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Participación ciudadana: nuevo espacio de socialización

Enviado por iguerra


    1. Participación social
    2. Definiciones y conceptos básicos
    3. Niveles participativos
    4. Técnicas de participación

    Participación social

    El tema de la participación social o ciudadana constituye hoy un lugar común en las ciencias sociales. Es una proyección optimista, relativa a un nuevo modo de construcción social, realmente democrático, que logre relaciones de poder diferentes. En este estado ideal, el hombre común se tornaría sujeto en vez de objeto y los problemas y contradicciones sociales se resolverían mediante la intervención consciente de todos los individuos.

    Cada uno de los actores sociales tendría la posibilidad de decidir sobre los aspectos vitales de su vida, lo que acarrearía que los procesos de producción y consumo no se convirtieran en medios de alienación y acatamiento.

    Evidentemente, dicha alternativa se acerca más a la utopía que a la dinámica del mundo actual, pues aún no están creadas las condiciones sociales para que este proyecto se ponga en práctica.

    Definiciones y Conceptos básicos

    Participar, según el Diccionario Ilustrado Aristos de la Lengua Española (1985) significa "Tener uno parte en una cosa o tocarle algo en ella." Carlos Nuñez Hurtado le da una dimensión más operativa cuando afirma que es "tener la capacidad de decidir, controlar, ejecutar y evaluar los procesos y sus proyectos", explica que si no hay capacidad de decisión y control, se estaría hablando sólo de una participación reactiva en lugar de una auténtica: sustantiva y pro-activa.

    Para la investigadora cubana Cecilia Linares la participación es una actividad desplegada por el conjunto de actores sociales en la consecución de un proyecto de acción común de determinados objetivos y metas, que tendrá formas y niveles diferentes de expresión.

    Sintetiza el fenómeno mediante las siguientes premisas:

    – La participación es un proceso activo encaminado a transformar las relaciones de poder y tiene como intención estratégica incrementar y redistribuir las oportunidades de los actores sociales de tomar parte en los procesos de decisión.

    – El proceso abordado nace de la necesidad individual y colectiva; está protagonizado por el hombre y las estructuras y espacios donde se concreta (escenarios sociales).

    – La participación no es homogénea, alcanza distintos niveles y diferentes formas de expresión.

    – Es un ejercicio que permite ir creando espacios para influir en las decisiones que afectan la vida. La base orgánica para lograrla son las agrupaciones humanas que incluyen formas con diferentes niveles de estructuración, ellas suponen una necesidad y una voluntad comunes formalizadas para alcanzar un propósito, conducirse a sí mismas, y sobre todo, relacionarse con los de afuera y lograr beneficios. Allí se despliegan de manera orgánica, tácticas y estrategias que conducen a la solución; se toman decisiones y se generan actividades.

    – Como parte sustantiva en la formulación de objetivos y estrategias del desarrollo cultural intenta sustituir la óptica difusionista que privilegia el consumo individual en su rol de espectador, por otra que implica la intervención activa de la población en el complejo proceso de construcción de su vida individual y social.

    – En las condiciones del mundo actual, la participación como proceso de toma de decisiones siempre estará limitada y se circunscribe eminentemente a expresiones microsociales en al marco de una organización concreta, determinada y relacionada con el desempeño por alcanzar una meta.

    Tal como la conceptualizan sus estudiosos, la participación resulta un estado ideal de intervención activa de los sujetos en la construcción de su propia realidad y se espera que en su dinámica de intercambio horizontal se produzcan procesos de aprendizaje e implementación que devengan hábitos.

    Sin embargo, para alcanzar una participación auténtica y democrática es necesario generar las condiciones con las que hoy no se cuenta, construyendo una cultura de participación que se enraíce en la conciencia social, y la única manera de lograrlo es desarrollando una educación pertinente para ello.

    Niveles participativos

    Según J. Díaz Bordenave, Máster en Periodismo de la escuela de Comunicaciones y Artes de la Universidad de São Paulo (USP), participar viene de la palabra parte, y en una concepción integral la participación está dada por tres elementos: SER PARTE, TOMAR PARTE, TENER PARTE.

    El Ser se refiere a la magnitud e intensidad de la participación, el nacimiento de un compromiso hacia lo que se pertenece y la asunción de derechos y deberes sobre ese algo.

    Tener parte implica desempeñar un papel en el escenario de participación, asumir y compartir roles por parte de los individuos y lograr convertirse en Alter – Ego de los procesos de comunicación.

    Participar y Tomar parte alude a la capacidad de hacer y decidir, a la concientización de poseer un instrumento y derecho a utilizarlo.

    Para el estudio del fenómeno, Bordenave propone los niveles de participación que siguen:

    – Informativo: a los miembros sólo se les informa de las decisiones ya tomadas por las instituciones.

    – Consulta facultativa: los dirigentes pueden consultar a los miembros, solicitando críticas, sugerencias o datos para resolver problemas.

    – Consulta obligatoria: los miembros deben ser consultados, pero la decisión final la toman los dirigentes.

    – Elaboración – recomendación: los miembros elaboran respuestas y recomiendan medidas que los dirigentes (instituciones) pueden aceptar o no, pero siempre están obligados a justificar su posición.

    – Co – gestión: la dirección es dividida a través de mecanismos de elección de un plan de acción y en la toma de decisiones.

    – Delegación: los miembros tienen autonomía en ciertos campos que tienen limites definidos por la dirección centro de los cuales los primeros pueden tomar decisiones.

    – Autogestión: nivel mas alto de participación, el grupo determina sus objetivos, escoge sus medios y establece los controles pertinentes sin referencia a una autoridad externa.

    Cecilia Linares es partidaria de una clasificación más concisa y concreta de los grados en que los actores sociales acceden a la toma de decisiones en un proyecto de acción específico:

    • Movilizativo y de consumo: Proyectos de acción ya elaborados en sus aspectos esenciales, a los cuales sólo resta ejecutar o consumir.
    • Consulta, discución y /o conciliación: Proyectos de acción elaborados en sus aspectos esenciales sobre los cuales se pide el parecer, opinión y contribución. Se concilia y se llega a acuerdos o incluso a decidir alternativas de elementos no vitales.
    • Delegación y control: Transferencia de poder para aplicar un proyecto ya elaborado en sus líneas esenciales. Pueden hacerse variaciones de acuerdo con las condiciones y particularidades del escenario en cuestión siempre que no se traicionen sus postulados fundamentales.
    • Responsabilidad compartida y co- determinación: Intervención en la toma de decisiones que incluye todo un proceso que va desde la identificación de los problemas, la articulación de los objetivos, la formación y negociación de propuestas para la solución, ejecución y evaluación de las acciones y el reparto de los beneficios.

    Este nivel de participación parte de la acción conjunta de personas y organizaciones de la comunidad creada por sus pobladores, con sus instituciones de gobierno, centros de investigación, enseñanza y producción.

    Una nueva tipología brinda Marilín Fernández, investigadora del Grupo de Trabajo Estatal Bahía Habana, respecto del fenómeno, al afirmar que los tres tipos más comunes de participación son como difusión de información, como consulta, y la participación integral o planificación conjunta, vinculados teóricamente a las dos variantes más usados: el asistencialista y el participativo.

    La participación como difusión de información es un proceso de comunicación unidireccional donde los involucrados reciben información del grupo gestor (equipo que inicia el proceso, técnicos o instituciones).

    En la participación como medio de consulta o de asesoría, los implicados son consultados sobre los detalles de los planes y sus opiniones pueden ser incluidas o no en ellos. Este tipo de participación aporta la creación de un grupo asesor con acceso a la información sobre el proyecto aunque no pueda decidir, incorpora, además, el elemento opinión.

    La participación de planificación conjunta contempla la inclusión de los implicados en los procesos de planificación y evaluación, con capacidad de decisión sobre sus objetivos y actividades. Es este nivel el más completo e integral.

    El enfoque asistencialista de la participación recoge el nivel de información, que parte de una concepción poco integradora de los participantes, a los que se les ubica fuera del proceso y sólo se les informa para que conozcan sobre algo o asistan a determinado evento o acontecimiento.

    El enfoque participativo contiene la etapa de consulta y decisión.

    El grupo gestor y los integrantes de la comunidad comienzan juntos un proceso de planificación donde la información fluye libremente y las decisiones se toman en el grupo de planificación conjunta. Se asume que cada actor tiene algo que aportar al proceso, ya sea el dominio técnico o el conocimiento profundo de la comunidad.

    Técnicas de participación

    Hace ya algunos años están en crisis los modelos escolásticos del positivismo enciclopedista del siglo XIX y del pragmatismo funcionalista de comienzos del XX. La educación popular dialógica y participativa, ideada por Paulo Freire y enriquecida por sus seguidores, se propone estimular la conciencia crítica, la adaptación activa a la realidad, la capacidad del individuo de ser un agente de cambio al construir sus conocimientos acerca del mundo, para transformarlo.

    Siguiendo estos presupuestos se idearon las técnicas participativas: instrumentos que estimulan y propician la participación para la producción del conocimiento y la interiorización del mismo.

    El psicólogo Manuel Calviño(1998) señala que entre las formas de trabajo con grupos (colectivos a los efectos del presente trabajo), más presentes en nuestro medio se encuentran:

    • las dinámicas de grupo, que abren el manejo operacional de las manifestaciones comportamentales grupales en sus expresiones más inmediatas.
    • los grupos de encuentro, con tendencia a hacer hincapié en el desarrollo personal y el aumento y mejoramiento de la comunicación y relaciones interpersonales.
    • los grupos operativos, que hacen énfasis, no en el individuo dentro del grupo, ni en el grupo como totalidad, sino en la relación que tienen los integrantes con la tarea.
    • el psicodrama, método de exploración y modificación del sujeto y sus vínculos con otros sujetos, que hace de la escena dramática el núcleo constituyente de toda la actuación psicoterapéutica.

    La participación se ha convertido en uno de los más importantes medios de trabajo en colectivos, significa una actividad dirigida y consciente que deviene compromiso ante los resultados de cualquier tarea, por lo que debe convertirse en una premisa presente en todo proceso comunicativo, que permita estructurar toda estrategia de trabajo.

    "Es imprescindible que la participación sea un eje que atraviese la lógica del proceso, ya que este sólo resultará coherente si a la luz de los criterios y principios metodológicos generales, de los objetivos, del contenido, y en función de cada método en particular, se ubican las técnicas como aquellos instrumentos y herramientas que permitirán hacer viable cada paso".

    Para valorar cómo se articulan la información y la comunicación dentro y fuera de la organización, cómo fluyen en los diferentes ámbitos y niveles hacia los públicos externos; si a través de ellas se dinamizan y proyectan políticas pertinentes a la dirección, estructura, imagen y cultura organizacional, serán utilizadas técnicas de evaluación, de análisis, dinámicas de organización y planificación y ejercicios de abstracción en dinámicas grupales y grupos operativos.

    Ingrids Rodríguez Guerra

    Licenciada en Comunicación Social de la Universidad de La Habana, Cuba.

    Especialista de Comunicación del Centro de Gestión y Desarrollo de la Energía (CUBAENERGIA).

    Trabajo realizado en octubre del 2004.