- Legitimidad y diacronía en los fines de la enseñanza media uruguaya
- El caos nos da la oportunidad
- Propuesta de revisión. Decálogo analítico de la praxis
- Conclusiones
- Bibliografía
"Un problema muy importante ( )[1]es que la escuela sigue siendo una escuela para pocos" [2]
Legitimidad y diacronía en los fines de la enseñanza media uruguaya
Una vez quebrado el statu quo del "Estado-nacional-liberal", deben precisarse los fines de la institución que antes "instruía" al ciudadano, léase, "la escuela" en todos sus ciclos.
La escuela como una máquina que produce clones, no cautiva. Con su abandono, los adolescentes, cuestionan, ni más ni menos, al dispositivo mandatado políticamente para construir subjetividad. En este sentido sostienen Corea y Lewkowicz: "Para ser ciudadano en un Estado nación hay que saber delegar la soberanía. ( ) Y para poder delegar, el ciudadano tiene que estar educado"[3]
El estudio diacrónico de los fines educativos en Uruguay, muestra un cambio paradigmático. De la noción de seres como objeto del derecho, se ha transitado hacia la noción del estudiante como sujeto. La ley orgánica de Secundaria del año 1935, asignaba como "fin esencial la cultura integral de sus educandos:"Tenderá a la formación de ciudadanos conscientes de sus deberes sociales. "Será continuación de la enseñanza primaria y habilitará para estudios superiores"[4] ; imponiendo un orden de obediencia, propedéutico.
Setenta y tres años después, la Ley General de Educación, Nº 18.437[5]subraya en su artículo 13: "La política educativa nacional tendrá en cuenta los siguientes fines: A) Promover la justicia, la solidaridad, la libertad, la democracia, la inclusión social, la integración regional e internacional y la convivencia pacífica. B) Procurar que las personas adquieran aprendizajes que les permitan un desarrollo integral relacionado con aprender a ser, aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a vivir juntos. Para ello, la educación deberá contemplar los diferentes contextos, necesidades e intereses, para que todas las personas puedan apropiarse y desarrollar los contenidos de la cultura local, nacional, regional y mundial. C) Formar personas reflexivas, autónomas, solidarias, no discriminatorias y protagonistas de la construcción de su comunidad local, de la cultura, de la identidad nacional y de una sociedad con desarrollo sustentable y equitativo. D) Propender al desarrollo de la identidad nacional desde una perspectiva democrática, sobre la base del reconocimiento de la diversidad de aportes que han contribuido a su desarrollo, a partir de la presencia indígena y criolla, la inmigración europea y afrodescendiente, así como la pluralidad de expresiones culturales que enriquecen su permanente evolución. E) Promover la búsqueda de soluciones alternativas en la resolución de conflictos y una cultura de paz y de tolerancia, entendida como el respeto a los demás y la no discriminación. F) Fomentar diferentes formas de expresión, promoviendo la diversidad cultural y el desarrollo de las potencialidades de cada persona. G) Estimular la creatividad y la innovación artística, científica y tecnológica. H) Integrar el trabajo como uno de los componentes fundamentales del proceso educativo, promoviendo la articulación entre el trabajo manual e intelectual"; se habilita un orden de autonomía, de formación ampliada.
La evolución del pensamiento uruguayo queda así expuesta. No obstante, la ley ha precedido al cambio en la praxis. Los datos del Monitor Educativo dan cuenta del obstáculo para llegar a los jóvenes con el actual encuadre pedagógico. El fracaso de la Educación Pública implica un gran fracaso nacional, fundamentalmente, porque compromete el futuro al colaborar en la polarización y fragmentación social. Si queremos aspirar al desarrollo LA EDUCACIÓN necesita cambiar los modelos pedagógicos e institucionales; esto no implica mudar el contenido de las unidades curriculares, ni enunciar otro plan de estudios; implica visualizar como plasmar los fines legales, en un país, que ya no tiene tiempo para perder en este campo.
En 1967, coincidiendo con la declaración de obligatoriedad de la Enseñanza Media en Uruguay, se escribía en Italia: "Estudiantes de Escuela de Barbiana. Carta a una profesora"[6]; la obra narra, desde la mirada de los alumnos, contradicciones del ámbito educativo. Tomamos uno de los relatos: "Una colega suya de Secundaria (una señora joven muy sencilla, que en primero aplazó a 10 de los 28 alumnos ( ) nos replicó: "Yo no los eché, yo simplemente los eliminé. Si los padres no se encargan de hacerlos volver, peor para ellos".
El testimonio conserva triste vigencia. Del total de adolescentes que ingresaron al Consejo de Educación Secundaria, en el año 2009, (106.028) a nivel país, no lograron promover al final del año lectivo: 33 929, ¡32 % promedio! [7]
La realidad departamental muestra resultados diversos entre sí. ¿Por qué en el Departamento de Colonia la cifra de fracaso estudiantil se reduce al 18 % y en Rivera sube al 33%? ¿Se relaciona con el P.B.I. y la distribución del ingreso?; ¿con las mentalidades y sus herencias migratorias?; ¿con la distribución geográfica de instituciones liceales? ¿Con los enfoques de sus directores y docentes?
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