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Burocracia, Dominio y Capitaliso. ¿El Efecto de un Proceso Constituyente? (página 2)


Partes: 1, 2

Para analizar este dispositivo teórico con profundidad habría que rastrear las tesis de Castoriadis y Lefort. Ambos postulan que la Rusia soviética es una sociedad capitalista burocrática y han dedicado varios escritos a analizar este tema. Esta caracterización teórica es usada en el análisis de los 5 primeros años de la revolución por Brinton y trata de mostrar como se dio la lucha entre fuerzas que propugnan cambios diferentes (de la propiedad del poder o de la estructura social opresiva). Por lo tanto este libro tiene una gran virtud, analizar estos años como una situación en movimiento y abierta con tendencias y velocidades propias. Intenta mostrar que hubo alternativas y que ciertas decisiones llevaron a una saturación de la experiencia creativa de las masas desplazando al sujeto fundamental de toda revolución. Estas alternativas (como la oposición de izquierda del 20 y la sublevación de Kronstadt) fueron derrotadas. En este punto es donde el texto es más débil, porque se dedica a emparentar estas derrotas con las actitudes del partido Bolchevique y no nos permite leer las debilidades que tuvieron estos movimientos para desestructurar esas prácticas que denunciaban como burocráticas.

Lo cierto es que en los momentos en que ocurren estas luchas la sociedad estaba en pleno movimiento y los revolucionarios (como en Kronstand) estaban armados y organizados, por lo tanto su derrota debe tener que explicarse también por esas limitaciones para derrocar el poder burocrático que se estaba gestando, porque en una relación de fuerzas es raro que la superioridad de uno de los antagonistas no esté acompañada de la debilidad del otro para combatirlo.

Esta es la crítica mas fuerte al texto, si bien el análisis es rico, no explica porque fueron derrotadas las estrategias de gestión obrera o su incapacidad para generar una tercera revolución, "la revolución contra los comisarios"[12] desde sí mismos. Si bien acordamos en que el partido bolchevique tuvo una influencia decisiva en la derrota de estos movimientos no parece razonable adjudicarle todos los problemas.[13]

En este sentido el texto se mueve constantemente en dos planos: Imprime una fuerte presencia a los comités de fábrica y a los consejos obreros y los muestra en dinamismo[14]A su vez muestra la actitud de diferentes dirigentes bolcheviques frente a este dinamismo y las ambigüedades que siguió la retórica y las prácticas bolcheviques en torno a estas organizaciones revolucionarias creadas por las masas. En este sentido es un estudio del doble poder desde una perspectiva distinta a la mayoría de los análisis: el doble poder estuvo mientras duró el proceso constituyente, mientras el poder de construcción de nuevas formas de sociedad estuvo en las masas, esté en el poder la burguesía o el partido bolchevique. En este sentido Negri[15]advierte que el doble poder "no es una relación institucional, sino más bien una relación de fuerzas entre clases opuestas: "no un hecho constitucional sino un hecho revolucionario", un hecho constituyente"[16]. Si tomamos esta afirmación debemos reconocer no solo la coherencia de plantear la dualidad de poder desde el 17 hasta el 21 donde se cerraría, desde mi perspectiva -y pareciera que desde la de Brinton también- el proceso revolucionario, el poder constituyente de la multitud, sino la potencia de este análisis: la revolución fue derrotada y fue asimilada a la forma estado-capitalista a partir del 21. Esta es la hipótesis que subyace a todo el texto.

En este sentido es interesante pensar la situación rusa (y creo que toda situación revolucionaria) como aquella en la que "el problema no [es] ser mejor gobernados, o de escoger otra forma de serlo, sino el de gobernarse a si mismos. Toda delegación de poderes [es] atacada y criticada, toda autoridad se [hace] insoportable"[17], por eso "todo lo que representaba al estado era rechazado como supervivencia del aborrecido pasado. Era sospechoso el gobierno, al que se le oponía la autoridad del soviet; eran sospechosas todas las decisiones tomadas sin que se hubiera participado en ellas"[18]. Si bien Ferro esta argumentando en su escrito sobre el período que va hasta junio del 17, creo que es extensible a toda la instancia del doble poder. Esta desconfianza, anarquizante en los poderes instituidos es un fenómeno que caracteriza la irrupción de los colectivos oprimidos como sujetos activos (en tanto deciden sobre sus propias vidas). En este sentido Ferro nos permite plantear la siguiente pregunta ¿cómo conviven las organizaciones con tendencias centrífugas con los aparatos centralizantes (por ejemplo los Bolcheviques)? Esta pregunta (para nada inocente) es la que esgrime Brinton y responde: no hay convivencia, hay antagonismo. Esa es la situación de doble poder que analizo: O el soviet controla lo que pasa en otro lado y a la larga se transforma en "correa de transmisión" de las decisiones ajenas; o el soviet gestiona las vidas de sus integrantes. Por esto no puedo más que coincidir con Adamovsky cuando plantea que "los bolcheviques aparecieron, incluso, por detrás de las masas, canalizando un impulso genuinamente revolucionario"[19]. El debate se actualiza como «poder delegado» o «poder hacer de los muchos en tanto muchos». A diferencia del momento anterior (la coyuntura de la guerra civil ayuda a esto) los muchos deciden aportar su poder al Estado pero manteniendo sus órganos constituyentes.

El proceso de constitución empieza a amenazar al proceso constituyente: la clausura de los debates en la sociedad, de la autoorganización, de la autogestión son un peligro inminente, siendo que el movimiento debe apuntar a construir un «Estado Socialista» y no ya una sociedad, una subjetividad, una ética, una vida comunista. El doble poder se mantiene a lo largo del proceso de formación.

Luego de prohibidas las fracciones dentro del partido y de clausurada la función de los soviets y comités[20]devenidos «correas de transmición» del Estado, el doble poder es anulado. Los muchos abandonaron su presentación en tanto muchos y aportaron a la representación en el Estado: la multiplicidad es transformada en Uno.

El proceso de formación de una nueva «constitución social» comienza una lógica menos dispersa, menos difusa, es decir centralizada. Los debates de los "20 en torno a la planificación y la industrialización que cuentan Dobb[21]y Gerratana[22]muestran el desplazamiento de la lucha: de la lucha de clases contra el Estado a la lucha de grupos al interior del Estado. Lo interesante de estos debates no es solamente la capacidad de pensamiento de los dirigentes bolcheviques, sino la concentración de estos debates en un grupo que tiende a la profesionalización: se confirma una primer separación los-que-piensan/los-que-hacen, los que dirigen (porque piensan)/los que son dirigidos (porque hacen)

Creo que el texto de Brinton es de vital importancia, a la hora de pensar en una lectura historiográfica que busque ver los "poderes constituyentes" en pugna con el orden instituido, es la idea simple de hacer una historia crítica que no estudie las revoluciones desde el dominio, desde las continuidades, sino desde las fuerzas disruptoras, desde las invenciones revolucionarias y no desde las instituciones rígidas y establecidas. Creo que ese es el rol que le asigna al partido Bolchevique y creo que ese es el rol que jugó desde la toma del Palacio de Invierno, funcionó como un agente de clausura del poder constituyente de sujetos políticos que estaban generando con sus prácticas formas de vida que no estaban contempladas por la estructura social[23]En la evaluación de este proceso no se puede evitar machacar sobre este punto. Sobre la experiencia de esta revolución hay que preguntar ¿cómo funcionó? o ¿qué efecto produjo?. A estas preguntas Brinton responde: la última reacción burguesa fue el partido bolchevique, siempre y cuando agreguemos: no en sus intenciones, sino en su funcionamiento poco crítico con ciertas instituciones como el estado, la ciencia y la técnica, o el progreso.

A partir de la sutura del proceso constituyente lo central es rastrear las posiciones y encontrar los alineamientos: Bujarin-Stalin; Trotsky-Preobrajensky. La lógica de burocratización está presente desde el inicio, la posibilidad de constitución de esa burocracia es un proceso que comienza con la prohibición de las fracciones, con la dirección unipersonal de las fábricas y con la transformación de los soviets y comités en aparatos de Estado. Este proceso de instalación de la burocracia debe ser entendido como un proceso de formación de clases con una organización específica del aparato de Estado como aparato de control, con una organización de la producción con su consecuente extracción de plusvalor a los trabajadores (campesinos y obreros)[24]. La constitución social nueva es de opresión, dominación, y de explotación, pero ¿es capitalismo?

Enmarcar esta formación social dentro del capitalismo se basa en dos postulados: 1- la inserción de Rusia en el mercado mundial y la competencia con EE.UU.; 2- la incorporación de dispositivos capitalistas como determinante en la nueva formación social. El primer punto habría que rastrearlo en el desarrollo de exportaciones e importaciones de la URSS en el marco del comercio mundial (en los años "60s es claro que se podía elegir entre ser deudor de EE.UU. o de la URSS por la competencia que generó la guerra fría). El segundo punto es posible rastrearlo prácticamente y teóricamente. En tanto prácticas: la incorporación de tecnologías capitalistas como el taylorismo, los criterios de eficacia y cuantificación de la producción, la dirección no-colectiva de la producción, la forzosa y veloz industrialización y colectivización del campo llevada a cabo desde el Estado, forman un conglomerado de modos de hacer las cosas de tipo capitalista, es decir que responde a los criterios de división intelectual/manual del trabajo, a la separación entre el productor y el producto de su trabajo, a la separación de dirección y obediencia[25]Teóricamente se puede encontrar en planteos de Lenin y de Trotsky (y de tantos otros bolcheviques) en la importancia de la tecnología, en la necesidad de organizar un Estado centralizado que controle todos lo hilos de la vida social, en la creencia en la representación de la clase en el partido y de éste en el Estado[26]

De esta manera el debate se desdobla, por un lado se juega la caracterización de la URSS, y por otro lado se rediscute la caracterización del capitalismo[27]Es decir que hay que pensar al capitalismo más integralmente que un modo de producción de bienes y servicios dividido en burguesía y proletariado donde funciona la ley del valor. Es además un complejo de prácticas como las mencionadas mas arriba. Es un «modo de producción de vida». Por esto creo que hay que caracterizar a la URSS como capitalismo. En el sistema mundial hegemonizado por el capitalismo la URSS cumple un rol más que importante en tanto potencia mundial. La adaptación del «socialismo» a los patrones del capitalismo debe ser entendida como la «capitalización» de la experiencia revolucionaria, en el sentido de la funcionalización de esta experiencia por el capitalismo. La integración en el sistema mundial se da a partir de dos mediciones el Partido y el Estado: el primero representa a la clase y el segundo representa al partido en el mundo, la doctrina es «el socialismo en un solo país». Pero acá ya comienza otra historia, la historia de una formación social capitalista-socialista que excede a este artículo.

Las tres formas de leer estas discusiones (fuente histórica de los 60s y estudio de las discusiones de 1917, como la presencia arrolladora de estos debates en el hoy) muestra como se actualizan discusiones en torno a un problema, el problema de la libertad. Lo cual no significa que se reedita una discusión anterior sino que los problemas teórico-prácticos de crear una sociedad libre son interpretados desde nuestra actividad en el hoy, nada ocurrió como Brinton dice, ni lo que yo digo que Brinton dice es lo que dice. La interpretación, la acentuación de ciertas cosas y no de otras, es una lectura posible de la historia a través de nuestros debates actuales. Interpretar es crear y actualizar la historia (no unívoca, sino múltiple) en el hoy.

Aldo

 

 

Autor:

Pietro Luca

[1] Este escrito es en principio una reseña sobre el texto de Brinton, ("los bolcheviques y el control obrero") producido en el marco de la cursada de Historia de Rusia. Cuando decidimos publicar nuestros trabajos le hice algunas modificaciones.

[2] La cita de esta obra será BCO

[3] Sus artí­culos (los de Castoriadis) fueron traducidos bajo el seudónimo de Paul Cardan. Si bien es claro en el libro la influencia teórica de Castoriadis, podemos, además, decir lo siguiente:" Solidarity estaba fuertemente influenciuada por "Socialismo o Barbarie" (revista producida por Castoriadis y Lefort entre otros) entre otras", Louis Robertson, "Recollections of my time in Solidarity", extraí­do de Internet en "http://flag.blackened.net/revolt/disband/solidarity/recollections.html"

[4] Según cuenta Louis Robertson

[5] Brinton especifica dos de estas tres razones en su introducción: "este texto tiene dos objetivos. Trata de aportar un cierto número de elementos a la discusión actual sobre el "control obrero". Pero también intenta presentar un nuevo tipo de análisis del destino de la revolución rusa."

[6] Pensando en que este texto es un texto de intervención polí­tica.

[7] Mantenemos la referencia al partido bolchevique como partido leninista ya que en el texto aparece de esta forma, pero hay que resaltar que esta denominación es posterior a los años que él trata, y se refiere a la discusión polí­tica actual.

[8] Este debate está claramente presente en Fábricas como Brukman y Zanón, donde a pesar de la efectiva gestión obrera reclaman estatización bajo control obrero. Quizás en la lógica de Brinton esta consigna es regresiva para el momento de la lucha de las fábricas ocupadas.

[9] "Hay dos situaciones posibles. En una, la clase obrera (productor colectivo) toma todas las decisiones fundamentales. Lo hace directamente, por medio de organismos escogidos por ella misma con los que se identifica completamente o que siente que puede dominar completamente… La otra situación posible es una situación en la que se toman las decisiones "en otra parte", "desde fuera", o sea que el estado, el partido, u otro órgano sin raí­ces profundas y directas en el propio proceso productivo".

[10] Lenin dice "si tomamos hoy el poder, lo tomamos no contra los soviets, sino en beneficio de ellos" (carta al cc del 24 de octubre, obras escogidas, editorial Cartago, Pág. 521. La sustitución como estrategia en la toma de decisiones y el estado como garante del cambio en la propiedad de los medios de producción, pero según Brinton es un error polí­tico identificar el cambio revolucionario con esto ya que "afirmamos que las relaciones reales de producción son los fundamentos esenciales de toda sociedad", Brinton, BCO, Pág. 15.

[11] Brinton, BCO, Pág. 15

[12] Ídem, Pág. 16

[13] Consigna esgrimida por los revolucionarios de Kronstand, que hace referencia a los comisarios del pueblo, institución de control del estado bolchevique, Trotsky ejerció este cargo.

[14] Por mas de que partamos de la premisa polí­tica de que la forma partido es una forma de hacer las cosas de carácter burgués, no podemos explicar las derrotas de los revolucionarios por la fuerza de los dispositivos burgueses sino por la debilidad de los movimientos revolucionarios para combatirlos.

[15] Los soviets y los comités de fábrica son instituciones constituyentes, nacidas de la invención del mismo movimiento revolucionario. Es la creación de un órgano en constante movimiento (pasa de mayorí­a menchevique a mayorí­a bolchevique, no siempre es legitimado el soviet de obreros y campesinos por los comités de fábrica, etc.).

[16] Activista italiano de la década de los 70, en el movimiento conocido como autonomí­a operaria. Sus tesis básicas se pueden resumir (todo resumen es empobrecimiento) en: El trabajo es el que genera los cambios en las formas de explotación capitalista, ya que todo cambio en la forma de explotación responde a la acción obrera, es decir el capital es reactivo. También postula la necesidad de pensar el cambio revolucionario como construcción polí­tica no estatal.

[17] Toni Negri, "el poder constituyente", Pág. 349, traducción de Clara Marco, Ensayo

[18] Marc Ferro, "la revolución de 1917", 1975, Editorial Laia, Pág. 425

[19] Ídem, Pág. 425

[20] Adamovsky, "el rodaballo"año IV, Nº 8, otoño invierno 1998.

[21] Kronstand es el punto de expresión máximo, pero no elúnico.

[22] Dobb, «La polémica de los años 20 sobre la planificación y el desarrollo industrial», en Ensayos sobre capitalismo, desarrollo y planificación, Madrid, Tecnos, 1973.

[23] Gerratana, «Estado socialista y capitalismo de estado», en Teorí­a del proceso de transición, Córdoba, Cuadernos de pasado y presente, N° 46, 1973

[24] Cuando digo funcionó, no digo tuvo la intención. No juzgo a los militantes Bolcheviques del 17 como personajes siniestros con un proyecto conspirativo, eran revolucionarios pero funcionaron en algún momento de la historia como Termidorianos, es decir como agentes que en el poder coartaron el poder de los muchos.

[25] «Lo cual viene a querer decir, que el poder polí­tico y el poder económico se confunden en el seno de la clase burocrática, que participar en la apropiación de plusvalí­a, es en este caso la misma cosa que participar en un sistema de dominación. La unidad de la clase no prevalece "naturalmente": implica una actividad constante de unificación. La rivalidad de los aparatos burocráticos, reforzada por la lucha de clanes interburocráticos, sólo puede ser controlada mediante la intervención, en todos los niveles y sectores de la vida social, de un principio propiamente polí­tico. Pero el partido que es el portador de ese principio es también la burocracia más extensa y más completa». Lefort, «¿Qué es la burocracia?», en Qué es la burocracia, Parí­s, ruedo Ibérico,1970, Pág. 254

[26] El mandar-obedeciendo Zapatista es quizá una forma de pensar este problema de los movimientos subversivos.

[27] «El proletariado termina siendo objeto y no sujeto de la historia. En efecto, si una clase no es capaz de elaborar por si sola la propia conciencia y la propia organización, sino que tiene que pedirlas prestadas a otras clases, queda evidentemente sometida a ellas y no puede, por lo tanto ser el sujeto que edificará el nuevo orden sino únicamente un instrumento necesario, si se quiere, en manos de otros». Carlo, «El partido revolucionario en Lenin» en Pasado y Presente N° 2, Buenos Aires, 1973; Lenin, Pág. 315. Sobre el tópico de la modernización como «deber ser» del socialista podemos remitirnos al texto de Carr: «La revolución Rusa: su lugar en la historia», en 1917 antes y después, Barcelona, Anagrama, 1969

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