Diagnóstico e identificación de agentes patógenos asociados a dos pedestales en la provincia de Villa Clara (página 2)
Enviado por Tania Mesa Jaramillo
El creciente deterioro de los recursos naturales y del medio ambiente, el calentamiento progresivo del globo terrestre y la pérdida de la capa de ozono son, entre otras, algunas razones, que en la actualidad, ponen en peligro la existencia de la especie humana. Sin embargo, el planeta cuenta con innumerables áreas naturales, en las que habita una rica y variada flora y fauna que el hombre no explota correctamente, lo que trae consigo, un déficit más creciente de alimentos (Holmann, Angel, Rivas, White, Estrada, Burgos, Pérez, Ramírez y Medina, 2004).
En el trópico, la ganadería afronta diversos problemas entre los que se encuentran: la baja disponibilidad de forrajes durante la época de seca, la escasa fertilidad de los suelos, el pobre intercalamiento de las leguminosas en las praderas y la degradación de las pasturas (Hernández, Ibraim, Detlefsen, Harvey, y Prins, 2002; León, 2006). A ello también se le suma, el desbalance de minerales (déficit o exceso) en los suelos y los forrajes que inevitablemente afecta la producción animal (Rosero, 1990).
La mayoría de los rumiantes utilizan para su alimentación, en condiciones tropicales, las praderas temporales y las mismas están constituidas por el monocultivo de gramíneas forrajeras fundamentalmente, lo que trae como consecuencia una reducción en la dieta a ofertar y un desbalance de los nutrientes (Etchevers, 1990). Para limitar estos daños se plantea la siembra de árboles y arbustos y la difusión de los pastos perennes con mezclas de leguminosas y gramíneas (Poole, Turner y Young, 2002; Edmonds, 2004).
En la década de los noventa la economía cubana entró en una profunda crisis, situación que se agudizó notablemente, debido a los defectos inherentes al modelo agrícola vigente. En este sentido, se redujeron las compras de insumos al 40%, las importaciones de combustibles a un tercio, los fertilizantes a un 25%, los concentrados al 30% y las demás actividades agrícolas se vieron seriamente limitadas (Funes, 2001). La ganadería no quedó exenta de esta situación devastadora, que trajo aparejada una reducción en la producción de leche.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto y siguiendo la política del país y la tendencia de la agricultura moderna, es importante buscar nuevos sistemas de producción con un fundamento holístico y mejorar los ya existentes. Fidel ha señalado la necesidad de producir leche y carne sin piensos, combustibles, ni fertilizantes, lo que es un milagro que solo puede lograrse con la aplicación de la ciencia y la técnica (Castro, 1991). En tal sentido, se emprendió una serie de medidas para la recuperación de la base alimentaria del ganado, con el empleo de prácticas alternativas y la aplicación de sistemas de producción animal sostenibles, las cuales tenían como principal objetivo el aumento de la producción, aún con pocos recursos (Benavides, 1995; Robert, 1999 y Faostat, 2004).
En nuestras condiciones se comenzaron a introducir los sistemas multiasociados y dentro de ellos, los pedestales (CENPALAB, 2003), con los que se ha comprobado experimentalmente que se puede producir de 8 a12 litros de leche por vaca cuando se utilizan pastos fertilizados (Jerez, 1983; García Trujillo, 1993; Pérez _ Infante, Álvarez, Funes y Monzote, 2000); o asociaciones de gramíneas y leguminosas en toda el área de pastoreo (Sánchez, 2002), lo que corrobora la importancia de los pastos, incluidas las leguminosas en la producción de leche y carne de res, (Hernández, Carballo y Reyes, 2000).
No cabe dudas que el manejo intensivo de los pastizales es una actividad compleja, debido a la cantidad de factores que pueden intervenir para lograr el éxito, las cuales requieren de conocimientos científicos y prácticos (Milera, 1992). Entre ellos, las enfermedades constituyen un ejemplo, en tal sentido, las cuales son reguladas con la actividad del hombre, los agentes de control biológico, la manipulación de la biodiversidad y a través de la introducción y/o conservación de los enemigos naturales (Altieri y Nichols, 2007).
Entre los agentes causales de enfermedades más importantes se informan a los hongos, las bacterias y los virus. Los primeros, son los que poseen una mayor participación, no solo por los daños que producen en los rendimientos, sino también porque provocan alteraciones importantes en el producto cosechado, como por ejemplo: la lignificación de los tallos, la disminución de la digestibilidad de las paredes celulares (Abe y Okumura, 1972) y el contenido de los aminoácidos libres en las hojas y raíces de las plantas afectadas (Hodges y Robinson, 1977); así como la producción de micotoxinas durante el proceso de parasitismo (Delgado y Alonso, 1994). Por otra parte, los otros agentes patógenos restantes dan lugar a síntomas como el enanismo y la marchitez de las plantas, que afectan sin lugar a dudas los rendimientos de los cultivos.
Es conocido que uno de los principios de los pedestales es lograr producciones con elevada disponibilidad de leguminosas y gramíneas con un alto valor nutricional; sin embargo, la presencia de enfermedades en dichas plantas puede limitar el resultado esperado; por ello, se propuso realizar un diagnóstico de las mismas así como determinar sus incidencias y afectaciones en dichos pedestales.
Desarrollo
Lugar donde se llevaron a cabo las investigaciones: En dos hectáreas de pedestales pertenecientes a la vaquería "Niña Bonita", en la Empresa Pecuaria "La Vitrina", provincia de Villa Clara.
Conformación de los pedestales:
Pedestal 1: Asociación Neonotonia wightii (glycine) y Brachiaria híbrido cv Mulato (pasto mulato).
Pedestal 2: Asociación Neonotonia wightii (glycine) y Pennisetum purpureum CT – 115.
Descripción de la vaquería: Esta compuesta por un área de 112 ha, de las cuales 99 son cultivables. Por otra parte, la vaquería cuenta 11 ha de pedestales (de ellas, 9 ha dedicadas para vacas en ordeño) donde cada área está dividida en 26 cuartones de 375 m2 (5x75m). La cargas promedios que se utilizaron en el área de pedestal fueron de 5,9 y de 5,3 vacas/ha para el primer y segundo período, respectivamente.
Clima: Los datos climáticos fueron tomados de la Estación Meteorológica del Yabú, cercana a las áreas donde se llevaron a cabo los experimentos.
En la Figura 1 se muestra el comportamiento de las temperaturas para el periodo evaluado (2006-2007), donde se puede observar que existieron variaciones de las mismas, detectándose valores medios por encima de los 20 0C y en los meses de verano (julio –agosto) en ambos años estuvieron cercano a los 25 0C. Es de destacar que también hubo periodos de descensos de las temperaturas fundamentalmente en los meses de septiembre a octubre durante los años de evaluación.
Con relación a la humedad relativa (HR) (Figura 2) se pudieron observar valores máximos por encima de los 96 %, mientras la mínima fluctuó hasta un 63% aproximadamente en los meses de noviembre a diciembre. En cuanto a los valores medios estuvieron por encima del 70% llegando a alcanzar hasta 85 % de HR.
Figura 1. Comportamiento de las Temperaturas durante el periodo evaluado.
Figura 2. Comportamiento de la humedad relativa en la zona de estudio.
Con respecto a las precipitaciones en la zona de estudio se puede observar que esta variable tuvo un máximo en septiembre/07. El comportamiento es estacional con dos periodos bien definidos, el periodo lluvioso mayo-octubre y el periodo seco noviembre-abril.
Figura 3. Comportamiento de las precipitaciones en el periodo evaluado.
Tipo de suelo: El suelo de los sistemas de pedestales se clasificó como Sialítico Mullido Inceptisol según Hernández, Morales, Ascanio Y Morell (2006).
Métodos de muestreos: Estos se realizaron en la doble diagonal del campo. En la N. wightii se muestrearon de forma aleatoria 100 plantas en 20 puntos (5 plantas/punto). En el pasto mulato se utilizó el método del marco cuadrado, tirándolo cinco veces y en cada tirada se observaron 5 hojas. En P. purpureum CT 115 se muestrearon 6 puntos y en cada uno de ellos se observaron 5 tallos siguiendo la Metodología de Señalización y Pronóstico, propuesta por INISAV (2003).
Evaluaciones de las enfermedades: Para la evaluación de las enfermedades se utilizó la escala de 5 grados (CIBA-GEIGY, 1981).
1. Determinación de la incidencia de las enfermedades asociadas a las plantas en los dos sistemas de pedestales y caracterización de las principales sintomatologías.
Para determinar el % de distribución y el índice de infección de las enfermedades se utilizó la formula de Townsed-Heuberger (1944).
Fórmula
La caracterización de las sintomatologías se realizó teniendo en cuenta los signos y síntomas de las enfermedades presentes en cada una de las plantas en estudio observados en el campo visualmente o con el empleo de una lupa. Se observaron las afectaciones que tenían las plantas, la presencia y forma de las manchas, su variación, color, entre otros aspectos. En el laboratorio además, se utilizó un estereoscopio Zeiss con lentes oculares 2,5X.
2. Diagnóstico de las enfermedades más importantes e identificación de sus agentes causales.
El material colectado (partes sanas y enfermas) fue trasladado al Laboratorio de Fitopatología Vegetal de la Universidad Central de Las Villas "Marta Abreu", en bolsas de nailon sellada, con su correcta identificación.
Previamente se tuvo en cuenta si los síntomas se acompañaban de signos y se procedió a efectuar el aislamiento y la identificación de los agentes causales, siguiendo los criterios de Ellis (1971 y 1976) y Sivanesan (1984 y 1987). Para las determinaciones genéricas se tomaron los criterios de Carmichael, Kendrick, y Sigler (1980) y para las específicas de Ellis (1971 y 1976) y de Sivanesan (1987). Se realizaron preparaciones fijas y se midieron 100 conidios a 300x. En la caracterización de los signos se tuvo en cuenta la coloración, forma y tamaño del micelio, los conidios y los conidióforos, así como la presencia de cuerpos fructíferos. Posteriormente se procedió a realizar los aislamientos, para ello se usaron dos métodos: el directo y el de cámara húmeda; en este sentido, las muestras se desinfectaron con alcohol al 70%.
El medio de cultivo utilizado fue agar agua (TWA) y los subcultivos se realizaron en agar papa dextrosa (PDA); estos se prepararon según Smith y Onion (1983). Las placas Petri se incubaron en condiciones de laboratorio a temperaturas de 25±2°C y luz fluorescente (dos tubos de 40 watts a una distancia de 40cm). Se realizó la prueba de patogenicidad para corroborar si estos hongos eran los causantes de los síntomas detectados en las plantas en estudio, (glycine, pasto mulato y king-gras CT-115). Para ello se prepararon suspensiones de esporas a partir de cultivos monoconidiales de 7 días de edad; las concentraciones se determinaron por el método de Rivas e Izquierdo (1985) y fueron de 102 y 103 conidios ml-1. Para la roya la suspensión que se tomó fue de infección natural por ser un parasito biotrófo. Para este caso la concentración fue de 102 uredosporas ml-1, sin la presencia de hiperparásitos.
Diseño experimental y análisis estadístico utilizado en las investigaciones: El diseño que se empleó en las investigaciones fue totalmente aleatorizado y los datos se procesaron mediante el uso de la estadística descriptiva.
. 1. Incidencia de las principales enfermedades asociadas a las plantas en los dos sistemas de pedestales y sintomatologías más importantes detectadas.
Pedestal #1: Asociación N. wightii (glycine) y Brachiaria híbrido cv. Mulato
Durante el periodo evaluado se observó la presencia de cinco síntomas asociados al sistema de pedestal en estudio, todos relacionados con manchas foliares. En el caso de N. wightii se identificaron: la mancha foliar por Oidium, Cercospora y Rhizoctonia, aunque este último ocasionó también al unísono la muerte de las plántulas. En la gramínea Brachiaria hibrido cv. Mulato se detectó la mancha foliar por Puccinia (Roya) y por Curvularia.
Síntoma #1: Mancha foliar por Oidium.
En la figura 3 se observan los síntomas ocasionados por Oidium sp., el cual se presenta en la hojas de N. wightii con manchas grises de superficie polvorienta y dispersas que pueden llegar a cubrir totalmente las mismas. Al principio se torna de un color amarillo y después se oscurece produciendo la desecación de los tejidos. Los síntomas presentados en la leguminosa coinciden con los descritos por Herrera et al. (1994) y Rane et al. (2004) anteriormente para este género de plantas y por otra parte, con Latorre (2004) quien lo describió como mildiu polvoroso, peste ceniza y cenicilla en girasol (Helianthus annuus), fríjol (Phaseolus vulgaris) y soya (Glycine max).
Figura 4. Síntomas de Oidium sp. en N. wightii
En Cuba la fase que predomina es la asexual conocida por Oidium, cuya diseminación ocurre fundamentalmente a través de las esporas, las que son transportadas por el aire, y en la mayoría de los casos constituye la principal fuente de inoculo. Según Martínez, Barrios, Rovesti y Santos (2007) plantean que la germinación de sus conidios ocurre en condiciones de humedad y temperatura muy variables, siendo 250C y 100% de humedad relativa los factores óptimos para su desarrollo.
Bettiol y Wagner (2006) consideran que el Oidium constituye uno de los patógenos más importantes de las plantas presentes en la mayoría de las regiones del mundo y aunque raramente causa la muerte de los cultivos si reducen su potencial productivo y afectan la calidad del producto cosechado.
La intensidad y distribución de la mancha foliar por Oidium sp. aparece representada en la figura 5, donde se observa que a pesar de los valores moderados alcanzados por la infección de dicho hongo (51%) los porcentajes más altos se observan en los meses de septiembre de los años 2006 y 2007 con 51 y 49%, respectivamente, enmarcándose a finales del periodo lluvioso y donde la humedad relativa (con valores medios superiores a 80% y máximas por encima de 95%) y las temperaturas (medias alrededor de 25oC) fueron óptimas para el desarrollo del hongo. Sin embargo, los por cientos más bajos fueron detectados en el bimestre febrero-marzo (con 9 y 7%, respectivamente), meses pocos lluviosos y con humedades y temperaturas menos favorables para el crecimiento de dicho microorganismo. En cuanto a la distribución de la enfermedad también se observa la tendencia de presentar los mayores valores en los meses de septiembre de ambos años (100 y 93%), aunque en el 2006 dicho porcentaje fue superior, y de disminuir en el bimestre febrero-marzo con solo 29 y 25% respectivamente. De manera general se puede observar en dicho grafico la tendencia que siguen las curvas de aumentar los valores en los meses de septiembre y de disminuir en los de febrero y marzo de ambos años, lo cual esta asociado a las condiciones climáticas imperantes en ambas épocas del año corroborando en este estudio lo informado por Martínez et al (2007).
Figura 5.Infección y distribución de Oidium sp en N. wightii.
Síntoma #2: Mancha foliar por Cercospora.
La mancha ojo de rana como comúnmente se le conoce a esta enfermedad se observó en N. wightii asociado al follaje, aunque afecta a las vainas y a las semillas. En el haz de las hojas se observan manchas que varían en tamaño y color, las más pequeñas son marrones rojizas, de forma circular o angular de 1 a 2 mm y las más grandes son de color marrón oscuro con centro de color gris ceniza y de tamaño de 3 a 5 mm (figura 6). Los primeros síntomas de la enfermedad aparecen en estadios vegetativos y reproductivos, aunque no hace distinción para efectuar el daño. Dicha enfermedad causa disminución del área foliar y la muerte de las hojas severamente afectadas. A diferencia de otras patologías, esta enfermedad no formó zonas o bordes cloróticos que rodearon las lesiones, y no se observaron halos amarillentos alrededor de las manchas, característica ésta que hace fácil su identificación. Los síntomas observados en N. wightii son similares a los descritos en Glycne max por Ploper, González, Gálvez, Devani y Ledesma (2000) (figura 7), los cuales, además, señalaron que en la cara inferior de las hojas de soya, sobre el centro de las lesiones, se suelen observar puntos grises a negros constituidos por la masa de esporas del hongo. Las lesiones pueden coalescer fomando lesiones grandes e irregulares. Cuando hay ataques severos, las hojas se tornan amarillentas o marrones y caen prematuramente. El agente causal de esta enfermedades es el hongo Cercospora sojina Hara.
En la figura 8 se muestra el comportamiento alcanzado en la infección y distribución de la enfermedad durante la investigación realizada.
Figura 8.
Infeccion y distribución de C. sojina en N. wightii.
Al observar dicha figura se muestra un pico máximo de infección en el mes de septiembre del año 2006 con 45%, el cual declina hasta los meses marzo y abril/07 donde no se observaron infecciones y a partir del mes de mayo/07 comienza a aumentar la enfermedad con irregularidad mostrándose los mayores valores en dic/07 con un 25% de infección. En cuanto a la distribución de la enfermedad, se pudo observar la misma tendencia mostrada por la curva de la infección, donde el valor máximo de distribución fue detectado en septiembre del año 2006 (87%) declinando hasta marzo-abril/07, meses donde no se observó afectación. A partir de mayo/07 aumento ligeramente, con un pico superior en junio (54%) observándose posteriormente aumentos a partir de septiembre y hasta diciembre con valores de 30, 38, 39 y 43 %, respectivamente. La tendencia mostrada por la enfermedad presenta estrecha relación con el comportamiento observado de los factores climáticos, pues se pudo detectar que donde existieron los mayores valores de infección y distribución también habían condiciones excelente de humedad relativa y temperatura para el crecimiento y desarrollo del hongo (HR máxima de 95% con una media mayor de 80% y temperatura máxima de 30 oC y medias superiores o iguales a 25oC), en cambio en los meses de marzo y abril las temperaturas medias oscilaron alrededor de 22 oC pero existieron mínimas de 15 oC, las cuales no son idóneas para el desarrollo del hongo. Por otra parte, la humedad presentó valores medios relativamente bajos (70%), que también pudieron influir en la disminución de la enfermedad. Es de destacar además, que los meses donde existieron picos de máximas infecciones y de distribución de la enfermedad o aumentos en estas coinciden con los meses de la época lluviosa, lo que pudo influenciar la tendencia de las curvas analizadas anteriormente. Según Ploper et al (2000); Gally, Carmona, Barreto y Surgía (2004); Molina, Carmona, Babbitt, Gally, Surgia y Grijalva (2004) y Rane et al (2004) el desarrollo del hongo se ve favorecido por tiempos cálidos y húmedos, en especial temperaturas nocturnas por encima de 20 grados, lluvias abundantes y formación de rocío, condiciones observadas durante la investigación realizada.
Síntoma #3: Mancha foliar y muerte de las plántulas por Rhizoctonia
Los síntomas que aparecen inicialmente en las hojas son pequeñas manchas acuosas de forma irregular que van aumentando de tamaño, toman un color crema o marrón claro y pueden afectar a todo el foliolo ocasionando cuando el ataque es severo abundante defoliación (figura 9); sin embargo, los tallos de las plantas raramente son afectados. Estos síntomas son similares a los observados en especies de Centrosema CIAT (1983). Por otra parte, en glycine la enfermedad, por lo general, se inicia en focos irregularmente distribuidos y luego se van ensanchando y diseminando en el campo. En la base de las plantas infestadas puede aparecer una capa de micelio algodonoso de varios centímetros de largo, elemento este que ratifica lo informado por Martínez et al (2007) para el cultivo de Solanum tuberosum. El agente causal de este síntoma es el hongo Rhizoctonia solani Kühn.
Este hongo está ampliamente distribuido en los suelos de Cuba (López, Sandoval y Mena (1999) y es muy polífago. Se le conocen numerosas razas biológicas que pueden atacar a varios cultivos de importancia económica, como son: fríjol (Phaseolus vulgaris L), pepino (Cucumis sativum), soya (G. max L), tomate (Lycopersicum esculentum (Willd)), yuca (Manihot esculenta Grantz) entre otras (Martínez et al, 2007). Los mayores daños son causados en suelos húmedos y durante periodos de temperaturas no muy elevadas, pues se conoce que el proceso infeccioso es favorecido por temperaturas de 18 a 20oC y elevada humedad del suelo (Martínez et al, 2004).
Figura 9. Síntoma de R. solani en N. wightii
Es necesario puntualizar con relación a la infección y distribución de esta enfermedad que la misma apareció en focos bien definidos durante los meses lluviosos con un grado de infección moderado (menos de un 50%), y por lo tanto, las curvas que normalmente describen estos parámetros no se pudieron llevar a cabo. No obstante, el efecto de este hongo, creó abundantes colchones de partes vegetativas necrosadas en la zona inferior del pasto que estuvo asociada indudablemente con la elevada virulencia que mostró la enfermedad en ese periodo. Resultados similares fueron informados por Miret y Rodríguez (1984) en Macroptilium sp. CIAT 535 y N. wightii, donde igualmente esta enfermedad mostró grados de infección de moderados a severos y se presentó durante la época de lluvia; además, ocasionó elevadas defoliaciones en las leguminosas en estudio. Menéndez y Martínez (1980) ya habían señalado la sintomatología causada por R. solani y situaron el punto de partida de la virulencia en los meses de junio-julio, lo que coincido con Menéndez (1982) el cual puntualizó que el aumento del grado de ataque de esta enfermedad se ubicada en este periodo.
Síntoma #4: Mancha foliar por Curvularia
Esta enfermedad se detectó asociada a Brachiaria hibrido cv Mulato (CIAT-36061). Los síntomas más típicos se observaron en las hojas donde se evidenció la presencia de manchas ovales de color rojo vino, con bordes definidos oscuros y con un centro blanquecino con una estructura reproductiva en forma de punto de color negro. Las manchas variaron en diámetro desde los 5,0 hasta los 15 cm de largo, ocupando gran parte del área foliar de la planta, aunque no se detectaron daños significativos en estos órganos, lo cual coincide con Guiot (2005) y Guiot y Meléndez (2007). Los síntomas descritos anteriormente coinciden con los informados por Echemendia (2005) para Sorghum halepense. Dicha enfermedad es producida por el hongo Curvularia lunata. (Wakker) Boedijin.
En la figura 10 se muestra el comportamiento de la infección y la distribución de la enfermedad ocasionada por C. lunata. De manera general, se observa para ambos parámetros evaluados valores porcentuales bajos. En el caso de la infección los porcentajes más elevados se observaron en el mes de octubre/06 con 11%, el cual declino hasta el mes septiembre/07 donde no se evidenció la presencia del microorganismo. La distribución de la enfermedad mostró un comportamiento similar a la de la infección, observándose los valores superiores en el mismo mes de octubre del año 2006 (18%). Es valido resaltar que aunque existieron las condiciones climáticas idóneas, fundamentalmente en el periodo lluvioso, para que este hongo mostrará una infección más agresiva y ocasionará síntomas o lesiones más intensas esto no sucedió así, lo cual puede estar relacionado con la resistencia varietal de este hibrido al ataque de C. lunata, lo que ratifica lo señalado por Argel, Lobo, Sandoval y Mesen (2004). Por otra parte, los resultados obtenidos en cuanto a la incidencia de la enfermedad en el mes de octubre coinciden con los alcanzados por Echemendia (2005) en Cuba, quien también la informó en el mes de octubre asociada a la gramínea S. halepense.
Figura 10. Por ciento de infección y distribución de C. lunata en Brachiaria hibrido cv. Mulato.
Se debe señalar que la mancha foliar por Curvularia ha sido detectada en varios cultivos, entre los que se citan: S. halepense (Charudattan, 1996) y Bonilla, López, Mena, Rodríguez, Yoekis y Pérez, 1997); en especies de pastos (Fernández, Castañeda, Alfonso, Rodríguez y Gonzáles, 1992 y Alam, Chaudhuri, Tanardhanan y Husain, 1997); en Saccharum officinarum por Seetharaman, Whitehead, Keller, Waniska, y Roone (1997) y en el cacaotero (Theobroma cacao L.) (Uldaneta y Delgado, 2007).
Síntoma #5: Roya por Puccinia
Al igual que la enfermedad descrita con anterioridad, también la roya se encontró asociada a Brachiaria hibrido cv. Mulato. Esta se caracterizó por presentar lesiones en las hojas que al inicio fueron pequeñas manchas cloróticas de 0,1 a 0,5 cm que se disponían conjuntamente con las nerviaciones (figura12) y al aumentar las mismas de tamaño se tornan de color pardo anaranjado con un halo amarillo pálido. En el envés de las hojas se detectaron pústulas de 1 a 3 mm de largo de color anaranjado rojizo, dentro de las cuales se observaron las uredosporas de color similar.
Figura 11. Síntomas de Roya (P. purpuerea) en Bracharia hibrido cv. Mulato
Los síntomas observados por la enfermedad Roya en la brachiaria coinciden con los informados por Gutierrez et al (1990) en esta misma planta y con Echemendia (2005) en S. halepense, otra gramínea de la familia Poaceae.
En cuanto a los porcentajes de infección y distribución observados de la roya en el periodo evaluado (figura 12), quedo evidenciado que dicha enfermedad no mostró valores de consideración y los más altos se observaron en los meses de febrero-marzo/2007 (6 y 7% de infección y 9 % de distribución, respectivamente) aunque estos pueden ser considerados como muy bajos. El hecho de encontrar estos valores superiores en dichos meses pudo estar influenciado por la temperatura registrada en ese periodo con una media de 22,5 oC aproximadamente, la cual es ideal para el crecimiento y desarrollo del hongo P. purpurea; no así las superiores a los 26 oC donde el crecimiento del hongo se ve inhibido (Martínez et al, 2007), lo que puede ser observado en dicha grafica en los meses de julio, agosto del año 2007, entre otros, donde P. purpuera no se encontró asociado a la gramínea en estudio. Cabrera, Raimondo, Alvarez, Cúndom y Gutierrez (2004) informaron la presencia de pústulas y uredosporas de la roya en plantas de G. max de ciclo largo también en el mes de marzo del año 2003, elemento este que ratifica lo anteriormente planteado.
Fig. 3.2
Figura12. Infección y distribución de P. purpurea en Brachiaria hibrido cv. Mulato
Pedestal #2: Asociación N. wightii y Pennisetum purpureum CT-115
Asociados al sistema de pedestal #2 se identificaron cinco síntomas, de ellos dos se encontraron presentes en N. wightii: Mancha foliar por Oidium y Cercospora (los cuales también se detectaron en el pedestal #1) y tres en P. purpureum CT-115: Roya por Puccinia, y mancha foliar por Exserohilum y Bipolaris.
Síntoma #1: Mancha foliar por Oidium
La descripción de este síntoma (figura13) y su agente causal coincide con la realizada para N wightii en el pedestal #1.
Figura 13. Síntomas de Oidium sp. en N. wightii
Los valores de infección de la enfermedad, así como su distribución aparecen reflejados en la figura 14; en esta se puede apreciar la existencia de por cientos de infección durante el periodo experimental que no sobrepasaron el 50 %, con picos máximos en los meses de sep/06 y 07 (49 y 47 %, respectivamente) y mínimos en febrero/07 (7%) y marzo/07 (6%). En cuanto a la distribución se observa una tendencia similar donde fue el mes de septiembre de los años 06 y 07 el que acumuló los mayores valores de distribución con 98 y 89% en cada caso y los meses de febrero y marzo donde se detectaron los por cientos más bajos (24 y 21 %, respectivamente). Según Agrios (2005) y Perilla y Sanabria (2007) las condiciones ideales para el desarrollo de la enfermedad son altas temperaturas (29 y 30 oC) y humedades relativas (97 y 99 %), aspecto este observado en ambos factores climáticos durante el periodo experimental y quizás la razón del comportamiento que mostraron las curvas en el estudio realizado. Estos resultados corroboran lo informado igualmente por Orozco (2006) en Tamarindus indica L. y Martínez et al (2007) en P. vulgaris, de que la enfermedad tiene una relación estrecha con la estación lluviosa, emisión de brotes vegetativos y días secos, por lo que de agosto a octubre es la época de mayor severidad.
Figura 14. Infección y distribución de Oidium sp. en N. wightii.
Síntoma #2: Mancha foliar por Cercospora
Los síntomas de esta enfermedad y su agente causal coinciden con los expuestos anteriormente en el pedestal #1, para la N. wightii. En la figura 15 se muestra el comportamiento de la infección y distribución de esta enfermedad, donde se evidencia que fue en el mes de septiembre del año 06 y 07 y diciembre de este último año en el que se obtuvieron los mayores valores de infección (42, 21 y 23 %) y distribución (81, 35 y 37%), no obstante, en este último índice también sobresalió junio/07 con 49%. Es valido destacar que esta enfermedad mostró una tendencia y comportamiento similar a la observada en el pedestal #1, donde se evidenció que a partir del mes de sep/06 (pico de máximos valores en ambos índices) la infección y distribución de la enfermedad declinaron hasta el mes de marzo-abril, donde no se detectaron síntomas, y a partir de mayo/07 la misma comenzó un proceso de incremento irregular hasta diciembre/07. Lo antes observado con relación a la tendencia que siguen las curvas en estudio ratifica la estrecha relación que presenta el desarrollo y el comportamiento de la enfermedad con los factores climáticos y la coincidencia de los picos de máximos valores con la época lluviosa, lo que coincide con lo señalado por Ploper et al (2000); Gally et al (2004); Molina et al (2004); Rane et al (2004) y Sweets Wrather y Wright (2004).
Figura15. Infección y distribución de C. sojina en N. wightii.
Síntoma #3: Roya por Puccinia
Al igual que lo observado en Brachiaria hibrido cv Mulato, P. purpurea ocasionó en P. purpureum CT – 115 lesiones foliares que en un inicio fueron pequeñas manchas cloróticas de 0,1 a 0,5 cm cuya disposición se encontraban a lo largo de las nerviaciones y a medida que estas aumentaron de tamaño se tornaron de color pardo anaranjado con un halo amarillo pálido. Síntomas similares fueron descritos por Martínez et al (2007) en hojas de S. officcinarum (figura 16).
Figura16. Síntomas de P. purpurea en hojas de S. officcinarum
En la figura 17 se muestra el comportamiento de la infección y distribución de la roya en el cv CT-115. Se ratifica nuevamente lo observado por esta enfermedad en Brachiaria hibrido cv Mulato donde la misma mostró porcentajes muy bajos tanto para su infección como la distribución, con valores que no superaron el 10%, siendo los meses de febrero y marzo/07, donde se registraron relativamente los porcentajes más elevados de los parámetros analizados y a partir de junio/07 se evidenció un declinamiento de la roya y donde no se observaron síntomas de la enfermedad. Ello corrobora lo planteado con anterioridad en el pasto mulato donde la influencia de la temperatura registrada en ese periodo (con una media de 22,5 oC, aproximadamente) fue la ideal para el desarrollo del patógeno y pudo propiciar la aparición del mismo en esta época, tal como lo informa Martínez et al (2007), el cual señala que temperaturas superiores a 26 oC inhiben el crecimiento del hongo, tal como fue observado en los meses de junio hasta diciembre.
Figura 17. Infección y distribución de P. purpurea en P. purpureum CT-115
Síntoma #4: Mancha foliar por Exserohilum
Este síntoma en las hojas de P. purpureum CT-115 se caracterizó por presentar manchas irregulares, grandes, algo elípticas, con bordes pardos rojizos y un halo clorótico escasamente visible. El centro es de color pardo grisáceo y el tamaño promedio de una mancha osciló entre 0,7 a 9 cm de largo y de 0,2 a 0,8 cm de ancho. En las hojas muestreadas se observó la presencia de manchas distribuidas en la zona central (de cada área foliar). Este síntoma coincidió con el descrito por Echemendia (2005) en S. halepense. Sin embargo, a diferencia de los informado por esta autora y por Arnold (1986); Sivanesan (1992) y Mena (2004) estos no llegaron a formar bandas necrosadas en el sentido de las nerviaciones (atizonamiento), lo que pudiera estar relacionado con la baja infección mostrada por el patógeno Exserohilum rostratum en la gramínea evaluada (menos de un 26%), el cual mostró su valor más elevado en los meses de marzo-abril/07 (23 y 25%, respectivamente) (figura 18) coincidentemente donde la temperatura presentó valores medios de 22oC e inferiores de 18 oC, aspecto que pudo influir en la aparición y desarrollo del hongo en los meses señalados con anterioridad. Este resultado coincide con el obtenido por Echemendia (2005) quién informó la afectación del hongo en la hojas de S. halepense durante los meses de octubre a abril/07, aspecto este observado en la investigación realizada y que se ratifica también al analizar las curvas en estudio, donde a partir del mes de octubre en ambos años la enfermedad comienza a incrementarse ligeramente. Es valido señalar que aislamientos de Exserohilum también han ocasionado síntomas similares no solo en S. halepense sino también en el cultivo del maíz según Echemendia, Rivas, Reyes y Rodríguez (2005).
Figura 18. Infección y distribución de Exserohilum rostratum en Pennisetum purpureum.
Síntoma #5: Mancha foliar por Bipolaris
Se detectó asociado a P. purpureum CT-115 y las características más notorias de este síntoma (figura 18) son la formación de manchas ovales y lesiones grandes en las hojas de forma irregular, algo elípticas, con bordes pardos rojizos y un halo clorótico visible. Su centro es pardo grisáceo y en él se encontraron los conidios, conidioforos y micelios de color pardo que distinguen a estos hongos. Las manchas presentaron un tamaño promedio de 0,7a 10 cm de largo y de 0,,5 a 0,9 cm de ancho y fueron observadas en todo el área foliar. Dichos síntomas son similares a los informados por Echemendia (2005) para S. halepense, la que además agrega que dichas manchas pueden provocar atizonamiento y las lesiones pueden alcanzar tamaños que varían desde 7 cm de largo y formar bandas de hasta 20 cm de longitud. Huang, Wtason, Duang y Yu (2001) diagnosticaron este síntoma así como su agente causal (Bipolaris sorghicola (Lefebvre y Shermin) Alcorn) en Echinocloa crus-galli en China, para ser usado como micoherbicida. Por otra parte, B. sorghicola ha sido informado en Sorghum halepense por Chiang, VanDyke, C.Gand y Leonard (1989); Zinder y Vandyke (1990); Charudattan (1996); Bonilla et al., (1997), pero se conocen informes anteriores con otras sinonimias (Dickson, 1975 y Arnold, 1986). Sivanesan (1987) y Assis (2002) describieron características sintomatológicas similares en otras gramíneas.
Figura 19. Síntomas de Bipolaris sorghicola. en P.purpureum CT-115
Es prudente puntualizar que los géneros Bipolaris, Curvularia y Exerohilum pertenecen al mismo complejo taxonómico cuyas características morfológicas, así como su sintomatología se corresponde con la citada por Ellis (1966; 1971; 1976); Sivanesan (1984 y 1987); Alcorn (1988) y Mena (2004).
El comportamiento de la infección y distribución ocasionada por B. sorghicola se representa en la figura 20, donde se evidencia los bajos porcentajes obtenidos en ambos parámetros evaluados (alrededor de un 15 % para el primero y 35 % para el segundo), siendo el periodo de marzo a agosto donde se alcanzaron los mayores valores con picos superiores en el mes de junio (15% de infección y 32% de distribución, enmarcándose en la época lluviosa). Estos resultados corroboran los obtenidos por Echemendia (2005), quien señala a los meses de marzo hasta agosto en los cuales aparece los síntomas de la enfermedad, lo que probablemente esta influenciado con las condiciones ideales que los microorganismos encuentran durante esta época.
Figura 20. Infección y distribución de B. sorghicola. en Pennisetum purpureum.
Debe acotarse que a pesar de las condiciones favorables que encontraron los patógenos en cada una de las épocas analizadas, su influencia en P. purpureum CT-115, no fue de gran consideración, ello puede estar dado a la resistencia varietal que muestra esta planta ante la acción de los microorganismos, aspecto señalado por Martínez (2005).
III.2. Agentes fungosos más importantes asociados a las plantas evaluadas en los dos sistemas de pedestales en estudio.
En la investigación realizada se identificaron siete agentes fungosos pertenecientes a siete géneros, los cuales se muestran en las tablas 1 y 2. De estos siete agentes, en el Pedestal #1 en N. wihghtii se encontraron: Oidium sp, Cercospora sojina Hara, Rhizoctonia solani Kühn, y en Brachiaria hibrido cv. Mulato: Curvularia lunata (Wakker) Boedijin y Puccinia purpurea Cooke.
Tabla 1. Clases, órdenes, familias, géneros y especies fungosas asociadas al Pedestal #1.
Con respecto al pedestal #2 se evidenció la incidencia de cinco agentes fungosos, de ellos en N. wightii se detectaron: Oidium sp y Cercospora sojina Hara y en P. purpureum CT-115: Puccinia purpurea Cooke, Exserohilum rostratum (Drechsler) Leonard & Suggs y Bipolaris sorghicola (Lefebree & Sherwing) Alcorn.
Tabla 2. Clases, órdenes, familias, géneros y especies fungosas asociadas al Pedestal #2.
Descripción de las especies
Oidium sp. Los micelios de este hongo son de color blanco y forma una red de hifas sobre la superficie del tejido foliar. Las hifas son hialinas y de pared lisa, en las cuales se forman conidióforos cortos y erectos (A). Los conidios son hialinos, unicelulares, de forma cilíndrica, formados en cadenas o de manera individual (B y C), miden en promedio 27 &µm de largo y 14 &µm de ancho Estas características coinciden con las descritas por Orozco (2006) para la identificación del género.
Cercospora sojina: Este patógeno produce conidioforos de color oscuro, septados con 1 a 4 tabiques. Los conidios de los aislamientos fueron alargados, oscuros, con dos a seis tabiques y con un tamaño de 38 a 62 x 5-9 mm. Dichas características ratifican las señaladas por Ploper et al (2000) para identificar dicha especie.
Rhizoctonia solani: Se caracterizó por no producir esporas asexuales en las colonias en estudio. Dichas colonias se caracterizaron por ser efusas, ocráceas, de hifas gruesas e irregulares, con ramificaciones laterales en ángulos de 90 o con un septo en la base. Los micelios, fueron de color blanco a pardo oscuro cuando creció sobre el medio artificial. Las hifas presentaron tamaño de 4-15 µm de ancho. Dichas características permitieron identificar a este agente fungoso como R. solani tal como también fue descrito por López et al (1999) y Aramayo (2004).
Curvularia lunata: Se observaron que las colonias fueron dispersas, pardas a negras, conidioforos solitarios o en grupos, no ramificados, pardo rojizo pálido a pardo rojizo oscuro, más pálido hacia el ápice. Los conidios se presentaron usualmente curvos con 3 septos. Esta descripción coincide con la realizada por Lopéz et al (1999), quien además informa la presencia de células de los extremos subhialinas y las centrales de pardo pálido a pardo oscuro, con la tercera célula a partir de la base más grande y oscura, de 20-34 x 8-14 um, lisos o ligeramente verruculosos.
Exserohilum rostrata: Los aislamientos de los hongos mostraron colonias dispersas y pardas oscuras. Los conidioforos solitarios o en pequeños grupos sin ramificar, en ocasiones geniculados, pardos, más pálido hacia el ápice, hasta de 300 um de longitud, de (5-) 7-10 um de groso en la base y de 4,8-7,2 um en el ápice. Conidios rectos o ligeramente curvos, obclaviformes a rostrados, con 5-16 distoseptos. Dichas características coinciden de manera similar con las descritas para la especie por López et al (1999) y Echemendia (2005).
Bipolaris sorghicola: Presentó colonias dispersas pardo oscuras, con bordes irregulares, conidioforos solitarios no ramificados pardo pálido a pardo oscuro, hasta de 100 um, pero frecuentemente mucho más cortos de 2,4 a 4,5 um de grosor. Conidios rectos, elipsoidales, oblongos o cilíndricos, redondeados en los extremos y según López et al (2004,) además, este hongo se caracteriza por presentar conidio pardo pálido a dorados, con dos a siete dictoseptos muy claros y difusos, de 12-30 um x 5-9 um, lisos. Por otra parte, Echemendia (2005) plantea que las células conidiogenas se presentan redondeadas en los extremos.
Puccinia purpurea: Los aislamientos se caracterizaron por tener uredosporas antigenas de color anaranjado rojizo, elipsoidales u ovoides, unicelulares. Dichas características han sido descritas por Echemendia (2005). Es valido puntualizar que al igual que lo planteado por esta autora no se pudo obtener un crecimiento in vitro de este patógeno por ser un parasito obligado.
CONCLUSIONES
La mancha foliar por Oidium, Cercospora, Curvularia, Bipolaris y Exserohilum, la pequeñas manchas cloróticas por Puccinia (Roya) y la caída de las plantas o marchites por Rhizoctonia constituyeron los síntomas más observados durante el periodo evaluado.
Se identificaron siete especies fúngicas, representadas en siete géneros, asociados a las plantas en estudio: Oidium sp, Cercospora sojina, Rhizoctonia solani en N. wigthii; Puccinia purpurea y Curvularia lunata en Brachiaria hibrido cv. Mulato (I) y Exserohilum rostratum y Bipolaris sorghicola en P. purpureum CT-115.
Los agentes fungosos de mayor incidencia en los pedestales evaluados fueron: Oidium sp. y Cercospora sojina.
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