unidos en los principios de Dios preparará a la familia para soportar cualquier situación. Por otra parte, la adopción es un acto de amor que no debe producir vergüenza. Los adultos no mentimos para el bien del hijo, sino porque tenemos dificultades para enfrentar temas que nos resultan incomprensibles o dolorosos, porque exhiben aspectos de nosotros mismos que no nos gustan o que nos muestran frágiles o con fallas. No poder "hacer" hijos es una falla del cuerpo, y en este reconocimiento hay una gran dosis de frustración, de dolor, de celos y de envidia por todos aquellos que, sin proponérselo, sí pueden[20]Este sentimiento es contrario al fruto del Espíritu y como anotamos en un punto anterior, se deben sanar.

Los padres adoptivos, siempre serán reconocidos por el adoptado como su verdadera familia, sin embargo nunca dejara de ser el padre adoptivo, por ello es necesario que cree alrededor del niño un ambiente de verdad y confianza en el que pueda ir recibiendo de acuerdo a su edad y entendimiento el conocimiento de que es adoptado, el tema debe ser tratado con naturalidad desde el inicio, actualmente existen en el mercado libros e incluso cuentos infantiles que ayudaran a transmitir a los niños amor, aceptación, inclusión y seguridad como elementos motores de su adhesión a la nueva y definitiva familia.

La adopción es, para estos niños, parte de lo que son; pensarán en ella sin remedio, durante toda su vida[21]Resulta muy saludable mantener comunicación con el niño acerca de sus percepciones y sentimientos, eso les ayudará a asumir juntos esta condición especial (la adopción no es un problema).

Conclusión

Para no idealizar las expectativas del apropiar hijos con un ADN diferente, deben verse desde la perspectiva de Dios, el resultado real de este reto es Generar una oportunidad, los demás resultados que se desencadenen de esto dependerán de las decisiones que tome el adoptado en respuesta a los compromisos que le plantea Dios a través de su familia. El deberá decidir acerca de su salvación y su compromiso con Dios, tal como cualquier hijo biológico, sin embargo el rescatarle del abandono y exponerlo al ambiente de una familia guiada por el Espíritu de Dios tendrá un poderoso efecto evangelizador en su vida lo cual facilitara la toma de decisiones que reflejen compromiso con Dios y la sociedad, sin embargo debe quedar claro que esto no es garantía absoluta de que no errará en el camino.

La salvación del alma depende de una decisión del adoptado, sin embargo el salvar una vida es el resultado de la decisión del adoptante, esta proyección puede ser exponencial de acuerdo a la respuesta de esta persona a Dios y de acuerdo a su compromiso por guerrear por lo que usted ha confesado para ese niño, El puede ser el inicio de una libre y nueva generación, el puede ser el instrumento de Dios para expandir su reino, el potencial es precioso en manos del Creador, por ello se requiere de esta oportunidad. Si los esfuerzos que exige esta crianza en particular valen la pena o no, podrán decirlo muchas de las personas que han sido adoptadas aun por familias no cristianas, o aun puede responderlo usted como hijo adoptado por el buen Padre Celestial.

Para concluir debemos entender que como fruto de la fe genuina, todo cristiano casado o soltero, tiene el compromiso de cuidar de los huérfanos, esta obra del Espíritu llega a la cúspide con la adopción legal de un niño en tal condición de indefensión, sin embargo una vez el creyente tome la decisión de prestarse como instrumento de la voluntad de Dios, es El mismo quien dará a cada uno la forma de llevarla a cabo.

Todo cristiano tiene el deber de debatir el tema, y escuchar la revelación de Dios al respecto, cualquier decisión debe ser tomada en común y verdadero acuerdo, pues todo aquello que la pareja inicie en comunión será respaldado y bendecido por Dios.

En el caso de familias que tengan la posibilidad física de tener hijos biológicos, es recomendable que la decisión de adoptar sea asumida luego de experimentar el ejercicio de la paternidad natural.

En conclusión, lo principal que requerimos es la revelación del amor ágape de Dios, que le llevo a adoptarnos, la comprensión de los derechos paternales de Dios en nosotros y nuestra identidad como sus hijos, la que hará que repitamos su sano modelo como familias que asumen el reto de amar incondicionalmente a seres sin nuestra sangre, para sembrar en ellos herencia de nueva vida y la oportunidad del cumplimiento del propósito de Dios en ellos.

 

 

Autor:

Karina Rodríguez

Estudiante Universidad FLET

Módulo HU103 – Matrimonio y familia

 

[1] Swanson, James: Diccionario De Idiomas Bi´blicos : Griego (Nuevo Testamento). Edicio´n electro´nica. Bellingham, WA : Logos Research Systems, Inc., 1997, S. GGK4003

[2] Cevallos, Juan Carlos: Comentario Biblico Mundo Hispano Tomo 23 : Hebreos, Santiago, 1 Y 2 Pedro, Judas. El Paso, Texas : Editorial Mundo Hispano, 2006, S. 214

[3] En la mayoría de los textos equiparan huérfanos y viudas en condiciones de desigualdad y vulnerabilidad, sin embargo por la delimitación del tema únicamente nos referiremos a los primeros.

[4] Salmos 10: 14b, 27: 10 y 146: 9. Deuteronomio 10: 17-18

[5] Malaquías 3: 5, Jeremías 5: 28

[6] Deuteronomio 24: 19-21

[7] Hechos ?6?, ?9: 36–43? y ?Santiago 1: 27

[8] Juan 1: 12

[9] Artículo 61 de la Ley 1098 de 2006

[10] Jeremías 1: 5, Gálatas 1: 15

[11] Adopción. /trabajos7/adop/adop#adop. Autor: Romina.

[12] Ester 2: 7, 10, 11. 4: 13-14

[13] Salmos 127: 3

[14] Lucas 2: 49

[15] Lucas 3: 23 y 1: 16

[16] Lucas 2: 51

[17] Juan 19: 26-27

[18] La adopción. /trabajos82/adopcion-argentina/adopcion-argentina. Autor: Patricia Castelli

[19] Salmo 68:5

[20] Psicología del niño adoptado (Cuando decirle la verdad). / trabajos22/psicologia-adoptado/psicologia-adoptado?monosearch Autor: Francisco Cejas B.

[21] Psicología del niño adoptado (Cuando decirle la verdad). / trabajos22/psicologia-adoptado/psicologia-adoptado?monosearch Autor: Francisco Cejas B.