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El desarrollo de las habilidades en la carrera de Logopedia. Pautas para la reflexión


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Introducción
    3. Desarrollo
    4. Bibliografía 

    Resumen

    El objetivo de la presente ponencia radica en presentar una estrategia metodológica para la evaluación de las habilidades de la carrera de Logopedia en el primer año intensivo, tomando como referencia las relaciones interdisciplinarias, el trabajo ideopolítico y la educación en valores de nuestros estudiantes desde el accionar del colectivo pedagógico de año.

    INTRODUCCIÓN

    La evaluación y su expresión en las teorías psicológicas reflejan un conjunto de ideas predominantes que se han manifestado como tendencias en diferentes momentos del devenir histórico.

    El estudio de los antecedentes de la evaluación escolar, la revelación de sus tendencias generales y la constatación de su vigencia en la escuela actual muestran la necesidad de un modelo teórico que sustente, en términos y esencia, una práctica pedagógica consecuente con las regularidades evaluativas, que compulse hacia la negación dialéctica de los aspectos deficientes de la práctica, superando las limitaciones de esta y alcanzando una configuración más flexible y, en consecuencia más desarrolladora.

    En contraposición con la evaluación con enfoque conductista, basado en la actividad, cognitivista, constructivista y ecologista, está el enfoque histórico cultural.

    La incorporación activa de los estudiantes en los diferentes momentos evaluativos del proceso de enseñanza y que reflejan la aplicación de la función educativa de la evaluación se evidencian en un proceso de asimilación más consciente, con un mayor desarrollo de sus intereses por el propio proceso de aprender. Todo esto, unido a la formación de elementos de autocontrol, autorregulación y autoevaluación, constituyen premisas para la realización de un trabajo cada vez con mayor nivel de independencia.

    Con este trabajo se logra que el estudiante participe como elemento activo del proceso de evaluación y de forma consciente participa en la eliminación de las deficiencias encontradas, se forman en él cualidades como el espíritu autocrítico, la objetividad y la responsabilidad.

    Los resultados evaluativos pueden utilizarse no solamente para resolver dificultades o eliminar deficiencias, sino también para promover el desarrollo de los conocimientos, hábitos, habilidades, actitudes, aspectos ético-morales, la motivación profesional y la orientación vocacional, entre otros elementos.

    La evaluación del aprendizaje es en esencia el análisis cualitativo de los cambios que se han ido efectuando sistemáticamente en el alumno, en relación con el rendimiento académico y el nivel de desarrollo de la personalidad durante el ciclo de enseñanza (módulo, semestre, curso, carrera, etc.).

    La evaluación es una, en la medida que refleja la unidad entre la instrucción y la educación en el proceso pedagógico; es decir, que a un proceso único corresponde también una evaluación integral única. Es necesario evaluar conjuntamente los conocimientos, los hábitos, las habilidades y el nivel de desarrollo de la personalidad alcanzado por el estudiante, que se traduce en desempeño cognitivo y actitudinal.

    La evaluación parte de los objetivos, y la dimensión real de esta relación objetivo – evaluación, se aprecia a partir de concebir los primeros no en el sentido reduccionista  de la pedagogía conductista sino en un sentido mucho más amplio y flexible: las metas que se plantea el hombre a partir de sus representaciones más complejas acerca del futuro y derivadas de sus tendencias orientadoras, responden a la activa búsqueda y reflexión de las circunstancias concretas que enfrenta.

    Aunque esta parte de los objetivos no se limita solamente a la comprobación de estos, los cuales no siempre abarcan en su totalidad el objeto de asimilación ni las potencialidades del alumno. La evaluación debe partir de sus fines, dar espacio para la reflexión, la alternativa, la imaginación y el acto creativo.

    El proceso de evaluación va más allá del simple acto de medir, comprobar o cuantificar el volumen de conocimientos adquiridos por el estudiante, la evaluación se desarrolla a toda la personalidad.

    La formación  intensiva del maestro requiere hoy de un análisis sistemático del estado y desarrollo de las habilidades intelectuales como garantía de un aprendizaje eficiente  en un nivel superior de desempeño cognitivo.

    En este sentido el trabajo científico metodológico ha transitado por diferentes etapas, desde un diagnóstico inicial del estado de las habilidades en los estudiantes de la carrera, el estudio minucioso del plan de estudio y los programas de disciplina y asignatura para definir las habilidades comunes y su consecuente sistema operacional, hasta la determinación del sistema de evaluación en función de  las habilidades;  sin desestimar el tránsito por los diferentes niveles de desempeño.

    DESARROLLO

    El proceso docente se desarrolla con el fin de que el estudiante asimile y domine los contenidos, habilidades, hábitos, aspectos formativos, ético-morales, etc. y de ese modo cumpla con los objetivos programados. Esta lógica es dinámica, zigzagueante y responde a las condiciones específicas de los estudiantes, del grupo de clase.

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