3. Diferentes g�neros literarios: La conquista, el barroco, neoclasicismo, el romanticismo, el costumbrismo, el vanguardismo, el modernismo, el realismo y el realismo m�gico.
El Barroco en Hispanoam�rica surge en el siglo XVII, de este per�odo sobresalen, especialmente, dos artistas que dejaron una obra cultural de gran talla. Sor Juana In�s de la Cruz, su obra puede clasificarse en po�tica, teatral y ensay�stica; y Carlos de Sing�eza G�ngora.
En este per�odo siguen las tendencias venidas de Espa�a: Italianismo, Conceptismo y Culteranismo, por lo que no deje de carecer de originalidad. El Barroco desaparece y es suplantado por el Rococ�.
M�s por obra de los mismos hechos que como producto de las ideas propias o importadas, en Am�rica el siglo XVIII fue prol�fico en rebeliones contra el imperio espa�ol; ya fuera buscando la independencia o tratando de obtener simples aboliciones de tributo.
Pero el criollo deseaba la independencia pol�tica, no la cultural, por lo que a�n no es posible la producci�n de una gran y s�lida obra literaria.
El neoclasicismo sirvi� de veh�culo a los poemas por la patria libre, pero eran poemas pobres porque hablaban de patrias libres pero literariamente no se independizaban. Todo esto, en gran medida, porque los criollos se sent�an orgullosos de ser herederos de los «condes» y «marqueses»; no existi� una actitud autonomista, s�lo segu�an las creaciones culturales europeas.
Es as�, como en la literatura de la independencia, que es una especie de literatura de transici�n, se manifiestan autores como Jos� Joaqu�n Fern�ndez de Lizardi que busco siempre combatir la descomposici�n y arbitrariedades de los espa�oles en M�xico, su novela m�s destacada es El periquillo Sarniento; Jos� Joaqu�n de Olmedo con su obra La victoria de Jun�n. Canto a Bol�var; Andr� Bello, un gran humanista, redact� el C�digo Civil, fue quien por primera vez enuncio algo as� como la proclama de una independencia literaria y cultural americana. Lo hizo en una de sus dos m�s famosas silvas, en su «Alocuci�n a la poes�a«, desglosada de su gran proyecto po�tico, Am�rica. Y Jos� Mar�a Heredia, que pasa de la poes�a neocl�sica y se asoma al romanticismo.
El Romanticismo surge a finales del siglo XVIII y principios del XIX, en Hispanoam�rica comienza en 1780 con el movimiento de emancipaci�n en Latinoam�rica y luego con el surgimiento de algunas guerras civiles, todo tras el ideal de independencia, la cual comenz� con Brasil en 1822 y de all� en adelante con la independencia de m�s pa�ses.
El primer autor rom�ntico del continente hispanoamericano fue Jos� Eusebio Caro, con su poema Lara. Otros destacados y muy reconocidos autores que pertenecieron a este g�nero literario, y que no podr�a pasar de largo o por lo menos mencionar su nombre son: Esteban Echeverr�a, Domingo Faustino Sarmiento, Jos� M�rmol, Gregorio Guti�rrez Gonz�lez y el colombiano Jorge Isaacs.
La novela costumbrista naci� paralela con la rom�ntica, por lo que suelen fusionarlas en una sola, y llamar a la costumbrista rom�ntica costumbrista; el principal y m�s destacado escritor del costumbrismo es Eugenio D�az, con su tan famosa novela, Manuela.
Para continuar con esta brev�sima cronolog�a literaria; si as� se puede llamar, se debe seguir con el Vanguardismo, este va contra la realidad primaria, quiere crear otra realidad. Los vanguardistas transformaron los g�neros literarios y elogiaron la fragmentaci�n.
Aqu� encontramos autores de gran renombre a nivel mundial, como Jorge Lu�s Borges, Lu�s Vidales, Pablo Neruda, Nicol�s Guill�n y C�sar Vallejo.
El Modernismo surge a finales del siglo XIX (1888), es el primer movimiento literario de ra�z latinoamericana, por eso es considerado aut�ctono; a dem�s es el �nico movimiento que busca evadir la problem�tica social. Evaden la realidad inmediata.
A pesar de que el movimiento dur� apenas 20 a�os, tuvo la fuerza para renovar la poes�a de habla castellana y formar una base para su florecimiento posterior. Los modernistas resaltan m�s la expresi�n que los sentimientos, pues crean objetos de elegancia po�tica. Esta escuela se nutre b�sicamente de dos movimientos l�ricos surgidos en Francia, el parnasianismo y el simbolismo. Nace en Am�rica Latina con la publicaci�n de los libros de poemas Ismaelillo de Jos� Mart�n y Azul de Rub�n Dar�o, principales representantes.
El Realismo es un movimiento que describe de forma cruda, real y hostil los problemas sociales, haciendo una denuncia de �stos. Al iniciarse el siglo XX se p�blico en M�xico una de las mejores novelas realistas latinoamericanas, El Zarco, de Ignacio Manuel Altamirano, un hombre de ascendencia ind�gena. Tambi�n destacaron escritores como Jos� Mar�a Arguedas, que vivi� con los indios, una de sus obras es Los r�os profundos, Jorge Icasa con Huasipungo, Mariano Azuela, Los de abajo y Jos� Eustacio Rivera con La Vor�gine.
No se puede olvidar, y ya para finalizar este recorrido a trav�s de la literatura latinoamericana, a los realistas m�gicos, esos que con sus escritos lograron lo que nunca resolvieron los narradores latinoamericanos, el poder dividir, aislar y, tantas veces, oponer lo objetivo y lo subjetivo, lo real y lo imaginario, lo interno y lo externo, lo social y lo individual, el trabajo y el descanso.
El realismo cont� con tres vertientes innovadoras (m�gico-m�tico, real maravilloso y fant�stico ), al acercarse a la d�cada de los setenta se fundieron y difundieron, se ampliaron y propagaron, se mezclaron y camuflaron. La apropiaci�n de lo imaginario como esencia de lo real, y de las posibilidades ling��sticas para expresarlo, se consolidaron como las bases inevitables de lo que se llamar�a «nueva» novela latinoamericana. Es de destacar en este g�nero a Alejo Carpentier, Miguel �ngel Asturias, y los cuatro de el «boom» latinoamericano, Carlos Fuentes con La muerte de Artemio Cruz, Mario Vargas Llosa con La ciudad de los perros y La casa verde; a Julio Cort�zar con rayuela y por �ltimo Gabriel Garc�a M�rquez con Cien a�os de soledad.
4. El papel de la literatura (conclusi�n).
El papel de la literatura es ser depositaria de mitos, s�mbolos, recoger el pasado, el presente y el futuro, mostrar los variaciones del comportamiento de los seres, mantener la vitalidad del lenguaje como coherencia entre el individuo y la sociedad, entre la imaginaci�n.
Por eso la literatura latinoamericana es una manera de perpetuar el alma de muchos pueblos.
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www.angelfire.com/id/ssims/antologiageneral.html.
POR:
Alejandra Toro Mesa.
Medell�n, Colombia 2003
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