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No es sólo cuestión de sexo


Partes: 1, 2

    1. Resumen

    Uso de eufemismos y disfemismos en el ámbito escolar

    Resumen

    Este artículo plantea una breve disertación sobre el uso de eufemismos y disfemismos para referirse a los órganos sexuales por estudiantes del Instituto Tecnológico santa Rosa de Cabal Risaralda. Teniendo en cuenta algunas variables sociolingüísticas (sexo– Edad y Estrato Social), se recogieron datos a través de la observación directa, aplicación de encuestas y realización de entrevistas, con el objetivo de determinar variación lexical, frecuencias de uso, actitud frente a los términos e influencia del contexto en el que se desenvuelven.

    Palabras clave: Eufemismo, disfemismo, variación, léxico, sexual.

    Desarrollo

    Si bien es cierto que existen diversos puntos de vista con respecto al lenguaje utilizado por los niños y jóvenes: (desde discursos moralistas, filosóficos, sicológicos y lingüistas), no podemos desde el punto de vista sociolingüístico, dejar de reconocer el habla juvenil como una manifestación de una comunidad lingüística en constante evolución y adaptación a las normas estándares del uso de la lengua. Es la misma búsqueda de aceptación dentro de un grupo social que lleva al individuo a procesos de innovación lingüística, presumiblemente por la incomprensión de algún término de la lengua estándar, por considerar algún tema tabú, por no extralimitarse en el uso de de expresiones de la lengua canónica, por falta de nivel cultural, por adaptación a determinado medio o simplemente por la irreverencia juvenil. El anterior proceso es abordado por Mario Bunge (1983: 113) quien manifiesta:

    El individuo emplea la nueva expresión en sus conversaciones y, si ella es considerada útil o cae en gracia, es adoptada gradualmente por otros miembros del grupo, hasta incorporarse al dialecto de la misma, ya por un tiempo, ya permanentemente. La invención es un acto individual, pero la innovación (o adopción por la comunidad) es un proceso social.

    Entendido el período de transición lingüística, como un proceso de invención e innovación lexical por parte de un grupo social, permite que su uso se vaya ampliando paulatinamente en todos los espacios de una comunidad de habla, ya sea para que la rechace o la adopte. Es en esta transición en la que el oyente – hablante de una comunidad lingüística, de manera desprevenida vaya insertando nuevas expresiones en su lenguaje cotidiano y tenga que ir asumiendo posición sobre la viabilidad de su uso en todos los contextos donde se propicien actos de habla. Es el uso de una nueva expresión la que nos permite atribuirle el carácter de eufemismo o disfemismo y es esta misma caracterización la que no obliga a diferenciar los contextos para hacer uso de la lengua. Es decir en algunos momentos utilizamos el lenguaje de la norma, el de prestigio y en otros utilizamos un lenguaje coloquial. Es ahí donde podemos determinar que los cánones sociales nos imponen un estilo de habla ya se formal o informal. Pero son los jóvenes quienes a menudo se encargan de resemantizar y relexicalizar por falta de prejuicios sociales y de esta forma son los que llevan el peso de los procesos de desprestigio de la lengua. Hallyday (1982: 203) asegura que:

    "La vulgaridad del lenguaje es en parte expresión de la dinámica y las tensiones de la vida social", y los jóvenes son casi siempre los primeros en sentir sus consecuencias, produciéndose entre ellos reacciones de distinto tipo, independientemente de su género.

    A diferencia de los jóvenes los adultos que tenemos un estatus social definido, mediante los artificios lingüístico como eufemismos, nombramos la realidad de manera más sutil, presumiendo de determinado prestigio lingüístico, pero indirectamente lo que estamos haciendo es contribuir a la generalización de temas tabúes como es el caso de la sexualidad. El uso continuo de los eufemismos lleva al término original a una involución y es ahí donde aparecen los disfemismos para nombrarlos de manera peyorativa o con intención de rebajarla de categoría.

    Cuando titulamos el artículo "NO ES SÓLO CUESTIÓN DE SEXO" lo hicimos con doble intención, la primera para referirnos que el uso de los eufemismos y disfemismos no sólo se usan para abordar temas sobre sexualidad en el ámbito escolar sino todo aquello que tiene que ver con el proceso de conocimiento y adaptación de los jóvenes al mundo y su propia realidad, tal como lo afirma María Bernarda Espejo (2006) quien en un artículo que colgó de la INTERNET expresa:

     "Por lo general, los eufemismos abundan en temas como la muerte, las enfermedades, el campo sexual (cópula, anatomía genital, prostitución), la escatología y lo sobrenatural, para hacer referencia a los más comunes. Basta con observar la extraordinaria cantidad de voces, no sólo en América sino en España, para nombrar a los órganos sexuales masculino y femenino, debido a su consideración de palabras tabúes. Los eufemismos pueden variar según la cultura, la edad y el sexo. Así mismo, como manifestaciones de lengua que son, cambian según la época y van cayendo en desuso"

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