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Agua? Petróleo Blanco, Oro Líquido, Bálsamo de Todos? (página 2)

Enviado por Felix Larocca


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El resultado ha sido, que los caudales fluviales están agotándose por doquiera, mientras que la caída de lluvia, continúa mermando. Una crisis resultante, ha seguido, por la falta del agua potable. Crisis que afecta asimismo la mayoría de todas las naciones, y crisis que muchos gobiernos ignoran para que no cesen los subsidios, pagados a sus políticos venales, por los intereses creados.

En el Canadá, el agua se encuentra en cantidades enormes. Reconociendo su propia carencia, los Estados Unidos han hecho oberturas y avances, en un esfuerzo de obtener acceso inmediato al tesoro líquido de su vecino. La tentación de obtener divisas vendiendo la seguridad nacional, no ha motivado al gobierno del Canadá, de manera alguna. El gobierno federal canadiense mantiene un control rígido sobre sus recursos ácueos y quizás (algún día como gesto de compasión) tendrá que responder a las necesidades de una nación cuya actitud tiene semejanza con la de la fábula de la hormiga y la chicharra: los Estados Unidos.

Saladín supo bien, en combate, como explotar la necesidad vital del agua para los seres vivientes — — la pregunta siendo: ¿Hemos aprendido, nosotros, la lección histórica? — — Creo que, por la evidencia aparente, no la hemos asimilado.

Cuando en la iniciativa de la campaña electoral dominicana, un candidato promete (si triunfa) la implementación de una reforma agraria arcaica y previamente fallida. Y el otro, ofrece vaguedades necias — — sería mejor distanciarse de ellos con sus miopías y cegueras, y abordar sin su asistencia, problemas de orden mucho más prominente — — de orden global.

Porque, lo que no aprecian los amigos del PLD, es que sí es verdad que poniendo computadoras en las escuelas, los alumnos podrían aprender más (con esperanza), más importante sería tratar de prevenir una crisis, que, por falta de agua potable, degeneraría en miseria y conflictos dentro de nuestra nación, y entre las dos naciones que pueblan esta isla.

Nuestro gobierno necesitará trazar una póliza de conservación hídrica e implementar un programa de enriquecimiento y protección de los parques, de los ríos, de los bosques, y de todos los recursos hidráulicos existentes. Ese proyecto debe de ser presentado como parte de su agenda gubernamental a la asamblea general de la ONU, y al pueblo dominicano.

Los gobiernos de Mejía, de Fernández, de Balaguer, de Jorge Blanco, de Guzmán y de todos los presidentes recientes han actuado en concordancia como si la escasez de agua no existiera.

En esto se parecen a tantos otros gobiernos de otros países que son diestros en el desperdicio de recursos, para afianzar el poder mientras abandonan las necesidades urgentes y verdaderas.

En el año 1999 y después en el 2001, el Presidente Mejía recibió informaciones que yo le enviara desde la Universidad de British Columbia acerca de este asunto vital.

Como los Templares, Mejía, entonces, solamente escuchaba el tintineo del metal — ¿de la lluvia en un techo de zinc?

Pero, este no es asunto regional o nacional. Este, como el hambre y la pobreza, es asunto general. Por ello, asimismo es aplicable a todos — es aplicable, porque la supervivencia humana depende en una globalización ecológica y no local.

Pero, la escasez del agua, crea nuevos problemas para nuestro planeta y para nuestra supervivencia.

A pesar de que el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta por agua, todavía existe la concepción errónea de que ésta es un recurso infinito e inagotable.

No sólo no es así; sino que la escasez de agua es un problema de crítica magnitud. Se estima que únicamente un 2.5 por ciento del agua que existe en el globo terráqueo es agua potable. El resto no se puede beber porque su contenido en minerales es muy alto. Del 2.5% usable, el 70% está contenido en las cimas congeladas de los glaciares y el 29% en depósitos subterráneos. Lo que nos deja con un 1% en total, de toda el agua disponible, para el consumo humano. Esta cantidad se reduce más si tomamos en cuenta la polución de nuestros lagos y ríos.

Para el año 2025, un estimado 3 mil millones de personas en 52 países no podrán alcanzar los requerimientos básicos y cumplir con las necesidades de salubridad para sus gentes.

Actualmente, 1.5 mil millones de personas viven sin acceso a agua limpia.

Otro problema que complica esta situación precaria es que todas las fuentes de agua existentes, están siendo contaminadas. En algunos países, los niveles de polución, de los sistemas fluviales, son tan exagerados, que el agua disponible, no puede ser utilizada aún para fines industriales.

Debido a la escasez de agua, los países vecinos del Medio Este, como Jordán, Israel, Siria y Egipto se balancean precariamente en medio de una provisión de agua que está menguando y una urgencia para saciar una expansión humana que continúa creciendo.

La situación en Gaza se complica por la contaminación bacterial porque el sistema de alcantarillados es deficiente. Esto, añadido a la presencia de los campamentos de refugiados, donde, cortesía de los EE.UU. e Israel, 40% de la población languidece, ha creado una condición desesperada.

En Gaza, el agua de las cloacas se descarga en charcas insalubres y halla su destino final dentro de los manantiales subterráneos, desde donde se la extrae como agua potable, para uso humano — que no lo es.

En Israel el 90% de toda el agua disponible se origina de otros países vecinos, lo que explica la resistencia del estado judío a ceder los territorios ocupados.

Las relaciones entre Turquía, Irak y Siria siempre han sido tensas debido al control del líquido precioso. Turquía controla la cabecera del sistema fluvial del Éufrates. Irak y Siria temen que los turcos pueden algún día usar acceso al agua, que ellos necesitan, para aplicar presión política.

No tenemos que establecer que, con la escasez creciente de agua y con su calidad de elemento esencial para todas nuestras vidas; que la carencia de ésta no es un problema que a todos nos afecta — y que es un problema de la mayor importancia para los gobernantes de todos los países del mundo.

Porque es tan importante, ha atraído la atención de grupos proteccionistas que aspiran a resolverlo.

Pero, trágicamente, también ha atraído el interés de economistas y de gobiernos codiciosos que anhelan capitalizar en las necesidades vitales de los seres humanos.

Los mismos que se reparten el patrimonio de toda nación que gobiernan, que destruyen los parques nacionales y que dejan como herencia devastación, pobrezas y cataclismo ecológico.

Son tan innumerables los ejemplos recientes, que ahorraremos espacio en lugar de darles diatriba.

Salto de Baiguate…

No me refiero solamente al PPH, sino a sus colegas en el llamado "Consenso de Washington", un modelo económico basado en la creencia de que la economía de los mercados liberales es la única opción de capital para todo el mundo — aunque a quienes lo aplican les convenga o no.

En este sistema, concebido por mentes similares a los que hundieran la economía de nuestro país en tiempos recientes, todo está de venta. Aún áreas de preservación ecológica, ecosistemas enteros, recursos naturales, servicios sociales y aún órganos humanos.

Todo se vende. Todo…

Los multinacionales, para garantizar su éxito, y, como todo se vende; se compran a los gobernantes de nuestros pueblos para asegurar el éxito de su empresa.

Nuestros gobiernos cuya misión es la de defender nuestro patrimonio, pronto se encuentran gozosamente en medio de la subasta de nuestros recursos naturales, para su enriquecimiento personal.

Confrontados con la realidad de una crisis del suministro de agua, todos los gobiernos irresponsables, proclaman su entusiasmo por la adopción del modelo del "Consenso de Washington". Para ellos es simple, pregúntenle a los economistas que asesoran los gobiernos: asignen un precio al agua, póngala de venta y dejen que el mercado determine su futuro.

El debate está concluido.

Porque, para el Banco Mundial y para las Naciones Unidas: el agua es una necesidad, y no un derecho humano.

Estas no son frases vacías sujetas a la interpretación por medio de la semántica. Una necesidad humana se puede adquirir de muchas maneras, especialmente por los políticos y los adinerados. Pero nadie puede vender un derecho humano.

Debido a que esa interpretación criminal y perversa, por nadie ha sido oficial y sistemáticamente repudiada, esto ha permitido que un grupo de corporaciones transnacionales soportadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (aquí presentes gracias a los últimos dos desgobiernos) están emprendiendo agresivamente el manejo y control de los servicios públicos de agua en muchas naciones; aumentando dramáticamente el precio del agua y recibiendo dividendos enormes, especialmente de los países más pobres el mundo.

Simultáneamente, nuestros gobiernos están firmando y cediendo el control de las fuentes domésticas acuíferas a NAFTA, FTAA y WTO.

Estas instituciones les otorgan a los multinacionales, acceso sin precedentes a las reservas de agua de las naciones signatarias.

Nos venden y nos compran si tan siquiera decírnoslo.

Pero, el problema es que el agua es como el aire que respiramos:

  • ¿Quién es su dueño?
  • ¿Quién puede poseerla y controlarla?
  • ¿Quién se la va a arrebatar a la Naturaleza para privatizarla?
  • ¿Quién le ha dado a las corporaciones transnacionales el derecho de comprar sistemas de acceso al agua de naciones?
  • ¿Quién va a velar por nuestros derechos, una vez que nuestras fuentes de agua se hayan vendido?
  • ¿Qué rol juegan nuestros gobiernos para asegurar la transparencia de las transacciones efectuadas con estos sistemas comerciales engreídos?

Nadie. Nuestra experiencia, por ser tan pequeños es la más dramática del mundo. A nadie le importa el destino de una nación. Lo que importa es que los ricos, los políticos, los banqueros y los curas se dividan el botín y al diablo con los demás.

De acuerdo a Anne Platt de World Watch Institute, una familia pobre dominicana carece actualmente de agua potable. Si las multinacionales llegan, sólo los ricos tendrán acceso a la misma. El pobre tendrá que robar para adquirirla.

El pasado

La historia es siempre vieja. La mayoría de los seres humanos en el Pleistoceno entendían que el agua podía agotarse — como se agotaba todo lo demás.

Por esa razón desarrollaron un respeto saludable por la preservación de sus reservas donde quiera que las encontraran. En tiempos bíblicos, cuando Isaías retornara a la tierra donde su padre Abraham viviera, los pozos viejos que éste abriera eran tan importantes para la vida que ellos se volvieron asunto de disputa para los habitantes de la tribu. Estos mismos pozos fueron tan bien protegidos y cuidados, que siglos después todavía estaban suministrando vida a los seguidores de Jesús.

Muchas de las civilizaciones de donde nuestra tradición judeocristiana se originara, adoraban dioses que, en sus creencias, les garantizaban el acceso libre al agua potable.

Pero, nadie en tiempos pasados podría imaginar que el agua se nos estaría acabando algún día… y… ¡pronto!

El agua está amenazada desde muchas direcciones:

  1. La explosión demográfica del mundo demanda más agua.
  2. El éxodo del campesino a las ciudades, requiere que las reservas urbanas se estiren al límite.
  3. La construcción incesante de campos de golf, con sus demandas por irrigación constante.
  4. La construcción de plazas comerciales, donde antes existiera la vegetación.
  5. La tala indiscriminada de los bosques.
  6. La necesidad de suministrar agua a las nuevas cosechas, necesarias para alimentar una población creciente.
  7. La construcción de barriadas enormes en el desierto norteamericano, robando agua a comunidades vecinas.
  8. La conversión de la lluvia en lluvia ácida.
  9. El uso de lagos y ríos para descargar aguas sucias e industriales.
  10. La falta de planificación para recuperar el agua y reciclarla.

Nuestras industrias son muy sedientas.

Por ejemplo, toman 150,000 galones de agua, construir un carro. Las industrias de computadoras en California usan 400 mil millones de galones de agua al año para fabricar sus productos.

Mientras que los ríos mayores del mundo se están agotando.

El Nilo, el Ganges y el Río Amarillo, todos están menguando en sus caudales.

El Río Colorado, después de completar su viaje tortuoso a través de siete estados, desemboca al mar casi seco.

Los niveles de agua en los Grandes Lagos han disminuido tanto, que en algunos lugares, la navegación se dificulta.

Los reservorios mayores de agua en los Estados Unidos están siendo minados a una velocidad sin límites y sin fin.

Estamos viviendo la realidad que para el año 2030 el agua se habrá constituido en un elemento escaso.

Nuestro planeta está en peligro, mientras que nuestros gobiernos planean vender los recursos hidráulicos de nuestras naciones al mejor postor.

Los desean vender, para que los gobernantes, los banqueros y los economistas se repartan las ganancias con los multinacionales.

Los amos y señores

Las corporaciones dominantes que controlan el agua y su suministro por todo el mundo se dividen en tres niveles. El primer nivel lo ocupan dos de los mayores titanes del agua en el mundo, Vivendi Universal, y Suez (antes conocido como Suez-Lyonnaise), ambos basados en Francia. Francia tiene una historia de haber privatizado el suministro del agua desde el siglo XIX, bajo Napoleón III. Operando en 130 países, ambas controlan 70% del mercado existente del agua mundial.

El segundo nivel consiste de cuatro consorcios: Bouygess-SAUR, RWE-Thames Water, Betchel-United Utilities y Enron-Azurix (el mismo Enron que defraudó a tantos). El tercer nivel es muy modesto, pero muy ambicioso.

Entre ellos, llegarán a nuestras playas muy pronto, ya que ningún país es muy pequeño para sus fines de conquista y sus tropas ya han establecido sus "cabezas de playa" con las presencias locales del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

El FMI

Desde los años 1980s el Banco Mundial (BM) y el FMI han impuesto Programas de Ajustes Estructurales en los países que les adeudan dinero, como condición para la renovación de los préstamos y del financiamiento de los mismos.

Por medio de esos programas los gobiernos de países del Tercer Mundo se vieron forzados a adoptar una serie de medidas radicales, que establecían una gama de posibilidades penosas. Desde la venta de empresas públicas a precios ridículos, para pagar algunos préstamos; a reducciones masivas en programas de educación, salud y de servicios sociales — a ellos, nada les importa. Lo que quieren son sus pesitos.

Los cambios requeridos en muchos de los países perjudicados han reducido las condiciones de vida de millones y millones de seres humanos.

En otras palabras, la llegada de los dos monstruos financieros resultará en el pobre volviéndose más pobre; mientras que el político, el banquero, el militar de alto rango y el economista, seguirán construyendo mansiones y viviendo en esplendor inaceptable.

Los Platos, cerca de Paraíso…

En la conferencia, en British Columbia, a la que, antes aludiera en este ensayo se formularon diez pasos para salvaguardar nuestras aguas:

  1. Establecer una cuota mínima y decente de agua potable cada día, para cada ciudadano, y por el resto de su vida.
  2. Crear consejos locales de control y regulación del agua — basados en el mutuo apoyo, ya descrito en otros artículos.
  3. Volverse activista en la lucha constante para proteger nuestras fuentes de aguas de los predadores políticos, nacionales y extranjeros.
  4. Insistir en la legislación de leyes protectivas de los derechos ciudadanos al agua.
  5. Oponer toda comercialización del agua.
  6. Oponer medidas que disipen, el agua existente, para fines comerciales.
  7. Confrontar del FMI y del BM como elementos subversivos a la estabilidad nacional, condenando a los gobiernos y a los gobernantes cuyas acciones resultan en su presencia indeseada.
  8. Oponer los Señores y Amos del agua internacionalmente.
  9. Soportar organismos internacionales que defienden el agua de todos los pueblos.
  10. Demandar que nuestros gobernantes nos informen acerca de sus políticas protectoras del agua y de todo patrimonio nacional.

Nosotros, como ciudadanos, somos maduros; no necesitando los oficios de un congreso vendido ni los de un gobierno pusilánime para defendernos.

Necesitamos educarnos y para eso nos tenemos a nosotros mismos.

El poder singular de los grupos…

Bibliografía

Muy extensiva se suministra a quienes la soliciten

 

Dr. Félix E. F. Larocca

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