La forma habitual de introducir la alimentación complementaria es ir sustituyendo, de una en una, las tomas de leche que recibe el lactante por los distintos componentes de la alimentación complementaria (papilla de cereales, fruta, purés de verdura), de forma paulatina, con intervalo suficiente para que el niño vaya aceptando los nuevos alimentos, probando la tolerancia a los mismos antes de introducir uno nuevo y dando tiempo a la adaptación de su organismo. Es muy importante en este periodo, permitir que la cantidad de alimento pueda variar de un día a otro y de una semana a otra, según el apetito del niño.
Los cereales son el primer paso de la alimentación complementaria, siendo su característica su consistencia fluida (papillas), su buena aceptación y su fácil deglución, continuando con las fruta que son ricas en vitaminas especialmente C, y se admiten bien en forma de papillas sin añadir azúcar. No tiene base nutricional ofrecer zumos de fruta antes de los 4 meses y son probables las reacciones adversas, es decir, no es recomendable dar en forma de jugos, por otro lado, es recomendable iniciar a partir de los 4 – 6 meses con una papilla de frutas por su aporte vitamínico, nunca sustituyendo a una toma de leche, sino complementándola. Se deben emplear frutas variadas, para educar el gusto y es preferible evitar las que pueden desarrollar alergias. Suelen introducirse después de conseguida la aceptación de los cereales. No deben endulzarse con azúcar y no se incorporan galletas hasta después de los 7 meses, ya que estas contienen gluten.
Las verduras y hortalizas son una gran fuente de vitaminas y minerales. Al inicio se deben evitar las verduras con alto contenido en nitratos, no introduciéndolas diariamente.
Se puede añadir una cuchara de aceite de oliva pero no sal. Deben cocerse con poca agua y aprovechar el caldo de cocción, en el que quedan disueltas parte de las sales minerales. Al inicio, se recomienda evitar los alimentos flatulentas o muy aromáticos.
La importancia nutricional de la carne reside en ser una excelente fuente de proteínas y hierro. Preferiblemente las menos grasas, y nunca antes de los seis meses, en una cantidad de ¼ de taza por día y aumentando la misma cantidad por mes, máximo ½ taza, mezclada con las verduras. Aportan proteínas de alto valor biológico, lípidos, hierro, zinc y ciertas vitaminas. En cuanto a los pescados es recomendable proporcionarlos a partir de los nueve meses y si el bebé tiene antecedentes familiares de alergia alimentaria, incluso hasta pasado el año de vida. A partir de esta edad, el pescado puede sustituir a algunas comidas con carne. Es conveniente empezar por pescados blancos.
Los huevos se introducen en la dieta del niño primero la yema cocida por el noveno mes; inicialmente un cuarto, la semana siguiente media y al mes entera, se sugiere añadirlo en un puré a media mañana. Es preferible introducir la clara a los doce meses. La yema es buena fuente de grasas, ácidos grasos esenciales, vitaminas A, D y hierro. La clara aporta principalmente proteínas completas, pero entre ellas se encuentra la ovoalbúmina, con gran capacidad de provocar alergias, si se introduce antes de los doce meses.
Con respecto a los yogures se recomienda introducirlos a partir del octavo mes; natural sin azúcar como complemento o mezclado con la papilla de frutas de la merienda.
Los beneficios de la Alimentación Complementaria a partir de los 6 meses:
Que las niñas/os reciban un aporte adecuado de energía, proteínas, vitaminas y minerales que son necesarias de acuerdo a su edad, para que tengan un buen crecimiento y desarrollo.
Que las niñas/os conozcan y se acostumbren a nuevos sabores y texturas.
Que se estimule el niño o niña, para que aprenda a masticar alimentos que ya no son simplemente de consistencia liquida sino también solida y semisólida.
Durante los primeros días, cuando los niños y niñas reciben nuevos alimentos, se recomienda darles un alimento por vez, comenzando con una pequeña cantidad aumentando poco a poco. Con esto se podrá comprobar la tolerancia o reacciones a ciertos alimentos, estos deberán ser espesos y de consistencia blanda o semisólida.
A esta edad, es frecuente que las niñas y niños rechacen los nuevos sabores, por lo que se les debe ofrecer estos alimentos nuevamente, en varias oportunidades o preparados diferentes.
Los niños y niñas deben empezar a comer los siguientes alimentos:
Verduras y tubérculos: papa, zapallo, mandioca, batata, acelga, zanahoria, espinaca, acelga.
Frutas: banana, melón, mamón, aguacate, manzana, mango, pera.
Cereales y derivados: arroz, maicena (fécula de maíz), locro, maíz. Se recomienda comenzar con el trigo y sus derivados a partir de los 8 meses.
Carnes, vacuna, pollo o gallina.
Estos alimentos son indicados para los niños y niñas y los pueden consumir todos los días. Iniciar con 1 a 2 cucharaditas hasta completar 2 cucharadas que corresponden a ½ plato pequeño. La consistencia en forma de papilla o puré (al inclinar el plato la preparación no se desliza por él y es suave para tragar o deglutir) a las que se le agregara una cucharadita de aceite. Las carnes se indican molidas o picadas.
Es fundamental que las niñas/os sigan tomando leche de preferencia leche materna. Es recomendable el uso de sal yodada y en pequeña cantidad en sus comidas.
Según los expertos, estas son las señales que le indican el momento ideal para el inicio de la alimentación complementaria:
El pequeño es capaz de mantener una posición sentado con poco apoyo.
Controla su cabeza
Soporta su peso con los antebrazos.
Alcanza un objeto y los alimentos de la mano de su mamá.
Se lleva las manos o los objetos a la boca.
Explora sus dedos y puños.
Abre la boca cuando roza una cuchara con sus labios.
Carece del reflejo de extrusión: empujar la lengua hacia fuera.
Es capaz de desplazar el alimento hacia atrás y deglutirlo
Posibles inconvenientes de la introducción prematura de la alimentación complementaria.
Interfiere con la lactancia materna en perjuicio de ésta.
Puede producir alergia a determinados alimentos
Conlleva un riesgo de trastornos de la regulación del apetito
Puede contener constituyentes perjudiciales para lactantes pequeños
Puede contener aditivos y contaminantes.
Recomendaciones actuales para la introducción de la Alimentación Complementaria.
El niño está listo para empezar a tomar otros alimentos cuando:
Es capaz de sentarse estable sin ayuda.
Muestra interés por la comida de los adultos
Sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos (Al ver acercarse la cuchara el niño que tiene hambre abre la boca y mueve la cabeza hacia delante. El que está saciado, cierra la boca y mueve la cabeza hacia un lado).
Los nuevos alimentos se deben introducir de uno en uno, en pequeñas cantidades y con al menos una semana de separación.
Cuidados a tener en la alimentación de las niñas/os menores de 1 año.
Los alimentos con más probabilidad de causar reacciones alérgicas en niños/as menores de 1 año, cuando son consumidos en forma muy temprana son:
Trigo.
Centeno
Chocolate.
Carne de cerdo.
Tomate.
Huevo.
Avena.
Maní.
Pescado.
Frutilla.
Legumbres (poroto).
Por eso se recomienda, que estos alimentos sean consumidos por los niños/as a partir de los 9 meses de edad sobre todo en caso de familias con alergias, sin embargo si fuera la única fuente proteica podrán ser incluidos antes del año de edad.
Se recomienda evitar los alimentos que contienen edulcorantes artificiales u otras sustancias químicas como los colorantes y aditivos. Es por ello, que deben quedar fuera de la alimentación normal los refrescos en polvo, bebidas gaseosas, cubos de caldo, sopas de sobre, mayonesa, kétchup, mostaza, así mismo la miel, que puede estar contaminada con microorganismos, que puede producir intoxicación alimentaria llamada botulismo infantil tipo B.
Metodología.
Es una investigación descriptiva que trata de detallar los alimentos indicados que se deben y no administrar en la alimentación en niños a partir de los 6 meses de edad, los efectos contrarios de los mismos, la forma de administrar y las recomendaciones a tener en cuenta.
La metodología utilizada es la cuantitativa y la cualitativa. Ya que interactuamos en el conjunto social con descripciones del problema, rescatando evidencias y también se medirá y obtendrá estadísticas de lo observado con visión de la realidad.
Se recolectaran datos con encuestas, preguntas abiertas y charlas informales para que las personas puedan comentar su propia experiencia. Esto se llevara a cabo en los hogares de las personas encuestadas.
Se tomará como grupo de estudio a personas del Bo. Juan León Mallorquín de la Ciudad de Encarnación específicamente a madres o tutores de menores de 6 meses.
Se tomaran como muestra importante las madres, que son las responsables o encargadas de administrar lo alimentos a los menores de 6 meses.
Una vez obtenida toda la información los datos se procesaran a través de la codificación, tabulación, descripción y análisis de datos obtenidos de los diferentes instrumentos de recolección de datos para la posterior presentación de los resultados.
Cronograma.
1) Presentación de Proyecto–Evaluación.
2) Recolección de información bibliográfica.
3) Elaboración de documentos para encuestas y entrevistas.
4) Encuestas y entrevistas.
5) Procesos.
6) Análisis.
7) Redacción.
8) Entrega del trabajo.
Bibliografía.
TORRESANI, María Elena. Lineamientos para el cuidado nutricional. Nueva Edición. Buenos Aires, Eudeba, agosto de 2008.
COMITÉ TECNICO NACIONAL. Guías Alimentarias para Niños/as menores de 2 años del Paraguay. Asunción-Paraguay, 2006
KRAUSE MENDELSON,Marie. Nutrición y Dietoterapia de Krause. Decima Edición. México, Mac Graw Hill, marzo 2005.
GARDA, Maria Rita. Técnicas de manejo de los alimentos. Nueva Edicion. Buenos Aires, Eudeba, 2007.
LOPEZ, Laura Beatriz-SUAREZ, Marta Maria. Fundamentos de la Nutricion Normal. 2ª Edicion. Buenos Aires. El Ateneo. 2005.
Autor:
Gladys
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