Descargar

Gustavo Adolfo Ruiz, un Maestro ejemplar (página 3)


Partes: 1, 2, 3

Así, las ofensivas de Guzmán Blanco, de Castro y Gómez contra la Universidad, son siempre recordadas. La agresión "democrática" se silencia. Quiere empañarse con los recuentos estadísticos del número de estudiantes que hay en todos los niveles y con los cómputos electorales. Caen en el olvido los universitarios asesinados, los planazos, los peinillazos, las bombas lacrimógenas y los heridos se convierten en noticias "caliches" a los pocos días… Sin embargo, algunas memorias son más fuertes que otras y recuerdan el triste espectáculo de la Universidad violada.

Como consecuencia de la dispersión de la Universidad y de la Facultad de Humanidades, la Escuela de Educación fue ubicada en el centro de la ciudad capital, en un edificio cercano a la esquina de Cruz Verde. Los arreglos de las estructuras se hicieron en las vacaciones. Gustavo Adolfo Ruíz recordaba aquellos días y la decisión que debió tomar con estas palabras:

Estando en esta situación, hubo un grupo de estudiantes que se negaba a asistir a clases en los "nuevos" locales. En septiembre, se me acerca uno de los empleados y me dice: "Manda a decir el doctor [Félix] Adams que el lunes próximo comienzan las clases.." Me puse a pensar el asunto y entonces decidí no asistir. Ahora bien, me dije: "Si no voy simplemente, mi actitud se puede tomar como una pura rebeldía; así que voy a explicar por qué no iré a clases". Expliqué que yo no podía dividir a mis alumnos en sus clases, treinta aquí y cincuenta allá o viceversa. Que el cierre del año todavía no estaba claro, no se sabía quiénes estaban en un curso o en otro; puesto que los exámenes no habían terminado. Que yo consideraba que abrir clases en esas condiciones profundizaba la crisis y no apuntaba a ninguna solución. Finalmente, expresé que en vista de todo esto, yo me abstenía de concurrir. Fui destituido. Pero yo no me enteré entonces de ello. Quedé dos años fuera de la Universidad. [82]

Por supuesto, tanto profesores como estudiantes protestaron la destitución del profesor Ruíz, pero no consiguieron ni su restitución al recinto universitario ni a su cargo docente. Se había considerado que él era uno de los jefes de la rebelión, uno de los agitadores contra las autoridades universitarias de esos días.

Aquellos dos años los aprovechó el Profesor Gustavo Adolfo Ruíz de manera productiva. El primero en una empresa privada y en la Universidad Católica Andrés Bello; el segundo año lo ejerció en la Universidad Metropolitana. Corrían los años 1969 a 1971. Habían salido de la UCV unos cuarenta y dos profesores.

El año mil novecientos sesenta y nueve, la protesta estudiantil y de los profesores tomó muchas formas… Asi, por ejemplo, el grupo que se graduaba aquel año 1969 le dio mi nombre a su promoción en contra de la voluntad de las autoridades, como una manera de presionar mi regreso a la Universidad Central. [83]

Son convocadas nuevas elecciones universitarias. Y como paradoja, Félix Adam quien era el Director de la Escuela de Educación, gana las elecciones al decanato de la Facultad de Humanidades y Educación, el cual ejercería hasta 1972. El profesor Ruíz logró entrevistarse con él. Para entonces el rector Rafael José Neri había ordenado la reincorporación de los cuarenta y dos profesores de la Facultad destituidos, así como el retorno de dicha facultad a la Ciudad Universitaria. La orden incluía el pago de los salarios caídos a todos los 42 docentes reincorporados.

Gustavo Adolfo Ruíz nunca estuvo en ningún movimiento contra las autoridades universitarias de aquella época. En cambio sí se comprometió en un cien por cien con el Movimiento de Renovación Universitaria, donde jugó un papel sumamente necesario, pues fue el aporte del Maestro de Escuela a la organización y a la concordia fundada en la justicia.

Las diferencias con el doctor Adam las arreglé de manera diáfana. El informe que él presentó al Consejo Universitario, lo refuté punto por punto, y cuando me entrevisté con él, le dije: "Cuando yo difiera de usted, lo haré así: con mi firma por delante y de frente, esa es mi manera de actuar". Desde ese día, quedamos en paz. [84]

Gustavo Adolfo Ruiz se quedó en la Escuela de Educación y en la Universidad, inclusive, después de su jubilación. Esta parte de su vida, merece capítulo separado.

"Vivo esto intensamente" expresó en una oportunidad el Profesor Gustavo Adolfo Ruíz al referirse a su ejercicio docente. Aseguró que siempre anduvo buscando algo nuevo para enseñar, para compartir conocimientos. Es por esta razón que, después de salir jubilado de la Universidad Central de Venezuela, tomó tiempo para compartir en mil eventos culturales y actividades educativas; mientras rechazaba las ofertas de empleo a fin de tener tiempo para escribir.

Por ello, era frecuente ver su nombre como conferencista dentro y fuera de la Universidad y del país; ha organizado jornadas y talleres de todas clases, incluso de preescolar, habiendo sido vicepresidente de las Jornadas organizadas en este nivel por el gobierno nacional; su nombre figuró en publicaciones del preescolar "Luisa Goiticoa" de la fundación Eugenio Mendoza. Fue asesor del Consejo Venezolano del Niño, en cuya fundación participó al lado del Dr. Rafael Vegas.

Gustavo Adolfo Ruiz siempre ejerció la profesión docente como si se tratara de una actividad natural para él. Siempre se le vio en actividad educadora, en el edificio Trasbordo donde funciona la Escuela de Educación, se le veía siempre activo. Todos los días se le veía en la biblioteca, leyendo, investigando, trabajando. La luz de su cubículo siempre estaba encendida, siempre estaba divulgando el pensamiento de Simón Rodríguez, allí se ocupaba en leer y escribir, organizar sus notas, atender a los estudiantes a quienes asesoraba como tutor de tesis. Aunque al momento de publicar esta biografía, ya está publicada su obra sobre Simón Rodríguez, para el momento de la entrevista que le hizo el autor para escribir esta biografía, el libro no estaba aún publicado, y habló de él con entusiasmo:

He escrito un libro sobre Simón Rodríguez, en el cual entre otras cosas demuestro que la formación pedagógica del maestro de Bolívar no era rousseauniana, sino hispánica. En la investigación llegué a localizar muchos de los libros españoles de carácter pedagógico que conoció Rodríguez. Este libro está listo para ser publicado por la Academia Nacional de la Historia. [85]

Dice estar preparando dos textos sobre la pedagogía en Venezuela, y dos libros relacionados uno con Simón Rodríguez y el otro con Simón Bolívar. Por otra parte también investiga acerca del Primer Congreso Pedagógico celebrado en Caracas a finales del siglo pasado y en el cual tuvo importante participación el educador Pedro Manuel Ruíz, su padre, acerca de quien también prepara una biografía a ser publicada dentro de poco tiempo.

El profesor Ruiz ha publicado trabajos con fines didácticos y de divulgación histórica en varias publicaciones, como las revistas Educación del Ministerio de Educación, y Multiviisón donde publicó un artículo sobre Rómulo Gallegos. Siendo tan agudo el problema editorial en Venezuela, como una de las consecuencias de la crisis económica, Gustavo Adolfo Ruíz buscó el apoyo institucional para dar a conocer sus trabajos; tal es el caso de la Academia Nacional de la Historia.

Después de su jubilación como profesor universitario, ha dedicado todo su tiempo a la investigación y a la escritura, esto es, sin abandonar su tarea docente como tutor de tesis de grado a los estudiantes de su siempre amada Escuela de Educación. Respetado por todos, sus opiniones sobre aspectos, personajes y hechos de la actualidad, merecen especial atención. Así por ejemplo, expresó:

Haciendo una observación general, creo que Venezuela ha llegado a una gran madurez, a pesar de cuanto ocurre y de la insatisfacción que tenemos con la vida del país. Sí, este país está madurando. Y una prueba de ello es que se están enalteciendo y reconociendo los valores. Ya no somos tan destructivos. Ya la gente respeta a Uslar Pietri, ya le reconoce sus méritos intelectuales. Incluso hemos visto cómo puede decir cualquier cosa y podemos dispensársela porque es Arturo. [Luis Beltrán] Prieto es otro personaje que el país reconoce, quiere y respeta, vale la pena oírlo y leerlo. Se le respeta su saber, su amor por el país, su verticalidad, su posición y su permanente actualización Últimamente escribió versos y también fue reconocido como poeta y como miembro de la Academia Nacional de la Lengua. También tenemos a un José Vicente Rangel, quien ya está llegando a un sitial similar. Tenemos prototipos nacionales, dignos de imitar. Estamos formando conciencia para que la gente joven aprecie y sepa qué somos y de qué somos capaces de hacer y de ser. [86]

Por otra parte, también expresó críticas apuntadas hacia la recuperación de algunos valores. Expresó que

Hace tres años y algo [es decir, en 1982] que se cumplieron cincuenta años de la fundación de la Federación Venezolana de Maestros y ninguna de las organizaciones gremiales de docentes de ahora, se acordó siquiera para conmemorar la fecha natalicia del gremio. [87]

Resultaba sumamente difícil estar a su lado y sustraerse a la tentación de preguntar, preguntar y preguntar. Su desbordante sabiduría y su ánimo de compartir lo que conoce, es una invitación no a hacerle una micro-biografía como esta, sino a convertirse, como en los días socráticos, en un discípulo que lo siga en todo el tiempo disponible para recoger sus palabras, sus lecciones, sus principios. Y tiempo es precisamente lo que atesora el profesor Gustavo Adolfo Ruíz.

Tiempo para trabajar,

Tiempo para investigar,

Tiempo para escribir,

Tiempo para recoger la cosecha

Y tiempo para permanecer en perpetuos proyectos

El tiempo invertido en entrevistar al profesor Gustavo Adolfo Ruiz, en transcribir sus conversaciones grabadas y en darle coherencia y organizar tan extenso material, puedo asegurarlo testimonialmente, ha sido uno de los mejores empleados que he tenido como estudiante de la Escuela de Educación.

En el marco de un Seminario dedicado a la Formación Docente en Venezuela, que me obligó a documentarme sobre la materia, consultando los textos aquí citados y otros de carácter referencial, inclusive prensa de la época revisada en la Hemeroteca Nacional, que debía ubicar en las distintas fases de la historia nacional, la realización de esta biografía (adrede le quito el prefijo micro para no ofender la realidad con el lenguaje), ha dejado en mí una apreciable cantidad de inquietudes que seguramente se convertirán en proyectos de investigaciones futuras.

Y además, me ha quedado como indeleble una lección. No existe una profesión más noble que la de educar al prójimo. Los frutos que se cosechan en esa siembra tal vez sean tardíos, pero nunca estarán perdidos. El tiempo ("polvo del universo" como lo definió un poeta) retribuye en el decurso histórico, la merecida recompensa.

Por otra parte, es hora de que rescatemos nuestros valores. No hay que ir a buscarlos en las alturas sociales. Seguramente están a nuestro lado mismo, compartiendo su saber en la sencillez de un aula, bajo la sombra de un árbol o a través de las páginas de un libro… (Caracas, 20 de octubre de 1989)

Post scriptum

Han pasado 22 años desde que escribí la precedente micro-biografía precedente del profesor Gustavo Adolfo Ruíz como parte de una asignación hecha por el profesor Guillermo Luque, a la sazón mi profesor en la Escuela de Educación de la UCV.

El profesor Gustavo Adolfo Ruíz falleció en la ciudad que lo vio nacer, el 25 de abril de 1993, es decir, cuatro años después de haberse hecho esta microbiografía. Como colofón de este trabajo biográfico, se hace necesario señalar algunas informaciones adicionales que recojo enseguida de un texto de mi profesor y amigo, Fernando Silva, palabras dichas por él con motivo de la siembra del eminente profesor Ruíz.

Fue un hombre de calidad. Construyó una familia de cinco hijos, que al igual que aquella de la cual procedía, funcionó como un ejército fraternal girando en torno a los valores de unión, superación y sacrificio. Tuvo la fortuna de contar con una excelente esposa para juntos estructurar un hogar, con hijos todos profesionales que siempre vieron en el padre al amigo a toda prueba. Cosechó en el ámbito familiar la siembra fructífera de quien supo ser consecuente con lo que había sido y aprendido en la vida. [88]

La obra bibliográfica del Profesor Ruíz, la forman los siguientes títulos:

Simón Rodríguez, Maestro de Primeras Letras (1990)

La Educación de Bolívar (1992)

La Escuela de Primeras Letras de Caracas. Documentación 1767-1810 (1992)

El Congreso Pedagógico de 1895 (póstuma, 1993)

Revista de Pedagogía, Número especial dedicado a Simón Rodríguez. (1993)

El profesor Gustavo Adolfo Ruiz le sirvió a la educación venezolana por cincuenta y nueve fructíferos años. En 1984, cuando la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela celebraba sus 31 años de fundada, fue seleccionado como orador en los actos conmemorativos. En aquellos momentos, lleno de emoción, expresó:

… he vivido más de veinticinco de los treinta y un años de la Escuela, ligado estrechamente a su destino, vinculado a sus vicisitudes, a sus aciertos y errores, a sus triunfos y dificultades… […]

Como algunos saben, esta Escuela ha sido para mí, crisol de formación, estímulo para aprender; para reflexionar; para mantener la mente alerta; la juventud que aquí bulle y palpita a diario me rejuvenece. Aquí he tenido reconocimiento y respeto y por sobre todo, aprecio. Aquí se ha forjado la culminación de mi ya larga carrera profesional; aquí se ha aceptado mi voz y se me ha distinguido con la discusión de mis ideas; se me ha permitido dar y se me ha dado ocasión de recibir.

Si aquí he tenido la incomparable satisfacción de sentir la cálida respuesta de aquellos que intelectual y emotivamente reconocen que algo han recibido de mí, sí aquí están mis amigos… ¿por qué me voy a ir? [89]

Y el profesor Fernando Silva, termina su apología del Profesor Gustavo Adolfo Ruíz, con estas palabras: "Decía verdad, Profesor, Usted no se ha ido. Creyó bien, con Horacio: Non omnis moriar." [90]

Dudo que haya alguien que conociera al profesor Gustavo Adolfo Ruíz que ponga en duda estas palabras que comparto plenamente.

——————————————–

Revisada para su publicación en Tenerife, el 23 de noviembre de 2011, a 93 años del natalicio de Gustavo Adolfo Ruíz.

 

 

Autor:

Jesús Israel Acevedo Torrealba

[1] Guillermo José Schael: Imagen de Caracas, 1958, pág. 56.

[2] José Antonio Calcaño: La Ciudad y su Música, 1958, pág. 411.

[3] Entrevista con el biografiado, hecha por el autor como estudiante universitario en 1989

[4] Cfr. Miguel Ángel Mudarra: Historia de la Legislación Escolar Contemporánea en Venezuela. Caracas, Ministerio de Educación, 1962, pág. 109 y ss.

[5] Ibídem: pág. 132.

[6] Ibídem, pág. 139.

[7] Pedro Manuel Ruiz, el padre de nuestro biografiado participó en el movimiento anti-gomecista que fue debelado en 1919, en el cual estaban involucrados hombres de la talla de Luis Rafael Pimentel.

[8] Cfr. José Luis Salcedo Bastardo: Historia Fundamental de Venezuela, Caracas, Fundación Gran mariscal de Ayacucho, pág. 385.

[9] Ibídem, pág. 414

[10] Se dice que la frase fue inventada por los estudiantes después de asistir a un acto fúnebre judío, donde las palabras hebreas ininteligibles para ellos, dieron lugar a esta invención, que comenzó como una broma, pero terminó siendo una marca de identificación entre los estudiantes revolucionarios de entonces.

[11] Salcedo Bastardo, op.cit., pág. 443.

[12] Entrevista… 1989.

[13] Ibídem

[14] Ibídem

[15] La casa denominada "Villa Zoila" fue edificada en 1903, por mandato del Presidente Cipriano Castro, fue luego reacondicionada por el famoso arquitecto Alejandro Chataing para convertir la mansión en la residencia presidencial. Este ese momento es rebautizada con el nombre en honor a la esposa del Presidente Castro, Doña Zoila Rosa Martínez. La pareja presidencial habitó en ella hasta 1908, cuando Castro, enfermo, sale de la presidencia y del país para no regresar.

[16] Mudarra: op. cit. Pág. 133

[17] Entrevista… 1989

[18] Ibídem

[19] Salcedo Bastardo: Op. cit., pág. 469

[20] Entrevista… 1989

[21] Salcedo Bastardo: op. cit pág. 444.

[22] MudarraÑ op. cit. pág. 146

[23] Ibídem, pag. 147

[24] Morón, Guillermo: Historia de Venezuela. Breviario para Escolares. Gráficas Edición de Arte, Caracas, 1964, pág. 235

[25] Entrevista… 1989

[26] Cfr. Salcedo Bastardo: op. cit., págs. 413-419

[27] Entrevista… 1989

[28] Ibídem

[29] Mudarra: op. cit., pág. 151

[30] Entrevista… 1989

[31] Federación Venezolana de Maestros: Labores de la Primera Convención del Magisterio Venezolano, celebrada en Caracas del31 de agosto al 5 de septiembre de 1936.Cooperativa de Artes Gráficas. Caracas, 1945, pág. 3

[32] Salcedo Bastardo: Ibídem

[33] Salcedo Bastardo: op. cit., pág. 477 y ss.

[34] Salcedo Bastardo: ibídem, pág. 575

[35] Mudarra, op. cit., pág. 148

[36] Entrevista… 1989

[37] Mudarra: op.cit., pág. 149

[38] Entrevista…

[39] Mudarra: op. cit. pág. 150-153.

[40] Entrevista…

[41] Mudarra: op. cit., Pág. 181.

[42] Entrevista…

[43] Pietro Figueroa, Luís Beltrán: Discurso, en la I Convención Nacional del Magisterio, Caracas, 1936.

[44] Entrevista…

[45] Entrevista… 1989. Nótese que hay que contextuar en el tiempo las palabras del entrevistado.

[46] Ministerio de Educación Nacional: Memoria del año 1940.

[47] Entrevista…

[48] Ministerio de Educación: op. cit.

[49] Entrevista…

[50] Morón, Guillermo: op. cit., pág. 225

[51] Ibídem, págs. 236, 237 (Subrayado mío, JIAT)

[52] Salcedo Bastardo: op. cit., pág. 575

[53] Entrevista…

[54] Entrevista…

[55] Ibidem.

[56] Entrevista…

[57] Mudarra: op. cit. pág. 186

[58] Entrevista…

[59] Salcedo Bastardo; op. cit., pág. 480

[60] Entrevista…

[61] Entrevista

[62] Cfr. Mudara: op. cit. , pág. 200-201

[63] Discursos Presidenciales, ediciones Presidencia de la República, Caracas, 1961

[64] Entrevista…

[65] Cfr. Mudarra: op. cit. pags. 205 y ss

[66] Entrevista…

[67] Mudarra: Ibídem.

[68] Entrevista…

[69] Entrevista…

[70] Entrevista…

[71] Entrevista…

[72] Entrevista…

[73] Entrevista…

[74] Ibídem.

[75] Ibídem

[76] Ibídem

[77] Ibídem

[78] Ibídem

[79] Ibídem

[80] Ibídem

[81] Ibídem

[82] Ibídem

[83] Ibídem

[84] Ibídem

[85] Ibídem. El libro de su autoría a que se refiere G.A. Ruíz,, titulado “Simón Rodríguez. Maestro de Escuela de Primeras Letras”, fue publicado, en efecto, por la Academia Nacional de la Historia, en la Colección Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, bajo el Nº 206, en el año 1990.

[86] Ibídem

[87] Ibídem

[88] Fernando Silva: El Maestro Ruíz. Mimeografiado. Universidad Central de Venezuela. Escuela de Educación. Abril de 1993, pág. 2

[89] Ibídem, pág. 5

[90] Fernando Silva: El Maestro Ruíz. Mimeografiado. Universidad Central de Venezuela. Escuela de Educación. Abril de 1993, pág. 2

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente