- La confirmación en el judaísmo (Bar Mitzvá o Bat Mitzvá)
- Mitología bíblica de la confirmación en el catolicismo
- Fuentes
La confirmación en el judaísmo (Bar Mitzvá o Bat Mitzvá)
En la religión judaica se practican tres sacramentos esenciales: Bautismo, Confirmación y Eucaristía.
Confirmación para varones (Bar Mitzvah) y para mujeres (Bat Mitzvah).
– Según la ley religiosa judía, los varones alcanzan la mayoría de edad para fines religiosos a los trece años y las mujeres a los doce años y desde entonces se convierten en miembros adultos, responsables de la comunidad y por todos sus actos y obligaciones.
– La ceremonia de incorporación tiene lugar en el templo o sinagoga el primer sábado de sus catorce o trece años.
– Ese día, por primera vez cada joven, deberá leer en la sinagoga la sección de la Torá correspondiente a ese sábado, y recibirá la bendición de un rabino.
Mitología bíblica de la confirmación en el judaísmo
El Primer Bar Mitzvá masivo
Los hijos de Israel llegaron al desierto de Sinaí al cumplirse tres meses de haber salido de la tierra de Egipto. Después de salir de Refidín, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon en el desierto. Acamparon allí, delante del monte.
El Señor llamó a Moisés desde el monte, y Moisés subió para hablar con Dios. Y Dios le dijo: «Habla con la casa de Jacob. Diles lo siguiente a los hijos de Israel: "Ustedes han visto lo que he hecho con los egipcios, y cómo los he tomado a ustedes y los he traído hasta mí sobre alas de águila. Si ahora ustedes prestan oído a mi voz, y cumplen mi pacto, serán mi tesoro especial por encima de todos los pueblos, porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y un pueblo santo. Estas mismas palabras les dirás a los hijos de Israel."»
Moisés volvió y llamó a los ancianos del pueblo, y en su presencia expuso todas las palabras que el Señor le había mandado decir. Todo el pueblo respondió al unísono: «Haremos todo lo que el Señor ha dicho.»
Y cuando Moisés refirió al Señor las palabras del pueblo, el Señor le dijo: «Voy a venir en medio de una nube espesa, y desde allí hablaré para que el pueblo me oiga mientras hablo contigo, y también para que te crean siempre.» Moisés refirió al Señor las palabras del pueblo, y el Señor le dijo a Moisés: «Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana, y haz que laven sus vestidos y se preparen para el tercer día, porque al tercer día yo, el Señor, descenderé sobre el monte Sinaí, a la vista de todo el pueblo. Tú debes poner un límite alrededor del pueblo y decirles que se abstengan de subir al monte. Ni siquiera deben tocar sus límites, porque cualquiera que toque el monte, morirá. Quien llegue a tocarlo, hombre o animal, será apedreado o traspasado por una flecha. No vivirá. Sólo podrán subir al monte cuando la trompeta dé un toque largo.»
Moisés bajó del monte al pueblo, y lo santificó, y ellos lavaron sus vestidos. Y Moisés le dijo al pueblo:
«Prepárense para el tercer día. No tengan ningún contacto con una mujer.» Al tercer día por la mañana, hubo truenos y relámpagos, y una espesa nube se posó sobre el monte, y hubo un fuerte sonido de bocina, y todo el pueblo que estaba en el campamento se estremeció. Entonces Moisés sacó al pueblo del campamento para recibir a Dios, y se detuvieron al pie del monte. Todo el monte Sinaí humeaba porque el Señor había descendido sobre él en fuego y el humo subía como de un horno, y todo el monte se estremecía en extremo. El sonido de la bocina iba en aumento, y Moisés hablaba y Dios le respondía con voz de trueno.
Entonces descendió el Señor sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte, y llamó el Señor a Moisés para que subiera a la cumbre, y Moisés subió. Y el Señor le dijo a Moisés: «Anda, baja, y sube luego con Aarón; pero ni los sacerdotes ni el pueblo deben traspasar el límite ni subir a donde estoy, para que no haga yo entre ellos ningún estrago.» (Éxodo 19:1-24).
El Primer Bar Mitzvá individual
– La primera persona judía que se convirtió en Bar Mitzvá a los 13 años fue Isaac. La Torá escribe: "Y Abraham hizo una gran fiesta ese día" (Génesis 21:8).
Objetivo del Bar Mitzvá
Es recordar a quien lo recibe, que:
– Las leyes del Torá (Torat Jaim), literalmente "instrucciones para la vida" y las mitzvot, estarán presentes en cada momento de su vida: fijando estándares para la ética comercial, la comida, hablar correctamente, honrar a los padres, e incluso ¡cómo cuidar a las mascotas!, para maximizar placer y potencial en la vida.
– El estudio de la Torá enfatiza la construcción de una base racional de creencia para poner en funcionamiento la mente, estimular el pensamiento intelectual con preguntas y debate, y así nutrir el alma.
El objetivo de todo judío es:
– Convertirse en un representante de los elevados ideales: "ama a tu vecino", "paz en la tierra", "justicia para todos", "educación universal", "todos los hombres somos creados iguales", "la dignidad del individuo" y "el valor de la vida". Todos estos conceptos definen el carácter moral de la humanidad.
– Adquirir madurez, fortalecer el orgullo por medio del conocimiento y el entendimiento, asumir responsabilidad por el mundo.
Mitología bíblica de la confirmación en el catolicismo
Confirmación del Mesías en el Antiguo Testamento
Los profetas anunciaron que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado, para fortalecerlo en la realización de su misión salvadora. "Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre él el espíritu de Yahvé: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y de temor de Yahvé " (Isaías 11, 1-2).
Confirmación de Jesús
Jesús fue confirmado cuatro veces antes de ser bautizado:
– Al nacer: Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz y buena voluntad para con los hombres! (Mt. 1.8 – 14)
– Al ser circuncidado: Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido.
Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor, para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.
Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, conforme a tu palabra; porque han visto mis ojos tu salvación, la cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
luz para revelación a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel. (M 1.8: 21 – 32)
– A los trece años en el templo de Jerusalén: "Vino Jesús a Nazaret donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollándolo, halló el pasaje donde estaba escrito: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos, para dar la vista a los ciegos, la libertad a los oprimidos, y proclamar un año de gracia del Señor". Enrollando el volumen, lo devolvió al ministro, y dijo: "Esta Escritura que acaban de oír, se ha cumplido hoy"" (Lucas 4, 16-21).
– Al ser bautizado por Juan el Bautista: Cuando Jesús fue bautizado por Juan, en el río Jordán, el Espíritu de Dios descendió sobre El, en forma de paloma. Este fue el signo de que Jesús era el que debía venir, el Mesías esperado, el Hijo de Dios.
Pero esta plenitud del Espíritu de Dios no debía permanecer sólo en el Mesías, sino que debía ser comunicada a todo el pueblo mesiánico, el pueblo de la promesa y de la alianza. Así lo había anunciado Dios por boca del profeta Ezequiel: "Les daré un corazón nuevo, infundiré en ustedes un espíritu nuevo, quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en ustedes, y haré que se conduzcan según mis preceptos, y observen y practiquen mis normas" (Ezequiel 36, 26-27).
Confirmación de los apóstoles
También Jesús, en repetidas ocasiones prometió enviar su Espíritu a sus Apóstoles y seguidores, y así lo cumplió primero el día de Pascua, y de un modo más manifiesto el día de Pentecostés. "Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas según el Espíritu Santo les concedía expresarse" (Hechos de los Apóstoles 2, 1-4)
– Llenos del Espíritu, los Apóstoles comenzaron a proclamar la resurrección de Jesús, su Maestro, y a anunciar la necesidad de convertirse y recibir el Bautismo para el perdón de los pecados.
– Después comunicaban a los convertidos bautizados el don del Espíritu Santo, mediante la imposición de las manos, para completar la gracia del Bautismo. "Al enterarse los Apóstoles que estaban en Jerusalén, de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo" (Hechos de los Apóstoles 8, 14-17).
– Esta imposición de las manos que hacían los Apóstoles sobre quienes ya habían sido bautizados, es, precisamente, el origen del Sacramento de la Confirmación.
– Para significar mejor el don del Espíritu Santo, muy pronto, se unió a la imposición de las manos, una unción con óleo perfumado, o Crisma. Esta unción ilustra el nombre de "cristiano", que tiene su origen en el nombre de Cristo, que significa "ungido".
El sacramento de la confirmación en el catolicismo
Implantación
– En la Iglesia católica apostólica romana del siglo 17 al 20 se practicó entre los dos y los siete años después del bautizo del niño. A partir del Concilio Vaticano II se podía administrar hasta la adolescencia. Actualmente de un modo general se realiza dos años después de la primera comunión, normalmente alrededor de los 11 años.
Confirmación
– Es el sacramento por el que las personas bautizadas se integran de forma plena como miembros de la comunidad católica.
– Significa afirmación, consolidación. Es el sacramento que:
– Da la madurez para poder llevar una vida cristiana más perfecta, más activa,
– Suministra la fortaleza para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra.
– La persona acepta ser soldado de Cristo, es decir: ser leal a Él, propagar y defender su fe y extender su reino.
– Da la capacidad y el valor para defender la fe y transmitirla.
– Da entrada al reino del cielo.
Consiste en la imposición de manos por un obispo para que la persona reciba el Espíritu Santo: "Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo" (Hechos de los Apóstoles 8, 17)
Desarrollo del rito
– El rito católico actual se desarrolla, dentro de la celebración de la misa, después del sermón u homilía. El ministrante (obispo o uno de sus vicarios):
Primero. Lee la renuncia al mal y al pecado, y la profesión de fe.
Segundo. Impone a cada candidato las manos.
Tercero. Le unge con óleo consagrado, llamado Crisma, en la frente mientras dice la frase ritual: Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo. Para ello, en presencia de un padrino cuando se trata de un niño, o de una madrina en el caso de una niña: hacen una cruz en la frente del confirmando, con el aceite bendecido el jueves santo; le imponen las manos sobre la cabeza mientras dicen las palabras: recibe por esta señal el don del Espíritu Santo; y le dan una suave cachetada en la mejilla.
Cuarto. Concluye el rito con un saludo de paz al confirmado, quien ya es miembro consumado de la Iglesia. Luego sigue la misa como de costumbre.
El crisma, se prepara con aceite de oliva mezclado con perfume. No se admite aceite animal o mineral.
– El ministro o ministrante ordinario de la confirmación es el Obispo, o el presbítero dotado de esta facultad.
– El confirmando debe encontrarse en estado de gracia, es decir, sin pecado mortal.
– El confirmado queda fortalecido con los siete dones del Espíritu Santo: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios, para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra, capaz de defender su fe y de transmitirla.
– La cruz en la frente será el símbolo que recordará al confirmado, durante todos los momentos de su vida, que es un soldado de Cristo.
– El aceite bendecido o crisma es aceite de oliva mezclado con algún perfume y consagrado por el Obispo el día del Jueves Santo. No se admiten aceites animales o minerales. Desde la antigüedad se han utilizado los aceites esenciales y vegetales para muchas ceremonias y curaciones y como símbolos de abundancia y plenitud.
– La imposición de las manos sobre la cabeza, el medio con el cual entra el Espíritu Santo en la vida del confirmado.
– La suave cachetada, un recuerdo de que antiguamente se confirmó durante algún tiempo, a un soldado o caballero, mediante un ligero corte con espada en la mejilla.
– El padrino, que debe ser una persona confirmada, será el testigo y responsable de que su ahijado cumpla con las obligaciones que le impone el sacramento de la confirmación:
* Procurarse una buena cultura religiosa para defender su fe católica contra sus enemigos.
* Actuar siempre como un apóstol y soldado valiente de Cristo. Propagar y defender su fe.
* Mantenerse santo, es decir sin pecado, es decir, en la gracia de Dios conferida por el sacramento recibido.
Requisitos para poder ser confirmado:
a) Tener uso de razón, esto es, tener edad suficiente para pensar y decidir.
b) Profesar la fe católica y estar bautizado.
c) Querer recibir el sacramento.
d) Estar en gracia de Dios, es decir, no tener pecado alguno.
e) Estar preparado para ser testigo y soldado de Cristo.
f) La presencia de un padrino, o una madrina.
Sanciones
Comete pecado mortal quien deja de recibir la confirmación conscientemente.
http://es.wikipedia.org/wiki/
http://www.aishlatino.com/e/cdv/Bar-Mitzva-Todo-lo-que-necesitas-saber.html
http://www.laverdadcatolica.org/F14.htm
www.slideshare.net/religioniesaguadulce/los-7-sacramentos
Enviado por:
Rafael Bolívar Grimaldos