Descargar

La Globalización Neoliberal como forma de neocolonialismo cultural del tercer mundo


    La Globalización Neoliberal como forma de neocolonialismo cultural del tercer mundo – Monografias.com

    La Globalización Neoliberal como forma de neocolonialismo cultural del tercer mundo

    A partir de los años 70 los cambios producidos en el mundo y especialmente en el proceso de producción han confirmado cada vez más la vocación "internacional" del capital ya señalada por Carlos Marx en el siglo XIX.

    "El capital – decía Marx – (…) debe tender (…) a conquistar toda la tierra como su mercado (…) a reducir a un mínimo de tiempo (…) el movimiento de un lugar a otro".(Marx, 1867)

    A este proceso acelerado de internacionalización de la vida económica, política y social regido por los principales centros de poder del mundo, bajo el influjo de la revolución científico técnica y que hoy conocemos como globalización se le han reconocido diferentes formas de manifestarse, tales como:

    • Globalización económica.

    • Globalización financiera.

    • Globalización tecnológica.

    • Globalización cultural.

    • Globalización política e ideológica.

    En la esfera económico-financiera tiene lugar:

    Las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones permiten la transmisión instantánea de fondos en todo el mundo a costos cada vez más bajos; la ejecución de transacciones las 24 horas, en tiempo real, explotando las diferencias de husos horarios entre las principales plazas financieras, lo que le ha permitido a los mercados operar con un volumen de transacciones significativamente considerables; comunicar con mayor rapidez y más amplitud los acontecimientos; reaccionar más ágilmente ante nuevas informaciones e incluso estimular las innovaciones financieras, así como usar las diferentes operaciones de cobertura para protegerse de riesgos.

    Las transferencias electrónicas de fondos, los cajeros automáticos, las terminales en los puntos de venta, el proceso de datos de las tarjetas de créditos, los ordenadores personales que permiten la realización de transacciones bancarias desde el hogar y las telecomunicaciones han cambiado drásticamente tanto la provisión de productos financieros, como la fijación de los precios, incrementándose así no solo la velocidad, sino además la precisión de las transacciones, reduciéndose significativamente los costos de las mismas.

    Los principales factores que han conducido a la integración de los mercados financieros son:

    • 1. Desregulación o liberalización de mercados y de actividades de participantes en los principales centros financieros del mundo.

    • 2. Avances tecnológicos que permiten efectuar el seguimiento de los mercados mundiales, ejecutar órdenes y analizar oportunidades.

    • 3. Creciente institucionalización de los mercados financieros.

    Este proceso de globalización económica actual ha seguido la lógica interna de las necesidades de la reproducción del capital a nivel de los principales centros de poder y se ha materializado como un proceso objetivo que se presenta hoy como una nueva cualidad, acelerado por los cambios en el proceso de transnacionalización del capital y la producción capitalista en condiciones de una revolución tecnológica que no tiene comparación. De ahí que este sea un proceso que se manifiesta como una ley histórica, fruto del desarrollo de las fuerzas productivas y de la revolución científico-tecnológica a nivel global.

    Sin embargo, no se debe olvidar que lo que hoy se globaliza es precisamente la forma capitalista de diferenciación de los países. Ésta adopta diversas modalidades según el grado de desarrollo de los países: Mientras en los países más desarrollados los avances de la revolución tecnológica son evidentes y hacen pensar a algunos que ya se ha llegado a una etapa postindustrial y hasta poscapitalista, en los países de escaso desarrollo enormes masas de trabajadores se están recién integrando al sistema capitalista de producción.

    Estamos pues en presencia de una forma desigual en que se da hoy este proceso, con las consecuencias propias que de ello se derivan para el mundo subdesarrollado.

    Este nuevo momento de la economía mundial se caracteriza, como ya se señaló, por la expansión absolutamente enorme de los mercados financieros internacionales. El estancamiento económico y la disminución de la tasa de ganancia de los años 70 llevan a los capitales a desplazarse a la esfera especulativa, donde aseguran una tasa de ganancia mayor. Se abre un nuevo ciclo caracterizado, más que nunca, por el crecimiento de las transacciones financieras puramente especulativas y parasitarias.

    "A mediados de los 90, en un solo día, se negociaba en Londres un monto de divisas equivalentes al Producto Interno Bruto (PIB) mexicano de un año entero y los mercados financieros internacionales tenían una dimensión diecinueve veces mayor que todo el comercio mundial de mercancías y servicios. Esas cifras han aumentado enormemente desde entonces" (Harnecker, 1998).

    Se ha creado así una gigantesca esfera de la economía financiera cuyos principales actores son: los bancos, las instituciones financieras, los grupos multinacionales y los llamados fondos privados de pensiones.

    La contradicción entre economía productiva y economía financiera se ha ido acentuando. Una oligarquía transnacionalizada está imponiendo sus intereses particulares al conjunto de la humanidad por la influencia que ejerce sobre los mercados financieros cada vez más decisivos en la formación de las políticas económicas y en la determinación de las relaciones de poder internacional.

    Hoy este proceso de internacionalización de la producción y el capital se ha convertido en un proceso de transnacionalización de los instrumentos de dominación imperialista que sirven de base a la reproducción del capital a nivel internacional encabezado por los tres centros de poder imperialista, principalmente EEUU. A ello ha servido la internacionalización de un modelo neoliberal que hace que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

    Asistimos entonces no a los beneficios de un proceso objetivo, necesario, de internacionalización de la vida económica, sino a los perjuicios y consecuencias negativas para los países subdesarrollados de una globalización neoliberal que se ha internacionalizado por medio de las recetas impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y demás instituciones neocolonizadoras del poder económico y político mundial actual que no conoce fronteras y que ha subordinado la propia subsistencia del tercer mundo a las necesidades de la reproducción económica y política de la hegemonía imperial. .

    Es así como le imponen al mundo subdesarrollado patrones económicos y culturales que nada tienen que ver con las necesidades internas del desarrollo de los países subdesarrollados. Nos someten a una acción igualadora, uniformadora obligatoria y hostil a la diversidad cultural del planeta.

    Los medios de comunicación de la era electrónica al servicio del monopolio transnacional de la información y las comunicaciones están imponiendo la adoración unánime de los valores de la sociedad neoliberal.

    "De un extremo a otro del planeta se impone un mismo estilo de vida difundido por los medios de comunicación de masas.

    En todas partes del mundo se ven las mismas películas, las mismas series de televisión, las mismas informaciones, las mismas canciones, los mismos eslóganes publicitarios, los mismos objetos, la misma ropa, los mismos coches, el mismo urbanismo, la misma arquitectura, el mismo tipo de apartamento, con frecuencia amueblados y decorados de forma idéntica (…). En los barrios acomodados de las grandes ciudades del mundo, el encanto de la diversidad cede ante la fulminante ofensiva de la estandarización, la homogeneización, la uniformación. Por todas partes triunfa la cultura global" (Harnecker, 1998).

    Muchos autores consideran que lo que se ha denominado globalización cultural no sería otra cosa que la "norteamericanización" o "McDonalización" de la cultura a nivel mundial.

    "En Japón, por ejemplo, las hamburguesas y las papas fritas han remplazado los tallarines y los "sushi"; los jóvenes se pelean con expresiones inglesas comprendiendo muy poco su sentido. En Francia, donde hace menos de diez años los puristas de la cultura le hacían la guerra a la depravación del Frangles, la salud económica se mide por el éxito de Disneyland-París. La aparición de repente del halloween como nueva fiesta francesa para estimular el comercio en el período de calma que precede a la navidad no es sino el ejemplo más desconcertante de esa tendencia a la americanización" (Harnecker, 1998).

    Acerca de esto Armando Hart Dávalos ha señalado:

    "La enorme concentración del capital a escala mundial vista en el occidente civilizado, que desdeña los valores humanos y culturales de las sociedades modernas, pisotea identidades y tradiciones en América Latina y el mundo"

    (Hart, 2001: 67)

    Ya no son las plazas o los centros culturales los que reúnen a la gente, son los centros comerciales.

    Por otra parte, como expresión de la hegemonía cultural de los EEUU está INTERNET como parte del imperialismo cultural. Otro elemento importante, de gran influencia en este proceso forzado de transculturación norteamericana es la formación de especialistas y cuadros en las universidades de este país que luego pretenden extrapolar, o se ven obligado a ello, los patrones culturales de los EEUU hacia sus países, la importación del "modo de vida americano", lo que atenta contra la identidad cultural de los pueblos.

    La identidad cultural se nos presenta como la condición del ser humano que caracteriza la manera común de vivir en el tiempo y el espacio, un quehacer concreto del hombre en el proceso de creación y re-creación, objetivización y subjetivización, producción y reproducción de la cultura y la sociedad misma. Ella constituye una síntesis de múltiples determinaciones de la identidad en la diferencia propia de cada nación.

    Toda verdadera identidad es identidad en la diferencia. La identidad para ser tal necesita de la diferencia, y la diferencia supone siempre la identidad. Sino hubiese diferencia, no habrían diferencias para saber lo que es idéntico.

    Por lo tanto, la llamada "globalización cultural" se presenta como un proceso de transculturación forzada, de neocolonialismo cultural, donde nos imponen una seudocultura "enlatada" que no tiene nada que ver con la historia cultural, costumbres, hábitos, referentes nacionales y necesidades reales de los países, a través de una influencia decisiva sobre la cultura y tradiciones de los mismos para poder imponerle lo foráneo estandarizado que es instrumento de dominación global.

    Es importante tener en cuenta que la identidad cultural es una identidad abierta, por lo que en esencia debe contener el diálogo intercultural con el otro, en condiciones de igualdad, sin la imposición excluyente. Sin embargo, lo que en realidad está sucediendo es que se produce paulatinamente la pérdida de los referentes identitarios, sobre todo en los jóvenes, cuya identidad gira mucho más en torno a las grandes figuras de la televisión y el cine y de las grandes marcas de productos para jóvenes que con respecto a los símbolos patrios de carácter histórico y territorial.

    Estamos padeciendo como nunca antes "la agresión a nuestras identidades nacionales, la agresión despiadada a nuestras culturas (…). Se expande por el mundo una monocultura universal (…) que destruye inexorablemente la cultura".(Castro, 1998).

    Es por ello la importancia trascendental que tiene para los países del tercer mundo levantar un muro de contención contra dicha penetración cultural. Como dijera José Martí "¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes". (Martí, 1891).

    Para lo cual resulta un referente importante la siguiente idea de Armando Hart:

    "Una forma de aquilatar la pujanza de una cultura está en que, a partir de su identidad y del respeto irrestricto a sus valores más sustanciales, muestre capacidad de autorreflexión, de autoanálisis, de defender su proyecto social y de insertarse en los procesos de transformación económica y espiritual a favor de sus más caros ideales"(Hart, 2001: 69).

    De aquí que se hace necesario crear una capacidad de distanciamiento basada en la defensa del patrimonio cultural, sembrando una educación tanto escolar como familiar con fuerte énfasis en los valores más sagrados de la patria, de su identidad cultural, aunque heredando los valores genuinos de la cultura universal, siguiendo la máxima martiana de "Injértese en nuestras Repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras Repúblicas. Y calle el pedante vencido; que no hay patria en que pueda tener el hombre más orgullo que en nuestras dolorosas repúblicas americanas."(Martí, 1891: 18).

    BIBLIOGRAFÍA

    • 1. Castro Ruz, Fidel.- Conferencia Magistral en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, 28 de agosto de 1998.

    • 2. Harnecker, Martha.-"La izquierda en el umbral del siglo XXI", Edit.. C. Sociales, La Habana, 1999.

    • 3. Hart Dávalos, Armando.- "Cultura para el Desarrollo", 2001.Pág.67.

    • 4. Marx, Carlos. El Capital, tomo 1, Editorial Siglo XXI, México, 1975.

    • 5. Martí, José.- "Nuestra América". 1891. Obras Completas, Tomo 6. pág.18.

     

     

    Autor:

    Lic: Nolberto Johannes Álvarez Gouyonnet.

    Categoría docente: Instructor

    Universidad de Ciencias Médicas "Celia Sánchez Manduley".

    Filial de Ciencias Médicas Bayamo. Granma.

    Lic: Leticia Lopes Blanco

    Categoría docente: Instructor.

    Universidad de Ciencias Médicas "Celia Sánchez Manduley".

    Filial de Ciencias Médicas Bayamo. Granma.