Apuntes para un análisis del caso de las exportaciones de maracuyá de Colombia 1986 – 1997 (página 2)
Enviado por Alvaro Castilo Nino
La raíz de los problemas indicados se encuentra, principalmente, en la forma increíblemente descuidada como se manejaron, por parte de todos los actores que participaban en la cadena de producción, las cifras que indicaban el reducido tamaño del mercado internacional.
Entre los actores principales de la cadena del maracuyá se encontraban: la entidad gubernamental promotora de exportaciones (Proexpo), los agricultores, los empresarios y la Federación de Cafeteros, promotora y accionista de una empresa que se inició como productora de jugos de cítricos y terminó convertida, ante la no viabilidad de su actividad inicial, en una productora más de jugo de maracuyá, innecesaria e inconveniente, dado el limitado tamaño del mercado, como lo demostraron los sucesos de los años siguientes.
Aceptando el riesgo de herir algunas susceptibilidades, dado lo reciente de los sucesos, a continuación se reseña la historia de la bonanza del maracuyá en los años finales de 1980 e iniciales de 1990.
La reseña se hace de manera un tanto esquemática y, posiblemente, tiene un tanto de sesgo, inevitable en quien participó de manera directa en una de las empresas de mayor importancia.
La empresa de cítricos de la Federación, a la cual se hizo referencia, fue concebida a mediados de los años de 1970, pero su montaje demoró varios años aparentemente (por lo menos en parte), por las dificultades que se comprobó que tenían las naranjas de la región: bajo grado brix, alta acidez y, por encima de todo, muy alto costo para utilizarlas en procesos industriales.
Según se dice, presiones políticas de la región terminaron por forzar el montaje de la planta, independientemente de su sostenibilidad económica.
La apertura económica de 1990, y la posibilidad que trajo consigo de importar jugos concentrados de naranja procedentes de países como Brasil, México, Venezuela y Costa Rica -que podían utilizarse para producir jugos para consumo interno, con una fracción del costo de la fruta fresca nacional- terminó por hacer no viable la empresa si se insistía en su destino original de procesar cítricos.
A manera de ejemplo, para apreciar el rápido espacio que ya en 1992 habían ganado las importaciones de jugo de naranja, en el mencionado año 1992, se solicitaron licencias de importación para 1.463 toneladas de jugo de naranja, parte en forma de "jugo simple" y parte de jugo concentrado[8]
No todas las licencias se convirtieron en importaciones. La cifra estimada es de un poco menos de la mitad: 700 toneladas, de las cuales, a su vez, según parece, 400 toneladas se importaron como jugo simple (13 o 14 brix) y las 300 restantes, como concentrado (65 grados brix).
Si se asume que en la formula del jugo comercial se incluye 55% de equivalente de jugo simple, con las cantidades indicadas se hubieran podido producir, aproximadamente 3.25 millones de litros de jugo comercial, cifra que corresponde a cerca del 60% de la producción estimada de jugo de naranja del país (sin incluir néctares ni refrescos) en ese año.
Como indicador de la incapacidad de competir, a partir de naranjas frescas, con los jugos concentrados de otros países, es útil mencionar que en 1986, el solo precio de la naranja fresca necesaria para producir una tonelada de jugo concentrado, en la zona cafetera, equivalía al 200% del precio del momento de dicho concentrado, congelado, en tambores metálicos y colocado en un puerto Europeo[9]
Para mayor claridad, en la tabla siguiente se anotan las cifras de participación del costo de la fruta, en el precio de venta puesto en Europa del jugo de naranja concentrado, de los años anteriores a la puesta en marcha de la empresa de cítricos mencionada. Las bases para estos cálculos se podían obtener en las publicaciones especializadas en el comercio internacional de frutas y verduras[10]de fácil consulta.
PARTICIPACION DEL COSTO DE LA FRUTA EN EL PRECIO DE VENTA DEL JUGO CONCENTRADO DE NARANJA | ||
1986 | 200% | |
1987 | 132% | |
1988 | 72% | |
1981 | 96% | |
1990 | 73% | |
1991 | 147% |
Las cifras muestran que, sin entrar en los temas de la alta acidez, poco color y poco sabor, para la fabricación de jugos, de la naranja de la zona cafetera, la producción de jugos de dicha fruta en la zona, en un mercado competido, era sencillamente inviable.
En los primeros años de la década de 1990, la opción del jugo de maracuyá pareció, a los promotores de la empresa, que era la única alternativa.
La entidad promotora de las exportaciones, Proexpo, actuó con timidez ante las advertencias que a todas luces enviaban las cifras sobre el reducido tamaño del mercado internacional del jugo de maracuyá, que no soportaba una empresa colombiana más. Fue palpable su interés en evitar enfrentar a la poderosa Federación.
Los agricultores cafeteros que cultivaron maracuyá consiguieron muy buenas utilidades durante los años de bonanza (1990-92) pero fueron incapaces de adecuarse a los años de bajos precios de un ciclo, sobre cuya amplitud[11]y duración había referencias claras que les habían sido divulgadas previamente a la iniciación de los cultivos por los industriales, con la recomendación de ahorrar en los años de "vacas gordas" para sobrevivir en los de las "vacas flacas".
En los años de bonanza, el juego entre agricultores e industriales llegó a tener tan poca seriedad que, en una ocasión en 1992, en el periódico La Patria de Manizales se publicó un aviso ofreciendo, a nombre de una las empresas del Valle del Cauca de mayor tamaño, la compra de todo el maracuyá que se le ofreciera, con un aumento en el precio de aproximadamente el 20% sobre el promedio del mercado.
El mercado de la fruta se conmocionó. El aviso resultó apócrifo, y sus autores fueron, hasta donde lo mostró la evidencia en las facturas del periódico, productores de maracuyá.
Las empresas productoras del jugo de maracuyá, además de haber sido víctimas del temible síndrome que genera el éxito muy rápido[12]pecaron de ingenuidad en la contratación de la producción con los agricultores, hasta tal grado que, en las épocas en que se presentaba una baja en los precios de la fruta para consumo fresco[13]debieron aceptar, en las zonas bajo contrato, incrementos del 100% en la productividad promedio por hectárea[14]y, en las épocas de altos precios de fruta fresca, disminuciones de hasta 50% en dicha productividad.
Corriendo el riesgo de sonar reiterativo, debe decirse que, al bajar los precios internacionales, los productores de la zona cafetera no trataron de mantenerse en el sector del maracuyá, con base en los ahorros de los años de bonanza y mejorando sus procesos productivos, sino que, simplemente, lo abandonaron y buscaron otras opciones para su capital.
Mientras tanto, La Federación de Cafeteros, continuó el desarrollo de la transformación de su proyecto de jugos cítricos en jugos de maracuyá, ignorando todas las informaciones presentadas, apoyada en una confianza exagerada en su capacidad de ampliar el tamaño reducido de la demanda del jugo concentrado con "su enorme capacidad de mercadeo".
El autor de estas líneas conoció de manera directa la autosuficiencia de un burócrata del Gremio:
En sus oficinas de Bogotá, el personaje, de tez cetrina, escuchó las cifras y análisis presentados de manera displicente, mientras se limpiaba las uñas. Daba la espalda a sus interlocutores y aparentaba mirar por la ventana. Su única respuesta fue "señores, ustedes no se imaginan la capacidad de mercadeo que tiene la Federación".
El tamaño del mercado mundial, a los ojos parroquiales de este señor, no constituía ninguna limitación ante el gran poder del gremio.
Es posible que actitudes arrogantes del mismo tipo, expliquen gran parte de los descalabros que se tuvieron en el llamado "Programa de Diversificación Cafetera".
Esta confianza le impidió oír a la Federación recomendaciones y analizar cifras y la llevó, como se dijo, a realizar el montaje de la planta procesadora de jugos de frutas cítricas en zona cafetera, empresa que, ante la poca capacidad de competir que le daban el alto costo de las naranjas de la zona, incursionó en el mercado del maracuyá, intentando aumentar a toda costa su baja participación en el mercado ofreciendo el producto final a bajos precios y contribuyendo al desbarajuste final al estimular nuevos cultivos.
El mercado internacional del jugo de maracuyá
La realidad del mercado internacional del jugo concentrado de maracuyá es la siguiente:
En forma aproximada puede estimarse que en la década de 1990, el mercado internacional consumía, en términos de jugo concentrado de 50o brix, 6.000 o 7.000 toneladas anuales, cantidades que pueden atenderse con el mantenimiento en producción de 6.000 o 7.000 hectáreas en zonas tropicales.
Se estima que Europa utilizaba aproximadamente el 80% de la producción de jugos de maracuyá que se exportaban[15]Estados Unidos 10% y otros países el 10% restante.
Los precios internacionales del concentrado de maracuyá, como había sido estudiado por los empresarios industriales en la década de 1980, oscilan dentro de ciclos de amplitud relativamente amplia, cuya duración es, probablemente, de 3 o 4 años.
Los precios extremos pueden reducirse hasta US$ 1.500 por tonelada de concentrado de 50o brix, para el producto congelado, en tambores de 55 galones, en puertos europeos, y llegar hasta valores superiores a US$ 5.000 (o aún US$ 6.000), que atraen a nuevos productores, dando inicio a un nuevo ciclo.
En 1980 los precios del concentrado de 50o brix[16]llegaron al valor récord de US$ 10.000/tonelada, valor que se había reducido hacia 1986 a US$ 2.000/ton para llegar hasta US$ 6.000 en los últimos meses de 1987 y reducirse, nuevamente, a US$ 2.000 en 1990.
El nuevo ciclo condujo a precios superiores a US$ 5.000 en 1992 y un nuevo mínimo cercano a US$ 2.000 en 1994. El siguiente ciclo tuvo precios cercanos a US$ 5.500 en 1996[17]
El jugo de maracuyá se utiliza, principalmente, como mezclador de otros jugos para darles aroma y "fuerza", característica que hace que el consumo del mismo sea bastante inelástico a las variaciones en los precios. La reducción en el precio de, por ejemplo, US $ 4.000 a US$ 3.000 por tonelada, induce apenas un ligero aumento en el consumo.
Para retomar la historia de la incidencia de los precios en Colombia, en los últimos meses de 1991 el precio del concentrado C+F Europa oscilaba entre US$ 5.000 y US$ 5.600 por tonelada[18]precio que, a pesar de las voces de alerta dadas por algunos empresarios y analistas, indujo un incremento desproporcionado de las áreas sembradas y de la capacidad industrial de proceso.
Los precios promedio de las exportaciones colombianas, entre 1991 y 1996, se indican en la tabla siguiente.
EXPORTACIONES COLOMBIANAS DE CONCENTRADO DE MARACUYA | ||||
| TONELADAS | PRECIO PROMEDIO | ||
1991 | 8.239 | US$ 3.940 | ||
1992 | 12.708 | US$ 2.542 | ||
1993 | 5.495 | US$ 1.841 | ||
1994 | 996 | US$ 1.665 | ||
1995 | 3.126 | US$ 3.126 | ||
1996 | 1.768 | US$ 3.746 | ||
Fuente: CCI (datos citados en Agrodiario, agosto 6 de 1998. El 70% de las ventas tuvieron como destino un puerto holandés). |
Los productores internacionales de jugo simple y concentrado de maracuyá generalmente actúan sin ninguna clase de unión[19]mientras que el mercado internacional es manejado por unas 20 personas que se mantienen bien informadas sobre la situación de producción, compras, inventarios y precios y sobre las necesidades de las industrias procesadoras que ellos abastecen.
Producción de maracuyá en Colombia
La producción de fruta de maracuyá en Colombia, durante 1991, fue, aproximadamente, de 56.000 toneladas, cifra que, en 1992, aumentó a cerca de 105.000 toneladas.
En 1991, la demanda nacional por fruta fresca absorbió alrededor de 30% de la producción: 17.000 toneladas; de tal manera que, si se supone que la cifra de consumo interno se mantuvo, en 1992 se tuvieron cerca de 88.000 toneladas de fruta disponibles para la exportación, ¡cantidad suficiente para atender todo el mercado mundial de jugo concentrado!
Las áreas en producción en el año crítico de 1992 fueron las siguientes:
AREAS SEMBRADAS CON MARACUYA, EN PRODUCCIÓN, 1992 | ||||
| AREA HECTAREAS | PARTICIPACION % | TONELADAS | |
CALDAS RISARALDA QUINDIO VALLE CAUCA HUILA C/MARCA+TOLIMA COSTA SANTANDER ANTIOQUIA
TOTAL |
1.240 90 400 1.540 200 1.350 250 150 120 190 5.550 |
22.3 1.6 7.2 27.9 3.6 24.4 4.6 2.7 2.2 3.5 |
26.800 200 8.770 30.760 2.960 20.660 4.880 3.280 2.740 3.750 104.860 |
Como se aprecia, el antiguo Caldas, más el Valle del Cauca, zonas donde se concentraba la industria productora, representaron 63% del área total.
El crecimiento desproporcionado de la producción de Colombia durante 1992 y 1993[20]fue la causa principal del largo período de bajos precios mundiales de los años 1993, 1994 y 1995.
Para completar el panorama de ilusiones, o de irresponsabilidades, es útil recordar que en 1991 se mencionaba un proyecto que implicaba sembrar con maracuyá, 3.000 o 4.000 hectáreas en Casanare, por parte de un conocido importador de garbanzos y lentejas, desconociendo que las necesidades de todo el mercado internacional podían ser atendidas con 6.000 o 7.000 hectáreas.
Los altos inventarios de jugos congelados que algunas empresas colombianas mantuvieron en Europa [21]contribuyeron a la magnitud de la depresión de los precios que se mantuvieron durante un período de cerca de 2 años por debajo de los US$ 2.000 por tonelada.
Capacidad competitiva en el mercado internacional del jugo de maracuyá producido en Colombia
Para tener una idea general de la capacidad de competir en los mercados internacionales del jugo de maracuyá, se presenta, a continuación un indicador simple de competitividad, indicador que se calculó comparando el costo promedio que tendría la materia prima para producir una tonelada de jugo concentrado de 50 brix, con base en el precio promedio que tiene la fruta de segunda clase[22]en una temporada de cosecha normal, con la serie de precios internacionales correspondiente (C&F Europa).
En la gráfica siguiente se presenta la variación de los valores del indicador mencionado.
Como se puede apreciar, en 11 de los 16 años analizados (salvo en 1983-1985, 1989 y 1994), los precios internacionales permitían margen suficiente para cubrir los costos de materia prima y los costos fijos.
Los resultados de la gráfica confirman la experiencia: con base en un precio de fruta de US$ 0.15 por kg., el jugo de maracuyá puede competir y permanecer en el mercado internacional[23]siempre y cuando las condiciones de la tasa de cambio lo permitan.
La tasa de cambio
Referencia aparte merece la evolución de la tasa de cambio en la historia de las vicisitudes del maracuyá[24]y, de manera más amplia, en la crisis de las actividades productivas lícitas, y de toda la economía, en los años finales de la década de 1990.
No se ven claras las razones que expliquen por qué se permitió, y aún se promovió, el proceso de revaluación del peso simultáneamente con la apertura de los mercados y con el crecimiento del déficit comercial de la balanza de pagos.
Lo sucedido recuerda los hechos de los años que siguieron a la revaluación originada en la bonanza cafetera de 1978[25]que, al igual que la revaluación de 1991-1997, afectó la industria nacional y luego contribuyó a sumir al país en la crisis económica que debió enfrentar el Gobierno de Belisario Betancourt.
En la tabla siguiente, preparada con base en cifras tomadas de la página WEB del BID, se muestra la variación de las cifras correspondientes a la tasa de cambio, al Indice de valor efectivo real del dólar frente al peso y la variación de las reservas internacionales.
Indices de Tasa de Cambio, Valor Real del Peso y Variación de las Reservas Internac ionales | |||||
Año | Tasa de cambio | Indice Efectivo Real | Balanza Comercial US$ millones | Variación de reservas (- aumento) US$ millones | |
1990 | 568,7 | 100,0 | 1.971,0 | -610,0 | |
1991 | 706,9 | 97,2 | 2.959,0 | -1.763,0 | |
1992 | 811,8 | 89,4 | 1.234,0 | -1.274,0 | |
1993 | 917,3 | 84,6 | -1.657,0 | -464,0 | |
1994 | 831,3 | 75,6 | -2.240,0 | -182,0 | |
1995 | 987,7 | 74,5 | -2.639,0 | 5,0 | |
1996 | 1005,3 | 69,5 | -2.140,0 | -1.730,2 | |
1997 | 1293,6 | 62,5 | -2.715,0 | -278,5 | |
1998 | 1507,5 | 65,4 | -2.514,0 | 1.389,9 | |
1999 | 1873,8 | 80,8 | 1.733,0 | 324,1 | |
Fuente: página WEB del BID: www.iadd.org/int/ |
Seguramente serán motivo de estudio por parte de historiadores y economistas las razones por las cuales las autoridades económicas permitieron que el proceso de apertura económica[26]se realizara con un peso en revaluación, ante indicadores como el de una balanza comercial deficitaria y la reducción de las reservas.
Los bajos índices de valor real del dólar frente al peso (que reflejan la revaluación del peso) coincidieron con los bajos precios internacionales del concentrado de maracuyá y contribuyeron a reducir aún más sus ingresos en términos reales.
Comentarios finales, propuesta para otra versión de la Ley de Murphy
La historia del maracuyá debe servir para confirmar que los negocios demasiado buenos, especialmente en medios especuladores (en el sentido histórico de Ocampo) como el colombiano, son deteriorados totalmente en mediano plazo por la competencia, sin que los promotores de nuevas empresas analicen el tamaño del mercado y su misma posibilidad de supervivencia.
Podría formularse un corolario de la famosa Ley de Murphy al decir que, entre mejor sea el negocio, menos tiempo durará la competencia en dañarlo y, entre mayor sea la utilidad inicial, mayores serán las pérdidas cuando la competencia descubra el negocio, hasta llegar a la quiebra de todas las empresas.
Autor:
Alvaro Castillo Niño
Consultor agroindustrial. Director de Ediagro Ltda
[1] Aunque este último tuvo algún mercado interno que evito su total desaparición al desaparecer las condiciones para permanecer en el mercado externo. (p 70).
[2] Ocampo, Colombia y la Economía Mundial (p 61).
[3] Ibid p. 61.
[4] Ibid p 272.
[5] Las exportaciones totales de la época llegaron a más de 3 millones durante 1865-69. A partir de estos años las cifras se reducen levemente hasta 1875, cuando comienza una caída más acelerada que coloca de nuevo las cifras en cerca de un millón hacia 1979-80. Melo J.O. La Evolución Económica de Colombia, 1830-1900, en Nueva Historia de Colombia, Bogotá, 1989.
[6] Cuyo contenido de azúcares (grado brix) es 3 o 4 veces superior al de los jugos naturales o "simples".
[7] El jugo de maracuyá se comercializa normalmente en mercados externos, como jugo simple de 15 grados brix o concentrado de 50 brix. El grano brix expresa, porcentualmente, la concentración de azúcares que tiene un jugo determinado-
[8] Según estudios de consultoría de la empresa Ediagro Ltda.
[9] Fuente: cálculos con base en precios indicados en Food News.
[10] Por ejemplo la revista Food News ya mencionada.
[11] Valores máximos y mínimos.
[12] Síndrome que se manifiestó con virulencia a partir del momento en que los ejecutivos de estas empresas no pudieron viajar en avión si no era en "primera clase".
[13] Los precios de la fruta para consumo interno, nacional, en forma fresca son independientes de los de la fruta para producción industrial de jugo destinado al mercado externo.
[14] Obviamente los agricultores con contratos vigentes compraban fruta de terceros para venderla a mejores precios.
[15] Las importaciones a Europa proceden fundamentalmente de Colombia, Brasil, Kenya, Burundi, Simbabwe y Sudáfrica.
[16] El jugo simple tiene un grado brix de 13 o 14.
[17] Estos datos provienen de la revista Food-News y de la publicación de la Corporación Colombia internacional, CCI, Inteligencia de Mercados, Bogotá agosto, 1998.
[18] El costo de transporte marítimo de Colombia o Ecuador a Europa es de aproximadamente US$ 220 a US$ 240 por tonelada, en container refrigerado (-18o C).
[19] En Colombia, en 1991, se constituyó la Asociación de Exportadores de Maracuyá, EXPOMARACUYA, con el propósito principal de mejorar la calidad de la información disponible sobre producción, áreas, precios etc. Algunos productores internacionales, aparentemente, suministraron cifras falsas que contribuyeron a la toma errónea de decisiones durante 1993 y 1994, que culminaron en el desastre de empresarios y agricultores de esos años.
[20] En los años 1991 y 1992, Colombia fue el mayor exportador mundial de jugo de maracuyá.
[21] Decisión equivocada, tomada con base en cifras equivocadas (o falseadas) sobre la producción en otros países, especialmente en Ecuador.
[22] Se trata naturalmente de un promedio un poco burdo.
[23] El mismo análisis hecho para jugos y purés de otras frutas, como piña, naranja, banano, muestra que, con base en los precios promedio de fruta de segunda, no es posible competir en los mercados internacionales. El maracuyá y el mango, son, por ahora las únicas alternativas de producción de jugos con capacidad de competir en el mercado internacional.
[24] El juicio al manejo de la tasa de cambio, de las tasas de interés y del valor de las Unidades de Valor Constante, UPAC, durante la década de los años 90 deberá ser realizado por la historia (alguien debe tener alguna responsabilidad), pero, en opinión de diferentes analistas, explican en gran medida la depresión del final de la década. Los problemas del sector de la construcción empezaron, hace más de cinco años, cuando el Banco de la República modificó la fórmula de cálculo del interés del sistema UPAC para atarla al DTF o interés promedio del mercado financiero.
[25] Los empresarios de esos años recuerdan los intentos del entonces Presidente, López Michelsen, por explicar como el desmonte del mecanismo de estímulo a las exportaciones (CAT), originado por lo menos en parte en la pérdida de interés del Gobierno en el estímulo a las exportaciones, no correspondía a tal cosa sino, por el contrario, a su reemplazo por nuevos mecanismos que lo compensarían ampliamente. Mecanismos que, sobra decirlo, no se dieron.
[26] Iniciado en el Gobierno de Barco y continuado aceleradamente en el de Gaviria.
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