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El modelo agroexportador y la inmigración en Argentina

Enviado por Braian RV


  1. Inmigración actual al territorio argentino
  2. Breve conclusión
  3. Anexo
  4. Bibliografía

En el presente trabajo nos concentraremos en algunas cuestiones relevantes para la historia económica, política y social de nuestro país en el período presentado. Para ello nos detendremos en los aspectos más sobresalientes de la época tales como las modificaciones en las estructuras sociales, en un contexto internacional asignado por el predominio del librecambio y la división internacional del trabajo.

En ese sentido, es necesario comprender el significativo papel de la inmigración, es decir, la entrada a un país de personas que nacieron o proceden de otro lugar, (que representa una de las dos opciones o alternativas del término migración, que se aplica a los movimientos de personas de un lugar a otro y estos desplazamientos conllevan un cambio de residencia bien sea temporal o definitivo) factor que hizo posible, además de la tenencia de tierras y el flujo de inversiones extranjeras, la puesta en marcha de un modelo económico orientado en función de la producción y exportación de alimentos de clima templado a cambio de la importación de bienes industriales. Este último es el denominado modelo agroexportador.

Hacia 1860, se implementa un plan de crecimiento basado en un modelo Agro-exportador en donde la Pampa Húmeda convenientemente explotada podría cubrir las expectativas de un futuro próspero para la Argentina. Pero la escasez de mano de obra en la zona pampeana planteaba un obstáculo para iniciar la explotación de las tierras. El problema no podía resolverse esperando el crecimiento vegetativo de la población existente, y la población de otras regiones del país también era escasa y se caracterizaba por su inmovilidad. Entonces para solucionar este problema y lograr una efectiva producción, era necesario fomentar la inmigración.

Con este propósito, el Estado realizó una activa propaganda ofreciendo seguridades: paz interna y posibilidades de trabajo. En un principio se les daba facilidades a los inmigrantes, pero no se les garantizaba la posesión de las tierras que trabajaban. La situación comenzó a regularizarse en 1875, cuando se creó la Comisión general de Inmigración, y, en 1876 se dicto la ley Nº 817, llamada Ley de Inmigración y Colonización.

Esta ley, también conocida como ley Avellaneda, le otorgaba al inmigrante derechos civiles, al igual que garantías pero prácticamente carecían de derechos políticos. Otra manera de atraer inmigrantes agricultores fue subvencionando pasajes y enviando a agentes a las principales ciudades europeas para que contrataran la venida de inmigrantes, a fin de modernizar económica y socialmente a la Argentina. Además, Sarmiento intentó por diversos medios estimular la agricultura y la industria y dio renovado impulso al tendido de las vías férreas; en consecuencia, se multiplicaron los caminos y las comunicaciones por barco se regularizaron y se volvieron más frecuentes, el tendido de líneas telegráficas progresó a gran velocidad, ésto fue muy positivo para las inmigraciones. También se ve reflejada el fomento de la inmigración en la Constitución Nacional del año 1853, sobretodo en el artículo 25[1]

Para lograr su atracción era necesario asegurarles estabilidad y seguridad jurídica, principios jurídico-políticos como la libertad de cultos, la secularización de la vida social (registro y matrimonios civiles, escuelas públicas no confesionales), entre otras.

Para Alberdi, la llegada de inmigrantes europeos seria productivo y de gran avance para la sociedad ya que no solo nos ofrecería mano de obra si no también nos traería de Europa sus hábitos de industrias, sus prácticas de civilización y su "espíritu nuevo". Más para civilizar por medio de la población es preciso hacerlo con poblaciones civilizadas.

Los inmigrantes dejaron sus países por falta de empleo, por las dificultades que enfrentaban para poder sobrevivir y además a fines del siglo XIX y principios del XX, en Europa se sucedieron guerras y crisis políticas y económicas que obligaron a muchos de sus habitantes a emigrar. La decisión de migrar estuvo relacionada con las expectativas de mejorar el nivel de ingresos y lograr una mejor posición social. Éstos encontraron un país con inmensos recursos naturales, pero tuvieron que trabajar muy duro para lograr sus expectativas.

Muchos inmigrantes, poco después de bajar de los barcos, se instalaron en la región del Litoral, la más dinámica desde el punto de vista económico y la que podía ofrecer mayores posibilidades de ascenso social; allí se fundaron las primeras colonias. En estas regiones, la activad agricolo-ganadera recibía un fuerte impulso por la expansión del ferrocarril y la apertura de los puertos.

Los inmigrantes que llegaron con la esperanza de convertirse en propietarios de tierras para cultivo, no lo lograron. Las mejores tierras para la producción eran propiedad de los grandes terratenientes. Algunos inmigrantes se convirtieron en aparceros o arrendatarios, pero la gran mayoría se quedo en la ciudades y se emplearon como trabajadores asalariados en diversas actividades económicas urbanas. Aquellos que llegaron con algún capital, lograron establecerse con un pequeño comercio o montaron su propio taller.

Entre 1895 y 1914 el país experimento un proceso de intensa urbanización y el enorme crecimiento de las grandes ciudades. Pero este proceso de rápida urbanización no fue resultado del desarrollo de un paralelo proceso de industrialización.

Hacia fines del siglo XIX, la mayor parte de la población argentina estaba compuesta en gran parte por inmigrantes. Italianos, españoles, turcos, judíos, entre otros, habían venido a la Argentina a "hacerse la América".

Entre 1850 y 1930 la Argentina recibió más de 6 millones de personas, de éstos casi cuatro millones se establecieron en el país definitivamente.

La mayoría venían de Europa (Italia, España y Francia) de las áreas rurales; mayoritariamente hombres de 15 y 65 años sanos. Algunos solos con la promesa de volver ("Inmigrantes Golondrinas") y otros de aventuraban con sus familias. Algunos volverían y otros se desvinculaban para siempre. Argentina pasó de 1.800.000 hab.  en 1869, donde el 12% eran inmigrantes  a 7.800.000 en 1914, siendo el 30% extranjeros. El mayor porcentaje de inmigrantes era de españoles e italianos, pues eran los que mejores se adaptaban a las condiciones de este país. En realidad se deseaba atraer la atención de gente más calificada y con estudios profesionales, por lo que se establecieron oficinas en países como Inglaterra, Alemania y Francia, para fomentar la migración de ese tipo de gente.

La inmigración provoco en Argentina una profunda transformación de la sociedad. No solo por el hecho de que la totalidad de los habitantes paso a estar integrada por un alto porcentaje de extranjeros, que en 1924 llego al 29,9%, sino también porque buena parte de estos se mezclo con la población nativa por medio de lazos matrimoniales.

En donde la influencia de la inmigración fue decisiva y exclusiva fue en la organización del movimiento obrero. Hasta el arribo masivo de los inmigrantes europeos, a partir de 1880, los sindicatos eran prácticamente inexistentes, con excepción del sector grafico. Fue la irrupción de los extranjeros en las actividades laborales, muchos de ellos anarquistas y socialistas perseguidos en sus países de origen, la que determino el despertar de la conciencia gremial de los trabajadores en Argentina y se convirtió en la causa principal de la constitución de las primeras asociaciones obreras, lo que generó una política discriminatoria que llevó a generar leyes como la Ley de Residencia de 1902.

A la inmigración también se le debe la formación de la clase media argentina, que hasta 1880 era prácticamente inexistente: muchos hijos de inmigrantes egresaron de las universidades, otros se dedicaron a las actividades comerciales o industriales y de servicios y, en conjunto, conformaron la numerosa clase media, que también fue un factor decisivo para la transformación política de nuestra nación.

Inmigración actual al territorio argentino

En la actualidad la migración se produce en función del disbalance entre países de origen y receptores; proviene de países con economías en recesión y posee, básicamente las características de mano de obra de baja calificación. La migración reciente está formada básicamente por migrantes limítrofes o latinoamericanos; que parte de un fenómeno social vinculado a la pobreza. La Argentina ha sido tradicionalmente un país receptor de población migrante. Tanto las poblaciones que provenían de Europa, como las latinoamericanas representaron siempre una contribución positiva para superar los cíclicos desajustes del mercado de trabajo.

La población proveniente de países limítrofes representa el 60%, mientras que el 8% llega del resto de América latina, principalmente del Perú. Según los especialistas, este fenómeno se acentuó durante los años de la convertibilidad, ya que un trabajo en la Argentina garantizaba un ingreso en dólares mucho más alto que el que se ofrecía en cualquier otro país de la región.

"La Argentina sigue siendo un país de inmigrantes, como tradicionalmente lo ha sido. Lo que ha cambiado es la composición migratoria", afirmó Mario Santillo, del Centro de Estudios Migratorios 

Breve conclusión

La inmigración masiva transformó profundamente la estructura demográfica del país, la población se duplicó, y en pocos años hubo un fuerte predominio de extranjeros que se instalaron en los centros urbanos del litoral.

Si bien todo el continente americano recibió inmigrantes, ninguno tantos como Argentina, si lo relacionamos con su población local. Las ciudades y los campos fueron profundamente modificados por hombres de otras culturas, hoy ningún aspecto de la vida cotidiana puede desligarse de ello. La manera de hablar, de amar, de hacer amigos, la comida, la música, la política, la educación de los hijos, el deporte, los juegos, los gestos, la religión, todo está teñido de su presencia.

La identidad nacional se construyo sobre nuevas bases; la historia Argentina se hizo con los inmigrantes.

Para crecer como un país agro exportador fueron necesarias las obras de Infraestructura como puertos, vías férreas, edificios públicos y privados. La escasez de mano de obra, un factor determinante a la hora de poner en marche el modelo agroexportador, fue solucionado con la inmigración, trabajadores proveniente en su gran mayoría de Europa.

Anexo

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Bibliografía

  • Alonso, María Ernestina; Elisalde, Roberto Mario; Vázquez, Enrique Carlos: Distoria Argentina y del mundo contemporáneo, C. Economía y sociedad hacia mediados del siglo XIX, España, Aique, 2001.

  • De la vega, Julio Cesar: Consultor de historia Argentina, Inmigración. Bs. As., Ediciones Delma, 1994.

  • Diario La Nación., "Inmigración Actual" [EN LINEA] < http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=639940> [CONSULTA 22/04/10]

  • Historia 3ro, La Argentina de la Inmigración, Bs. As., Santillana, 1992.

  • Jáuregui, Aníbal Pablo; Gonzales, Alba Susana; Fradkin, Raúl Osvaldo; Bestene, Jorge Omar:

  • Planeta Sedna., "El Modelo Agroexportador" [EN LINEA] [Consulta: 21/04/10]

  • Raffin, Marcelo., Melo, Adrián., Zimerman., Derechos Humanos y Ciudadanía., Ed. Tinta Fresca, 2007

  • Saborido Jorge., Historia argentina y latinoamericana ., Ed. Puerto de Palos, 2005

  • Wikipedia, la enciclopedia libre., "El modelo agroexportador" [EN LINEA] [CONSULTA 22/04/10]

  • Wolf, Ema; Patriarca, Cristina: La gran Inmigración, Leyes y política inmigratoria. Bs. As., Sudamericana Joven, 1997.

 

 

 

Autor:

Braian RV

[1] ?El Gobierno federal fomentar? la inmigraci?n europea; y no podr? restringir, limitar ni gravar con impuesto alguno la entrada en el territorio argentino de los extranjeros que traigan por objeto labrar la tierra, mejorar las industrias, e introducir y ense?ar las ciencias y las artes?.