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Proyecto “de reforestación participativa de la cuenca del río Monzón (página 2)


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Por ello en el diseño de nuevos proyectos similares, debemos considerar, con más cuidado, esos procesos de aprendizaje y de cambio, sistémicamente hablando, y obtener saldos pedagógicos, a fin de que los involucrados en el Proyecto, fundamentalmente los campesinos, y autoridades locales, inicien nuevos proyectos o acciones, tomando como base lo aprendido. Es decir, no se trata de enfatizar solamente los efectos o impactos del Proyecto, sino fundamentalmente realizar nuevas prácticas de acuerdo a lo aprendido. Más aún, tratándose de un proyecto Piloto.

Al diseñar un proyecto no podemos soslayar que en un sistema de cooperación Interorganizacional en el que se verá involucrado, son múltiples las personas y organizaciones que intervienen y aprenden. Bajo de este enfoque,diseñar, ejecutar, evaluar, y conducir un proyecto significa negociar acerca del rumbo que se quiera seguir en función de las aspiraciones del los grupos metas o la población objetivo. Hemos aprendido que los nuevos proyectos no pueden ser diseñados y conducidos unilateralmente o desde un punto fijo.

Por definición un proyecto NO realiza algo. Son las personas y las organizaciones- que actúan en una acción conjunta llamada Proyecto -que hacen algo, y que ejecutan actividades. Por ello, desde de su concepción, un Proyecto debería ser considerado como un ente facilitador y movilizador, que no reemplaza a las instancias u organizaciones estatales, privadas o comunitarias sino que las fortalecerá en el ámbito de sus responsabilidades y propósitos. Por ello debe apoyar la articulación y esfuerzo mutuo entre las organizaciones y actores para asumir un papel activo en la construcción de un futuro mejor de su área de intervención. Bajo estos conceptos, el diseño, formulación y evaluación de un proyecto, deben estar insertados en procesos participativos, dinámicos y permanentes, en los que deben estar comprometidos todos actores involucrados, incluyendo a los integrantes del Proyecto. De esta manera se dispersan y disminuyen los riesgos operativos.

Por todo lo expuesto, la realización de algunas consultorias y un taller de planificación durante la etapa de formulación del Proyecto, no son suficientes para lograr un grado importante de involucramiento y apropiación de los actores, aumentando los riesgos de vulnerabilidad operativa del Proyecto, en un medio con altos niveles de conflicto social. Además, hemos aprendido que, en la formulación de proyectos ambientales complejos, como es el caso de la reforestación de una cuenca cocalera, caracterizado por un alto grado de conflicto social y ambiental, se requiere de una Fase Previa a la ejecución propiamente dicha del proyecto, que permita, en el lapso de por lo menos un año, la sensibilización de los actores y la Orientación estratégica de ejecución practica del Proyecto Durante esta Fase Previa el objetivo debería ser "comprobar la factibilidad de las estrategias de solución formuladas". Para el logro de este objetivo, los Resultados esperados podrían haber sido, para nuestro caso: 1. "Las organizaciones relevantes como las alcaldías, entidades locales del Ministerio de Agricultura el PRONAMACHCS, INRENA, el Gobierno Regional, del Sector Educación, universidades y organizaciones campesinas se han involucrado y definido sus roles y competencias, para la ejecución del proyecto. 2. "Se acordarán Espacios y los mecanismos de participación y concertación de esas organizaciones relevantes para el desarrollo sostenible del Valle". 3. "Existirá una estrategia de implementación validada de las medidas en el campo económico que incluyen la Implementación de sistemas de empleo temporal, de manejo forestal y agroforestales orientados a restituir la cubierta arbórea y promover la producción de cultivos y crianzas para el autoconsumo y la generación de ingresos", y, 4. "Existirá una estrategia de implementación validada de acciones prioritarias en el campo ecológico, incluyendo el ordenamiento y gestión territorial y la educación ambiental". 11

4.2.-EN LA ESTRATEGIA OPERATIVA DEL PROYECTO EN ESCENARIOS DE CONFLICTOS.

El Valle de Monzón es una zona con presencia de narcotraficantes desde los años setenta y de subversivos (Sendero Luminoso) desde los ochenta. Es importante indicar que la mayor o menor presencia de estos factores de violencia, se ha dado en función de la fluctuación de precios y rentabilidad de la actividad cocalera, en la cuenca. De manera que, la violencia ocasionada por el narcotráfico y el terrorismo afectaron significativa y permanente a esta zona hasta los años 1994 y 1995, disminuyendo posteriormente en forma progresiva. En la actualidad existen rezagos de acciones de hostigamiento.

Sin embargo, posteriormente la movilización de los productores coca del Valle del Monzón, se convirtió en un nuevo factor de violencia. Así,en el año 2003 produjeron dos huelgas y paralizaciones regionales, en busca de la legalización de este cultivo y rechazo rotundo a la erradicación, situación que obligó a suspender temporalmente las actividades del Proyecto en dos oportunidades. Ya al iniciar sus actividades, el Proyecto encontró actitudes rechazo de un segmento de la población (principalmente de líderes cocaleros), incluso agresiones verbales y amenazas.

En la práctica los técnicos del Proyecto desarrollaron su propia estrategia de intervención, como manera de alcanzar sus objetivos frente a la magnitud del problema que enfrentaron. De esta manera, y pese a los problemas de seguridad, el Proyecto ha sido capaz de mantenerse y ejecutar sus actividades.

Con base en sus aprendizajes y testimonios de los técnicos del Proyecto, ha sido posible extraer algunas consideraciones operativas de asistencia técnica, que se deberían tener en cuenta en la ejecución de nuevos proyectos en áreas de conflicto:

• Perfil profesional requerido: Contar con un equipo técnico de campo, integrado por profesionales de reconocida trayectoria, identificados con su entorno. En lo posible que vivan en la región.

• Ganar la confianza de los agricultores: mediante la convivencia permanente de los técnicos en su zona de trabajo. .De esta manera se facilita los trabajos de asistencia técnica y de capacitación. Cumplimiento cabal de los compromisos asumidos con los agricultores , y convertirlo en un aliado mas del Proyecto.

• Experiencia de los técnicos: trabajando en las diferentes zonas cocaleras del país, capaces de manejar adecuadamente situaciones de conflicto.

• Cada proceso está hecho a la medida: Aceptando nuestra condición de "externos", los técnicos debemos integrarnos en el sistema ajeno (grupos de autoayuda, familias, etc.). Hay que aceptar que las personas tienden a mostrar una actitud reservada o escéptica frente a proposiciones (comportamiento, identidad). Independientemente de nuestra presencia (como asesor técnico externo), en la localidad existen procesos conducidos (bien ó no) por los actores (familias, grupos, organizaciones.

• Siempre existen familias o grupos que han iniciado interesantes proyectos, el asesor (técnico ) se deberá involucrar en estos para evaluarlos y potenciarlos/socializarlos.

• Practicar la Auto reflexión Tener claro que empezamos allí donde ya hay algo en marcha Utilicemos vínculos y lugares de comunicación sobre el proceso

• Aprovechemos cooperación entre actores para practicar la auto reflexión.

• Aprender intercambiando experiencias: Organizamos encuentros directos con otros actores, presentando experiencias prácticas para despertar interés de los grupos y organizaciones. Dejar que los grupos desarrollen sus propias propuestas de lo que sería útil y conveniente en cada caso.

• Flexibilidad en enfatizar las actividades en zonas de menor riesgo, en momentos de falta de seguridad y el recrudecimiento de la violencia.

• Trabajar con perfil bajo, en forma personalizada con cada uno de los agricultores a quienes se le brida la Asistencia Técnica, demostrando que los resultados son de ellos.

• Comprometer el apoyo de personas notables del lugar para presentarse como aliados del Proyecto.

• La formación de agricultores lideres(promotores), para continuar con actividades en situaciones de riesgo.

• Participar constantemente en las actividades sociales, deportivas y académicas que se llevan a cabo en el área de trabajo.

• Involucrar a otros técnicos de entidades de desarrollo, con presencia local,a fín de que los organismos públicos de cooperación desarrollo, asuman un rol cada vez más activo con las instituciones representativas de los campesinos organizados.

• Involucrar progresivamente a las instituciones regionales, nacionales e internacionales, a partir de una demanda de las organizaciones campesinas y ayudarles a conseguir el apoyo técnico y financiero de las demás agencias de cooperación sobre la base de una plataforma coherente de acciones de desarrollo para la zona.

Sin embargo, si no se practica una estrategia integral del proyecto, teniendo en cuenta lo indicado en el acápite anterior, relacionado al diseño y dirección del Proyecto, la práctica de estas consideraciones operativas son insuficientes o quedan limitadas en su propia dimensión, porque los proyectos son coproducciones de consorcios institucionales temporales, donde los grupos y organizaciones involucrados acuerdan modificar por un tiempo determinado un estado que consideran insatisfactorio.

La experiencia nos indica que, debemos asumir el ciclo de Gestión de un Proyecto como Proceso y que este actúa sobre procesos en marcha. Por lo tanto, es imprescindible llevar a cabo el seguimiento de los procesos conjuntamente con los actores y asegurar su participación. No existe otra forma de acceder a la experiencia y estrategias de acción e involucramiento de los actores, ni de incrementar la autogestión y la responsabilidad sin la participación de estos involucrados. Así, el seguimiento de los procesos mejora la calidad de cooperación, cuando consigue clasificar la distribución de roles y tareas entre los participantes o actores involucrados en los procesos de desarrollo promovidos por el Proyecto, disminuyendo así los riesgos operativos.

4.3.- EN LA RELACION DEL PROYECTO CON LAS POLITICAS PÚBLICAS AMBIENTALES.

Si consideramos el contexto socio económico y ambiental del Valle del Monzón, analizado en el Capítulo II, su desarrollo depende fundamentalmente de la intervención estatal, a través de políticas públicas, debido al predominio de de una agricultura familiar empobrecida. Nuestra presencia y experiencias de tres años, en esta cuenca, nos permiten afirmar que, la intervención de proyectos de desarrollo deben estar necesaria y efectivamente articulados a políticas públicas ambientales. La nueva legislación ambiental12 enmarca favorablemente esta afirmación, como continuación se explica.

La nueva Ley Ambiental, establece que el Estado debe asegurar la coherencia y la complementariedad en el diseño y aplicación de los instrumentos de gestión ambiental nacional, sectoriales, regionales o locales. En este marco legal,la planificación sobre el uso del territorio es un proceso de anticipación y toma de decisiones relacionadas con las acciones futuras en el territorio, el cual incluye los instrumentos, criterios y aspectos para su planeación y ordenamiento ambiental.

La nueva Política Nacional del Ambiente es un conjunto de lineamientos, objetivos, estrategias, metas, programas e instrumentos de carácter público, que tiene como propósito definir y orientar el accionar de las entidades del gobierno nacional, regional y local; y del sector privado y de la sociedad civil, en materia ambiental. Además, los procesos de planificación, decisión y ejecución de políticas públicas en todos los niveles de gobierno, incluyendo las sectoriales, incorporan obligatoriamente los lineamientos de la Política Nacional del Ambiente.

El ordenamiento territorial ambiental es un instrumento que forma parte de la actual política de ordenamiento territorial. Es un proceso técnico-político orientado a la definición de criterios e indicadores ambientales que condicionan la asignación de usos territoriales y la ocupación ordenada del territorio. Tiene los siguientes objetivos13:

a. Orientar la formulación, aprobación y aplicación de políticas nacionales, sectoriales, regionales y locales en materia de gestión ambiental y uso sostenible de los recursos naturales y la ocupación ordenada del territorio, en concordancia con las características y potencialidades de los ecosistemas, la conservación del ambiente, la preservación del patrimonio cultural y el bienestar de la población.

b. Apoyar el fortalecimiento de capacidades de las autoridades correspondientes para conducir la gestión de los espacios y los recursos naturales de su jurisdicción, promoviendo la participación ciudadana y fortaleciendo a las organizaciones de la sociedad civil involucradas en dicha tarea. c. Proveer información técnica y el marco referencial para la toma de decisiones sobre la ocupación del territorio y el aprovechamiento de los recursos naturales; así como orientar, promover y potenciar la inversión pública y privada; sobre la base del principio de sostenibilidad.

d. Contribuir a consolidar e impulsar los procesos de concertación entre el Estado y los diferentes actores económicos y sociales, sobre la ocupación y el uso adecuado del territorio y el aprovechamiento de los recursos naturales, previniendo conflictos ambientales.

Como vemos, el ordenamiento territorial ambiental es un objetivo de la descentralización en materia de gestión ambiental. En el proceso de descentralización se prioriza la incorporación de la dimensión ambiental en el ordenamiento territorial de las regiones y en las áreas de jurisdicción local, como parte de sus respectivas estrategias de desarrollo sostenible. Por lo tanto, los gobiernos regionales y locales coordinan sus políticas de ordenamiento territorial, entre sí y con el gobierno nacional, considerando las propuestas que al respecto formule la sociedad civil. 14. Con base en estos mandatos y la experiencia del Proyecto en el Valle del Monzón, proponemos que, en el diseño y ejecución de nuevos proyectos similares se debería dar más importancia al aporte de estos a la implementación de políticas de Educación ambiental y al uso de instrumentos de gestión municipal, como el Plan de Ordenamiento Territorial, el mismo que debe enmarcar al Plan de Desarrollo Municipal.

Por su carácter temporal, la misión de un Proyecto se limita a contribuir a la formulación, iniciación y concreción de modelos sostenibles para la solución de problemas. Por lo tanto, es de responsabilidad de un proyecto, desde el inicio de su intervención, asegurar las condiciones para articular permanentemente sus actividades y resultados con los planes de desarrollo convocando y capacitando a las instituciones rectoras del desarrollo local, con la finalidad de mejorar sus competencias en la implementación de políticas públicas. 15

En este nuevo marco legal, la definición de políticas públicas debe ser hecha en proyectos especiales que dejan lecciones aprendidas para implementar nuevas políticas publicas. Al concluir un Proyecto, las personas e instituciones comprometidos en su implementación y en la sistematización de sus experiencias y resultados deberían participar activamente de los procesos decisorios sobre las políticas públicas locales16 y regionales. Así se garantiza que el estado actual de conocimientos obtenidos, con fondos destinados para ese proyecto público, se reviertan en decisiones de calidad. Al final Desarrollo sostenible, depende de la calidad de las decisiones que tomen las entidades actoras del desarrollo.

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