- Biografía de Gabriel Marcel
- La visión del mundo según Gabriel Marcel
- Conceptualización del hombre según Gabriel Marcel
- El valor del ser humano
- Conclusión
En nuestro trabajo presentaremos, aquello que en la actualidad el hombre se cuestiona, la del ser, la del propio existir que nos envuelve en el quisiéramos penetrar, del que quisiéramos trascender, en términos generales el dualismo del hombre (cuerpo y alma) que a lo largo de la historia de la filosofía, han tratado de definir como Gabriel Marcel, filósofo existencialista cristiano. En consecuencia la pregunta es: ¿Cuál es la concepción del hombre, según el pensamiento filosófico de Gabriel Marcel?.
De esta manera nosotros trataremos de estudiar, de entender el pensamiento filosófico de Gabriel Marcel desde su obra "El Misterio del Ser".
De este modo nuestro objetivo general es:
Estudiar la concepción del hombre, según Gabriel Marcel, comprendiéndola el dualismo que hay entre cuerpo y alma, de esa manera extraer el concepto del hombre.
Objetivos específicos:
- Dar a conocer la vida de Gabriel Marcel y su visión del mundo.
- Conceptualizar al hombre a partir de la obra "El misterio del Ser" de Gabriel Marcel.
- Resaltar la importancia que tiene el Ser trascendente para que oriente y de sentido a la vida del hombre.
El método que utilizaremos es analítico sintético descriptivo.
Nuestra investigación es descriptivo y explicativo, porque trataremos de conocer el pensamiento de Gabriel Marcel.
El libro que estudiaremos es "El misterio del Ser". Por lo tanto Gabriel Marcel es uno de los filósofos existencialistas y desde luego cristiano.
El estudio de la obra será desarrollada en dos momentos:
En un primer momento, conoceremos la visión del mundo según Gabriel Marcel, apreciando que la tecnología, como que se ha vuelto en contra del ser humano, más concretamente en contra del hombre mismo. Además, esta visión como que quiere desechar la idea de Dios por el orgullo, la rebeldía de no reconocerse criatura de Dios.
En un segundo momento trataremos de conceptualizar al hombre, según el pensamiento filosófico de Gabriel Marcel y que es nuestro tema central de nuestro trabajo de investigación.
Por último daremos el sentido, al "Valor del ser humano". Y finalmente la conclusión, rescatando como una propuesta el pensamiento filosófico de Gabriel Marcel, que el hombre es hijo de Dios por adopción, porque ha sido creado a su imagen y semejanza.
I . .- GABRIEL MARCEL Y SU VISION DEL MUNDO
1 . 1 .- BIOGRAFIA DE GABRIEL MARCEL
El pensamiento filosófico de Gabriel Marcel es influenciado por su vida. Gabriel Marcel nació el 7 de Diciembre de 1889 en París en un barrio de Monceau. Era hijo único y a muy temprana edad perdió a su madre.
La infancia de Gacriel Marcel es caracterizada por la soledad "no hay mayor sufrimiento que estar solo"[1]. Su vida será un esfuerzo de comunión con todo, todos y el todo, por la receptibilidad y el don de sí mismo: "Participación sin fronteras".
Su interés más profundo a la Filosofía, aparece claro, ya a los 18 años, cuando para terminar sus estudios superiores investiga las condiciones en las que el pensamiento religioso puede ser pensado, es decir, inteligible. Su contacto en la Primera Guerra Mundial, de miseria, de dolor y tras algunas experiencias espiritistas, comienza en 1917, su búsqueda de la fe auténtica.
Se dice que en 1929 recibió una carta de F. Mauriac[2] que le pareció una llamada personal de Dios, de la misma manera el 5 de marzo siente lo que él llama una experiencia de gracia, y el 26 del mismo mes recibe el bautismo en la Iglesia Católica, comprendiendo que la fe es esencialmente una fidelidad[3].
Hay en Gabriel Marcel tres facetas importantes, "Todo aquel que se acerque a mi obra tendrá que concebir el drama en función de la música y la filosofía en función del drama". Para Gabriel Marcel las obras de J. S. Bach[4] que tendrá más importancia que B. Pascal o San Agustín; sus dramas parecerán sinfonías. En la música sacia sus afanes de interioridad y con sus impresiones sus anhelos de creación. Además, sus teatros el llamado de "sinceridad", de "comunión", de "indigencia"; porque según él es: "Drama del alma en su exilio".
Para Gabriel Marcel, escribir es la manera de exteriorizar su riqueza interior, de comunicarse; no son obras de tesis, ni didácticas; Gabriel Marcel es un creador de sentimientos a quien interesa el dinamismo de sus personajes como seres vivos y vivientes, cargados de ser, y la experiencia metafísica. Gabriel Marcel ha recibido premios como el de la Academia Francesa, el Nacional de Literatura y otros. además, con muchas de sus obras y diversos artículos ha realizado críticas teatrales que siendo esencialmente literaria refleja, sin embargo, su preocupación filosófica exigiendo autenticidad, presencia y comunicación.
Gabriel Marcel, como pensador es de estilo audaz y prudente, humilde y real, realizando una búsqueda constante y hasta trágica que él mismo ha denominado "Senda tortuosa" y "Camino indirecto", siempre con su voluntad de ser explorador. Su punto de partida será no la duda o el poder de la razón, lejos de empirismos y racionalismos, sino la admiración humilde en presencia de lo existente.
Su procedimiento será reflexión, única arma filosófico, realizada en dos tiempos: una primera analítica, reductora, objetivante (objeto es "algo que no nos interesa"), después, "a la segunda potencia", sintética, recuperadora, que descubre el carácter parcial de la primera; es el pensamiento que restablece la inmediatez, oscurecida por la objetivación, que recompone la participación, que ahora será ontológica y no sólo existencial. Primero se siente, después se conoce, al fin se "es". De la comunidad, por la comunicación, a la comunión. Es el último acto se trata de escoger entre el ser y el no ser del existente objetivado, es una opción, una finalidad o fe, un compromiso. Por lo tanto afirma: "El filósofo será siempre un engagé (comprometido)".
Su filosofía concreta es un philosopher hic etnunc, un rechazar cualquier filosofía en que no aparezca la morsure du réel (mordedura de lo real). Mejor que existencialismo cristiano, es filósofo de la existencia, que no es necesariamente afirmar la prioridad de la existencia sobre la esencia, sino la imposibilidad…de admitir que ésta venga a sobreañadirse de una manera inexplicable a una esencia que sería autosuficiente.
Gabriel Marcel en su pensamiento filosófico adquiere dimensiones de compromiso y concretes; lo que es inalcanzable por el pensamiento "El misterio del ser" se nos revela, cuando nos acercamos a "un ser", uniéndonos a él por el don y la receptibilidad, o sea, por la fidelidad, la admiración, el amor y también por la invocación, y la plegaria que todo presencia y comunión. Sin embargo, mi ser no se confunde con mi vida, ésta me ha sido dada, yo soy antes de vivir; mi ser está amenazado por mi vida, mi ser está en juego y aquí reside el sentido de mi vida.
Gabriel Marcel sin más, es un pensador que ha ido centrándose en una cálida preocupación por todo lo humano, de grandes exigencias éticas y claras aspiraciones religiosas, de su interés y su valor.
Obras: entre muchas de sus obras teatrales y filosóficas, las más importantes son: "Diario metafísico", "El misterio del Ser", "Los hombres contra lo humano", "Filosofía concreta", "Aproximaciones al misterio del ser". A nosotros ahora en nuestro trabajo lo que nos interesa es la obra "El misterio del Ser", que según Gabriel Marcel aborda la cuestión más fundamental de la filosofía: la del ser, la del propio existir que nos envuelve, en aquel que quisiéramos penetrar y por el que quisiéramos trascender. En la primera parte, "Reflexión y Misterio", desarrolla las características de la existencia humana, de "mi vida", de la vida de cada cual. En la segunda parte, "Fe y Realidad", que nos conduce a regiones todavía más profundas, las mismas esencias.
1. 2. .- LA VISION DEL MUNDO SEGÚN GABRIEL MARCEL
1. 2. 1. .- Las dos guerras mundiales:
Gabriel Marcel desde sus experiencias más fuertes ve al mundo, lo primero que nada, el conflicto de la primera guerra mundial (1914), que ha sido una destrucción masiva, que causó muchas muertes y catástrofes. Para Gabriel Marcel, la presencia en la guerra, fue una experiencia decisiva en su pensamiento filosófico, porque le hizo sentir dolorosamente el drama de la existencia humana. Después de la primera guerra mundial, que duró 4 años, 3 mese y 14 días, después de una paz inestable, debido al tratado de Versalles, estallará la segunda guerra mundial, que comenzó en 1939, contra Alemania y la coalición Franco-Británico, que afectó a la gran mayoría de las naciones del planeta.
1. 2. 2. .- El mundo en crisis:
Después de las dos guerras mundiales, Gabriel Marcel viene a decir: ¿En qué mundo vivimos? ¿Tú no tienes algunas veces la impresión de que vivimos…si a esto se puede llamar vivir…en un mundo destrozado?[5].
"SÍ, destrozado, como un reloj destrozado. El resorte no funciona. Aparentemente, nada ha cambiado. Todo está en su lugar. Pero, si te acercas al reloj en el oído no se oye nada ¿comprendes? El mundo, eso que llamamos mundo, el mundo de los hombres…debía tener antes un corazón, pero pareciera que ese corazón ha dejado de latir"[6].
Ahora nos preguntamos ¿Cuáles son las razones para que Gabriel Marcel vea que este mundo está destrozado? Él mismo nos describe algunas de sus características, como: la falta de fraternidad, de imaginación, sumisión frente a las técnicas científicas y al poder de las palabras vacías de su contenido auténtico.
Al oír estas características, que no son alentadoras, nosotros al igual que Gabriel Marcel hacemos suyas sus palabras y nos preguntamos: ¿Vivimos en un mundo destrozado? Y ¿Sabes qué es para mi (ti) el mundo? Gabriel Marcel, responde: "Este mundo es un prodigio de fuerza, sin principio ni fin; una dimensión fija y broncinea de fuerza, que no se hace más grande ni más pequeño, que no se consume, sino que se transforma como un todo invariablemente grande; es una cosa sin gastos ni pérdidas… que es al mismo tiempo uno y múltiple…un mundo que tiene innumerables años de retorno, en flujo perpetuo de sus formas, que se desarrollan desde las más simples a las más complicadas…un mundo de lo más tranquilo…" ¿Quieren un hombre para este mundo? ¿Una solución para todos sus enigmas? ¿Y una luz para nosotros, oh desconocidos, oh fuertes, oh impávidos, oh hombres de media noche?
A esta afirmaciones de Gabriel Marcel que es a nivel general, nos podemos darnos cuenta, cómo el mundo actual es en verdad un mundo destrozado en todo su sentido. Es así, que al hablar de un mundo destrozado ¿No implica que hubo épocas en las cuales el mundo estaba intacto, lo que es contrario a las enseñanzas de la Iglesia y también a toda verosimilitud histórica?[7]
Respondiendo, desde la historia, sin duda, este destrozo no puede ser considerado como algo que se ha producido en los últimos años, ni siquiera en los últimos siglos, en un mundo originariamente indiviso[8]. De esta manera podemos desarrollar el segundo momento que en realidad nos compete como el tema central de nuestro trabajo, que sería la conceptualización del hombre según Gabriel Marcel.
II . – CONCEPTUALIZACION DEL HOMBRE SEGÚN GABRIEL MARCEL
2 . 1. .- Reflexión primaria y reflexión segunda
Cada uno de nosotros puede y debe preguntarse, ¿De qué vivo yo?[9] No sólo se trata del fin hacia el cual nuestra vida se ordena, sino más bien del combustible mental que nos permite continuar con vida. Es así, la reflexión primaria: tiende a disolver la unidad que se le presenta, y la reflexión segunda: es esencialmente recuperadora, es decir, aquella que reconquista.
La reflexión primaria tiende a desinteresarse radicalmente del hecho de que el cuerpo está investido de cierto privilegio, cualquiera que sea. No es suficiente decir que esto es objetivamente verdadero: además, es la condición de toda objetividad, el fundamento de todo conocimiento científico (la anatomía, la fisiología y todas las disciplinas que coinciden). Hablando objetivamente, por esencia, carece de privilegios. Desde luego, nada de esto será rechazado por la reflexión segunda.
"Es fácil ver cómo el dualismo alma-cuerpo, tal como se presenta en Descartes, revela la reflexión primaria, aunque el mismo Descartes, en un pasaje particularmente oscuro, habla de la unión del alma y el cuerpo como una tercera sustancia"[10]
Todo se aclara en la perspectiva siguiente: si nos mantenemos dentro de los cuadros de una lógica tradicional, fiel a la distinción secular entre sujeto y predicado, tendremos que considerar que el alma y el cuerpo son dos cosas distintas entre las cuales debe existir una relación determinada, susceptible de expresarse abstractamente, o bien como si el cuerpo fuera una cosa y lo que llamamos impropiamente alma su predicado, o bien a la inversa[11].
Tal vez este problema de dualismo podemos explicitar mucho mejor preguntándonos ¿Qué soy yo?[12] respondiendo a la pregunta, tal vez, yo soy mi cuerpo en tanto que significa un tipo de realidad esencialmente misterioso que no se deja reducir a las determinaciones que presenta como objeto, por completar que sean. También el sentir, es uno de los elementos que nos puede clarificar de que es imposible insistir sobre lo que hay de específico en mi cuerpo en tanto mío sin poner el acento en el sentir como tal. Es decir, el sentir está ligado indisolublemente al hecho de que ese cuerpo sea mi cuerpo y no un cuerpo entre otros. Además, "sólo en ser activo (hombre) puede reconocerse, en cualquier nivel que sea, y en la medida de su actividad, aunque ésta se ejerza dentro de límites muy estrechos y exteriormente imperceptibles"[13].
En realidad es difícil de definir la situación en el sentido que nos interesa, porque toda definición amenaza con transformarla en un conjunto de relaciones objetivas, separada del ser que soy o de cualquier otro ser con el cual pueda identificarme por la imaginación o sentimiento. Lo mejor es proceder, por aproximaciones concretas. ¿Quién soy yo? ¿Por qué me intereso por mi propio ser? La verdad que: "se trata de un problema humanamente insoluble, que no tiene ni puede tener respuesta cierta. Gabriel Marcel, afirma en última instancia: "no sé de qué ni para qué vivo", y como dijo uno de sus personajes:
"Mi vida está infinitamente más allá de la conciencia que puedo tener de ella en un momento determinado, es fundamentalmente desigual a sí misma"[14].
Otro de sus discípulos:
"Mi vida es el dominio del sí y del no, en el que hay que decir a la vez que soy y no soy"[15].
Desde este punto de vista, creo que la tarea del pensamiento filosófico más profundo debe consistir en investigar en qué condiciones, casi siempre desconcertantes, puede producirse una aparición, por otra parcial y temporaria de la realidad que se disimula bajo esos rasgos engañosas.
Ahora, después de estas, podemos plantearnos ¿Cuál será el sentido de "mi vida", mi identidad y profundidad? En este sentido, Gabriel Marcel quiere apoyarse en un Ser trascendente, para que el hombre tome conciencia, ya que le puede llevar a salvar al mundo en crisis y que le otorgue la esperanza de su dignidad de ser hombre, creado a imagen y semejanza de Dios. La existencia del hombre, por tal motivo es un misterio, algo indescriptible desde la razón y que debe ser objeto de fe. De esta manera, pasaremos a un segundo momento de nuestro trabajo, que nos presentará el valor del ser humano.
2 . 2. .- EL VALOR SEL SER HUMANO
En la segunda parte de la obra: "El misterio del Ser", Gabriel Marcel, comienza con una pregunta ¿Qué es el Ser?[16] Para responder, a esta pregunta comenzaremos definiendo: "El ser entendido desde la filosofía, es existencia, esencia, lo que no se identifica con la nada y es apto para existir, es decir, el Ser supremo, Dios".
Es así que, el Ser es inmostrable, no puede ser indicado y no podemos llegar a conocer su esencia. Pero, sí es posible llegar a sus aproximaciones. Como hemos podido observar, la concepción de ser ha ido perdiendo su verdadero significado, porque se ha querido captar intelectualmente para poder poseerla y dominarla a nuestra manera.
Pero ¿Cómo se puede al menos aproximarnos a lo que es el ser?[17] Gabriel Marcel señala, que la única manera de aprehender el ser tiene que ser por un conocimiento intransmisible, es decir, a través de la realidad (vida real). Donde quiera que hay ser hay presencia y donde no hay presencia no hay el ser, el ser diferencia del objeto porque éste puede ser considerado como ausencia o como presencia.
Por lo tanto:
"Ens dicitur quasi esse habens" "El ser es lo que tiene el existir"[18]
Sin embargo, no se puede confundir el ser con el tener[19], pues se correría el riesgo de objetivar al ser y perder su significado y su esencia. Además como ya dijimos en el primer momento de nuestro trabajo, que el mundo objetivado (destrozado), es un mundo en el que el ser es relegado a segundo plano o simplemente se ha prescindido sencillamente de él.
Es por eso, nuevamente si queremos dar una definición precisa del ser, tendremos que decir que es difícil y que se puede dar desde un valor intrínseco. Una manera de alcanzar el ser es por medio de la participación, que son tres según Gabriel Marcel:
a).- El nivel de la encarnación: el hombre es espíritu encarnado, porque posee un cuerpo.
b).- El nivel de la comunión con los demás seres, a la que Gabriel Marcel denomina la intersubjetividad.
c).- El nivel de la experiencia de la trascendencia. Este nivel sería el más elevado, porque la participación con el ser trascendente otorga un ensamblaje con lo real en grado sumo y esta experiencia que se da por medio de una experiencia metafísica.
Por lo tanto, su participación en ser trascendente se dará por medio de la fe, la esperanza y el amor. De esta manera, el hombre cuanto más capaz se de reconocer el ser individual, más se orientará y se dirigirá hacia la aprehensión del ser en cuanto ser. Gabriel Marcel, da un ejemplo claro: que hoy en día, todo contribuye a arrancar al hombre su sentido de ser de ese su contacto viviente con lo inagotable que existe dentro de él y que además es la única fuente de plenitud y de alegría.
Ya concluyendo, nuestro trabajo, "el hombre es un misterio":
"No soy nada y no puedo nada por mí mismo sino en tanto soy, no sólo asistido, sino promovido al ser por aquel que es todo y lo puede todo"[20].
El ser trascendente es el modo de participación más elevado, por lo tanto el hombre es un ser relacionado con la trascendencia divina, con el tú absoluto. Tal vez, ahora se puede responder a la pregunta ¿Qué soy yo?:
"Tú sólo, en verdad, me conoces y me juzgas; dudar de ti no es liberarme, es aniquilarme, pero sería dudar de Ti, aún más sería negarte considerar Tu realidad como problemática; ya que estos problemas no son más que para mí y para mí que los planteo y que aquí soy yo mismo quien estoy en tela de juicio en el acto sin retorno por el cual me borro y me someto"[21].
Sin dudarlo, nuestra existencia se sostiene en la presencia de un ser trascendente, del cual sólo participamos de su existencia. Pues, nuestra esperanza[22] sea de vivir en la fe, esperanza y amor, en la presencia de cierto absoluto que debemos reconocer, aunque sea muy fuerte la tentación de rechazarlo.
En nuestro trabajo empezamos señalando que en la actualidad el hombre se cuestiona de su existencia y dijimos que trataremos de explicar, de entender a través del pensamiento filosófico de Gabriel Marcel, sobre todo centrándonos en una de sus obras: "El misterio del Ser".
Es así, que ahora concluiremos precisando aquél objetivo que nos hemos trazado para es trabajo: "Estudiar la concepción del ser humano, según Gabriel Marcel, comprendiéndola el dualismo que hay entre cuerpo y alma, de esa manera extraer el concepto del hombre".
Desde el punto de vista filosófico, el ser humano no se puede confundir con un objeto, porque es un espíritu encarnado que se encuentra relacionado con otros por medio de su cuerpo.
Por lo tanto, el hombre es un ser abierto al ser trascendente y está en situación de poder reconocer que su esencia es don, y que en última instancia no es por sí; pero, por otra parte, a partir de este don fundamental puede y debe mostrar que el don actualmente consiste par el hombre en encontrar el sentido de lo eterno y oponerse a todos aquellos que pretenden orientar su vida función de un pretendido sentido de la historia.
Es decir, nuestro mundo actual, que es llevado por la fascinación tecnológica. Es por eso que hoy por hoy es necesario reconocer que somos criaturas creadas a imagen y semejanza de Dios.
Es de esta manera concluyo este trabajo, viendo que la dignidad más alta otorgada al hombre es la de asemejarse a su creador (Dios).
Carlo Q. Juan Javier
Filosofía