- Introducción
- Diálogo intercultural
- Diálogo interreligioso
- Cultura y desarrollo
- Definición de diversidad cultural
- La defensa cultural
- Identidad cultural
- La cultura, su defensa, su protección y su definición
- Multiculturalidad
- Países superdiversos
- Conclusión
Introducción
¿Por qué importa la diversidad?
Las tres cuartas partes de los mayores conflictos tienen una dimensión cultural.
Superar la división entre las culturas es urgente y necesario para la paz, la estabilidad y el desarrollo.
La cultura, en su rica diversidad, posee un valor intrínseco tanto para el desarrollo como para la cohesión social y la paz.
La diversidad cultural es una fuerza motriz del desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento económico, sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora. Todo esto está presente en las siete convenciones de la cultura, que proporcionan una base sólida para la promoción de la diversidad cultural. Esta diversidad es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible, gracias, entre otros, al dispositivo normativo, hoy día ya completo, elaborado en el ámbito cultural.
El intercambio equitativo, así como el diálogo entre las civilizaciones, culturas y pueblos, basados en la mutua comprensión y respeto y en la igual dignidad de las culturas, son la condición para la construcción de la cohesión social, de la reconciliación entre los pueblos y de la paz entre las naciones.
Esta acción se inscribe en el marco global establecido por la ONU de una Alianza de civilizaciones . Concretamente, se trata de privilegiar, en el marco de ese diálogo intercultural, que incluye el diálogo interreligioso, todo un conjunto de prácticas adecuadas que favorecen el pluralismo cultural a los niveles local, nacional y regional, además de iniciativas regionales o subregionales destinadas a desalentar todas las manifestaciones de extremismo y de fanatismo y a resaltar los valores y principios que conducen al acercamiento.
El objetivo principal de este programa, que representa un aspecto esencial del diálogo intercultural, es fomentar el diálogo entre las diferentes religiones y tradiciones espirituales en un mundo en el que los conflictos interreligiosos se intensifican, debido a la ignorancia o el desconocimiento de las tradiciones espirituales y de la cultura propia del otro.
El objetivo inicial de la UNESCO fue congregar a las diferentes religiones y tradiciones espirituales con miras al reconocimiento de la proximidad de sus valores espirituales y de su compromiso con el diálogo interreligioso por medio de Declaraciones formales, aprobadas en encuentros organizados por la UNESCO. En efecto, la Organización se ha esforzado siempre por reunir tanto a personalidades religiosas eminentes pertenecientes a las religiones monoteístas y a las tradiciones espirituales del mundo como a intelectuales laicos reconocidos por sus reflexiones e investigaciones sobre el hecho religioso (historiadores, especialistas en historia de las religiones, antropólogos, sociólogos, filósofos, etc.), mediante reuniones temáticas e investigaciones interdisciplinarias que tienen por objetivo principal la enseñanza de este diálogo, con el apoyo de la red de Cátedras UNESCO.
Situar la cultura en el núcleo del desarrollo constituye una inversión esencial en el porvenir del mundo y la condición del éxito de una globalización bien entendida que tome en consideración los principios de la diversidad cultural.
El desarrollo como tal es inseparable de la cultura. El reto consiste en convencer a los políticos responsables de las decisiones y a los actores sociales locales de que integren los principios de la diversidad cultural y los valores del pluralismo cultural en el conjunto de las políticas, mecanismos y prácticas públicas, especialmente gracias a la colaboración del sector público/sector privado.
El objetivo es, por un lado, de incorporar la cultura en todas las políticas de desarrollo, ya conciernan a la educación, las ciencias, la comunicación, la salud, el medio ambiente o el turismo, y por otro lado, de sostener el desarrollo del sector cultural mediante industrias creativas: así, a la vez que contribuye a la reducción de la pobreza, la cultura constituye un instrumento de cohesión social.
Contenido
Definición de Diversidad Cultural
La palabra diversidad es un término que permite referir la diferencia, la variedad, la desemejanza y la abundancia de cosas distintas. Y cultural es un término que nos permite referir a todo aquello que es propio o relativo a la cultura.
Entonces, el concepto diversidad cultural da cuenta de la convivencia e interacción que existe efectiva y satisfactoriamente entre distintas culturas. La existencia de diferentes culturas está considerada como un patrimonio importantísimo de la humanidad, ya que tal cuestión, sin dudas, contribuye a fomentar y expandir el conocimiento y también valores como el respeto y la tolerancia, porque el hecho de respetar y tolerar al otro que vive al lado nuestro aunque no manifieste las mismas creencias y bagaje cultural, resultará siempre un paso adelante en cuanto personas.
Por otra parte, la diversidad cultural propone el respeto no solamente por parte de nuestros vecinos o de quienes rodean y no piensan igual a nosotros sino que también implica el respeto por parte de las autoridades que tienen el poder en la comunidad en la cual habitamos, por supuesto, en caso que la autoridad se muestre coercitiva contra quienes se expresan en contra de sus ideas nos encontraremos ante un claro contexto de falta de libertad de expresión, lo que popularmente se denomina como dictadura.
Pero la autoridad además de respetar las ideas de una determinada cultura deberá darle a las diferentes culturas que integran su comunidad las garantías necesarias para su supervivencia, ya que es una situación frecuente que una cultura se vea amenazada por el avance de otra que cuenta con una vocación hegemónica, entonces, la autoridad o gobierno debe intervenir para proteger a la cultura más débil y evitar por sobre todas las cosas que la misma desaparezca, despareciendo por tanto la diversidad cultural.
La defensa de la diversidad cultural se basa en el sano equilibrio que debe de lograrse con la ayuda de los diferentes grupos culturales que existen en el mundo, pero sin afectar a terceros o exceptuar alguna cultura. La excepción cultural pone de relieve la especificidad de los productos y servicios culturales, incluido el reconocimiento especial por parte de la Unión Europea, en su Declaración sobre la Diversidad Cultural. Existen alrededor del mundo diferentes organizaciones, como lo es la UNESCO que temen sobre la tendencia hacia una uniformidad cultural, como prueba de ellos se pueden mencionar la desaparición de diferentes lenguas y de dialectos, como lo es las lenguas de Francia sin protección jurídica alguna que haga valer el derecho y que sobre todo realicen su permanencia; también podemos tomar como ejemplo el aumento de la preeminencia cultural de los Estados Unidos a través de la manera en que distribuye de sus productos de cine, televisión, cantantes, accesorios, ropa y productos de comida promovidos por los mismos medios de comunicación. Existen actualmente diferentes organizaciones internacionales que su trabajo se basa en la protección de las sociedades y de las culturas que se encuentran amenazadas por la extinción, incluyendo Survival International y la UNESCO. La Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural, adoptada por 185 Estados miembros en 2001, constituye el primer instrumento normativo internacional para preservar y promover la diversidad cultural y el diálogo intercultural.
La cultura es una hermosa diversidad que posee un valor muy importante tanto para el desarrollo como para la unión social y la paz. La diversidad cultural es la fuerza del desarrollo sostenible no solo para el crecimiento económico, sino para un complemento intelectual y moral. Así mismo, esta diversidad es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta de un mejor desarrollo en la sociedad. Hablar de diversidad cultural es hablar de los reconocimientos que han impulsado los pueblos indígenas, o algunos fenómenos sociales como la migración o la globalización. La cultura es una parte fundamental de la sociedad y el mundo puesto que se refiere a las formas en que se expresan los diferentes grupos en una sociedad que manifiestan su forma de pensar a través de distintos modos de creación artística, producción y distribución de distintas ideas.
La identidad cultural es un elemento que muestra la diversidad cultural como punto de partida y motor de la constante reconstitución de las culturas.
La identidad es la afirmación, reconocimiento y vinculación con la realidad de los sujetos que se constituyen y forman en las distintas culturas. La identidad nos sitúa respecto del otro, al afirmar la singularidad distintiva con base en la que creamos y recreamos un sistema específico de significación, ya sea personal, comunitario o social, adscribiendo así pertenencia étnica y lingüística; posiciona a los sujetos en un intercambio de prácticas culturales en el que actúan, se relacionan y proyectan. Así, la identidad forma parte de la cultura y a su vez le da sentido y consistencia. Si la identidad parte del reconocimiento de uno mismo, el sentido del yo proporciona una unidad a la personalidad que, para formarse, necesita la presencia del otro que lo transforma y moldea a la vez.
Se reconocía a la identidad como un espacio personal, frontera subjetiva de acciones particulares en relación inextricable con el entorno social que permite construir el concepto de sí mismo. Ahora bien, se considera que la presencia de los otros como parte de la constitución de la identidad personal incluye un conjunto de relaciones en que se da la identidad grupal; es decir, el espacio social y subjetivo. Así, la identidad colectiva se construye con la apropiación del conocimiento obtenido por las experiencias en distintas instituciones. La familia, la escuela, la religión, el trabajo, las cuales el individuo adapta, asume y recrea.
La cultura, su defensa, su protección y su definición
Hoy la cultura irrumpe en nuestras conversaciones como uno de los temas de mayor importancia del mundo contemporáneo. Para muchos grupos y colectivos la cultura es una identidad entendida como resistencia frente a un mundo global e interdependiente que homogeneiza de una punta a otra del planeta todas las costumbres y tradiciones. En algunos lugares la cultura es el nudo de numerosos conflictos de convivencia, de muchos malentendidos identitarios. La cultura se nombra también para referirnos al patrimonio (de los conocimientos y de los productos) que a lo largo del tiempo han ido configurando nuestras realidades. A veces la Cultura es así, en mayúsculas, la representación de lo mejor y más valioso de ese patrimonio, un legado que es necesario conservar, que pertenece a todos y que por ello debe ser transmitido, aprendido e interiorizado.
La multiculturalidad implica la coexistencia de diversas culturas en un determinado territorio y puede entenderse como el reconocimiento del otro como distinto, pero no necesariamente implica el establecimiento de relaciones igualitarias entre los grupos. La historia muestra cómo se ha exigido a los otros desaparecer en tanto grupo cultural, ya sea por medio del etnocidio directo como por medio de modalidades menos violentas, aunque con el mismo objetivo; al respecto, destacan la asimilación y la integración como políticas adoptadas por los Estados nacionales frente a sus pueblos originarios.
Interculturalidad se entiende como un proyecto social amplio, una postura filosófica y un funcionamiento cotidiano ante la vida; constituye una alternativa que induce a replantear y reorganizar el orden social, porque insiste en la comunicación justa entre las culturas como figuras del mundo y recalca la importancia de dejar libres espacios y tiempos para que dichas figuras puedan convertirse en mundos reales. Por ende, la interculturalidad reconoce al otro como diferente. No lo borra ni lo aparta sino que busca comprenderlo, dialogar con él y respetarlo. La existencia de una sociedad intercultural lleva a considerar marcos de convivencia que permitan la comunicación entre individuos y grupos sociales culturalmente diferentes. Sin duda los derechos humanos son el asidero más cercano a estos marcos inacabados, entendidos como una construcción histórico-cultural, al reconocer su instrumentalización imperialista por parte de gobiernos y Estados occidentales, pero potenciando su dimensión ética, en tanto memoria de lucha por los derechos del hombre.
La diversidad cultural es difícil de cuantificar, pero un buen indicador es el cuantificar el número de lenguas habladas en una región o en el mundo como un todo. En el estudio que Sarúkhan et al publicaron se retoma el estudio llamado Ethnologue (Gordon, 2005) en donde se listan los siguientes países como aquellos con mayor número de lenguas habladas en su territorio: Papúa Nueva Guinea (820 lenguas), Indonesia (737), Nigeria (510), India (415), México (291), Camerún (279), China (235), Australia (231), República Democrática del Congo (214), Brasil (188), Filipinas (171), Estados Unidos de América (162),y Perú (47).
Actualmente es de reconocimiento general que la diversidad cultural forma parte del patrimonio común de la humanidad, y que la producción y disponibilidad de una diversidad de bienes económicos y servicios culturales procedentes de fuentes nacionales y extranjeras introducen externalidades positivas, es decir, ventajas sociales y culturales que superan el valor puramente comercial de esos bienes y servicios. Por esa razón, en la Declaración universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural, por ejemplo, se reconoce que los bienes y servicios culturales no deben tratarse simplemente como productos básicos o bienes de consumo.
Los ministros que participan en los debates de la RIPC han estudiado las formas en que la diversidad cultural contribuye a la cohesión social, la vitalidad de la democracia y la identidad de los pueblos, todos ellos componentes esenciales del desarrollo social y económico.
Por consiguiente, los gobiernos deben fomentar que haya una amplia disponibilidad de contenido cultural variado. Un marco internacional eficaz aseguraría que sus obligaciones y derechos en virtud de acuerdos internacionales den cabida y apoyo a su capacidad para materializar en el ámbito nacional los beneficios de la diversidad cultural.
A escala local, la Agenda 21 de la cultura, primer documento con vocación mundial que establece las bases de un compromiso de las ciudades y los gobiernos locales para el desarrollo cultural, apoya a las autoridades locales comprometidas con la diversidad cultural.
Dedicatoria
A Dios, por brindarnos la dicha de salud y bienestar físico y espiritual A nuestros padres, como agradecimiento a su esfuerzo, amor y apoyo incondicional, durante nuestra formación tanto personal como profesional. A nuestro docente, por brindarnos su guía y sabiduría en el desarrollo de este trabajo
Autor:
Solis Alvaro Lely
Profesor:
Luis Eduardo Sanz Signori