La Paz, el Amor y la Sabiduría, se adquiere, cuando se estudia; cuando se investiga; cuando se comprueba; cuando se limpian los hombres del prejuicio y trabajan para fortalecerse en su espíritu para desprenderse de la pesadez de la materia para elevarse sobre las pasiones a las regiones etéreas y entrar en las ciudades del Gran Cosmos, donde la laucha no existe; donde el amor es la justicia.
He aquí, lo que le dicen al Maestro Juez de la tierra en Sión ¡Ahíဦ Cuando se estudian las maravillas de Sión para tus vuelos misionero del Padre, para saturarte del amor, de la justicia, de la libertad y para aprender en la gran ley de los afines que une a los espíritus en familias; que transforman las cosas perfeccionándolas y es la palanca poderosa que lleva de un lado a otro a las humanidades, para que unido el producto de tu trabajo con el de los misioneros que cumplieron su misión, llenemos los vacíos que has visto, con el amor que sientes; para que enseñes a los pequeñitos el camino de aquella ciudad, centro de la sabiduría!… Para eso, para allí tus vuelos. Se refiere a los viajes a esos mundos descritos.
Como tu estudias, hemos estudiado y todos aprendimos a elevarnos sobre nosotros mismos; y tu has de enseñar al hombre pequeñito a comprender que su grandeza consiste en elevarse sobre sí mismo y así cumple la voluntad del Padre.
El espíritu que se eleva sobre sí mismo, siempre encuentra nuevos horizontes en lo infinito de los mundos; y cuando llegan los hermanos al límite de su progreso les permite, se separan un instante, buscan al Maestro y siempre encuentra un hermano de amor que les da un nuevo jalón para ir más allá. Esta es la ley y es la armonía ente los hijos del Padre.
¿Por qué no hemos de ser hermanos, si hay entre todos los seres lazos indestructibles e indisolubles en la ley del Padre?
La materia, sin embargo, que es el medio de que el espíritu debe valerse para elevarse por la lucha razonada, detiene al hombre con sus halagos efímeros, que sólo tiene valor un momento; pero que el hombre pequeño, al naturalizarse con ellos, no pueden elevarse por pesantez y porque tienen su fin en el mundo de las formas por el conjunto. Pero aun la materia tiene evoluciones hacia la perfección y el conseguirlo es el trabajo del espíritu.
Sólo la materia, y los hombres que se apegan a ella sin querer seguir los senderos que esta tiene para encontrar el ancho camino que conduce a la ciudad de Sión, no pueden elevarse a contemplar las maravillas que ahí disfrutan los espíritus emancipados y depurados de la pesantez de esta materia.
Los senderos, están todos alumbrados por la sabiduría del Padre; pero el hombre pequeñito, no encuentra atracción fuera de la materia y como no puede satisfacer sus desenfrenos, reconcentra la ira y toda la baja pasión de la carne y no sabe que todo esto se lo acarrea sólo por la apatía; sólo por su insensatez porque no sabe esforzarse en leer lo que pisa; que si lo leyera, vería que le dice: "Yo soy el paso al plano astral de la tierra, desde el que has de pasar a mundos nuevos para ti, donde la armonía es un hecho y la luz su noche; la sabiduría su día y el amor su ley".
Hermanos de la tierra; elévense siguiendo al misionero hasta el centro de la luz de donde parten los efluvios del amor que llega hasta vosotros: la Gran Sión; centro donde se reúnen en consejo los misioneros de los mundos de la Vía Láctea cuyo centro está y éstos reciben desde allí los efluvios de otros mundos más superiores; aquellos de otros y así sucesivamente.
Siguiendo en el espacio, se les presentó el ojo, en el Triángulo (insignia de nuestra institución) y le siguieron, cruzando Sión, yendo mucho más lejos y fuera de la nebulosa de la Vía Láctea. Era un hormiguero de mundos en formación y otros formados, los que por el infinito se les mostraban. Y las bellezas imponderables indescriptibles que se ven, no se pueden enumerar. El ojo seguía y siguieron. Por fin se paró en el centro de un mundo, que aun se les presentaba en aquellas distancias horrorosas del grandor de nuestra luna, pero de un color de azul blanquecino y tan armonioso y atrayente, que los atrajo en el instante y se vieron en medio de una vegetación finísima y de perfume delicado, las hierbas se parecen a hoja y flores de nuestro lino, pero cuyas florecillas de un azul claro en sus bordes y en el centro violeta, embalsaman aquella atmósfera y solo amor se respira.
Luz hay por los cuatro puntos cardinales y no vieron noche. Frutos como nuestras naranjas, no muy grandes, hay por doquiera y es el alimento de sus habitantes felices.
Les fue presentada una pareja, que los extasió su hermosura. A la presencia del Maestro, se retiró un poco la mujer y él quedó hablando con el hombre que le dijo: "Viajero atrevido que aras del amor llegas. ¿Buscas amor? Pues copia, escribe y estudia. Abrió sus brazos y llegó a él aquella mujer, que los ángeles pintados por nuestros más grandes pintores son monstruos de fealdad a su lado. Con una cadencia imposible de copiar ni de llegar a nuestras notas del pentagrama, se hecha en sus brazos y los dos corazones se ven latir a través de sus carnes transparentes, y con regularidad absoluta. Ella bebe el amor en la mirada del compañero; el bebe el néctar en los labios de rosa de aquella mujer, que le canta un canto de amor arrebatador. Aun nuestras materias no podrían resistir tanto amor en tanta pureza.
Admiré aquella belleza y perfección humana y, dudó el maestro un momento. Su espíritu buscaba la verdad para los hombres, debía satisfacerle y, palpó las líneas de sus carnes, no menos perfecta en uno y otro sexo.
Partieron para la tierra viniendo la pareja con nosotros y tomó posesión del médium que empezó a cantar el himno de amor con estas palabras que únicamente pudo escribir en nuestro lenguaje, dado que ha sido una sorpresa y no estaban preparados, lo que sin duda, es de mayor valor. "Dibiligabis"ဦ Pero pronunció la palabra amor claramente, dio su nombre: Julis Julis. Pedió el nombre del mundo y dio Gof Duf, no se ve de la tierra; pues su luz no nos llega, por su posición; pero pronto la recibiremos; cuando la tierra ascenderá a su grado máximo de ascensión y ocupará posición de mundo regenerado.
Ahora bien, él no provocado ese desdoblamiento. ¿Quién y por qué le llevaron a aquellas remotísimas regiones? ¿Quién? El amor universal; la unidad de la ley; la Justicia: el Padre ha de facilitarle todos los datos, que comprenden, que en toda la Cosmogonía la ley es igual y todos los mundos obedecen a la unidad: y esta unidad, sólo puede existir en el amor.
Pero lo más sugerente es que: tras la horrorosa distancia que nos separa de Gof Duf, encontraron seres humanos de nuestra misma estructura, de nuestra inteligencia, aunque elevada a gran perfección pero que (este es el secreto de haber sido llevado allí) la mujer, constituye allí la parte más amorosa; la delicada cuerda del sentimiento y lleva, sin velar, los encantos y es más feliz, cuando más feliz hace al compañero. No conoce lo que la impudicia llamó vergüenza; no la puede conocer, porque no existe la maldad.
No teme el encuentro del hombre, porque no existe el desenfreno; se alimenta de la inocencia, porque la doblez no existe. Todos buscan su centro y la afinidad solo los une: ¿Es éste el principio de la felicidad de la terrestre humanidad? Sí. Hagamos reinar el amor, tomemos cada uno en justicia medida el bálsamo de la vida y ya está conseguido. Y. Si tan grande es el principio del principio de la felicidad ¿Cómo será el grado inmediato? Seguiremos estudiando y ya habrá un Maestro que nos conteste.
Febrero 20 de 1912
De nuevo fueron obsequiados de nuestra amada Julis del mundo Gof Duf, que escribió el vidente "Estoy entre vosotros porque necesito aprender vuestro idioma, pues tengo misión designada"
Agosto 31 1912
En desdoblamiento, se les presentó una mujer joven y los invita a seguirla. Partieron en videncia y desdoblamiento consciente, cruzando espacios en línea recta al Sol, por el norte de la tierra. Entrando en un mundo pequeño, pero que su pequeñez es de cuarto grado en circunferencia mayor que la tierra.
Percibieron una fragancia que sus materias en la tierra disfrutaban y proviene de la vegetación silvestre de ese mundo, que la compone una alfombra de nardos diminutos que crecen como nuestra hierba.
Aquellos habitantes son de una belleza extraordinaria y nada hay en nuestras pinturas que igualen en general. Pero sus mujeres, aunque estamos acostumbrados en nuestros desdoblamientos a ver más bellas en realidad que aquellas, en el conjunto, hay en ellas una nota sobresaliente que nos llenó de asombro; y da una majestad tan grande a su belleza, que nuestras materias no podían soportarla aún entre nosotros, hasta que la ley de la carne sea para los hijos de la tierra una ley moral, como lo es allí, y esto llegará y aquella belleza y su majestad también y en días ya no muy lejanos, en que el amor reinará en su ley.
Esta feliz mujer es médium del Consejo de aquel mundo, cuyo nombre en la Cosmogonía es HEUFIFI (así lo escribió), y notando la admiración del Maestro y aun casi recelo de la realidad, se les ofrece al estudio y exploración de una de aquellas mujeres, en toda su espléndida desnudez.
Era un amable reproche a la incredulidad, pero ella cumplía con la ley de amor para ilustrarlos y dar fe de que en todos los mundos, el ser humano es de la misma figura y órganos, para cuyo estudio los llamaban.
Se omite la anatomía que hicieron, porque pertenece a otra clase de estudios.
Imagínense nuestros hermanos la sorpresa que recibieron al encontrarse en un mundo donde todas sus mujeres son tan bellas como la que burdamente describieron, que se les ofreció a la anatomía, como amoroso castigo a sus dudas, especialmente, sobre la igualdad constitutiva de los seres humanos en todos los mundos; y gracias a su justificada incredulidad, se les puede ofrecer a los hombres de la tierra ese retrato, castigo de nuestro egoísmo y orgullo de imbéciles.
Estaban completamente materializados como habitantes naturales de aquel mundo, auscultando y registrando todas las reconditeces de la voluntaria victima y señora, y pudiendo sentir cuanto el hombre es capaz. Pero no sintieron pasión; y además, la carne obedece siempre al ambiente y aquél era de pureza.
Ya descendieron a nuestro impuro ambiente, y aquí sí sintieron el aguijón de la carne, para que pudieran sacar esta moraleja.
Si queremos , compañera, de aquella belleza, bondad y fuerza, que el amor sea nuestra ley primera.
Sí; hasta que el amor no sea la ley de los hombres y esté en el hombre en fruición , aunque nuestro espíritus saben modelar aquellos tipos, no lo ejecutarán. ¿Los queremos? Purifiquemos pues, nuestro ambiente corrompido. Nuestra bella hermana ausculta se firmó BULA DUDE.
Así, queda claro el modo y porqué de la videncia; pues es con ejemplos como mejor se expone y se comprende, y hemos sido extensos, porque en este capítulo ya queda establecida la síntesis del desdoblamiento consciente, que nos ahorrará mucho tiempo y espacio en su capítulo.
La videncia se produce siempre por el espíritu y no por los ojos materiales o sentido de la vista, que, si también con los ojos materiales ven los videntes, pueden ver los mismos fenómenos cualquiera otro, porque será una cosa material o materializada, siempre que el espíritu que produce el fenómeno, haya tomado materia flúidica, no verá claro y aun no verá nada, mientras los otros ven.
He aquí, pues, porque no ven ciertas materializaciones los que no son videntes innatos y es porque es necesario para ver el fenómeno una de estas dos cosas: ser médium vidente, o ser afín del que presenta el fenómeno, para que tome materia fluídica, sin cuya condición nadie verá.
Las visiones no son solamente materializaciones. Son imágenes etéreas que las leyes de los reflejos y del sonido le pueden explicar al profano en espiritismo, siempre que impere en él la razón y sobre todo, que les dejamos aquí pruebas por los menos admisibles a la comprobación a las reglas variables que la filosofía da y que las ciencias no pueden desechar, aunque las desprecien por aberración, capricho o sistema, los seudo-científicos, pero que las admiten los verdaderos científicos.
Hay casos de videncia a larguísimos plazos, de los que está lleno el titulado Apocalipsis, y entre ellos, está el nacimiento de una nueva bestia (religión católica), que nace de una bestia vieja (cristiana), que muere, y en la nueva se sienta un dragón con siete cabezas y 10 cuernos (reinados).
El suceso de esta visión se realiza más tarde, en el nacimiento de la iglesia Católica el año 325, para la cual se juntan 7 religiones y de su conjunto nace la nueva.
Un día por octubre de 1912, el médium vidente dice al Maestro: "Aquí está Chipilín; dice que lo sigamos. Conversaban sobre sí o no la existencia de la Atlántida; se llamó ciudad de Venus, a cuya diosa servían sus habitantes y a quien sacrificaban la virginidad de las doncellas. El vicio creció a la magnitud de las pasiones más brutales, siendo su reina la que asumía todo de cuanto fuera placer carnal, no sobreviviendo ningún mancebo u hombre con quien compartiera una vez el placer carnal, ni las doncellas, ni mujeres que a su presencia habían de sacrificarse a sus fornidos ministros que debían incitar el placer a su reina, tan bella como descocada, y nos dijo:"El espíritu no puede borrar de una sola vez las pasiones del alma; no te extrañes, maestro, si ésta que fue la última reina diosa de la Atlántida, fuera Cleopatra o Lucrecia Borgia, y anota bien esto". Nos mostró el trono-cama y ¡oh horror! A un lado, en el destinado al hombre que había de deleitarla, una disimulada trampa cubría un profundo pozo, a donde caía el desgraciado. Hemos bajado y grandes montones de esqueletos humanos sirven en aquellas profundidades de asidero a algunos animalejos del fondo del mar. Quiero saber donde nos encontramos y lo dije al "Cipillín"
—Ascendamos dijo éste. Y nos vimos sobre la superficie de las aguas, y un movimiento de asombro hubo en los espíritus desdoblados, sobre todo en el del nuevo, que era su primara excursión de valor. Estaban entre el pirco de Tenerife y la isla Madeira, en el paso de la línea 37 del Ecuador. En esa conjunción, a 4000 metros de profundidad, se encuentra la ciudad de Venus, en vuelta hace 88 siglos.
Los cuatro videntes desdoblados eran españoles y afinidades cercanas, les hicieron sentir la nostalgia natural. -Seguidme, dice "Chipilín". Parecía haberse convertido él mismo en una barquilla veloz como el pensamiento, pero notaban muy bien el sube y baja de las olas, y en la costa occidental del Africa el Maestro reconoció los arrecifes llamados "El bajo de las aceiteras" y un espantoso remolino capaz de tragarse cuanto se acerque a tres millas de su centro, nos mostró y nos zambullimos, quedando estáticos un instante. El "Regina Regente" tragado por ese caracol insaciable, se encuentra allá abajo, viendo esqueletos en sus camarotes, de los que sacaron algunos espíritus de los náufragos, que bajo la terrible impresión del momento fatal, estaban asidos a los barrotes, sufriendo aún el terror de una muerte indefensa. Los despertamos de su letárgica impresión y los entregaron a sus guías.
Este tremendo remolino es producido por una boca de un subterráneo que traga un grandísimo caudal de agua; boca muy profunda y que no nos mostró dónde va a parar esa corriente. En cambio nos condujo el "Chipilín" al centro de la tierra, donde todo es espantosamente grande y horroroso. Los espíritus naturales, cada uno en su representación de cosa, se nos mostraban en su acción. Estaban en sus gabinetes de creación y transformación. Grandes bocas se nos mostraban como entre peñascos de fuego y fuimos entrados como en la oficina del maestro director de aquella fábrica de la vida natural de todas las cosa de la tierra. Una balanza nos hizo comprender que aquel lugar era el estrado o sala de la justicia. Había muchas figuras, que eran como llaves o grifos y al nuevo vidente le picó la curiosidad e incitando al "Chipilín", hizo como que no se oponía, y el hermano toca un grifo, teniendo todos en el acto la impresión de un terremoto. Al día siguiente leyeron en los periódicos un terremoto, a la misma hora que fue tocada aquella llave. Entonces Chipillín hace ascender por una boca que va a salir a un pico del Africa.
Volvieron y se ha escrito cuanto vieron, estando sus cuerpos jadeantes de sudor y calor. Habían pasado en la videncia y desdoblamiento, 45 minutos.
¿Para qué les ha dado esta lección que vieron, tocado y sufrido? Los hombres presentían un recuerdo pasado cataclismo (aún hoy los científicos, se rompen el coco buscando la Atlántida): Esta sonaba en los historiadores y era necesario dar un punto de partida.
¿No asusta a los detractores de la historia y del espiritismo, el saber que se pueden descubrir las mentiras y embrollos, cuando el espiritismo quiera?
¿Para qué queréis que se relaten innúmeras videncias pequeñitas, particulares, que pueden interesar a un individuo solo? Todos las tenéis; lo que hace falta es que las sepáis estudiar.
El propósito de presentar estas experiencias de videncias y desdoblamientos, realizadas por el Maestro y otros adherentes en nuestra Escuela, es para demostrar que el "Espiritismo" , es la sabiduría universal y por lo tanto, no hay nada que a través de su práctica, sin prejuicios científicos, sociales, religiosos y aun espirituales, como lo demuestran estas experiencias, no se pueda llegar a conocer; todo lo que acontece en el Universo Infinito, hasta el ser Supremo, Creador o Originante de la substancia única y la única: Eter y Amor.
Paz, Amor y Sabiduría; ésta se adquiere, cuando se estudia; cuando se investiga; cuando se comprueba; cuando se limpian los hombres del prejuicio y trabajan por fortalecerse en sus espíritus para desprenderse de la pesantez del cuerpo para elevarse sobre las pasiones a las regiones etéreas y entrar en ciudades del Gran Cosmos, donde la lucha no existe; donde el amor es la justicia.
Cuando se estudian las maravillas de Sión (Sirio) ¡Ahíဦ! Para tus vuelos Maestro misionero del Padre, para saturarte del amor, de la justicia, de la libertad y para aprender en la gran ley de los afines que une a los espíritus en familias; que transforma las cosas perfeccionándolas y es la palanca poderosa que lleva de un lado para otro a las humanidades, para que unido al producto de tu trabajo con el de los misioneros que cumplieron su misión, llenes los vacíos que has visto, con el amor que sientes; para que enseñes a los pequeñitos el camino de aquella ciudad, centro de la sabiduría!… Para eso, para allí tus vuelos.
Como tu estudias, hemos estudiado y todos aprendimos a elevarnos sobre nosotros mismos; y tu has de enseñara el hombre pequeñito a comprender que su grandeza consiste en elevarse sobre sí mismo y así cumple la voluntad del Padre.
El espíritu que se eleva sobre sí mismo, siempre encuentra nuevos horizontes en lo infinito de los mundos; y cuando llegan los hermanos al límite que su progreso les permite, se paran un instante, pero buscan al maestro y siempre encuentran un hermano de amor que les da un nuevo jalón a ir más allá. Esta es la ley y es la armonía entre los hijos del Padre.
¿Por qué no hemos de ser hermanos, si hay entre todos los seres lazos indestructibles e indisolubles de la ley universal?
La materia, sin embargo, que es el medio de que el espíritu debe valerse para elevarse por la lucha razonada, retiene al hombre con sus halagos efímeros, que sólo tienen valor un momento; pero que el hombre pequeño, al naturalizarse con ellos, no puede elevarse por su pesantez y porque tiene su fin en el mundo de que forma parte del conjunto. Pero aún la materia tiene evoluciones y transformaciones hacia la perfección y el conseguirlo es el trabajo del espíritu.
Sólo la materia y los hombres que se pegan a ella sin querer seguir los senderos que ésta tiene para encontrar el ancho camino que conduce a la ciudad de Sión, no puede elevarse a contemplar las maravillas que allí disfrutan los espíritus emancipados y depurados de la pesantez de ésta materia.
Los senderos están todos alumbrados por la sabiduría del Padre; pero el hombre pequeñito, no encuentra atracción fuera de la materia; y como no puede satisfacer sus desenfrenos, reconcentra toda su ira y toda la baja pasión de la carne y no sabe que todo esto se lo acarrea sólo por la apatía; sólo por su insensatez porque no sabe esforzarse en leer lo que pisa; que si lo leyera, vería que le dice: "Yo soy el paso al plano astral de la tierra, desde el que has de pasar a mundos nuevos para ti, donde la armonía es un hecho y la luz su noche; la sabiduría su día y el amor su ley".
Hermanos de la tierra; elevaos siguiendo el misionero hasta el centro de la luz de donde parten los efluvios del amor que llegan hasta vosotros: la Gran Sión, centro donde se reúnen en consejo los misioneros de los mundos de la vía que llaman láctea en cuyo centro está y estos reciben desde allí, los efluvios de otros mundos superiores; aquellos de otros y así sucesivamente hasta el infinito.
Ahora bien; has visitado la ciudad de Sión y vistes asientos vacíos que esperan la vuelta de los luchadores; de los vencedores de sí mismo y te han hablado de amor; has visto su magnificencia y que nada en la tierra ni en los mundos del Sol hay que puédase comparar.
Pues aquellos asientos, son destinados a los consejeros misioneros que hoy, encarnados en la tierra y mundos tierra, trabajan y luchan para elevar sus humanidades a la perfección posible en tales mundos; has visto el lago de los fluidos donde los espíritus del Padre elaboran los remedios al dolor de sus hermanos de mundos inferiores y desde el cual, caen en chorros áureos y violáceos cuando vuestro pensamiento llega al Padre y vuestros periespíritus llegan allí y revuelven aquellas aguas de vida y salud. Se te ha mostrado en otro mundo cuyo nombre se te dijo y en él, tu espíritu ha saboreado el exquisito fruto de que se encuentra abundante en todos sus confines, cuyo fruto no mayor del tamaño de vuestros plátanos, constituye como te lo advirtió el que te obsequió el alimento para el tiempo de una semana de vuestros días.
Has visto infinidad de mundos en formación y se te ha llevado al mundo en sexto día de color verde naranja que es alumbrado por dos soles más tenues que los de Sión, uno color oro y el otro color violáceo y has contemplado la finura de su vegetación, la hermosura y fragancia y abundancia de sus flores y el conjunto bellísimo del cambiante de los dos soles y, alguien te dijo que ese mundo de maravillas es la morada de los vencedores de la tierra, que el Padre prepara para su emigración.
Has visto en Sión, aquella hermosura de la mujer; aquella vaporosidad y mirada radiante y amorosa, el palpitar de su corazón puro, donde no tiene asiento la malicia ni el dolor; has visto como se transparenta todo su organismo perfecto al través de sus nacaradas carnes y la circulación de la sangre, diez veces más gaseosa en pureza que no es roja como la vuestra, es color violado celeste; color que entre vosotros los tenéis por confusión y en verdad es armonía. Esta sangre no lleva en glóbulos de vida el germen de la materialidad y de la bruta pasión y circula por sus venas que parecen de cristal, con regularidad armoniosa y sin alteración; tan transparente es su materia (y es carne) que se ve como hace la digestión y como vive el feto en su gestación; ésta mujer es madre que da cien hijos en una existencia cumpliendo la ley de amor que les rige y comprenden en toda su grandeza.
El hombre, en su trabajo, no conoce la molestia y el cansancio; pero estudia en todos los momentos, porque la noche no existe; su transformación se hace sin sentirla, porque la dolencia no cabe en su organismo; pero aún son hombres muy perfectibles y necesitan en un período de tiempo transformarse, (desencarnar) para progresar más, descendiendo unas veces como misioneros, a un mundo un grado más inferior y elevarse otros al mundo inmediato de otra nebulosa, para traer luego conocimientos mayores a los suyos, porque "Siempre hay más allá". Cuyo emblema has tomado en justa ley para tu obra.
Ahora bien, hermano, ¿Qué consecuencias debes sacar de estas visitas? ¿Te creerán los hombres de la tierra? Solo los sordos no podrán oírte; pero tú, invítalos a que se pongan sobre sí mismos y se eleven limpios de prejuicios, porque has visto que las puertas están abiertas y que con amor y fiesta, reciben la visita de un terrestre y tú ya les has dejado el camino abierto y jalonado.
Yo te acompañé y te acompañaré en estas excursiones, porque soy espíritu liberto del mundo Sol y soy designado por el jefe de los Espacios, cuya ancla viste en la Presidencia de aquellos Consejos y que es el Espíritu de Verdad (mal entendido como Espíritu Santo), hombre terrenal en su última existencia, porque la tierra es el mundo de prueba y sus vencedores son los generales en mundos superiores; son los Mesías regeneradores de los mundos de expiación, donde la razón se ofusca más que en ningún otro mundo, por la heteriogenidad de sus componentes, porque en ellos se reúne lo bueno de mundos superiores y lo malo de mundos de formación, de prueba y de expiación.
Estudia, escribe el "Código de Amor" y que los vivos en espíritu del mundo tierra vean en su conciencia y se eleven a ver esas maravillas, que en su camino encontrarán jalones que los guiarán. "Siempre más allá"
El Amor os desea, vuestro hermano Evist Evist (maestro del mundo Sol).
Nota: Para algunos que me han calumniado y criticado, sobre algunos de mis artículos sobre astronomía, les advierto que la crítica de lo que se desconoce, es calumnia y calumniador es vil y comete muchos crímenes.
Autor:
Pedro Sandrea
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