A Carmen Adela, de este otro hijo, allende el vientre sonoro Caribe…
Estación de esperanza: Un pabellón anuncia en Coro: "Aquí nació Alí Primera." Se siente la emoción y el orgullo de ser cuna de tan insigne poeta. Una canción abarca la geografía toda de su país entrañable. El la condensa en un puño levantado con un clavel rojo. En este patio dio sus primeros pasos, junto al padre soldado que moriría pronto y a su madre que le enseñó el camino que debería recorrer sin detenerse, con la mirada puesta en el futuro y en la esperanza.
Estación del desguarnecido…espigado: Paraguaná, la de las lluvias que no llegan para apagar la sed y sentimental suelo en que sembró su corazón. En aquel paisaje desértico de San José de Cocodite sus pies descalzos palparon mejor la pobreza. Junto a sus hermanos y un borrico; a recorrer el campo árido, donde se anidan aquellos pájaros y las flores que se quedarán definitivamente en su verso. Allí brotó el rezo a la abuela Mama Pancha, de cuyas manos nacerán todos los niños de la patria. De la playa donde los gringos hacían lustrar sus botas al Alma Máter caraqueña, que afila su pensamiento. La policía en la Universidad: el panfleto político en sus manos y la cárcel, de la que germinará el canto revolucionario, sí, más radical: "Humanidad". La guitarra romántica no se cuelga, es que el cuatro rebelde le va a acompañar en su viaje de estudios por Europa. En aquellos países fríos nace el artista que vivirá por un arte: despertar a su pueblo. "Venezuela" y "De una vez", discos que vieron la luz en Alemania, a los que se unirán sus dos primeras niñas de genética nórdica, pero de alma venezolana:"Marimba" (María Angélica) y "Chimpi" (María Fernanda). Nuevamente la luz lo descubre en su canción solidaria: aquí al lado de los decimistas de la sierra movilizando a todos para defender el Cerro Galicia que quiere herirlo el dinero desalmado; allá, para denunciar la agresión al lago Maracaibo…Al lado de los pueblos que luchan en el planeta por su liberación sintetizados por el Tío Ho, Tamara Bunker y el Che. Caminando van brotando otras ramas de su cuerpo amoroso: Jorgito, y los hijos con Sol, cuyos nombres reflejan su militante pupila: Sandino, Servando, Florentino y Juan Simón.
Estación postrera, el accidente que es la vida: su regreso al Coro natal y nuevamente a Paraguaná, resumen de la tragedia de su pueblo: el chorro de humo negro hiriendo el color limpio del cielo; las transnacionales robándole a Venezuela el petróleo; los viejos pescadores alejados de sus peces; las mayorías hundiéndose en la miseria…Pero el puño levantado en alto con la ternura de su flor. El poeta no cambió de paisaje, sino que el paisaje ya no es el mismo: el chivo se volvió montaraz y echó al gringo de su corral; el petróleo ahora es de Venezuela y el canto del hijo del campo paraguanero ahora se escucha más alto que nunca. La sencillez con que siempre había vivido y soñado: el corazón vibrando en la tierra donde fue sembrado, junto al gallito rojo y las flores ensortijadas en su cabello rebelde. Un nombre, un solo nombre escrito por el pueblo para prolongar en el recuerdo y en el quehacer cotidiano a quien entregó lo mejor de sí para ser más libre y más pleno al ser humano.
José Millet Coro, julio 6 de 2006 a Marzo 14. 2008.-
I.- Orbita vital comentada de Alí Primera.-
1.- El 31 de octubre de 1941 nació un niño en el hospital de Maternidad Oscar Chapman de la ciudad de Coro, la de las casas de barro, de calles con piso de adoquines y con otros méritos que la hicieron merecedora del título de Patrimonio de la Humanidad, otorgado por la UNESCO, compartido con el famoso Puerto de La Vela, punto de desembarco de Francisco de Miranda. Le pusieron por nombre Alí Rafael, pero todo el mundo lo llamó siempre Alí.
2. Aquel niño era el hijo número siete del matrimonio de Carmen Adela Rosell y Antonio Isidro Primera, venidos de la Península de Paraguaná huyéndole a la sequía y a las penurias propias de una familia pobre.
3.- Alí tenía apenas tres años cuando muere su padre, quien era un hombre sensible: "uno de esos policías que animaban a los presos para que le hicieran juguetes de madera a sus hijos".
4.-Los miembros de su familia tienen que regresar a Paraguaná, donde viven en San José de Cocodite, sitio de alto simbolismo asociado al horcón mayor: la abuela materna Mama Chayo, fallecida en 1973 a los ciento seis años. Allí la familia se unifica ante las difíciles condiciones que la rodea y que hace necesaria que cada uno de sus miembros asuma alguna responsabilidad, comparta la carga. La solidaridad es hija de la pobreza.
5.- La suya era una familia de madera dura, cortada de un tronco donde se habían distinguido personas vinculadas a las guerras por la independencia de Venezuela. Su madre, Carmen Adela, era de semejante reciedumbre de aquel árbol.
6.- Sus allegados sanguíneos eran pues gente fuerte de carácter y espíritu forjado en la lucha con una tierra árida encima de la cual levantaban sus gajos espinosos, desafiantes al viento, las plantas donde anidaban pajarillos alegres y cantores.
7.- La madre accede a que el pequeño Alí se vaya a vivir con un pariente a un sitio nombrado El Milagro, cercano a los Taques. El niño Alí entra en contacto vivificante con el desierto de Paraguaná, con su vegetación xerófita de tunas, espinos, el jabo, el didive y donde el turpial, el cardenal, los gonzalitos, los chuchubes, chirritos, torcazas y guachas construían sus nidos y ensueños.
8.- La naturaleza curte la piel y el carácter del niño, que aprendió a arrear los chivos y a cortar y a cargar la leña necesaria para el fogón, mientras su vista se extasiaba en el paisaje, con horizontes infinitos y el mar como telón de fondo. Su espiga es de campesino y con los hombres de campo aprendió mucho de la vida.
9.-La madre vuelve a casarse y los hijos suman ahora diez, la mitad nacidos con la asistencia de la abuela paterna Mama Pancha, "partera y rezadora", a quien le dedicará el cantor Alí una de sus más tiernas canciones. Ella es la encargada de darle acabado al temperamento sensible de Alí, de terminar de forjar su espiritualidad y de sembrar valores, como el arraigo al terruño, al habla y a la sabiduría de la gente sencilla del pueblo ("La Mama Pancha había dicho que era varón, y fue varón Juan Simón").Aquellos principios sembrados en el niño, acompañarán siempre a Alí.
10.- Aquellas aventuras tenían lugar en un ámbito asociado a la escasez material y se imantaban de un encanto favorecido por el contacto con el terruño familiar, animales y árboles que se mecerán luego en el pecho del adolescente. Esto puede resumirse en el pasaje de Alí junto a sus hermanos a lomo del burrito "Tatico" o del pollino "Guarapo" rumbo a Caradacagua, a que don Benjamín Sierralta, el dueño de la tiendita en que hacían las compras o pedían el "fiao". El revoletear de los pájaros, el olor a tierra húmeda y el viento juguetón que estremece las plantas se convierten en paseo que ayudan a acomodar en la mente imágenes que luego serán plasmadas en las canciones del juglar falconiano.
11.- Paraguaná es la geografía donde la pies descalzos del niño Alí van hundiéndose para dejar la huella de su paso por la tierra: San José, Caja de Agua, El Pizarral y, de repente, Las Piedras, con sus pescadores que le enseñan el lenguaje del mar y del trabajo fatigoso del oficio de la pesca echa a mano, con medios elementales fruto de la tradición.
12.- Nuevamente las urgencias que impone una familia pobre obligan a Alí al ejercicio de ocupaciones como las de lustrar zapatos, cargar agua, vender dulces y lavar carros. En la conciencia de un niño dispuesto para el juego y el estudio, no para el trabajo, esto dejará una huella en el alma que luego se reflejará en el canto.
13.- El futuro artista tropieza con otro menester que será como el símbolo de su vocación de luchador: el de boxear, en cierta ocasión en un ensogado dirigido por un boxeador profesional apodado Kid Cataluña, según unos y, según otros, a manera de infantil pasatiempo, cuando lo hace con uno de sus hermanos en la playa.
14.- La situación familiar le impide comenzar el aprendizaje siguiendo el camino de un estudiante normal: aprende a leer con la monja que era su madrina de confirmación y escucha lecciones desde la puerta en una escuela de adultos con un señor funcionario de la Aduana de Las Piedras, quien impartía clases nocturnas a los pescadores. Cuando logra entrar en la escuela primaria, se gana el derecho de ingresar en el cuarto grado por lo mucho que sabia gracias a su tesón, inteligencia y dedicación autodidacta. Alí había tenido antes en el seno familiar por maestros a gente muy valiosa, como su hermano Asiclo, poeta natural como él.
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