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El síndrome de inmunodeficiencia adquirida del gato causado por el F.I.V. (página 2)


Partes: 1, 2

 

Cuadro 1.Situación epidemiológica mundial Epidemiology in the World

%

%

%

Países

Autores

Años

total

positivos

positivos

positivos

enfermos

sanos

Italia

Persechinoycol.

1989

12.6

13.9

9.3

Italia

Bechtle y col.

1992

16

Italia

Boari y col.

1992

12.4

14.4

6.8

Italia

Bandecchi y col.

1992

24

Italia

Boycol.

1992

8.9

Italia

Periycol.

1994

12.5

15.3

9.3

Italia

Gentile y col.

1996

15.4

U.S.A.

Sheltonycol.

1989

4.1

10.2

4.1

U.S.A.

Grindemycol.

1989

7.3

15

3.6

Japón

Ishida y col.

1989

28.9

43.9

12.4

Australia

Friend y col.

1990

26

Inglaterra

Hosie y col.

1989

19

6

Francia

Moraillon

1990

28.8

13

Alemania

Neu y col.

1989

9.5

Dinamanca

Kristensen y col.

1989

10.5

4.7

Noruega

Ueland y col.

1989

15

Austria

Kolbl y Schuller

1989

3.5

Finlandia

Sukura y col.

1992

6.6

Polonia

Madej y col.

1992

16.1

Holanda

Egberink y col.

1993

4

Grecia

Koutinas y col.

1993

8.5

1.5

La mayor parte de los estudios epidemiológicos muestran que son los gatos callejeros machos los que presentan el mayor riesgo de infectarse (Yamamoto y col., 1988a; Grindem y col., 1989; Peri y col., 1994; Gentile y col., 1996). El porcentaje de infectados es dos o tres veces superior en los machos que en las hembras y la mayor incidencia se presenta en los animales de edades comprendidas entre los 5 y los 10 años (Yamamoto y col., 1988a; Persechino y col., 1989). Los animales mestizos evidencian un mayor riesgo de infección respecto a las razas puras (Yamamoto y col., 1988a)

.Un importante medio de transmisión natural es la inoculación mediante el mordisco de gatos infectados (eliminación del VIF a través de la saliva) (Pedersen y col., 1989; Yamamoto y col., 1989). Las luchas y los mordiscos son comportamientos naturales para la defensa del territorio, especialmente entre los gatos machos, lo que justificaría la mayor tasa de positividad en relación a las hembras. Los gatos sin sintomatología clínica -fase de portador asintomático- poseen el virus en la saliva y por tanto pueden transmitir la infección (Barr y col., 1995).

La transmisión vertical ha sido demostrada en diversos lentivirus de la familia de los Retroviridae como en el HIV -Human Immunodeficiency Virus- (Lepage y col., 1987; Courgnaud y col., 1991; Ehrnst y col., 1991). Los primeros estudios sobre el VIF no confirmaban la transmisión vertical (Yamamoto y col., 1988a). Sin embargo O'Neil y col. (1996) indican la existencia de casos de transmisión en el útero, en el parto y por medio de la leche, de las madres con infección crónica a la descendencia.Estudios seroepidemiológicos en personas en estrecho contacto con gatos no demuestran la existencia de anticuerpos específicos anti-VIF (Childs y col., 1990). Los lentivirus son virus específicos de especie y no se ha comprobado la infección cruzada (Childs y col., 1990). Sin embargo, conviene señalar que las personas con alteraciones del sistema inmune deben evitar el contacto con gatos VIF positivos por la posibilidad de transmisión de enfermedades de tipo oportunista como la toxoplasmosis o la criptosporidiasis (Greene, 1995).

PATOGENIA

No se conocen los mecanismos que dan lugar al estado de inmunodeficiencia en la infección por el VIF o el VIH. Se ha observado la inversión de la relación entre linfocitos CD4+ y CD8+ en la sangre, debida a la disminución de los linfocitos circulantes que expresan el antígeno de superficie CD4+, en gatos infectados por el VIF de manera natural, y que presentaban sinto-matología (Novotney y col., 1990; Tompkins y col., 1991). En concreto, Hoffmann-Fezer y col. (1992) demostraron en gatos infectados de forma natural, una reducción de la relación CD4/CD8 hasta un valor de 1.6, mientras que los gatos control no infectados presentaban un valor de 3.3. Los linfocitos CD4+ intervienen como ayudantes-inductores (helper-inducer) en la inmunidad celular y su eliminación conlleva una disminución de la funcionalidad del sistema inmune. La valoración del cociente entre linfocitos CD4+ y CD8+ en los gatos infectados por el VIF muestra alteraciones similares a las que se presentan en la especie humana en la infección por VIH (Barlough y col., 1991). Los gatos infectados por el VIF de forma natural, con sintomatología, tienen generalmente un cociente CD4+ / CD8+ invertido debido a la reducción de los linfocitos CD4+ (Novotney y col., 1990; Tompkins y col., 1991). La disminución de los linfocitos CD4+ y la supresión de las funciones de las células T pueden justificar parcialmente el estado de inmunodeficiencia y las subsiguientes infecciones secundarias y de tipo oportunístico en los gatos infectados por el VIF. Sin embargo, no se conocen todavía los factores responsables de la transición de un estado latente de infección asintomática al síndrome manifiesto clínicamente.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

Ishida y Tomoda (1990) dividen el curso de la enfermedad en las siguientes fases:

1.  Fase aguda. Se presenta algunas semanas tras la infección y dura aproximadamente de 4 a 16 semanas. Se presentan linfoadenopatía, neutropenia transitoria, diarrea aguda, síntomas leves de alteración del tracto respiratorio superior y fiebre transitoria.

2.  Fase de portador asintomático. Puede durar desde algunos meses hasta varios años. A pesar de que se han encontrado portadores asintomáticos en gatos callejeros VIF positivos, no se conoce la duración de esta fase en los gatos infectados de manera natural por el VIF. En infecciones experimentales la duración es de hasta 4 años

3.  Fase de linfoadenopatía generalizada persistente. Dura algunos meses y aproximadamente un tercio o más de los gatos que se presentan en clínica se encuentran en este estado, comparable a la misma fase de la infección por el VIH en el hombre. Se presentan signos leves de enfermedad como fiebre recurrente de origen desconocido, leucopenia, linfoadenopatía, anemia, anorexia, pérdida de peso y alteraciones no específicas del comportamiento.

4.  Fase de complejo asociado al SIDA. Se presentan adelgazamiento, diarrea crónica, alteraciones del tracto respiratorio superior, estomatitis, gingivitis crónica, infecciones crónicas de la piel y linfoadenopatía. Las infecciones generalmente son secundarias y de carácter bacteriano, más que oportunísticas. La inflamación de la cavidad oral (encías, tejidos periodontales y lengua) es la entidad clínica más frecuente (Gentile y col., 1996) y ha sido observada hasta en el 50% de los gatos infectados por el VIF (Ishida y col., 1989).

5.  Fase de SIDA. En la fase precedente la salud de los gatos se agrava en un período que va de pocos meses a algunos años. Si sobreviven desarrollan una condición similar al SIDA del hombre con infecciones oportunísticas multiorgánicas, emaciación, alteración del tejido linfoide o una mezcla de patologías, con desenlace mortal generalmente en un período de 6 meses. La mayoría de los animales presenta anemia o leucopenia. Existen otros tipos de alteraciones (neurológicas, oculares, inmunológicas o neoplá-sicas) que se pueden presentar asociadas al SIDA o como únicas manifestaciones de la infección por el VIF (Yamamoto y col., 1989).Los agentes de tipo oportunístico más frecuentemente asociados a la infección por el FIV y responsables de infecciones generalizadas son el Cowpox virus (Brown y col., 1989), el calici-virus felino (Knowles y col., 1989), Demodex (Chalmers y col., 1989), Notoedres, Candida, Criptococcus, micobaterias atípicas, Haemobartonella felix (Ishida y col., 1989), Toxoplasma (Lappin y col., 1989) y Streptoccocus canis (Pedersen y col., 1989).

ASPECTOS ANATOMOPATOLOGICOS

La infección por el VIF puede asociarse con diversos síndromes, que dan lugar a lesiones anatomopatológicas generalmente en la cavidad oral, tractos respiratorio e intestinal, piel y tejidos linfoides. Se han observado también lesiones en el sistema nervioso, hígado y riñones. Estas lesiones han podido observarse tanto en los gatos infectados por el VIF en forma natural, como experimental. (Yamamoto y col., 1988a).

Shelton y col (1991) encuentran alteraciones sanguíneas en el 75% de los gatos VIF positivos. Las citopenias son las alteraciones más comunes. Se observan porcentajes correspondientes a anemia, linfopenia, neutropenia y trombocitopenia, respectivamente, del 36, 53, 34 y 8%. En el 42% de los casos se presentan citopenias concurrentes múltiples. No se encuentran citopenias en los gatos VIF positivos asintomáticos, mientras que aparecen en el 89% de los animales con sintomatología clínica. Thomas y col. (1993) han observado que la linfopenia es la única alteración que muestra una asociación significativa con la infección natural del VIF.

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico de las infecciones por lentivirus es de tipo serológico ya que la sintomatología clínica es totalmente inespecífica. Se puede sospechar la infección en gatos con procesos y manifestaciones clínicas de curso crónico a nivel de la boca, tracto intestinal, sistema nervioso, piel, etc., especialmente en animales adultos y negativos al FeLV (Feline leukemia Virus).

En la práctica clínica, debido a su simplicidad y rapidez se utilizan sobre todo la técnica inmunoenzimática (ELISA) (O'Connor y col., 1989; Barr y col., 1991) y la inmunofluorescencia indirecta (IFI) (Pedersen y col., 1987; Yamamoto y col., 1989; Kawaguchi y col., 1990), que presenta igual sensibilidad y especificidad si bien el ELISA resulta económicamente más ventajoso.

El test Westem Blot (O'Connor y col., 1989) permite evidenciar los anticuerpos específicos de ciertas proteínas virales y se usa generalmente para confirmar los casos de ELISA o de IFI positivos. Dicha técnica es tan sensible como la anterior y más específica, aunque también más complicada de realizar. Existe,por otro lado la técnica de radioinmunoprecipitación (RIPA) (O'Connor y col., 1989)que resulta ser la más sensible y específica de todas, pero no resulta comercializable.

El aislamiento del FIV requiere laboratorios especializados, personal muy calificado y emplea bastante tiempo, por lo que se reserva más a trabajos de investigación que a la rutina diagnóstica.

TRATAMIENTO TERAPÉUTICO

Los gatos infectados por el FIV en estado de portador asintomático o afectados en forma leve por la infección deberían evitar la posibilidad de exposición a otras enfermedades infecciosas mediante el aislamiento de otros gatos y estrés de cualquier tipo. La esterilización de los gatos machos puede ser útil para reducir su agresividad y por tanto las peleas.

Los gatos en la fase de complejo en relación al SIDA responden a la terapia sintomática y de mantenimiento, utilizando antibióticos, soluciones electrolíticas y glucosadas y transfusiones. El uso de corticosteroides puede ser útil en el tratamiento de ciertas complicaciones de tipo inmune asociadas a menudo a la infección por el VIF; así, English y col. (1990) han comprobado que animales con uveítis anterior responden a la terapia corticosteroide tópica.

North y col. (1990) sugieren la utilidad del VIF como modelo de estudio de la terapia antiviral. La transcriptasa inversa del VIF resulta similar a la del VIH en su sensibilidad a los principios activos de diversos agentes antivirales como el 3'-acido-3'-deoxitimidina (AZT) y el 9-2-fosfometoxietil-adenina (PMEA). El primero, a dosis de 10 mg / Kg p.v., s.c., cada 12 horas durante 3 semanas, resulta útil en gatos VIF positivos con sintomatología, con efectos colaterales tolerables (Smyth y col., 1990); el segundo a dosis de 5 mg / Kg p.v., s.c., cada 12 horas durante 3 semanas, parece ser más eficaz que el AZT (Hartmann y col., 1991), si bien las alteraciones hematológicas que provoca hacen imposible su uso en animales que se encuentran en las últimas fases de la infección por el VIF.

Actualmente en la práctica clínica tienen gran importancia los fármacos inmunomoduladores como el Propionibacterium acnes (0.5 ml, i.v. o s.c., cada 4 días, durante dos semanas; también cada 7 días durante 20 semanas) y el alfa-interferón (30 U vía oral, cada 24 horas en semanas alternas). El uso de estos fármacos reduce la sintomatología, mejora el estado del animal y aumenta el tiempo de vida, y ocasionalmente induce la remisión de la viremia (Mc Caw, 1994; Shelton, 1994). Resultan pues los fármacos de elección, se pueden administrar al mismo tiempo y producen pocos efectos tóxicos.

PROFILAXIS VACUNAL

La primera comunicación sobre la eficacia de una vacunación en la protección contra el VIF fue efectuada por Yamamoto y col. (1991). Actualmente, no existe todavía una vacuna eficaz contra el VIF en condiciones naturales, con cepas reales y no de laboratorio. Sin embargo, los estudios de Hosie y col. (1996) con uso de virus completo inactivado, y los de Matteucci y col. (1996) resultan prometedores.

EL VIF COMO MODELO PARA EL ESTUDIO DEL AIDS

El estudio de la infección VIF puede ser importante para el desarrollo de las investigaciones sobre diversos aspectos del SIDA en el hombre, principalmente en lo que se refiere a la patogenia, búsqueda de métodos terapéuticos y elaboración de vacunas.

El desarrollo de vacunas contra el VIH resulta extremadamente difícil. Por otro lado, no resulta segura la posibilidad de una inmunoprofilaxis eficaz contra el VIH por medio de la vacunación (Cohen, 1993). El objeto principal de los modelos animales en este campo es llevar a cabo investigación básica para preparar vacunas contra el VIH. En este sentido resulta útil un sistema como el VIF, en el cual un virus muy similar al VIH se estudia en su hospedador natural. Desgraciadamente, ninguna prueba ha permitido hasta ahora inducir un nivel significativo de protección, confirmando la dificultad de elaborar vacunas antilentivirus eficaces (Pearson y col., 1989).

El modelo VIF presenta varios problemas prácticos aún abiertos, como la escasa disponibilidad de reactivos inmunológicos y los pocos conocimientos que se tienen del sistema inmunitario del gato (Lin, 1992). Los resultados de estas investigaciones podrían en el futuro ser aplicadas como instrumento teórico para el estudio del SIDA humano y como aplicación práctica directa en el gato.

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I. AYALA, M.V., Dr. med. vet.1; T. TALONE, M. V., Dr. med. vet.2; C. CASTILLO, M. V., Dr. med. vet. 1; G. GERARDI, M. V., Dr. med. vet.3; J. HERNANDEZ, M. V., Dr. med. vet.1; J.L. BENEDITO, M. V., Dr. med. vet.1

1. Departamento de Patología Animal (General), Facultad de Veterinaria de Lugo, Universidad de Santiago de Compostela, Campus Universitario s/n., 27002 Lugo, España. 2. Istituto di Patologia Speciale e Clinica Medica Veterinaria, Teramo, Italia. 3. Dipartamento Clinico Veterinario, Sezione di Medicina Interna, Università degli Studi di Bologna, Italia

Partes: 1, 2
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