VALOR NUTRICIONAL:
Su contenido de agua es elevado. Destaca su contenido de hidratos de carbono, entre los que predominan la glucosa y fructosa. Es pobre en grasas y proteínas, pero dado su alto contenido de azúcares, su valor calórico es entre moderado y alto. Respecto a otros nutrientes, destaca su contenido de potasio y vitamina C. El potasio, es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. La vitamina C interviene en la formación de colágeno, huesos y dientes, glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro de los alimentos y la resistencia a las infecciones. Además, la vitamina C cumple una función antioxidante. Su aporte de fibra mejora el tránsito intestinal y beneficia a múltiples alteraciones y enfermedades.
TABLA DE COMPOSICIÓN NUTRICIONAL (por 100 g de porción comestible)
Energía (Kcal) | Agua (mL) | Hidratos de carbono (g) | Fibra (g) | Potasio (mg) | Fósforo (mg) | Calcio (mg) | Ácido fólico (mcg) | Vit. C (mg) |
81 | 73,5 | 20 | 1,9 | 264 | 20 | 30 | 14 | 18 |
El fruto del chirimoyo es rico en grasas, proteínas, sales minerales y vitamina A. Tiene un contenido calórico significativo, dado que la mayoría de los frutos tienen un Brix superior a 20º.
Valor nutricional de la chirimoya en 100 g de pulpa | |
Agua (%) | 75.7 |
Carbohidratos (%) | 22.0 |
Fibras(%) | 1.8 |
Proteínas (%) | 1.0 |
Cenizas (%) | 1.0 |
Grasas (%) | 0.1 |
Fósforo (mg) | 47.0 |
Calcio (mg) | 24.0 |
Hierro (mg) | 0.4 |
Vitamina A (U.I.) | 10 |
Tiamina (mg) | 0.06 |
Riboflavina (mg) | 0.14 |
Niacina (mg) | 0.75 |
Ácido ascórbico (mg) | 4.30 |
Calorías (cal) | 81.0 |
VENTAJAS E INCONVENIENTES DE SU CONSUMO:
Por su apariencia, propiedades nutritivas y sabor, su consumo es muy adecuado para los niños (teniendo cuidado con las semillas), los jóvenes, los adultos, los deportistas, las mujeres embarazadas o madres lactantes y las personas mayores. Su contenido de fibra le confiere propiedades laxantes. Además, por su aporte de azúcares, riqueza en potasio y bajo aporte de sodio, resultan muy recomendables para aquellas personas que sufren de hipertensión arterial o de afecciones de vasos sanguíneos y corazón. En caso de diabetes u obesidad, conviene escoger frutas de pequeño tamaño, por su contenido de hidratos de carbono y valor energético. Su contenido de potasio, deberán tenerlo en cuenta las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas especiales controladas en este mineral.
CONSERVACIÓN:
Las chirimoyas tienen el inconveniente de que no se conservan durante mucho tiempo y que requieren de una manipulación muy cuidadosa. Deben encontrarse protegidas, ya que su piel es muy sensible al tacto y se vuelve negruzca fácilmente. Sin embargo, se pueden consumir sin ningún problema aunque la piel adquiera dicha coloración oscura y ceda ligeramente al presionarla. Conviene consumirlas cuando están completamente maduras, lo cual se consigue a los 5-6 días de su recolección, cuando se las mantiene a temperatura ambiente, sobre una superficie no muy fría, preferiblemente en cesta de cáñamo o una madera ligera. Hay que evitar guardarlas en la nevera, pues se interrumpe su maduración. En caso de mantenerlas en la nevera para poder tomarlas frías, ha de ser únicamente durante el tiempo justo
El producto se define como los frutos del Chirimoyo (Annona Cherimola mill.). Las variedades de chirimoyas cultivadas en la zona proceden exclusivamente de variedades autóctonas, de las cuales Fino de Jete representa el 95% de la superficie de cultivo. La otra variedad que sólo representa un 5 por ciento es la Campas.
La variedad Fino de Jete es una selección clonal (multiplicada vía agámica, por injerto) realizada por los agricultores del Valle del Río Verde desde principios del siglo XX, a partir de diversos genotipos obtenidos a partir de semillas, que abundaban por la zona del cultivo. La selección la realizaron los agricultores teniendo en cuenta la calidad del producto (sabor dulce) y la piel lisa, que facilitaba su comercialización.
LUGAR DE ORIGEN, DISTRIBUCIÓN Y PRODUCCIÓN ACTUAL
La chirimoya es originaria de una zona que corresponde en la actualidad al sur del Ecuador y el norte del Perú. La provincia de Loja y el llamado valle sagrado de Vilcabamba, en el Ecuador (California Rare Fruit Growers Association, 1996), son los probables centros de biodiversidad. En el valle de Vilcabamba todavía subsisten rodales silvestres de chirimoya. El árbol y a se había extendido hacia el sur de México, América Central y la parte septentrional de América del Sur cuando lo conocieron los conquistadores en el siglo XVI. Sin embargo, no fue hasta el siglo XVIII cuando las semillas de la chirimoya llegaron a España y Portugal, desde donde pasaron a Italia, Egipto y Palestina, y finalmente al resto del mundo.
El fruto se cultiva principalmente en el Mediterráneo (Popenoe et al., 1989; Anderson y Richardson, 1990; Sanewski, 1991). España es el principal productor mundial de chirimoya, con unas 3 600 ha cultivadas en el sur del país, que en 1991 produjeron 20 000 toneladas de fruta (Sanewski, 1991).
La chirimoya está considerada como un cultivo importante en Chile, donde se cultiva en una superficie de alrededor de 1000 ha para los mercados internacionales, principalmente los Estados Unidos, el Japón y diversos países latinoamericanos (Gardiazabal, 1999). La fruta también se produce a escala comercial limitada en la Argentina, Bolivia, el Ecuador, México y el Perú (Sanewski, 1991), y reciente mente también se ha empezado a cultivar en Colombia y el Brasil.
En los Estados Unidos, se cultiva en el sur de California desde 1871; las 120 ha cultivadas de Carpintería producen 1 000 toneladas anuales para los mercados nacionales y de exportación (Grossberger, 1999 y comunicación personal). La demanda supera ampliamente a la oferta en todos los mercados de los Estados Unidos, pues la mayor parte de la fruta nunca sale de California, que es el único estado productor. Los principales costos de mano de obra corresponden a la poda, la polinización, la lucha contra las hormigas y termitas, el riego y la recolección. Fuera de Europa y las Américas, la chirimoya se cultiva en África central (y de forma experimental en Sudáfrica), Tailandia, Indonesia, Australia y, recientemente, en Nueva Zelanda (Rasai, George y Kantharajah, 1995). Por lo general, los precios, tanto al por mayor como al detalle, son elevados, pero los costos son altos y las importantes pérdidas debidas a las heladas y la rajadura de las frutas son un problema habitual. En Sudáfrica hay que contar además con la amenaza de la mosca de la fruta.
Pese a estos ejemplos de cultivo comercial, lo cierto es que la mayor parte de las chirimoyas que se consumen o se venden proceden de plantas silvestres o cultivadas en huertos familiares. En particular, es un importante cultivo doméstico en Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Sólo en Chile, España y los Estados Unidos se pueden encontrar plantaciones de chirimoyas.
Las chirimoyas se consumen como fruta fresca. Son muy delicados y es necesario dejarlas madurar. La forma de saberlo es presionar un poco con un dedo la piel y si cede es que está madura. La manera de comerla es partirla por la mitad (quitar el pedúnculo central que amarga) y con una cucharilla ir comiendo la pulpa, tener cuidado de no comer la piel de la chirimoya. Son muy nutritivas, poseen proteínas, calcio y fósforo. También se pueden consumir en helados y mermelada.
FACTORES RELATIVOS A LA COMERCIALIZACIÓN
La mayor parte de los problemas que se han enumerado hasta el momento están relacionados con la producción en pequeña escala. Si la producción de chirimoya no permite a las familias obtener unos ingresos de los que puedan disponer libremente, su introducción en las zonas de escasos recursos no podrán ser socialmente sostenibles. Sin embargo, para aumentar los ingresos agrícolas, es necesario conseguir una mayor producción y productividad utilizando procedimientos adecuados de comercialización. Las deficiencias en materia de comunicaciones, transporte y procesos de comercialización hacen difícil, cuando no imposible, que los campesinos puedan aprovechar las oportunidades del mercado. La mejora de los mercados y de sus servicios (almacenamiento, transporte, etc.) es indispensable para fomentar el comercio de productos agrícolas y no agrícolas. La producción de chirimoyas de América del Sur podrá destinarse a los mercados americanos, europeos y japoneses si se cumplen estas condiciones v se adoptan los sistemas apropiados.
A medida que comienza a ser más conocida, la chirimoya es objeto de una mayor atención por parte de los investigadores, cultivadores y consumidores de un gran número de países (Grossberger. 1999). Probablemente, la comercialización de la chirimoya se organizará en torno a una red de intermediarios mayoristas que introducirán, desarrollarán y crearán mercados para la chirimoya como una fruta especial. Otra clave para el éxito es conseguir una colaboración estrecha entre productores y vendedores (Caplan, 1996; Van Damme, 1998). A través de los sistemas de cultivadores contratados, los productores y/o grupos de productores se garantizan la venta segura de su producción y obtienen insumos y asesoramiento de los comerciantes. Al comienzo, los productores podrían consignar las chirimoyas al comerciante, que les pagaría a la venta del producto.
Sea cual fuere el cauce elegido, será necesario elaborar una estrategia apropiada de envase y comercialización y para ello los productores individuales y las cooperativas de producción deberán aglutinarse en América del Sur para formar estructuras que permitan garantizar la producción en el momento preciso y a unos precios razonables, y establecer vínculos con empresas o asociaciones de mayoristas en los países del norte. Estas estructuras deberían garantizar también un precio justo a los productores e intermediarios, quizá por conducto de organizaciones comerciales equitativas. Sería deseable que los comerciantes al por menor también cooperaran y establecieran estrategias comunes de comercialización en los diferentes países y continentes.
El desarrollo comercial de la chirimoya podría verse limitado a corto plazo por la escasez de producción, porque su ampliación puede plantear importantes riesgos financieros a los productores y porque la zona productiva es limitada por efecto de las variedades y técnicas de cultivo que se conocen actualmente. La investigación deberá ampliar el número de zonas productivas potenciales mediante el desarrollo de nuevas variedades. La localización de las zonas idóneas para efectuar unas inversiones que resulten financiera, ecológica y socialmente sostenibles puede ser considerada como un primer paso crucial para ofrecer incentivos y conseguir que la producción en pequeña escala sea una parte viable de una economía rural en crecimiento. Lo más conveniente sería que el cultivo de las chirimoyas se hiciera con cantidades reducidas de insumos y con variedades mejoradas que permitieran conseguir aumentos importantes de la producción. La investigación debería centrarse en el desarrollo de técnicas de propagación in vitro (Castro, Cautón Morales y Biancani, 1999), la obtención de variedades mejoradas, las técnicas de producción respetuosas del medio ambiente, incluida la lucha biológica contra la mosca de la fruta, la elaboración y la reducción de las pérdidas poscosecha.
VALOR AGREGADO
La disponibilidad de una infraestructura de elaboración adecuada, con instalaciones y tecnología necesarias para mantener y/o madurar el fruto, reduciría en parte los problemas de almacenamiento de la fruta fresca y aseguraría la distribución de un producto de mayor calidad y más valioso.
Pero una de las principales soluciones que propone Cautín es incorporar a la chirimoya a la agroindustria, es decir, darle un valor agregado al fruto en bruto, a través de la elaboración de subproductos que presten una mejor utilidad a los usuarios con la misma calidad de sabor y mayor durabilidad.
En esta materia se maneja la producción de chirimoyas congeladas como pulpa, que recién se está comercializando en el mercado local. Es una barra concentrada, de larga durabilidad, para repostería, postres y tragos. Otros subproductos en estudio son el jugo de chirimoya e incluso, un licor, que ya se produce de manera experimental en la Facultad de Agronomía de la UCV.
Existen 19 regiones para producir chirimoya en el Perú. En la campaña 2003 se produjeron 13680 t. Las principales regiones productoras fueron Lima (36,3%), Cajamarca (25,9%), Piura 8,9%), Junín (4,8%) y Apurímac (4,7%). En Lima, la zona de mayor producción es Cumbe en la provincia de Huarochirí. el cual es un pueblo ubicado a hora y media de Chosica, en la provincia de Huarochirí. Su principal actividad económica es la producción de chirimoya. La llamada chirimoya-cumbe es reconocida por la calidad de su pulpa y por su buen sabor. Una investigación de Proexpansión señala que de las 13.680 toneladas de chirimoya producidas en el 2003 apenas el 1% fue para la exportación. El otro 99% se consumió en el mercado interno
Los factores que pueden facilitar el desarrollo comercial de la chirimoya son los siguientes:
La existencia, en ocasiones, de amplios grupos de poblaciones étnicas familiarizadas con sus características, en muchas regiones del mundo occidental
La movilidad cada vez mayor de los posibles consumidores, pues el turismo en lugares exóticos contribuye a familiarizarles con productos que antes eran desconocidos;
La posibilidad de que la chirimoya pueda resultar atractiva para la población en general como un producto especializado étnico o exótico:
La existencia de productores emprendedores y comerciantes al por mayor y al por menor en las posibles zonas de cultivo y en los lugares donde se encuentren los consumidores o cerca de ellos
Los esfuerzos que puedan hacerse para seleccionar variedades mejoradas
La investigación básica y aplicada en diferentes niveles (privado y público) y países
El bajo costo de los factores de producción (tierra, insumos y fuerza de trabajo) que confiere a América Latina una ventaja comparativa con respecto a otros lugares.
Una gran dificultad para conseguir un cultivo especializado deriva del hecho de que incluso si tiene una buena aceptación entre los consumidores, podrían transcurrir varios años hasta que las ventas cubrieran el costo inicial de desarrollo del producto. El sector privado duda sobre la conveniencia de invertir en la investigación y desarrollo de nuevos cultivos, lo cual es necesario a largo plazo y comporta un riesgo elevado, y los adaptadores y usuarios esperan hasta que el beneficio y los márgenes potenciales sean más evidentes y menos arriesgados antes de invertir en nuevos cultivos (Jolliff, 1996). Por ello, nuevos cultivos que podrían ser viables, como la chirimoya, no se han desarrollado hasta alcanzar el nivel de rentabilidad para el sector privado. Por lo tanto, los gobiernos deberían financiar los programas de mejora de los cultivos, en lo que respecta a la selección y fitomejoramiento, y estimular a las universidades y a los científicos a cooperar con el sector privado.
Teniendo en cuenta, especialmente, que los costos de oportunidad de la tierra y la mano de obra son reducidos, que existe material fitogenético diverso para mejorar y desarrollar nuevas variedades, y que se dispone de los conocimientos científicos y la tecnología apropiados, sería posible, pese a todo, conseguir que la chirimoya se convirtiera en un sólido producto generador de ingresos. Según Jollif (1996), la pérdida de oportunidades de ingresos que ocasiona la falta de desarrollo de nuevos cultivos no sólo tiene graves consecuencias socioeconómicas para los agricultores y las zonas rurales, sino que resulta extremadamente gravosa para los contribuyentes, especialmente cuando se dan todas las condiciones básicas necesarias para poder desarrollar el cultivo. Por lo tanto, el sector público, los organismos donantes internacionales y las organizaciones no gubernamentales deberían aunar sus esfuerzos e invertir fondos para fomentar el cultivo de la chirimoya.
CONCLUSIONES
- La chirimoya es aparentemente un antiguo cultivo domesticado. Sus semillas han sido encontradas en ruinas arqueológicas del Perú, a cientos de kilómetros de su habitat primitivo, e incluso ha sido representado en la cerámica pre- incaica. Los árboles silvestres se encuentran en el área de Loja, al sur de Ecuador, donde se encuentran matas extensas en zonas poco habitadas.
- Un gran número de cultivares han sido desarrollados. Cada valle en Ecuador tiene por lo menos un área donde se cultiva el fruto.
- Con una producción de 12 mil toneladas métricas por año la chirimoya se constituye como uno de los productos con un excelente potencial de exportación. En el Perú; la localidad de Cumbe, distrito de San Mateo de Otao, provincia de Huarochirí., es considerada como la capital de la chirimoya.
- La chirimoya del tipo "Cumbe", es la que tiene mayor demanda en el mercado interno por su calidad y sabor agradable, además de ser considerada como una fruta exótica con grandes oportunidades de exportación.
- En el Perú existe cerca del 1,600 hectáreas de plantaciones de chirimoyo, cuya denominación científica es Annona Cherimola Mill y se cultiva principalmente en las zonas subtropicales siendo las regiones de Lima, Ancash, Cajamarca, Lambayeque y Junín, las que concentran la mayor producción.
BIBLIOGRAFÍA
http://www.infoagro.com/frutas/frutas_tropicales/chirimoyo.htm
http://www.fao.org/docrep/x2450s/x2450s09.htm
Giuliana Bettina Zavalaga Tejad
Centro de Estudios: Universidad San Martín de Porres
Facultad: Ciencias Administrativas y Relaciones Industriales
Escuela: Negocios Internacionales
Ciclo: Tercero
Lima, Perú 18-09-2007
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