Indice1. Historia de la filosofía antigua 2. Las fuentes, desde Aristóteles a la doxografía (4) 3. Referencias Bibliográficas
1. Historia de la filosofía antigua
En consideración a la brevedad que el presente trabajo demanda se presentara la cuestión de la forma más concisa y esquemática posible.
El lapso de tiempo que separa a Micenas de Homero deja entrever una transformación en el leguaje donde poco a poco se fue perdiendo el vocabulario de tenencia de títulos. Los escasos términos que subsistieron como basiléus o témenos perdieron, una vez destruido el sistema antiguo, su valor originario. Asimismo los reyes homéricos no llegan a ser la manifestación de un poder absoluto como el que representaba el basiléus micénico. Si bien en estos tiempos no desaparecen totalmente los basiléus, no son ya los personajes que se manifiestan en todos los planos, por entonces, sus cargos sólo se limitan a ciertas funciones sacerdotales. Tal como Jean Pierre Vernant lo concibe, el ocaso del poderío de los palacios deja abierto un lugar en el centro a quienes pugnan por el poder. Disputa que se daba en dos direcciones: entre iguales pertenecientes a diferentes clanes de aristócratas; y entre desiguales, entre la aristocracia y las comunidades aldeanas de campesinos y artesanos. Es cabal que nos preguntemos ahora cómo es que esto influye a la emergencia del pensamiento. Vernant lo explica de la manera siguiente: "…la búsqueda de un equilibrio, de un acuerdo, hará nacer un periodo de turbulencias, de reflexión moral y las explicaciones políticas que definirán una primera forma de «sabiduría» humana". El problema más importante para la organización de la pólis, y a la vez el más fecundo, es el de encontrar la unidad entre las partes desiguales. Problema que deriva en lo que los griegos llamaban isonomía.
La aparición de la moneda también aporta un punto importante en el desarrollo social, desarrollo que se manifiesta en la evolución del concepto de díke (que en un principio sólo tenia el sencillo sentido de fallo judicial). Si comparamos a Hesíodo con Solón veremos que este concepto, que representa la justicia, se muestra en ambos de diferente manera, pues los grandes cambios sociales junto con la llegada de la moneda, llevó a una indefectible evolución del mismo. En cierto modo la moneda vino ser un elemento de endeudamiento para los pequeños propietarios que empeñaron sus tierras y hasta su libertad, contrariamente, al mismo tiempo daba a los terratenientes la posibilidad de un enriquecimiento sin limites.
En este contexto, y para tratar de resolver estos problemas, aparece la figura de Solón, al que la tradición popular griega distinguió como uno de los siete sabios. Y en verdad Solón es, de algún modo, la persona que se encargó de meditar en medio de la tormenta. Su elegía Las musas nos muestra el mecanismo que Zeus emplea para castigar. Lo que es castigado por éste es el exceso violento que ejercen los hombres cuando levantan el limite para sus riquezas. Esta violencia es designada con el nombre hýbris (que antes había aludido a la violencia jurídica), por otro lado, y del mismo modo, el castigo se conoce como áte. Justamente como Solón lo entiende, díke es el mecanismo mismo que hace que después de hýbris haya áte. El áte siempre se presenta como discordia, como guerra civil. El ámbito donde se da esta dinámica de fuerzas y contrafuerzas es el pueblo, es la pólis, y entendiendo este movimiento como Solón lo hace, no es prudente dejar que funcione libremente, ya que éste tiene la capacidad de destruir a la pólis misma. Por esto se hace necesario un limite, una contención para estas destructivas fuerzas, limite que Solón concibe como leyes. Se puede decir para concluir que díke es el movimiento de las injusticias, es el juego de las partes en el todo, es de algún modo el conflicto mismo y la lógica interna que subyace en él.
Lo que aquí se deja entrever es un pensamiento de tipo jónico, de algún modo más puro en lo racional que su precedente. De esta manera el concepto díke puede ser tomado como hilo conductor en la cuestión del origen de la filosofía, ya que a él es inmanente el desarrollo de un nivel de abstracción que va a ser la raíz del pensamiento racional. Ciertamente este concepto terminará contribuyendo al pensamiento arcaico, en cierto modo, con una lógica y una ontología que le permitirán comprometerse con la realidad tal cual es.
La evolución social también se da en lo referente al manejo del conocimiento. Hermandades y misterios abren, sin restricción de rango y origen, conocimientos que eran en otro tiempo propiedad de linajes hereditarios. Instituciones de sabios llevaron al ágora una tradición sagrada propia de los basiléus, o los gene detentadores de la arkhé. Vernant explica que este doble movimiento de democratización y divulgación terminara abriendo, también gracias a la reaparición y difusión de la escritura, un circulo cada vez mayor, hasta llegar al demos en su totalidad, que tendrá consecuencias trascendentales en el ámbito intelectual.
La filosofía en su amanecer se encuentra en una posición ambigua, Vernant escribe: "…flota entre el espíritu de secreto propio de las sectas y la publicidad del debate contradictorio que caracteriza a la actividad política". Aunque de ambos, el referente más importante al origen de la filosofía es la política. La razón genética que constituye este origen es, en su esencia, política. Estas pocas pero acertadas palabras de Vernant, resumen en forma clara la importancia de la pólis para el desarrollo de la filosofía: "De hecho, es en el plano político donde la razón, en Grecia, se ha expresado, constituido y formado primeramente". Nos dice con esto que la mecánica que en un principio proporcionó las condiciones de posibilidad para la pólis y que, al fin, terminó siendo su alma, es la misma que derivó en el desarrollo de la filosofía, pues el logos en su origen cumple, a la vez, la función de herramienta política y filosófica.
2. Las fuentes, desde Aristóteles a la doxografía (4)
Los juicios que hace Aristóteles sobre los primeros filósofos no son propios de una intención historiográfica, mayormente analiza los datos desde el punto de vista de su propio sistema. Burnet explica que Aristóteles está convencido de que su propia filosofía es la culminación de los esfuerzos de los filósofos que le precedieron, y que sus sistemas, son considerados por consiguiente como balbuceantes esfuerzos por formularla. Un ejemplo de esto se encuentra en su libro Metafísica (Met. I 3, 983b) cuando aludiendo a Tales, manifiesta que es éste el que comienza con una filosofía de principios, y afirma que el perteneciente a éste es el agua, cuestión de la que se puede dudar con mucha contundencia. Conrado Eggers Lan explica al respecto: "Lo más probable es que Tales haya estado más cerca de «los antiguos… y primeros en reflexionar sobre los dioses» que de la depurada ciencia de los principios y las causas de Aristóteles". Dicho en otras palabras, el enfoque que hace Aristóteles queda parcializado por su propia concepción de la sabiduría, ya que es él quien introduce los términos principio y elemento.
Una tarea mucho más ardua, contribución a la tarea enciclopédica emprendida por su maestro, fue la realizada por un discípulo del propio Aristóteles, Teofrasto. El método de Teofrasto consistía en analizar en libros separados los temas principales que habían ocupado la atención de los filósofos, desde Tales a Platón. Los filósofos estaban agrupado según las afinidades de sus doctrinas. Escribió según la lista que nos da Laercio dieciséis (o dieciocho) libros llamado j u s i k v d o x v n (opiniones de los físicos) los cuales más tarde fueron compendiados en dos volúmenes. Sólo subsiste en mayor parte el último de ellos. Además escribió obras especiales sobre Anaxímenes, Empédocles, Anaxágoras y (en varios volúmenes) sobre Demócrito lamentablemente perdidas.
La gran obra de Teofrasto se convirtió para el mundo antiguo en la autoridad normativa de la filosofía presocratica e ineludible fuente de las colecciones de opiniones posteriores a él. Se les llama doxógrafos a aquellos comentaristas que se nutren de esta obra.
La tradición doxográfica se separa en las siguientes líneas:
- Los doxográficos propiamente dichos, los cuales están representados por dos obras: Placita Philosophorum (opiniones de los filósofos) incluida entre los escritos que se le atribuyen a Plutarco y Eclogae Physicae de Juan Stobeo. Cicerón también debe ser considerado entre los doxógrafos ya que sólo nos da extractos de la obra de Teofrasto.
- Los doxógrafos biográficos, que se dedicaron a recolectar datos biográficos de la vida de los filósofos. Entre ellos encontramos a Hipólito con su obra Refutación de todas las herejías; los Stromateis (misceláneas) del pseudo Plutarco, citadas por Eusebio en su Preaparatic Evangélico; Diógenes Laercio y su libro de recopilaciones Diógenes Laercio.
- Las doxografías partísticas, se encuentran resúmenes doxográficos en Eusebio Teodoreto, Ireneo, Arnobio y Agustín.
Cabe recordar que se conocen muchos escritores, que, no dependiendo de la tradición directa de Teofrasto, han dedicado obras especiales a los primeros filósofos. Pese a esto, nos explica el libro Los filósofos presocráticos de Kirk y Raven que la fuente principal de información sigue siendo Teofrasto y su obra, la cual nos llega a través de lo doxógrafos.
Se le debe reconocer a Teofrasto la intención de realizar un trabajo con objetividad histórica, intención inusual e innovadora para su época.
- VERNANT, Jean Pierre, Los orígenes del pensamiento griego, Paidos, Bs. As. , 1992.
- AA.VV. , Los filósofos presocráticos, Gredos, Madrid, 1986, 2da ed.
- PORATTI, Armando R., El pensamiento Antiguo y su sombra, Eudeba, Bs. As. , 2000.
- KIRK Y RAVEN, Los filósofos presocráticos, Gredos, Madrid.
Autor:
Juan José Noldin