Educar con y para los Medios de Comunicación. Reflexión a partir de la incorporación de recursos informáticos en una escuela Mapuche
Enviado por Marcelo Arancibia Herrera
- Precisiones Conceptuales
- Educación y Medios
- Localidad y Globalidad: glocalización
- Educación Intercultural Bilingüe en Chile
- Incorporación de Recursos Tecnológicos en escuela Mapuche
- Para seguir trabajando
- Referencias
- Notas
Idioma original: · castellano
Palabras clave: · brecha digital · desigualdad/exclusión · educación · etnicidad · medios de comunicación
ABSTRACT: Estudio que aborda la incorporación de Medios de Comunicación en ámbitos escolares particularmente marginados, en contexto de un fenómeno mediático globalizador instalado desde la segunda mitad del siglo pasado que no deja indiferente a ninguna persona, menos a aquellos que nos preocupamos de la educación: La coeducación que ejercen los medios como hecho irredargüible y el próximo fenómeno de convergencia digital que se impone desde las sociedades informatizadas. En lo que nos convoca, se analiza desde una perspectiva crítica la influencia de los medios en la educación formal desde la confrontación que existe entre identidades y diferencias propias de un mundo local que rehúsa a entregarse a una globalización absorbente e intrusiva. Presentaremos al finalizar, un ejemplo de incorporación de medios informáticos en una escuela de comunidad indígena en Chile, de manera de graficar el fenómeno
Precisiones Conceptuales
Esta presentación, antes que establecer un tema a abordar, pretende definir más bien un campo de problemas, un ámbito conceptual con necesidad de clarificación, delimitación y definiciones.
Si bien, la presencia de los medios es consustancial al devenir humano, es en la última centuria, cuando cobran un valor trascendental en la Historia de la humanidad y el desarrollo cultural.
Un elemento cambia esta perspectiva, cuando los medios pasan a ser masivos, es decir, a transmitir un mensaje único y uniforme desde un sólo emisor a millares o millones de personas. La cultura de masas, que se instala en la primera mitad del siglo XX, es el inicio de la explosión mediática y por ende, de la preocupación intelectual y social de estudiar el fenómeno en ciernes.
Mucha agua a pasado bajo el puente, desde los discursos masivos de líderes políticos, graficados en la grandilocuencia de Hitler (con toda la parafernalia asociada), en donde la oratoria era el medio de convencimiento, pasando por la radio, que llevaba el mensaje a mayor cantidad de audiencia, hasta el Cine, que logra no sólo llegar con imágenes y sonidos, sino que construye un ambiente comunicativo en torno a la pantalla: silencio, atención focalizada, oscuridad.
En el presente, la digitalización se constituye en referencia ineludible de la comunicación de masas, a partir de la convergencia digital, en la cual se unen en un solo canal múltiples mensajes provenientes de diferentes fuentes.
Habermas nos indica que la teoría de la cultura de masas estudia los fenómenos de la integración social de la conciencia a través de los modernos medios de comunicación masivos. Al respecto verificamos la presencia de dos tendencias analíticas: el análisis escéptico de Adorno ante la cultura de masas, en contraste con las esperanzas de Benjamin, sobre la supuesta fuerza emancipatoria de la cultura de masas. Estamos con Habermas quien señala que el análisis de Adorno es insuficiente, pues no considera el carácter radicalmente ambivalente del control social ejercido a través de los medios de comunicación de masas.
Los medios de comunicación de masas –escribe Habermas–, constituyen refuerzos técnicos para la comunicación lingüística, salvan distancias en el tiempo y en el espacio y multiplican las posibilidades de comunicación, por tanto, densifican la red de acción comunicativa, constituyendo complejos entornos comunicacionales. Con todo, la ampliación formidable del potencial de comunicación está, aún entrado el siglo XXI, hegemonizada por formas de organización que aseguran flujos comunicativos unidireccionales y no reversibles, expresándose en este fenómeno la superposición estructural de poder existente en la sociedad tradicional capitalista, en la cual, quien detenta el poder económico y político controla los medios.
Los medios (el cine, la radio, la televisión y ahora internet), se presentan como artefactos que penetran y se adueñan del lenguaje comunicativo cotidiano, lo que trae como consecuencias la transformación de los auténticos contenidos de la cultura moderna en estereotipos neutralizados y "aseptizados" para una cultura masiva, que una vez depurada de todos sus elementos subversivos y trascendentes, conforman la cultura en un sistema omnicomprensivo de controles sociales encasillando a los individuos, que en parte refuerza o sustituye a los debilitados controles internos del poder tradicional.
Página siguiente |