El 9 de Septiembre comunica Uriburu a la Corte Suprema la constitución del gobierno provisional, tres días después los miembros del supremo tribunal entrevistan al Presidente, y le hacen saber que por acordada del 10, ha sido reconocido el gobierno surgido de la revolución: Uriburu, contesta, "El gobierno tiene el mayor deseo de mantener la integridad de la justicia", el 18, los embajadores de los Estados Unidos e Inglaterra hacen saber a Uriburu que las potencias por ellos representadas han reconocido también al gobierno provisional.
Los radicales antipersonalistas expresan categóricamente a su apoyo al gobierno provisional, mediante un manifiesto expedido el 25 de Septiembre con la firma de los principales dirigentes, encabezados por los doctores Vicente C. Gallo, José Camilo Crotto y Enrique M. Mosca. También la Federación Agraria Argentina resuelve adherir al gobierno revolucionario y prestarle su apoyo a través de un Partido Agrario, las organizaciones sindicales, entretanto, resuelven mantenerse a la expectativa ante la nueva situación, fortaleciendo la unidad a través de la creación de la confederación General del Trabajo, fundada el 27 de Septiembre, con el propósito de mantenerse "independiente de todos los partidos y agrupaciones ideológicas".
En esos días el doctor Marcelo T. de Alvear se halla en París, y al enterarse de los sucesos del 6 de Septiembre declara: "Yrigoyen ha jugado con el país. Socavó su propia estatua y deshizo al Partido Radical, lo que explica que los enemigos más encarnizados del jefe inepto sean los verdaderos radicales"; y con relación al gobierno provisional expresa: "Los argentinos deben tener eterna gratitud a los hombres que en un momento dado se jugaron para ponerse al frente de la reacción y producir lo que era un anhelo general y casi unánime". El 7 de Noviembre el doctor Roberto M. Ortiz escribe a Alvear y le relata los detalles de la revolución, al tiempo que le pide su regreso para llevar a cabo, "la reconstrucción nacional del radicalismo"; allí le aconseja pasar previamente por los Estados Unidos, para promover en ese país "una corriente de amistad cordial que repercutiría gradualmente entre nosotros".
Por su parte, los elementos yrigoyenistas provocan un serio incidente el 8 de Septiembre, apenas terminada la ceremonia del juramento, varios camiones con gente armada irrumpen en el centro de la ciudad y efectúan disparos contra el edificio del Correo y la Casa de Gobierno, mientras se producen interferencias telefónicas que dan cuenta del levantamiento de algunos cuerpos de ejército del interior. Fuerzas militares, auxiliadas por numerosos civiles, se lanzan en persecución de los camiones, y en la confusión se producen algunas víctimas entre la multitud aún no dispersa que se halla en las proximidades de la plaza de Mayo.
La ideología revolucionaria
Fiel, a sus principios, Uriburu ve la necesidad de crear un organismo "cívico-militar" para el sostén ideológico de la revolución, y el 20 de Mayo de 1931 declara constituida, por decreto, la Legión Cívica Argentina, con "carácter de Asociación de hombres patriotas que moral y materialmente están dispuestos a cooperar en la reconstrucción institucional del país".
Cinco días más tarde, al conmemorar la fecha patria, arenga a los miembros de esa entidad: "Legionarios, como jefe de la revolución, soy vuestro jefe", el 7 de Julio, en oportunidad de pronunciar el discurso anual en la comida de camaradería de las fuerzas armadas, Uriburu puntualiza ante sus camaradas las finalidades perseguidas con esa institución: "Una considerable fuerza cooperadora del Ejército se está formando en toda la República -afirma-. Es ella hija y sostenedora de la Revolución, que actuará decisiva y patrióticamente para cumplir su programa. La Legión Cívica, que tanto ha alarmado a los demagogos, es fuerza apolítica y de orden, es columna popular instruida y disciplinada por oficiales, que constituyen una reserva de emergencia, ya que por razones de economía financiera no es posible el llamamiento anual de las reservas de la ley".
19 de Octubre de 1930. El Presidente provisional lanza un manifiesto en el que puntualiza su criterio respecto del orden institucional. Niega allí que su gobierno haya adquirido compromiso alguno con los partidos políticos, fuera de garantizar la vigencia de la Constitución y las leyes y de mantener absoluta prescindencia en materia electoral. Por eso mismo, entiende que es preciso compulsar "toda la opinión de la República" y no sólo la de los partidos, pues si la Constitución y las leyes deben ser respetadas, ello no supone que sean "perfectas ni intangibles".
Cree su gobierno que la Constitución debe ser reformada, porque si se quieren cortar los vicios institucionales no basta la representación de comités, sino también la de los "obreros, ganaderos, agricultores, profesionales, industriales, etc.", para que la democracia llegue a ser "algo más que una bella palabra". Sin perjuicio de estas convicciones, aclara también que "será el Congreso elegido por la Ley Sáenz Peña quien declarará la necesidad y extensión de la reforma de acuerdo con lo preceptuado por el artículo 30º de la Constitución Nacional", y deja constancia de que "el Gobierno Provisional acatará todas las resoluciones del Congreso porque lo considerará el depositario de la soberanía nacional".
Luego, el gobierno de facto se ve obligado a convocar a elecciones generales para el 8 de Noviembre, los Conservadores, unidos en el Partido Demócrata Nacional, Socialistas Independientes y Radicales Antipersonalistas, coinciden en apoyar a Agustín P. Justo como candidato presidencial de la Concordancia. La UCR, proclama la fórmula "Marcelo T. de Alvear & Adolfo Güemes", pero el binomio es vetado por la dictadura y el radicalismo declara la abstención.
El mismo día, aparece en "La Nación" una carta abierta del Teniente Coronel Pedro Pablo Ramírez al Teniente Coronel Enrique Inocencio Rottjer, en donde puntualiza otros aspectos de la ideología de los revolucionarios: "No es nuestro propósito primordial – afirma – derribar un gobierno despótico o incapaz; lo necesario, lo fundamental, es cambiar el sistema; debemos evitar la repetición del actual caos administrativo y suprimir en lo posible el profesionalismo político. (… ). La Ley Sáenz Peña, con ser excelente, parece no ser la que mejor se adapte a una población de un 40 por ciento de analfabetos". El 15 de Diciembre, en un discurso pronunciado en la Escuela de Guerra, Uriburu especifica su concepto de la verticalidad de mandos para cumplir los objetivos de la revolución, expresando, "Yo que no he sido, que no he deseado ser, y que no quiero ser hombre político, comprendí que para que la acción militar tuviera éxito, es necesario llevarla a cabo militarmente, es decir, que uno mandara y los demás obedecieran". El 20 de Febrero de 1932 fue elegido presidente de la República El General Agustín P. Justo para el período de 1932-1938.
Se puede concluir que el período 1922-28 (Presidencia de Alvear) fue el más floreciente de nuestra historia hasta ese momento, debido, fundamentalmente, a causas económicas, puesto que fue continuador de la obra iniciada por Yrigoyen en su primera gestión, pero modificando su contenido social:
1. Lo más sobresaliente de estas presidencias fue la economía. En lo político, en cambio, fue un período de luchas internas, produciendo incluso la división del radicalismo. Observándose también, alianzas y enfrentamientos entre los distintos poderes del Estado.
i. Con respecto a la segunda presidencia de Yrigoyen, fue un período intranscendente en lo económico, el país se vio afectado por la crisis estadounidense. En lo político, los grupos opositores manipulados hábilmente por la oligarquía lograron alcanzar su objetivo: terminar con la democracia.
2. Pese a pertenecer ambos al mismo partido político, solamente coincidían en el espíritu democrático, puesto que Alvear propiciaba el liberalismo y con él la descentralización del poder: Laissez – Faire, el elitismo y el cuidado de su imagen. Yrigoyen, en cambio, era personalista, su administración se transformó en excesivamente lenta y burocrática. Llegó a ser autoritario en su toma de decisiones, por ejemplo en las sucesivas intervenciones en las provincias. Para Yrigoyen lo político debía tener un hondo contenido social, ya que él como caudillo, interpretaba acabadamente las necesidades del pueblo; en cambio Alvear procuraba equiparar a la República con las potencias europeas.
3. Ambas gestiones coadyuvaron al golpe de estado de 1930: Alvear con su política permisiva dio excesiva libertad a sus ministros, posibilitando la primacía e intromisión permanente en sus decisiones, por el ministro Justo. Así mismo permitió que el nacionalismo de carácter estético – religioso profesado por hijos de conservadores se constituyeran – en su creencia- en la élite salvadora del país, que se encolumnó detrás de la figura del general Uriburu.
Yrigoyen, por su parte, no supo tomar las decisiones apropiadas frente a la gran crisis estadounidense, que afectó a nuestro país en todos los aspectos. Su política personalista, inadecuada para este momento político se constituyó en el centro del debate y la crítica.
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Estudiante de Ciencia Política de la Unlar.
Autor:
Eduardo L. Haiek.
lulunet[arroba]hotmail.com
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