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Poesías de amor y urgencias revolucionarias (página 2)

Enviado por Ermel Tapia


Partes: 1, 2

Abajo en el tronco de raíces embambadas, la musguería, las congas, los bachacos, desfilando con los frutos en filas militares.

La gualgura con su piar descarada a pleno día, calcula la plusvalía para asaltar la selva de los pechichales y cortarles el tronco, millones de tablas y tablones maderables.

En otra vida la gualgura se llevaba a los niños a la oquedad de la quebrada más profunda, en plena modernidad, la gualgurística, aprendió a llevarse los fondos de terceros, con truculencia aceptada por segundos, el festejo inmoral del poder mediatizado, aplaudidos, por mercenarios contratados, gualgurillas pagadas difusoras de mentiras, de repartos mal habidos, surrealistas, metamorfoseada la fantasmal gualgura, ¡en escuálido oligarca!

 

MANOS

Palmeras suaves de sentidos y mensajes, cual olas de mar agitadas en rítmica armonía, siguen apresuradas cada tono y las palabras, del desesperado frenesí de los amantes.

Manos tiernas, cariñosas las de la madre, que convertidas en paños secan las lágrimas, del rostro de su hijo tierno que agoniza, allá en la Palestina sitiada, bombardeada.

Manos fuertes y duras la del labriego,

que a pleno sol, levanta los surcos del arado, las que transforman en flores el duro suelo.

Manos furtivas, temblorosas, las de los amantes, las que recorren como cascadas seductoras, el cuerpo de la novia al son del tambor sonoro, en la fiesta de rumba, jolgorio y de marimba.

Manos pequeñitas las de los niños y las niñas, que con ansias se levantan para agarrarse, con ímpetu al regazo dulce de los padres.

Manos invisibles la del capitalismo usurero, las que despojan al obrero de su trabajo y acumulan dinero como símbolo de poderío, dominio del rico sobre el pobre declarado, insurgente cuando levanta la voz de dignidad, justicia, paz, amor, fraternidad, humanidad.

Manos asesinas las que en el mundo de hoy, del capitalismo agonizante, aprietan el gatillo, de, misiles, bombas, para acabar la vida.

Manos trémulas y frías las de los muertos, inocentes caídos por las bombas de drones, armas asesinas no dirigidas a objetivos militares, sino a la población civil desarmada, agonizante.

Manos hábiles y diestras en dibujos de números, de letras con las que se agiganta el conocer, trabajo del pedagogo, pasión en toda lección, solo el amor hecho palabras, resume nuevo aprendiz, el saber de las palabras dan sentido a la razón, del jolgorio musical de poemas y canciones, que en la sabana retumba, a ritmo de marimba y son, agarrados manos con manos en la rítmica canción, tocan manos y mil manos a la marimba y al tambor.

SOLEDAD

La de los montes gigantes

de las montañas primarias,

en las que apenas el sol

penetra sus rayos, con los

que alumbra el camino de

la maraña de insectos que

devoran con ansias el verdor

de las hojas del mar infinito

de la espesura indomada.

La de la ciudad y sus calles

que con urgencia de gente

cual abejas hambrientas,

circulan, vuelan, revolotean,

por cada puesto de venta,

llevando como bachacos

productos al hormiguero,

en medio de tanta gente,

la soledad me atormenta,

busco agitado a la flor de mayo,

para oler su fragancia del

fluir de florales en capullos

y rosas para apagar el dolor

de mi enorme tristeza, de no

encontrarte entre tanta gente.

Soledad de no tenerte en mis

brazos, para decirte cuanto te

amo, para dormirme en tu pecho.

Te marchitaste flor de mayo,

el día que se tornó noche, cuando

se nublaron mis pupilas al saber

que nunca más te encontraría

con tu alegría a flor de labios.

Soledad la de encontrarme,

en el silencioso aposento,

con el sonar de ventanas, con

el crujir de las puertas que se

azotan contra sus marcos para

decirme que estas presente.

Para hablarme en el silencio

de vida pasada, de la alegría

del mar, del tambor y su son en

marimba del pambelé, berejú.

Música que ruge desde lo alto,

dulce gemido que llora en la lira,

intrusa, risueña, ululando penetra

por los espacios abiertos del

cielo en que paciente me esperas,

para juntos jugar como niños, como

amantes y morir entre tus besos.

 

NUESTROS HERMANOS

Tuvimos muchos hermanos en

todos los tiempos y lugares,

entregados con fe revolucionaria,

a la causa del amor y la libertad

de los oprimidos, allá en campos,

ciudades por el capitalismo y

sus guerras de rapiña.

Hombres y mujeres de mentes,

de corazones nobles que no

los conocimos, ellos asumieron

con conciencia la batalla de las

ideas, en defensa de vosotros.

En todos los tiempos perseguidos

fueron, expatriados, desterrados,

desaparecidos, enterrados en

fosas comunes para desaparecer

sus huellas encarnadas en raíces.

Ideales insurgentes, irradiados

como semillas, en libros, versos

y canciones, al mundo entero

dieron luz para andar los senderos.

Fueron grandes compositores,

cantantes de las llanuras, y

altas cumbres de la serranía,

de plástica, canciones y palabras:

con la que la alegría se tornó rima,

con acústicos tambores y timbales,

cada redoble por vida digna,

mil sones al trabajar viviendo.

Estudio crítico del desaprender el

eurocentrismo recolonizador del

pensamiento fetichizado.

Por defender la independencia,

el socialismo, la patria buena,

los persiguieron de norte a sur

por los montes y los valles,

por las ciudades, barrios y calles,

masacrados por mercenarios,

fusilaron a la señora utopía,

intentando vanamente, matar

la idea, el pensamiento del

verdadero humanista:

Marx, Lenin, Miranda, Bolívar,

Sucre, Martí, Fidel, Allende

Miguel Enriquez, Neruda,

Ernesto Guevara, Chávez,

son muchos y muchos más, con

su muerte renacieron millones

eterno retorno nietzscheano

hoy América Latina libre, crece,

triunfa por doquier, con bravura y

heroísmo, ¡patria buena nace ya!

 

GUERRILLERO

Corre, corre, corre hermano,

guerrillero, que el vivir bien,

el trabajo, la salud, el estudio,

la vivienda, embargados están,

al poder del imperio avasallador.

Corre, corre, en zix, zax, flaquito,

con tus pellejos arrugaditos,

que entumecidos huesos están,

con muchos kilos de municiones,

los pies a la tierra se entierran ya!

Corre, corre, corre militante,

de la idea brillante, perseguida,

insurgente en la masa, moras ya!

torrentoso, de revolucionario verbo,

agigantado, firme, se adelanta,

al porvenir que entierra el odio,

de dominación y lucha de clases.

Corre, corre, corre insurgente,

que terrorista te declaran ya!

¿Qué mueve al guerrillero heroico?

amor infinito, lealtad al pueblo,

amor a la unidad, lucha, batalla y

victoria, para crear el socialismo ya!

con estrategia y práctica de combate,

organización y teoría revolucionaria,

escuchando, unidos con el pueblo.

Corre, corre guerrillero en las redes,

que el golpe mediático canalla, destruye,

lo ganado, lo logrado en mil batallas,

mil mentiras del poder hegemónico,

al pasado a los pobres encadenan ya!

guerrilleros, los abuelos montoneros,

guerrilleros, las tropas de Bolívar y Martí,

guerrillero el Che con su asma a cuesta,

¡Gloria guerrilleros que murieron por la paz!

 

Y SUFRIERON

De la encantadora paz de los maizales, tiernos que amenaza la cosecha.

De las aguas cristalinas del arroyo y sus cantares.

Del silbar del viento encantador en pastizales.

Del cocinar con leña en el conuco en humareda.

Del perfume a monte en los cuerpos de amoríos, arrebatados en los bambales de los grandes matapalos.

Muere un día ese amor, del viento con la vida, del campesino con las arboledas.

Nace el arrebato del imperio, la lujuria, el consumismo, sed de acumular riqueza sin piedad, acompañado del despojo, de la muerte.

Caminar por veredas y senderos es el destino de millones de hombres y mujeres.

Apretados a cerros y quebradas, arrinconados en lo sucio y los escombros se agarran para guardar en clandestino silencio el último respiro, en la ciudad que con desprecio los declara terroristas.

Un día nace el gigante que a parar manda ese caos del infierno del puro despotismo y despojismo.

Santo Chávez es la esperanza, renace en cada rezo, en cada llanto en altares y capillas, allá en los cerros y quebradas,

Chávez está presente en cada instante en la conciencia de la gente, está dormido y se agiganta.

Con que frenesí lo adoran y escondido está en escapularios, estampas en altares y capillas, ya es un santo milagroso.

La alegría, la emoción se trastoca en nudo en la garganta y apretón de mil fuerzas en el pecho, al mirar el rostro incrédulo de las madres que reciben la llave de la casa digna.

Ellas y ellos, ladrillo a ladrillo, poco a poco, levantaron las paredes de la vivienda, concretando así el vivir viviendo.

Unieron con cemento los espacios y pintaron la vida con colores, en esa batalla de la dignidad del hombre nuevo.

El sol vuelve a nacer en cada rostro de la familia que salta de la miseria de la rinconada cueva, a la vivienda digna.

 

AYOTZINAPA

¿Una escuela normalista?, ¿Un pequeño pueblo del Estado de Guerrero?, ¿Un escenario de la más nutrida guerra del narco – estado?

Sí, es todo ello y algo más…. las aulas donde se aprende a querer el México pobre, despojado de sus tierras.

Sí, es el alfabeto pedagógico crítico desde el que se mira el concepto de la palabra encadenada.

Sí, es la didáctica del compromiso solidario de mil estrategias para amar la tierra y sus simientes.

Sí, es el aprendizaje complejo, dialogal de categorías de marx, dussel, chávez, enraizadas en la mente y corazón de la juventud que mira un futuro del pueblo liberado.

Sí, es el disgusto de las elites y transnacionales que en acciones militares persiguen al pueblo que piensa en liberarse.

Sí, es la rabia de mafias, policías y militares que en triste y criminal acción, han sembrado el vientre de la pacha mama amada, de miles y millares de fosas clandestinas con mujeres, hombres y jóvenes masacrados, descuerados, incinerados.

Sí, es la puesta en práctica por militares, policías y narcos de la pedagogía de la muerte, enseñada apunta de repetición para bloquear la reflexión humana del amor, en las escuelas militares de esclavitud de las américas.

El mundo indignado mira y espera que aparezcan vivos los 43 estudiantes normalistas desaparecidos, reserva moral del pueblo bueno.

Ya me cansé son los millones de twitter de un pueblo que despierta del miedo de la muerte.

 

CAIMITO

Fruto dulce lechoso de clores: verde, amarillo, lila, carnoso, y muy sabroso.

Pero Caimito no es solo fruto, es un lugar de suelo rugoso, montañoso de altas pendientes que de lo alto se arrojan en apurados resbaladeros a la mar bravía.

Caimito de las naranjas, dulces, grandes, que enamoraron al paladar de los viejos quindes.

Caimito de las chirimoyas salvajes, nacidas de la bravura del vientre de la pacha mama, sin más, ni más.

Caimito de los guayabales que en tiempos de frutos maduros entundaban con su fragancia.

Fragancia envuelta en el viento y llevada por hondonadas de las lejanas montañas.

Twitter de olor guayabero, de llamadas urgentes, convocaban a bandadas de loros, y manadas de cusumbíes.

Fiesta ardiente de son y sorongo a ritmo de bulleríos despertaban en la noche a los tigrillos y lechuzas, entonces, salsa de griterío.

Caimito la del Salto, de la Chorrera, de los Jazmines, del Estero Cheme, del Caimito Grande, la de los Bajitos.

Caimito la de los pulperíos, de los burgajos, de las lapas, la de los grandes erizales.

Caimito la de grandes iguanas, arriba de los Caballitos y de los Saca Calzones.

Caimito la de los alabaos y las gaitas en son de bombo, maracas y guasás en noches de luna estrellada, en el adviento navideño.

Caimito la de los Mosquera, de los Guagua, de los Sosa, de los Godoy, de los Jama, de los Cruel, de los Ulloa y de los Tapia.

Caimito la del Lugerio, el mediun curandero del pueblo con el hermano Gregorio, incomprendido por la envidia y condenado por presunta brujería.

Caimito la de los radicales liberales de Alfaro, de las huestes de Carlos Concha, la de los indómitos Caras en tiempos del Gran Imperio ¡carajo!.

 

LA SIEMBRA

Hijos de mi alma, siempre amados, que acompañaron los sueños de quién soñó estar entre la gente, disfrutando la alegría, su bienestar, el goce absoluto de la libertad y la justicia, logro final de la acción revolucionaria del pueblo combatiente,

¡recordad!… mis sueños, mis ideales, agigantados con cada triunfo de la lucha del pueblo latinoamericano, viví y sentí ese corazón agigantado enfrentado a la brutal y descomunal fiereza del imperio agonizante.

Vi la luz, un 10 de mayo con lluvia y griterío de partera, en duro camino de atribulado dolor desfalleciente.

Salir del vientre de la amada madre no fue fácil,

Enredado al cuello un cabo estaba atado, cordón de vida intrauterino, empujado por la fuerza de pujos y sollozos las paticas no encontraban el camino de la caverna en su salida.

En el último momento, con el chasquido de un relámpago y tronar de truenos en medio de pertinaz lluvia, que sus caudales llenaban todos los recodos, pundun volé a las manos, que afuera afanosas esperaban, en ese instante, el aire con fiereza invadió mis pulmones y la vida entonces se hizo carne, nací allí, en el pecho de mi madre amada y santa.

Toda una vida empeñada en la tarea de formar con la palabra mediadora, los números cada presente,

Con pedagogía, didáctica y estrategias se encaró el futuro, se pulió en el mármol duro, rebelde, de la esclavitud petrificada, una cualidad nueva de espíritu humano, solidario, crítico, el perfil del maestro en formación, con compromiso vital para liberar la patria encadena, con mil canciones de amor en alfabeto libertario de dignidad e independencia.

Sabor de humanidad, educando con ejemplo, la honestidad aprendida del Che, la firmeza de Fidel, la entrega de Chávez a la causa de la redención de los humildes, ejemplos de hombres que trascendieron por el valor de su palabra, de su compromiso con la ética, espada que ahuyentó los espíritus débiles corruptos.

En las acciones de esa gran película vivida, conocí: la hipocresía de los famosos honestos entre comillas, la criminal mentira repetida por millares, de la canalla mediática capitalista enfurecida, los variopintos saltimbanquis conservadores con ropaje de izquierdistas.

En las acciones de esa gran película vivida, conocí: a los verdaderos humanos, fieles a sus convicciones libertarias, a los hombres de las mil dificultades, llenos de amor y ternura por los pobres.

Nací para amar a mis padres con la infinita ternura de hijo agradecido,

Nací para amar a mi esposa, la madre de mis hijos cuyo espíritu acompañaron cada uno de mis pasos en la vida.

Nací para amar a la patria a la que abrace sus montañas, prados, llanuras, ríos y mar, al desyerbar la maleza de sembríos, al recorrer las distancias a pie y en el trote de caballos, en canoas y barcos a los que la mar con sus olas y vientos a babor enmudecían las palabras de los trémulos tripulantes y sacudían la carga en la desesperada urgencia de naufragio.

Nací para escribir estos versos de amor a la dulzura y fragilidad de la planta en crecimiento, a la mujer infinita, soñadora, apasionada, rosa roja, revolucionaria

Amor de patria citando a Fidel: no hay fuerza superior a esa energía atómica que es el átomo de amor a la patria.

El día de mi siembra camaradas, tengan por seguro de que de mi polvo crecerán infinitas yerbas que inundarán la pradera con su larga y verde cabellera, entonces no muero, solo fui una chispa que rasgo el velo del tiempo y sus tinieblas.

edu.red

Ermel Viacheslav Tapia Sosa

Dedico estas horas de trabajo con las palabras a mis hijos y a mi ilusión perdida margorie

 

 

Autor:

Ermel Tapia Sosa

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