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Formación ética de estudiantes de Derecho. Pensamiento martiano


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Tratamiento teórico y conceptual del tema
    3. Fundamentación Teórica del Sistema de Acciones
    4. Propuesta de un sistema de acciones con enfoque disciplinar para contribuir a la educación en valores desde en la carrera de Derecho, de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas
    5. Conclusiones
    6. Bibliografía

    "Sistema de acciones didácticas para la formación ética de los estudiantes de Derecho a través de del pensamiento ético martiano"

    Resumen

    La formación integral de un profesional competente es uno de los retos de la universidad cubana actual. El proceso de formación de las competencias y habilidades profesionales en los estudiantes, constituye un dinámico proceso orientado en diferentes vertientes, para lograr un egresado con un amplio dominio de sus funciones y roles ante la sociedad. El tratamiento de la ética, la moral y la ideología del estudiante en formación, ha sido enfocado desde hace una década en función lograr una concepción más humanista y dialéctica de la realidad cubana actual.

    El encargo social de la universidad contemporánea va más allá de lograr un profesional técnicamente competente, la sólida formación ética y la consolidación de los valores humanos constituye uno de los fines más importante del proceso docente educativo en el nivel superior. La educación superior cubana, ha visto con agrado la formulación de estrategias educativas para lograr incidir en los valores del ser humano, sean propios o no de la profesión en la que se forma.

    La universidad pinera en medio de la Batalla de Ideas librada contra el hegemónico e imperialista orden mundial y una de las superpotencias más lesivas a los canones morales, se ubica en la vanguardia de la labor educativa en este sentido.

    A través del ideario y la vida de José Martí, proponemos un sistema de acciones didácticas para los estudiantes de primer año de la carrera de Derecho en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas, con el objetivo de potenciar los valores éticos, estéticos y morales. El diseño de este sistema de acciones didácticas, orientadas en función del colectivo de año y el trabajo con el sistema de atención tutelar parte de una concepción curricular, extensionista y metodológica.

    Introducción

    El encargo social atribuido a la universidad cubana actual se manifiesta en la formación de un profesional competente que pueda realizar un uso adecuado racional y científico de las nuevas tecnologías de la ciencia y la técnica. El proceso de formación de las habilidades y competencias profesionales, cargado de exigencias educativas sostiene como una tendencia generalizada en nuestra región, el acercamiento a formas y métodos más personalizados de instrucción. Los diseños de sistemas de acciones educativas, se acercan cada día más a la enseñanza con incidencia sobre la zona de desarrollo próximo, la inteligencia afectiva, los perfiles basados en la auto-aprehensión del conocimiento, y el tratamiento educativo de los valores a través de la enseñanza de procesos históricos.

    El proceso de formación de valores constituye uno de los fenómenos más observados por la ciencia en la última década. La preocupación de psicólogos, sociólogos y pedagogos está en concebir el modelo ideal para incidir sobre los valores de los jóvenes que se forman como los profesionales del futuro. Esto ha conducido a la proliferación de concepciones, enfoques científico-conceptuales, métodos de acción y estrategias, casi todas coincidiendo en utilizar los procesos históricos o las personalidades más trascendentes de estos cómo vehículos para la consecución del fin supremo: educar en valores hacia una concepción más humanista y científica del mundo.

    El colectivo de profesores de primer año de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas a tono con las exigencias actuales, se propuso diseñar un sistema de acciones didácticas, para potenciar el desarrollo de los valores ético-morales de los estudiantes del año.

    El Partido Comunista de Cuba, el 26 de Octubre de 2006 formuló un Programa Director para el reforzamiento de valores fundamentales en la sociedad cubana actual. Este programa constituye uno de los documentos básicos sobre los que el sistema propuesto se erige, el cual constituye una respuesta a las necesidades educativas formuladas para la educación superior en la Isla de la Juventud.

    Capítulo 1 Tratamiento teórico y conceptual del tema

    El problema del desarrollo de la conciencia social como reflejo y valoración en los hombres de la realidad naturosocial de cada época en forma de un conjunto de ideas, conceptos, nociones, creencias, tradiciones, juicios, no puede verse aislado de sus manifestaciones por medio de la conciencia individual.

    La conciencia individual es el reflejo que hace el hombre de toda su existencia en las condiciones peculiares que le corresponde vivir; su contenido se manifiesta en su conducta, en su práctica social y en su relación individuo-sociedad. Esta relación está íntimamente vinculada a la interacción entre el conjunto de ideas, principios, juicios, normas, creencias, costumbres, tradiciones, sentimientos, que tiene el hombre a partir de su reflejo personal de las relaciones y condiciones sociales en que existe (conciencia individual) y aquellos que configuran la conciencia social. Esta confrontación tiene un carácter orientador-regulador de la conducta y posibilita la actividad valorativa del hombre.

    Dentro de la conciencia social e individual, la moral desempeña un papel fundamental y "es un reflejo de las condiciones en que vive el hombre a partir de la formación histórica de relaciones entre sí y de las actitudes y conductas en el transcurso de sus vidas, en forma de principios, normas, sentimientos valorativos y representaciones sobre el bien, el mal, el deber, que en su conjunto regulan y orientan la elección moral y la conducta de los individuos".5

    La moral se expresa por medio de normas que constituyen "modelos de comportamiento socialmente generalizados que actúan como punto de vista referencial a cada conducta individual"4 y es la opinión pública, el mecanismo regulador y controlador de su cumplimiento.

    Partiendo de lo anteriormente expresado, puede comprenderse entonces que la observancia de estas normas está profundamente vinculada al desarrollo de la autoconciencia, de la autovaloración, de las emociones, de las convicciones, de la voluntad y de la configuración de una escala de valores. Todos estos elementos constituyen mecanismos funcionales de la conciencia moral (Chacón Arteaga N. Folleto de ética moral y valores en el mundo de hoy. ISPEJV, La Habana, 1996), y su desarrollo es parte del contenido de la educación, en su sentido más amplio, y del cumplimiento de sus funciones sociales. La educación como transmisora de la cultura de generación en generación, es determinante en el control de la sociedad y de sus tendencias de desarrollo y por consiguiente, en la conservación y transformación social.5

    En especial, la función ideológica y socializadora de la educación que tiene que ver con la integración del hombre a la sociedad y en particular a la actividad productiva, actúa esencialmente en la conciencia del individuo a partir de la formación de convicciones y de la configuración de una moral profesional y de una cultura laboral.

    Como expresan varios autores, la aparición de una moral profesional está vinculada históricamente a la división social del trabajo, y este hecho, destaca las peculiaridades de cada especialidad.6

    La existencia de una moral profesional justifica que puede hablarse de una ética profesional, que puede ser identificada con un "sistema de conceptos, ideas, principios que son elaborados por determinadas instituciones o personas especialmente encargadas de tal fin, con el objetivo de contribuir al desarrollo de cierta conciencia moral y regular de alguna manera la conducta de los que ejercen esa profesión".6

    El ejercicio de cada profesión en particular se sostiene en la práctica de una serie de normas (escritas o no) que regulan la relación del sujeto profesional con otros sujetos a los que presta algún servicio (directa o indirectamente), con sus colegas y con el medio social o natural en general.

    En particular muchas profesiones tienen sus códigos de ética en los cuales se recogen las normas que rigen la conducta profesional. Por medio de ellos se pueden conocer las exigencias que conforman el "deber ser" de cada profesional, no solo como lo predominante sino como lo mejor, con lo cual se asegura la pertinencia de la actuación y la tendencia al progreso moral.

    Entre las profesiones que tienen códigos éticos más antiguos, y que han evolucionado hasta nuestros días, está la profesión jurídica.

    Partes: 1, 2
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