Una estrategia de intervención sociocultural para la comunidad universitaria de la UPR
Resumen:
La presente indagación intenta articular el aparato categorial y conceptual de las investigaciones socioculturales con las dimensiones de la práctica; a partir de un enfoque actualizado desde la interculturalidad, en relación con las formas en que se manifiestan las relaciones de género y etnicidad en la comunidad universitaria, y en particular entre la comunidad de estudiantes cubanos y la comunidad de Guinea Ecuatorial.
Además centra su atención en las políticas, dinámicas e implementación de los tres procesos sustantivos de la enseñanza de la Educación Superior Cubana (docencia, investigación y extensión), así como su repercusión dentro y fuera de nuestro espacio geopolítico.
Introducción
El modelo cubano de enseñanza – aprendizaje que se desarrolla en la universidad manifiesta una aparente ausencia de diálogos de saberes, entre los que dirigen el proceso y aquellos que lo reciben. Es decir, se educan desde los valores compartidos de la identidad cubana en su totalidad; sin embargo, no siempre se tiene en consideración que el sujeto que llega y que vamos a insertar en nuestro proceso, también es poseedor de un saber, una identidad, una cultura, un modo de vida diferente al nuestro y, a su vez, con coincidencias. Dichos elementos deben tomarse en consideración en los tres procesos sustantivos validados en los centros de altos estudios.
Se hace imprescindible que dichos procesos sustantivos se articulen con los elementos antes aludidos que son muy apreciables para lograr una verdadera colaboración fundamentada sobre la base de un diálogo intercultural y desde el eje local – global. Y, en este sentido, contribuye a la formación de sujetos más concientes de sus realidades y del reto que deben enfrentar en el desarrollo sociopolítico, económico y sociocultural de las naciones que han depositado sus esperanzas en Cuba para potenciar sus desarrollos en las diferentes esferas sociales.
Por tales razones, la presente investigación se perfila desde un proceso de enriquecimiento, dónde predomine el diálogo, la participación y el respeto por las diferencias del otro desde el reconocimiento de la mismidad desde la otredad, enfrentando los comportamientos de tipo discriminatorio, de silenciamientos y estereotipos como resultados de los modos de apropiación de la realidad heredados de las metrópolis y que aún persisten en nuestros sistemas de valores. En este sentido, se considera muy importante la realización de esta investigación, teniendo en cuenta sus aportes al proceso de transformación del individuo a persona, desde el reconocimiento consciente de su condición de sujeto intersubjetivo donde la Educación Superior ostenta una alta responsabilidad en su conformación.
Desarrollo
En la Cumbre para el desarrollo Político y los Principios Democráticos efectuada en Brasilia en junio de 1997, Rigoberta Menchú Túm (Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO) expresaba:
"…existe una inmensa cantidad de documentos, de análisis, de estudios, sobre la necesidad de crear un mundo intercultural, sobre la necesidad de que las culturas puedan convivir y sobre la necesidad de crear una cultura de diálogo. Sin embargo, aún nos falta encontrar los caminos, los mecanismos, para que esto sea una realidad en la vida de los pueblos, para que el día de mañana efectivamente exista un mundo de tolerancia, un mundo intercultural, un mundo pacífico…"
Todos conocemos que una de las mayores riquezas de nuestro planeta es, sin duda alguna, la enorme diversidad cultural que existe en él. Es sabido que no existe en la Tierra pueblo alguno sin cultura y, por tanto, que carezca de elementos socioculturales que lo identifiquen. Sabemos, además, que la identidad la proporciona la cultura, aunque es necesario reconocer que varias identidades se van formando en la relación o enfrentamiento con otras culturas.
Es esa diferencia cultural, de identidad, la que ha sido utilizada por los poderes dominantes a lo largo de la historia para justificar el racismo, la explotación, la discriminación y la intolerancia, entre otras.
La existencia de la pluralidad cultural ha sido un fenómeno permanente en cuanto a la presencia viva de identidades y las diferencias culturales de los sujetos sociales, sin embargo su manifestación en los modos operandis se caracteriza por la ausencia del reconocimiento, el respeto y el derecho a ejercer esas diferencias y al mismo tiempo promulgar la unidad como una síntesis de la unidad y lucha de contrarios, en la dinámica social.
La negación de ese derecho ha sido una de las armas fundamentales de los imperios que nos han dominado, para mantener a nuestros pueblos sumidos en la pobreza y en el "subdesarrollo".
La diversidad cultural tan rica y tan grande que posee nuestro planeta debe servir de base y aliento para la construcción de naciones de nuevo tipo y sustentar así su desarrollo sociocultural, lo cual nos hace pensar en cómo desde esa diversidad se puede construir la identidad nacional, a partir de la interculturalidad.
Entiéndase interculturalidad vista como un proceso real de vida, una forma de vida consciente, una práctica de la convivencia; que apunta hacia la posibilidad de desarrollar una salud social para sanar a pueblos divididos, fragmentados, y a gestar un proyecto popular liberador, que se construya desde los diálogos individuales de adentro hacia fuera y al mismo tiempo, es un intento para el diálogo entre las colectividades; "desde abajo", desde la cotidianidad, desde la vida y la utopía compartida.
El cómo hacer todo lo expuesto hasta el momento debe constituir un punto común en la agenda de todos, porque es necesario, cuando se habla de interculturalidad, de equidad, de tolerancia, de respeto y de integración, entre otros; trabajar por la humanización de las relaciones entre pueblos y culturas; trabajar por el logro y mantenimiento de un justo equilibrio en las relaciones humanas que propicien el desarrollo integral de todos, y que desemboque en una convivencia armónica y una integración pacífica, que deviene en el desarrollo sociocultural de cada pueblo.
Los enfoques y características que en los últimos años ha adquirido la Educación Superior, como sistema educativo, tributan actualmente a la búsqueda de premisas que la acerquen a la excelencia de los procesos que en ella se ejecutan: docencia, investigación y extensión.
Estos enfoques tienen como objetivo ratificar la misión de las universidades en cuanto a ser la institución social cuya misión es la de mantener una actitud de cambio y transformación social a través de los profesionales que de ellas egresen, además de preservar, desarrollar y promover, a través de sus procesos sustantivos y en vínculo con la sociedad, la cultura de la humanidad; ya que a esta le corresponde el papel privilegiado de ser quien más integralmente pueda llevar a cabo esta tarea.
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