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Antología libertaria de Ricardo Flores Magón (1906-1911)

Enviado por hcetinamx


Partes: 1, 2, 3

    1. Proclama
    2. Primera carta anarquista
    3. Tierra
    4. La cadena de los libres
    5. Libertad política
    6. La revolución para después del triunfo
    7. El movimiento liberal introducción
    8. La guerra social
    9. La lucha de clases
    10. El derecho de propiedad

    Introducción

    En vida, los revolucionarios son perseguidos, encarcelados y asesinados.

    Cuando caen víctimas de los tiranos, éstos, les levantan monumentos y graban sus nombres en los recintos parlamentarios burgueses.

    Intentando apropiárselos ideológicamente, al mismo tiempo que pretenden castrar y ocultar su pensamiento y sus ideas revolucionarias.

    Ricardo flores magón es uno de ellos.

    Después de leer y analizar una bibliografía dedicada a ricardo, hemos llegado a la conclusión de que la mayoría de ellos, sobre todo los escritos por historiadores oficiales, falsos marxistas y pseudomagonistas, pretenden no sólo, esconder, sino desvirtuar la esencia revolucionaria de ricardo.

    es por lo anterior,, y como una continuación de mi anterior folleto semblanza biográfica de Ricardo flores magón, que he decidido difundir las ideas y el pensamiento revolucionario de este insigne oaxaqueño universal..

    Dejo al lector la tarea de comprobar la vigencia de los artículos políticos de Ricardo.

    En especial acerca de la "dictadura perfecta", del bipartidismo pan-pri y de la ausencia de democracia.

    De la prensa controlada oficialmente, de la maquinaria electoral fraudulenta y de la demagogia populista.

    De todos los partidos políticos, principalmente el PRI, PAN y PRD que sirven al sistema capitalista, llamado neoliberalismo, globalización, etc.

    Sistema que perpetúa en el poder a la clase capitalista parasitaria, dependiente del imperialismo yanqui.

    Por último sólo resta informar a los jóvenes lectores y lectoras sobre el estilo y forma de redacción de flores magón. me tomé la libertad de subdividir sus extensos párrafos, con el fin de hacerlo más sencillo, accesible, ameno y comprensible para los lectores de hoy.

    Humberto Escobedo Cetina.

    Septiembre de 1906.

    Proclama

    A la nación:

    Conciudadanos:

    En legítima defensa de las libertades holladas, de los derechos conculcados, de la dignidad de la patria pisoteada por el criminal despotismo del usurpador Porfirio Díaz.

    En defensa de nuestro honor y de nuestra vida amenazados por un gobierno que considera delito la honradez y ahoga en sangre los más legales y pacíficos intentos de emancipación.

    En defensa de la justicia, ultrajada sin tregua por el puñado de bandidos que nos oprimen.

    Nos rebelamos contra la dictadura de Porfirio Díaz, y no depondremos las armas que hemos empuñado con toda justificación, hasta que en unión de todo el partido liberal mexicano, hayamos hecho triunfar el programa promulgado el primero de julio de 1906, por la junta organizadora del liberal.

    Los excesos cometidos a diario por la dictadura, en toda la extensión de nuestro infortunado país, los atentados contra el derecho electoral, contra el derecho de reunión, contra la libertad de imprenta y de discurso, contra la libertad de trabajo.

    Las hecatombes con que sofoca el gobierno las manifestaciones de civismo, los asesinatos y los robos que cínicamente y en todas partes cometen las autoridades.

    El desprecio sistemático con que tratan al mexicano los actuales gobernantes.

    Las consignaciones a los ciudadanos independientes.

    Los empréstitos enormes con que la dictadura ha comprometido a la nación, sin más objeto que el enriquecimiento de unos cuantos opresores.

    La indignidad de nuestros tiranos que han solicitado la invasión de nuestro territorio por fuerzas extranjeras.

    En una palabra, todo ese cúmulo de iniquidades, de opresiones, de latrocinio y de crímenes de todo género que caracterizan al gobierno porfirista, ameritan ser detenidos y castigados por el pueblo, que si durante 30 años ha sido respetuoso y humilde con la vana esperanza de que sus déspotas volvieran al buen camino, hoy se ha convencido de su error y se ha cansado de soportar cadenas, sabrá ser inflexible en la reivindicación de sus derechos.

    Los crímenes cada día mayores de la dictadura, y la imposibilidad de ser atendidos por medios pacíficos, pues cuantas veces hemos querido ejercitar un derecho, hemos sido atropellados por los tiranos, nos precipitan a la revolución.

    Los que en ella vean un mal, no culpen al pueblo que durante 30 años ha sido de sobra pacífico y sufrido.

    Culpen a la tiranía que por sus desenfrenos y su despótica intolerancia, nos ha hecho preciso recurrir a la fuerza de las armas para defender nuestros derechos y realizar nuestras justas y honradas aspiraciones.

    No hay tras nuestro movimiento miras ambiciosa ni personalismo.

    Luchamos por la patria, por todos los oprimidos en general, por el mejoramiento de todas las condiciones políticas y sociales de nuestro país, para beneficio de todos.

    Nuestra bandera de lucha es el programa del partido liberal.

    La única autoridad que reconocemos mientras se establezca un gobierno elegido por el pueblo es la junta organizadora del partido liberal.

    Somos una fracción de ese gran partido que ha luchado y luchará hasta vencer por la redención de la patria, y obramos de acuerdo con nuestros correligionarios del resto del país que como nosotros, se ha levantado en armas, en esta misma fecha, contra la actual corrompida administración que no tardará en ser derribada y que en estos momentos ya tiembla ante el formidable movimiento revolucionario que estremece todos los ámbitos de la república mexicana.

    Hacemos un llamamiento a los oficiales y soldados del ejército nacional para que, lejos de servir a ola vil dictadura, que deshonra a la patria y la traiciona, se unan al movimiento libertador.

    Ellos son hijos del pueblo como nosotros.

    Sobre ellos pesa el mismo yugo que a todos nos aplasta.

    Ellos también son mexicanos y tienen el deber de luchar por la dignidad y por el bien de la patria, y no por el bien personal de un déspota ladrón y sanguinario como Porfirio Díaz.

    A los jefes y oficiales en servicio de la dictadura que se pasen a las filas liberales, se les concederá un ascenso de dos grados sobre el que tengan.

    A los soldados rasos se les pagará un peso diario libre de gastos, y a las clases se les darán sueldos equivalentes.

    A los extranjeros les advertimos que nada pretendemos contra ellos, pero también les recordamos el deber que tienen de ser neutrales en los asuntos políticos de México, en los que no tienen derecho de intervenir.

    Prestaremos a las personas y propiedades de los extranjeros todas las garantías que nos sea posible, pues por el interés de la nuestra patria y de nuestra propia causa, no queremos dar lugar a conflictos internacionales, pero los extranjeros que faltando a la neutralidad, sirvan al gobierno y nos combatan, no pueden esperar ninguna consideración de nuestra parte.

    Reforma, libertad y justicia

    Septiembre de 1906.

    13 de junio de 1908

    Partes: 1, 2, 3
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