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Por favor, miénteme (página 2)

Partes: 1, 2

Te defiendo ante todo como el viejo Cicerón.

En mi mirar tu silueta se pierde.

A cualquier ser del planeta sorprende.

Ellos caminan por toda tu piel.

Y cualquier noche es luna de miel.

Con mis ojos encuentras la salida.

Allí está tu llegada y tu ida.

Con mis ojos me he quedado ciego.

Desde que no los miras sin rumbo navego.

Ya no espero nada de ti.

Ya no espero nada de ti.

Esperaba que te quedaras y te fuiste.

Ya no espero nada de ti.

Esperaba que me perdonaras y no lo hiciste.

Ya no espero nada de ti.

Soy un ser humano y cualquiera se equivoca.

Ya no espero nada de ti.

Solo palabras de señalamientos recibí de tu boca.

Ya no espero nada de ti.

Adiós le dijiste a tantas cosas que vivimos.

Ya no espero nada de ti.

Al parecer se te olvidó todo los que nos prometimos.

Ya no espero nada de ti.

No es un acto de vanidad.

Ya no espero de ti.

He recobrado la dignidad.

Ya no espero nada de ti.

Quizá vas a querer a alguien como a mí.

Ya no espero nada de ti.

Pero te aseguro que como yo nadie va a quererte a ti.

El amor.

Es un invento sobrenatural.

A veces hace bien, otras veces hace mal.

No se sabe quien lo pudo crear.

A veces te hace reír, otras veces llorar.

Algunos aseguran que los conocen pasajeros.

Otros afirman que nunca le ha llegado el primero.

Mantiene a muchos de compañeros.

Nunca se puede esconder cuando es sincero.

Nos quita el sueño.

Nos vuelve pequeños.

Nos da fantasía.

Aumenta la alegría.

El amor, una noche es del planeta lo mejor.

Días después del mundo lo peor.

Alcanza para amar una eternidad.

Algunos lo confunden con querer.

Cuando lo tenemos no lo podemos evitar.

Nunca deja de crecer.

El amor, esa extraña fuerza que nos lleva a amar sin piedad.

Nadie se salva de él en la humanidad.

Es como el requisito principal.

Para nunca desistir y continuar.

Palabras vacías.

Cuando te digo "te extraño" es como si no oyeras.

Y si lo escribo parece que no leyeras.

Se ha convertido en toda una odisea.

Que mis palabras lleguen a ti por la vía que sea.

He probado con señales de humo.

He escrito en Braille.

He aprendido otros idiomas.

Y nada que me escuchas.

Cientos de cartas he redactado.

Esperando que a tus ojos puedan llegar.

Muchas veces me han dicho.

Que ni siquiera las alcanzas a tomar.

Las vocales.

Las consonantes.

Los signos de puntuación.

Y hasta los suspiros los he comunicado.

Con mis manos, con mi mente, con mi corazón.

Letras, palabras, frases y párrafos.

Con diversos colores de tinta.

A horas diferentes del día.

Que infelicidad la mía.

Mis palabras se han vuelto vacías.

Inventario.

Quince botellas vacías.

Veinte días sin dormir.

Dos kilos de cafeína.

Mil maneras de morir.

Cuarenta y cinco canciones en la radio.

Treinta y tres cartas sin enviar.

Incontables días en el calendario.

Muchas cosas por reprochar.

Ochenta litros de lágrimas.

Una colección de suspiros.

Infinitos gritos de desesperación.

Mucha angustia, mucho dolor.

Ocho estadios de esperanza.

Dos toneladas de fe.

Seis montañas de tristeza.

Siete onzas de café.

Este es el inventario de tu partida.

Es la consecuencia de tu despedida.

No me ha dejado otra salida.

Al irse de mi vida.

Es cuestión de tiempo.

Para que sientas que por ti yo todo lo daba.

Para que te sientas desesperada.

Para que me busques en la nada.

Para que te sientas torturada.

Es cuestión de tiempo.

Para que te arrepientas.

Para que pretendas regresar.

Para que entiendas.

Que te volviste a equivocar.

Es cuestión de tiempo.

Para que el tiempo te pese una tonelada.

Para que extrañes mi mirada.

Para que tu sangre corra fuerte.

Para que quieras tenerme.

Es cuestión de tiempo.

Para que imagines tus sueños.

Para que el mundo se te haga pequeño.

Para que tu cuarto se sienta gigante.

Para que todos los días sean martes.

Es cuestión de tiempo.

Me vas a extrañar.

Cuando no tengan sentido tus suspiros, me vas a extrañar.

Cuando nada te quite el frío, me vas a extrañar.

Cuando el mar te parezca pequeño, me vas a extrañar.

Cuando te sientas derrumbar, me vas a extrañar.

Cuando la luz no entre a tu habitación, me vas a extrañar.

Cuando oigas nuestra canción, me vas a extrañar.

Cuando mires el sofá, me vas a extrañar.

Cuando te digan "mamá", me vas a extrañar.

Cuando tu mirada esté perdida, me vas a extrañar.

Cuando sientas tu vida vacía, me vas a extrañar.

Cuando mis letras no puedas leer, me vas a extrañar.

Cuando tomes el café, me vas a extrañar.

Cuando el aire lo sientas denso, me vas a extrañar.

Cuando sientas un gran peso, me vas a extrañar.

Cuando mires tus mejillas, me vas a extrañar.

Cuando lloren tus cosquillas, me vas a extrañar.

Cuando ya no te extrañe, me vas a extrañar.

Solo espero la muerte.

Cuando la última gota de oxígeno llegue a mis pulmones

Cuando el último rayo de luz entre a mi mirada.

Cuando escuche el último sonido de este mundo tan ruidoso.

Cuando algunos tengan lágrimas en sus ojos.

Será allí cuando por fin pueda mostrarte mi amor.

Porque la vida solo dura un momento y la muerte es para siempre.

Solamente allí, allí solamente te demostraré lo que se siente.

Como es de eterno un amor.

Solo espero la muerte para mostrarte lo que una vez te dije.

Solo espero la muerte para que sientas como este hombre siente.

Solo espero la muerte para cumplir lo que predije.

Solo espero la muerte para amarte por siempre.

Solo espero la muerte, me importa poco como llegue.

No influye si viene en julio o diciembre.

Solo espero la muerte, cuando a ella le entregue.

Este sentimiento que mi corazón siente.

Solo espero que llegue con su atuendo oscuro.

Solo espero que llegue y no importe el futuro.

Solo espero la muerte y le he dado mi dirección.

Solo la espero para darle a este sentimiento su redención.

Solo espero la muerte, mujer.

Solo espero la muerte para hacerte entender.

Que como yo nadie te va a querer.

Solo espero la muerte para amarte por siempre, mujer.

Y quiero que sepas, antes de que la muerte me pase factura; muy claro lo voy a decir, yo nací el día que te conocí.

Quiero decirte.

Hoy quiero decirte, cuando comienza el invierno.

Que la lluvia es más interesante si estoy contigo.

Quiero decirte que me importa poco si cargo un paraguas.

Me importa poco si hace frío o si llueve a cántaros.

Quiero decirte que no importa lo que pase si estoy a tu lado.

También quiero decirte que tengo un nudo en la garganta.

Tengo un nudo de tantas cosas que no te he dicho.

Quiero decirte que el mundo sin ti es un desierto.

Que si no te extraño a cada momento, de seguro te miento.

Quiero decirte sin duda alguna, que eres mi sol, mi luna.

Y que en este planeta como tú no hay ninguna.

Quiero decirte sin duda alguna.

Que eres mi vida, mi paz, mi cuna.

Quiero decirte que soy mi faquir cuando no estoy contigo.

Quiero decirte que del tiempo me he vuelto enemigo.

Quiero decirte que no hay aire en mis suspiros.

Que sin ti, mujer de pelo largo, sin ti yo no vivo.

Tú y yo.

Tú, la lógica.

Yo, las letras.

Tú, seguridad.

Yo, terquedad.

Tú, tan suave y tan fina.

Yo, el que todo lo imagina.

Tú, con tus apuntes de Watson.

Yo, con mis libros del Gabo.

Tú, la cicatriz en tu barbilla.

Yo, con una parecida en la frente.

Tú, ausente y presente.

Yo, amando tu izquierda mejilla.

Tú, con las fotos en la pared.

Yo, con los labios muertos de sed.

Tú, las dos letras de mi abecedario.

Yo, el penúltimo mes del calendario.

Tú, la pierna sobre la mía.

Yo, mi mano en tu vientre.

Yo, jamás olvidaría.

Tú, quizás ni te acuerdes.

Tú y yo.

Yo y tú.

El orden de los temores.

No alteran los minutos.

Y sin embargo…

Aunque nada me das.

Todo de mí te llevas.

Cuando vienes, cuando vas.

Cuando llegas.

Y sin embargo, te extraño.

Aunque mis mensajes no contestas.

Nunca recibo respuestas.

Aunque no recibes mis cartas.

Diciendo que de mí estás harta.

Y sin embargo, te escribo.

Aunque no me regalas un día.

No soy tu razón de ser feliz.

Aunque no me das una señal.

No soy ya tu otra mitad.

Y sin embargo, te quiero.

Aunque ya no sueñas una vida a mi lado.

Las esperanzas me has robado.

Aunque de tu ausencia soy esclavo.

Sigues siendo mi perdón y mi pecado.

Y sin embargo, te amo.

Geografía.

Hawái en tu mirada, Brasil en tus caderas.

Argentina en tus mejillas, París en tu espalda.

Holanda si me besas, Rusia si te ausentas.

Venezuela en el pecho, Japón en tu mente.

Roma en tus uñas, Aruba en tu frente.

En tus ojos el triángulo de las Bermudas.

El Atlántico en tu vientre.

Viena cuando me saludas.

Florencia cuando duermes.

Nueva York si despiertas.

El Mar Caribe cuando sorprendes.

Chile cuando te desconciertas.

Las cataratas del Niágara nacen de tu cabeza.

Hay un mundo de ti hecho.

El sol nace de tus ojos.

Tus cejas de Bering y su estrecho.

Bogotá en tus antojos.

No hacia mí.

Me miré en el espejo cientos de veces.

Con tu fotografía en mi mano.

Queriendo devolver el tiempo y tenerte a mi lado.

Me miraba y sentía las lágrimas correr por mis mejillas.

Otra vez veía tu foto y en ocasiones le gritaba.

Gritaba que te habías vuelto una persona sin sentimientos.

Le gritaba una, otra, otra y otra vez.

Le gritaba que no eras quien solías ser.

Me llenaba de impotencia, de tristeza y de dolor.

Cientos de veces te escribí varios versos.

Te buscaba en cada rincón de la casa.

Acariciaba los recuerdos que dejaste.

Besaba los labiales que olvidaste.

Hasta una tarde como la de ayer cuando por fin comprendí.

Que no te habías vuelto frívola y sin corazón.

Entendí, en medio del dolor, que aun tienes sentimientos.

Que nunca has dejado de tenerlos…

Solo que ya no son hacia mí.

Por favor, miénteme

Sé que no forma parte de tu rutina.

Te conozco más de lo que imaginas.

Entiendo, quizás es mucho pedir.

Porque sé que no te gusta mentir.

Sé que el tiempo ha pasado.

Que solo soy un recuerdo.

Sé que no estás a mi lado.

Y eso me tiene ahogado.

Hoy quiero que cruces los dedos.

Calma por favor este desespero.

Hoy quiero escucharte mentir.

Dime que sin mí no puedes seguir.

Dime que de tu lado todo es nada.

Dime que también estás desesperada.

Que me extrañas todas las mañanas.

Que pensándome te despiertas de madrugada.

Miénteme y dime "te amo".

Dime que los domingos sin mí son una tortura.

Dime que me amas con locura.

Miénteme y dime "te extraño".

Miénteme como casi nunca lo has hecho.

Miénteme al revés y al derecho.

Miénteme e ilumina mis días.

Miénteme, lléname de alegría.

Miénteme con tus labios de ternura.

Miénteme, pero con dulzura.

Miénteme, resucita mi esperanza.

Miénteme, que sin ti nada alcanza.

Miénteme, no quiero estar herido.

Miénteme, ave de mi nido.

Miénteme de noche y de madrugada.

Miénteme, dime que por pensar en mí estás trasnochada.

Por favor, miénteme.

Yo no quiero.

Yo no quiero ser un retrato en tu memoria.

Yo no quiero ser un recuerdo en el sofá.

Yo quiero ser tu gran victoria.

Yo quiero ser el que contigo siempre está.

Yo no quiero ser una fecha en tu calendario.

Yo no quiero ser un fantasma en la escalera.

Yo quiero ser cada letra de tu abecedario.

Yo quiero ser el que tu corazón acelera.

Yo no quiero ser el recuerdo que te despierte de madrugada.

Yo no quiero ser el motivo de tus reproches.

Yo quiero ser quien te llame en las mañanas.

Y te acaricie todas las noches.

Yo no quiero ser despecho y desvelo.

Yo no quiero ser añoranza y resignación.

Yo quiero ser tu fiel compañero.

Yo quiero ser el dueño de tu corazón.

Yo no quiero ser tu pretérito conjugado.

Yo no quiero que estemos separados.

Yo quiero estar siempre a tu lado.

Yo quiero que estemos siempre abrazados.

Yo no quiero ser víctima de tu orgullo.

Yo no quiero ser tu historia de ayer.

Yo quiero ser tu desayuno.

Y verte abrir los ojos en cada amanecer.

Si alguien me preguntara.

Si alguien preguntara quién es lo más lindo de este planeta.

Sin duda alguna deletrearía tus nombres y apellidos.

Cada vocal, consonante, cada acento, cada letra.

Todos los fonemas, cada sector, todos los sonidos.

Si alguien llegaría a ver tu espalda descubierta.

Descubriría que es la vuelta perfecta.

Y ni hablar de tu cabello.

Es del universo lo más bello.

Siguiendo con tu mirada.

Hay tanta belleza acumulada.

A cualquiera hipnotiza.

Tus ojos de Mona Lisa.

Si alguien me preguntara qué me quita el sueño.

No dudaría en decirle que ser tu dueño.

Que quiero a tu lado todos los días despertar.

Que contigo la vida nunca podría terminar.

Si alguien me preguntara porque te amo de esta manera.

Diría que no hay explicación, mi corazón siente de forma sincera.

Es como explicar porque los ríos corren hacia el mar.

Y porque el sol brilla sin cesar.

Hoy me vino a visitar.

Hoy me vino a visitar tu ausencia.

Empujó bien fuerte la puerta.

En dos segundos noté su presencia.

Me miró y se sentó sobre mi cama desierta.

Hoy llegó la malvada insoportable.

Tu ausencia vino a burlarse de mí.

Trajo consigo un silencio incomparable.

Era medianoche cuando la vi venir.

Entre la oscuridad le brillaban los ojos.

Sus dientes sonaban con insistencia.

Sin ganas de matar mis antojos.

La miraba con paciencia.

Hoy me vino a visitar tu ausencia.

La esperaba venir después de las copas de vino.

Anhelaba verla por la ventana.

Pero irrumpió por la puerta.

Hoy me vino a visitar tu ausencia.

Se quedó hasta la madrugada.

Que ansiosa desvelada.

Y cómo duele, la presencia de tu ausencia.

Nací y morí.

Cuando por primera vez te vi, nací.

Cuando te vi partir, morí.

Cuando tus labios besé, nací.

Cuando no te volví a ver, morí.

Cuando tus manos se juntaron con las mías, nací.

Cuando no volví a tener tu compañía, morí.

Cuando nadamos juntos en el mar, nací.

Cuando me dejaste de amar, morí.

Cuando te vi despertar en la madrugada, nací.

Cuando te despediste aquella mañana, morí.

Cuando bailamos a la luz de la luna, nací.

Cuando llegó mi infortuna, morí.

Cuando me dijiste que seriamos siempre tú y yo, nací.

Cuando rompiste tu promesa, morí.

Cuando nos dormimos en la arena, nací.

Cuando me dijiste "adiós", morí.

Quiero que sepas que nací justo en el momento, en el lugar y en el planeta en que te conocí, que si volviera a nacer, porque ya me siento muerto, te buscaría por todas partes del mundo para volverte a ver, mientras tanto seguiré aquí, muerto.

Amanecer contigo.

Nunca ha podido suceder.

Ver juntos el amanecer.

Es un sueño incompleto.

Presenciar del día el nacimiento.

No sería un despertar cualquiera.

Hasta la vida diera.

Por estar a mi lado cuando amaneciera.

Ser tu almohada.

Tenerte a mi lado hasta que el sol apareciera.

Quizás sea mucho pedir.

Aseguro que no podría dormir.

Si en tus brazos la noche pasara.

Quisiera que nunca la madrugara terminara.

Beso a beso recorrería tu espalda.

Te vestiría de caricias todo el cuerpo.

Sin tropezar con tu blusa ni tu falda.

Harías de mi mundo el lugar perfecto.

Amanecer contigo, juntos en la misma almohada.

Soñar con tus besos y hacerlo realidad.

Escribir el concepto de felicidad.

Y en la mañana a mi pecho sentirte atada.

En tus brazos.

Me duermo y me desvelo, en tus brazos quiero amanecer.

Eres todo el mundo junto en una sola mujer.

Tus besos, el agua bendita que espanta cualquier demonio.

En Tus brazos sí que disfruto años de insomnio.

Tus brazos de bufanda y tu pecho en mi espalda.

En tus brazos la vida y en tu ausencia la muerte.

Tu barbilla mi cielo, tus piernas mi suelo.

En tus brazos, mis dedos en la parte trasera de tu cuello.

En tus brazos; no existe error, reproche ni pretexto.

Todo es perfecto, no importa la fecha, el lugar o el momento.

En tus brazos descubro que hay un cielo en el techo.

En tus brazos volar por el cielo y aterrizar sobre tu lecho.

(Momento para suspirar)

Al despertar en la orilla de tu cuerpo, beso cada muelle, cada barco, cada puerto.

Tus brazos son de mi felicidad el aeropuerto.

En tus brazos todo es tan perfecto.

Cerrar los ojos y en ellos hundirme es de perfección el concepto.

En tus brazos hay más luz que en el sol.

Me hace sentir el hombre más afortunado en la vida.

En tus brazos tu mirada me ilumina.

Eres mi paz y me adrenalina.

En tus brazos, no lo puedo describir.

Es inexplicable lo que me haces sentir.

En tus brazos quiero vivir y morir.

Porque en tus brazos nunca dejaría de existir.

Eres más.

Yo no quiero tu sexo, no vivo de eso.

Eres más que un par de piernas y una falda.

En los parques te quiero abrazar por la espalda.

Para mí no eres lujuria, pasión y exceso.

Soy hombre como todos los demás.

El pezón de tu seno izquierdo tapa lo que más importa.

Yo no quiero solo quitarte la ropa.

Quiero siempre caminar a tu lado y mucho más.

Eres más que orgasmos y sensualidad.

Eres más que erección matutina.

Tienes una excelente cualidad.

De ser de mis males la medicina.

Eres más que un momento de placer.

Eres con quien quiero envejecer.

El sexo se consigue en cualquier esquina.

Cuesta un par de billetes en alguna cantina.

Yo no te quiero pa" desarreglar la cama.

Para mi tú eres una dama.

Yo no te quiero para once minutos de placer.

Eres con quien quiero ver mi último amanecer.

Decidiste olvidarme.

Aquella tarde en el parque.

Las ferias de la ciudad.

Alguno que otro escape.

Nuestros dedos y su unidad.

Las noches soñando despiertos.

Aquel par de conciertos.

La luna como nuestra compañera.

Besarnos de manera tan sincera.

Cuando te tomaba por la cintura.

Las tardes de literatura.

Más de mil aventuras.

Nuestras manos y sus estructuras.

El atardecer en la playa.

Lo que con besos callamos.

El zoológico, la guacamaya.

Las escenas que ensayamos.

La foto en tu habitación.

Los besos en el sillón.

Las cenas en la cocina.

Los juegos en la piscina.

Las manos impresas en la hoja.

Aquella rosa roja.

Los viajes de placer.

Y juntos fallecer.

Decidiste olvidarme.

Como si nada te importara.

Decidiste olvidarme.

Como si nada te afectara.

Decidiste olvidarme.

Lo que me dejaste.

Por las paredes frías.

Se deslizan los recuerdos.

Bajan haciendo movimientos.

Cada uno me mira fijamente.

Se burlan con travesía.

Cae la lluvia, es mediodía.

La radio dispara melancolía.

Es de la semana el primer día.

Y me cubre la cobardía.

Abril solía llenarse de esperanza.

Encontrarte se ha vuelto mi añoranza.

Caminas por donde no te encuentro.

Te busco donde no caminas.

Tus pensamientos se fueron contigo.

Dejaste tus zapatos de testigos.

Un labial, un lazo, un abrigo.

Mil olvidos, mil enemigos.

¿Dónde estarás esta tarde?

Quizás engañando a la tristeza.

¿Dónde dormirás esta noche?

Mintiéndole a tu pecho.

Un poco después del final.

Y si, así sucedió, no se quiso quedar.

Pero no, no me olvidé de ella, me acordé de mí;

Todo estaba invertido, los balcones miraban a las estrellas.

Las nubes nos buscaban las formas que no tenemos.

Los mares corrían hacia los ríos.

Ella camina por un camino y yo por el mío.

Siempre decía que no era conveniente hablar de nosotros.

Como si en mi vida existiera una cosa más que eso, nosotros.

El frío fue congelando mis palabras y ya nada decía.

Miraba y callaba, sentía y sufría, entre mucho silencio.

Veía los días caer del calendario.

Las manecillas del reloj morían sin sentido.

Los atardeceres sin noticias de aquel anhelado regreso.

Y llegó el momento, debía entender que ella ya no quería.

Pude entender que nada sería igual jamás.

Aunque me pidió ser amigos y me sentí tan humillado.

Como si fuese tan fácil ser amigo del ser amado.

Yo no quiero ser su amigo – le dije – quiero ser tu todo,

Pero nunca lo entendió.

Fui el ser más valiente por luchar contra el mundo entero.

Fui el piloto del avión pero tratado como pasajero.

Era uno más del montón.

Un recuerdo, un pasado, alguien más.

Hoy no sé quien fue más fuerte un poco después del final.

Si yo por tanto luchar, luchar y luchar.

O ella por tantas veces tener que a su corazón engañar.

Y fue así que afirmo que yo no la dejé ir.

Ella no se quiso quedar.

Resumiendo.

Nunca supimos cuando nos conocimos exactamente.

Nunca olvidamos aquel primer encuentro entre la gente.

Hicimos muchas cosas sorprendentes.

La vida nos tiene muchos besos pendientes.

Hablábamos sin parar hasta amanecer.

Hacíamos de todo para podernos ver.

Hoy nada de eso suele suceder.

Hoy no somos hoy, hoy somos ayer.

Mi camisa de Venezuela.

Su look de colegiala.

Las películas en las tardes.

Y cuando jugábamos a ser cobardes.

Un par de zarcillos en su cumpleaños.

La coincidencia en el calendario.

Corrimos las escaleras, peldaño a peldaño.

Yo era el reportero de aquel semanario.

Era lo único que quería decir.

Mírame, no quiero volver a hablar solo.

Mírame, quiero esta tarde despedirme de ti.

No quiero que suene a venganza.

No vine a sembrar rencor.

Oye muy bien lo que te voy a decir.

Escucha cada palabra sin ningún temor.

Si alguna vez te hice daño, perdón.

En mis manos nunca estuvo esa opción.

Solo fui un hombre sincero.

Pero no quiero seguir siendo una barrera.

Te lo digo de manera muy sincera.

No seré del sentimiento traicionero.

Si alguna vez te besé más de la cuenta.

Si en algún momento te abracé muy fuerte.

Perdón te pido, no quería que te alejaras.

Pero lo hiciste.

Con toda humildad lo voy a decir.

Tú, si quieres olvídame.

En eso no puedo influir.

Una cosa si te voy a decir, mujer.

Yo nunca te dejaré de querer.

Y eso, era lo único que quería decir.

Ven.

Ven, no hay obstáculos en el camino.

Ven, te quiero tener conmigo.

Ven, no burles más al destino.

Ven, que sin ti el rumbo no consigo.

Ven, despiértame de esta pesadilla.

Ven, dame la mano y arrebátame la tristeza.

Ven, mírame de manera sencilla.

Ven, devuélveme la grandeza.

Ven, que le falta brújula a mi barco.

Ven, que la vida está vacía.

Ven, eres mi flecha y mi arco.

Ven, te llevo en mí como calcomanía.

Ven, que nada te detenga.

Ven, te dejaré la puerta abierta.

Ven, la casa sin ti está desierta.

Ven, que tu ausencia me está matando.

Ven, que el tiempo se nos está acabando.

Regresa a mí.

Por las promesas y los juramentos.

Por las aventuras, por los buenos momentos.

Por el cielo y su techo, por lo que sentimos en el pecho.

Para hacer de nuestros sueños un hecho.

Por el nené que tanto soñamos.

Porque el tiempo dio su veredicto.

Porque a pesar de que nos equivocamos.

No podemos engañar a nuestro instinto.

Porque nuestro amor sigue intacto.

Porque sentimos tanto.

Para cuidarnos de los demonios de la vida.

Para un retorno sin despedida.

Por el amor que siento por ti.

Por el amor que sientes por mí.

Sin duda alguna lo voy a decir.

Regresa a mí, no te vas a arrepentir.

Soy.

El de las respuestas sarcásticas.

El de las miradas mágicas.

El del justo cuidado.

El beso de lado.

La pierna sobre la tuya.

El que se muerde las uñas.

El del agua natural.

Poco peso corporal.

El de los chistes sin sentido.

El que oye cada ruido.

El náufrago en la playa.

El que nada se calla.

Hiperhidrosis aguda.

Quien de nada estornuda.

El pecho con lunares.

Tanto y tantos lugares.

El de la foto en la puerta.

Ahora sí, ¿te acuerdas de mí?

 

 

Autor:

Marco Antonio Parra

Partes: 1, 2
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