- La interpretación de las culturas
- Teoría tradicional y teoría crítica
- La construcción social de la realidad
Clifford Geertz
La interpretación de las culturas
A. Determinación de los lineamientos teóricos del autor y fundamentación de sus escuelas interpretativas.
La cultura, según la define Geertz, es un sistema de concepciones expresadas en formas simbólicas por medio de las cuales la gente se comunica, perpetúa y desarrolla su conocimiento sobre las actitudes a la vida. La función de la cultura es otorgar sentido al mundo y hacerlo comprensible.
Geertz en la base semiótica sustenta que la cultura es el origen de "sentidos" con el que damos significado a las conductas humanas. La semiótica interpreta los significantes, investiga y maneja fenómenos que otras ciencias como la sociología y la psicología no se han podido explicar de manera independiente. Pero para comprender de mejor el símbolo se manifiesta como una representación que trata de hacer importante alguna idea, con rasgos asociados por un arreglo socialmente aceptado. Es un signo sin semejanza ni proximidad, que posee únicamente un vínculo convencional entre los socializantes entre su significante y su denotado, además de una clase intencional para su designado. Al mismo tiempo, los símbolos se manifiestas como pictografías mentales con un sentido propio, la cultura en sí, las formas de organizarse, las formas de vida, el arte, la religión y las creencias, la política, la económica y el comercio, el deporte y la recreación, entre otras tantas manifestaciones sociales.
La cultura establece conceptualmente ciertos hechos, o ciertas denominaciones lingüísticas, y para ello, en una primera instancia, las sistematiza, la vida cultural, la historia, los procesos de diferente tipo, han ido transformando esos signos, y se van adecuando a esas realidades distintivos llevadas y construidas en cada cultura.
Para clifford la idea de Max weber desde el postulado que "el hombre es un animal en relación de "significaciones" y que en este caso la cultura por lo tanto no es una ciencia experimental científica en busca de leyes absolutas comprobables, sino como ciencia interpretativa en busca de significaciones. Trata de describir e interpretar lo que el mundo social lo vislumbra desde lo evidente, lo oculto pero sin embargo, esta en el mundo social.
Como escuela interpretativa podríamos decir que Clifford Geertz es parte de la llamada Sociología Comprensiva y también es considerado exponente de la antropología simbólica, está compuesta por una estructuración psicológica desde la practicidad sujetos direccionan su quehacer en el mundo social. siendo la visión anti positivista el sello del enfoque dado al estudio social. Debido a que estas vertientes del pensamiento utilizan la categoría de sentido, del significante y del símbolo en sus estudios.
Cuando hablamos de sentido, hablamos del valor de que los sujetos otorgan a sus acciones, siendo la clave para comprender desde esos sentidos la trama de simbolismos que poseen las sociedades. Y la captación de esos mismos sentidos otorga los pasos para poder interpretar a los diversos grupos humanos, en base a una mirada hermenéutica.
Si bien basa su estudio y fundamento desde esta matriz, la descripción densa no es solo el método de recolección desde la praxis, sino más bien una interpretación en profundidad de los hechos sucedidos. Ryle propone dos conceptos que dan cierta claridad al concepto denso. Por una parte Gilbert postula que hay dos formas; la primera denominada descripción superficial de la cual el sujeto puede observar sin mayores complicaciones puesto que es indudable en hechos ante el contexto, mientras que hay un trasfondo del hecho, del cual hay que ahondar para especificar su intencionalidad o naturaleza, a ella la denomina descripción densa. Esta como su enunciado lo demuestra, trato no tan solo de observar lo indiscutible, debe profundizar, describiendo el hecho, dar una intensión en búsqueda de la naturaleza o esencia del hecho.
Para Clifford en síntesis la etnografía es descripción densa en sí, puesto que el solo hecho de ir a la búsqueda de hechos, hará el trabajo del etnógrafo denso. Puesto que este se debe posicionar en una realidad donde sabemos la existencia de hechos, pero desconocemos toda su descripción y aun mas su interpretación. Los hechos sociales están llenos de significados, entrecruzados unos con otros, evidentes y ocultos de los cuales el científico deberá ofrecer todo su profesionalismo para descubrir hasta el mas mínimo detalle que pueda dar un análisis lo más realista acerca del hecho social.
B. Resumen de los artículos en referencia con énfasis en los conceptos claves teóricos.
El concepto de significado es otra idea que potencian la teoría, debido a que el hecho, debe contener significado social, tanto para el que realiza un acto como para quien observa o a quien es destinado el hecho. De lo contrario realizaríamos actos sin pensar, sin comprender y sin sentir lo que se está ejecutando. Por lo tanto, desde la relación con otros y el significado para todos hace a la cultura pública, tanto de lo superficial como denso.
El concepto semiótico en la cultura, es entendida como un conjunto de de sistemas interactivos de símbolos, (lenguaje). Sin embargo, la cultura es mas de todo los conceptos planteados por el mismo Clifford, en el mismo, concibe la cultura no como una matriz en la que se van agregados al azar fenómenos sociales, leyendas, mitos, doctrinas etc. Sino mas bien la cultura es el escenario, el máximo contexto en el cual se pueden interpretar desde la interpretación más profundo de todos los hechos interrelacionadas (denso) que experimentan todos los sujetos que la construyen.
En la conducta se da la cultura, puesta esta debe materializarse y donde la cultura se torna viva para las sociedades, si bien la cultura también se mantiene en lo cognitivo, se desenvuelve plenamente en la práctica.
Como concebimos que esta tarea de describir desde lo denso, puede ser tarea de todo el que se empeñe en ejercerla, esta para Clifford se da por naturalidad en la función del etnógrafo, para ello establece que este debe atender a que esta debe interpretar, establecer que se dio en los discursos, rescatar los discursos y que por el nivel de detalles o especificidad, está en su mayoría se dará en niveles microscópicos sociales. Lo que no quiere decir que la interpretación cultural, no esté o no se pueda realizar a grandes estructuras sociales. Solo lo plantea como método para establecer la interpretación lo que vendría a producir conocimientos de esa cultura en específico. En este sentido toma la amplitud desde contextos o hechos pequeños, pero desde un análisis profundo para obtener un enriquecimiento de los nuevos conocimientos y elevarlo a una amplitud.
Por muy pequeñas que sean estas interpretaciones, de igual forma son ricas en importancia general, puesto que las descripciones micro dan sustento a los conceptos generados por el cuerpo social.
La necesidad de que la teoría se mantenga cercana con el terreno de estudio, puesto que la teoría necesita estar en el campo de los sujetos y observar desde ellos sus propios conceptos que nos permitirán elevarlos a un conocimiento abundante. En este sentido el conocimiento nunca es acabado, ni mucho menos finalizados, más bien se vuelve un ciclo del cual, se debe volver a un comienzo, pero un comienzo mas nutritivo, debido a que en esta nueva etapa, se contara con mejor información, un entendimiento más profundo y conceptualización. Una segunda premisa respecto al conocimiento de la cultura, es que esta nunca es predictiva, es decir el investigador no predice hechos, no anticipa conclusiones, sino más bien manifiesta su existencia.
Descubrir las estructuras conceptuales que informan lo que los sujetos dicen, permitirá a la teoría construir un sistema de términos generales, o que permitirá construir un sistema de acciones simbólicas que repercutirá en la cultura y sus sujetos.
El énfasis puesto en el imaginario social, cada símbolo posee representaciones distintas según la cultura, aun siendo el mismo hecho (denotativo) pero variando su significación (connotación). Cada cultura posee sus propias interpretaciones y variantes en cuanto al valor de cada acción, manifestación y tipos de comunicaciones. En ese sentido, Geertz sostenía que para estudiar la cultura desde un punto de vista antropológico, es insostenible aplicar una ley o una teoría determinada, como se aplica en las ciencias duras, lógicas y matemáticas.
La vocación fundamental de la antropología interpretativa no es dar respuestas a nuestras preguntas más profundas, sino darnos acceso a las respuestas proporcionadas por los otros, que en la práctica sería interpretar una cultura desde la cultura y estructura mental del observador.
En síntesis, la acción social, según su sentido y como labor mentada, otorga un significante particular, el cual depende del contexto cultural en el cual se manifieste, en esa circunstancia adquiere validez. Ese mismo contexto cultural, estructurado con mitos, símbolos y creencias, aspectos que configuran la cosmovisión e identificación, facilita la interpretación; la cual es obtenida con la descripción densa, la que está referida a la jerarquía estratificada de estructuras mentales y significativas, ante ella el observador adquiere una mirada hermenéutica.
La descripción densa, y los mensajes culturales que se muestran, constituyen la base y objeto de estudio de la etnografía. Ante ello la colaboración de las realidades y de los imaginarios sociales y los símbolos culturales, proporcionan información que puede ser leída y densamente descrita.
Para la interpretación es esencial una comprensión exacta del significado de los símbolos, y el observador debe tener la habilidad de captar los hechos y lograr una descripción sabiendo diferenciar los símbolos mediante profunda interpretación. Y es allí que la forma más efectiva del tratamiento de la cultura, es bajo proyección de su sistema simbólico, aislando la relación de elementos y caracterizando todo el sistema de alguna forma con el citado simbolismo y su interpretación.
Palabras claves: cultura, descripción densa, descripción superficial, datos, símbolos, semiótica, etnografía, estructuras de significación, acción simbólica, realidad superorgánica, cultura publica, signos, actos, contexto, acto imaginativo, imaginario, acción social, interpretación, antropología, etnografía, análisis cultural, inferencia, inscripción, especificación.
Max Horkheimer.
Teoría tradicional y teoría crítica
A. Determinación de los lineamientos teóricos del autor y fundamentación de sus escuelas interpretativas.
Sobre la base de la distinción realizada por Max Horkheimer en la "teoría tradicional" y la "teoría crítica", propone una crítica a las teorías contemporáneas que pretenden vincular la "cultura" con atributos de tipo antropológico, económico y humanista. De la mano de los estudios culturales y de las teorías poscoloniales, el autor propone avanzar hacia una "economía política de la cultura" que pueda dar cuenta de la complejidad de los fenómenos culturales en tiempos de la globalización.
Determinación de los lineamientos teóricos del autor y fundamentación de su escuela interpretativa
Horkheimer fue un filosofo que profundizo la idea de la crítica dentro del campo filosófico, que mas tarde se vinculo con la escuela de Frankfurt desde una enfoque más actualizado de la crítica recogiendo vision filosófica de Karl Marx, desde las cuales hasta el día de hoy se siguen difundiendo en el mundo filosófico, científico, social, económico entre otras.
En cuanto al lineamiento teórico del autor, Horkheimer trata de presentar una propuesta que implica que la teoría de los estudios sociales asuma los cambios, transformaciones y evoluciones de las sociedades avanzadas, una propuesta en cuanto a que la teorización social tratase de abarcar y comprender en totalidad el desarrollo de las mismas. Para ello comprendió que los métodos de su época, los métodos tradicionales quedaban obsoletos. El desarrollo del capitalismo era abrumador y dominante de las razones al punto de la demencia del los individuos. Siendo la pérdida de la conciencia el punto convertido al máximo. Dicho contexto hace necesario a que las ciencias humanas apliquen un nuevo método.
En ese sentido, se plantea una interrogante epistemológica, y trata de verificar que la ciencia de la ciencia social, estaba un tanto equivocada en sus enfoques. El conocimiento, y la transformación y masificación del estudio social es incuestionable, siendo al mismo tiempo transformador de los procesos.
Max Horkheimer, en su obra teoría tradicional y teoría crítica, hace un apartado de ambas, en una primera instancia y respecto a la teoría tradicional, la define desde sus aspectos teóricos, desde la práctica de ellas, que grupo o entendido, desde la crítica que clase social destinaba los fines y orientaciones de ellas, es decir una conducción casi majadero de la ciencia, así también menciona y hace alusión a los grandes filósofos del que se sustentan hasta hoy lo tradicional, especialmente en la sociología.
La teoría tradicional, hace referencia, al conjunto de propuestas cuya validez reside en su correspondencia con un objeto ya formado previamente al acto de su representación. Esta separación radical entre el sujeto y el objeto del conocimiento convierte a la teoría en una actividad pura del pensamiento, y al teórico en un espectador desprendido que se restringe a describir al mundo tal como es o los hechos tal como son.
La teoría crítica, plantea que la ciencia, como así también la realidad observada y estudiada, son un producto de la praxis social, lo cual significa que el sujeto y objeto de estudio, se encuentran preformados socialmente.
Como se menciona en un comienzo sabemos, Horkheimer, es adscrito a la Escuela de Frankfurt esta corriente de pensadores, sostuvieron la necesidad de desarrollar una reflexión global o integral sobre los procesos que consolidaron la sociedad capitalista de Europa. En ese escenario, toma relevancia las consideraciones de la teoría social como entidad que actúa y se desarrolla en ese transcurso de consolidación. De tal manera, el Instituto de Investigación Social vendrá a devolver a la Filosofía y a la Ciencia Social su carácter de análisis crítico no sólo en relación a la teoría sino, también a la práctica y a la unión de ambas".
La ciencia tradicional, corriente de las escuelas positivistas y los pragmatistas, plantean la idea de las ciencias generales, establecimiento de leyes universales e incuestionables de las cuales se evitan por sobre todo su transformación. La interpretación que hace del mundo social, es más compleja, puesto que el tratar de aplicar métodos naturales, es casi imposible, por lo que lo tradicional se posterga a pronosticar los hechos y sus causas para imponer a partir de ello y originar soluciones ventajosas para el tema social.
El positivismo, también está en la mira de los teóricos críticos: no compartirán la idea de identificar conocimiento con la ciencia, ni considerar a ésta como todo conocimiento objetivo. Porque simplemente, esto supone ceñirse a los hechos excluyendo cualquier forma de valoración, ya sea positiva o negativa.
Horkheimer, en su postulado de la teoría crítica va en búsqueda de las transformaciones sociales, que la teoría crítica hasta ese momento no se interesa por promover. La teoría crítica no acepta los problemas como parte de lo natural, sino más bien como una construcción emanada de las contradicciones ocurridas en el mundo social.
B. Resumen de los artículos en referencia con énfasis en los conceptos claves teóricos.
Conceptos claves: razón, verdad, cultura, praxis, cultura pública hipótesis, deducción, ciencias naturales, ciencias sociales, hipótesis auxiliares, teoría, unilateralidad científica, facticidades, práctica social, sociología, divergencia.
Las críticas es al concepto de razón, si el ser debe operar desde la razón, no se entiende lo imperfecto del sistema impuesto por lo que la razón es fabricante de irracionalidades, lo cual no es comprensible para el mundo crítico. Para este principio es imposible que el científico actué como externo dentro del campo científico, aunque este consiente o perciba que los fines de la ciencia tienden a dar respuesta a hechos sociales, sin embargo, es contradictorio que este no se perciba como producto de él. Si bien Horkheimer no rechaza los resultados del mundo tradicional, más bien aleja de ella desde el concepto de que el investigador es el actor histórico del mundo social que el mundo del conocimiento se interesa por conocer e interpretar.
El concepto de verdad para Hoirkheimer, la verdad se produce al hilo de un proceso continuo de rectificación. Esta concepción permite englobar en el proyecto tanto las metas de justicia social y libertad como los resultados de las ciencias particulares, sin que ello implique el reconocimiento de una posible identidad realizable entre razón y realidad.
El concepto de cultura respaldado por el Hoirkheimer es substancialmente un concepto semiótico. Weber piensa que el hombre es un animal inserto en tramas de significación que él mismo ha construido, a su vez Geertz considera que la cultura ha de ser por lo tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones. Lo que se busca es la explicación, interpretando expresiones sociales que son enigmáticas en su superficie. Pero semejante pronunciamiento, que contiene toda una doctrina en una cláusula, exige en sí mismo alguna explicación.
La cultura pública, porque la significación lo es. No se pueden realizar gestos sin conocer lo que ella significa. La falacia cognitivista de que la cultura consiste en "fenómenos mentales que deberían ser analizados mediante métodos formales semejantes a los de la matemática y la lógica" es tan destructora para un uso efectivo como lo son las falacias del conductismo y del idealismo de las cuales el cognitivismo es una corrección mal preparada.
Lo que se impone es darse cuenta de que el fenómeno alcanza a la antropología, y la cultura consiste en estructuras de significación socialmente establecidas. Los actos son signos.
La investigación etnográfica, entendida como sistemas en interacción de signos interpretables que se llamarían símbolos, la cultura no es una entidad, a la cual puedan atribuirse de manera causal acontecimientos sociales, modos de conducta, instituciones o procesos sociales; la cultura es un contexto dentro del cual pueden describirse todos esos fenómenos de manera inteligible, es decir, densa.
Comprender la cultura de un pueblo es captar su carácter normal sin reducir su particularidad. Dicha comprensión los hace accesibles, los coloca en el marco de sus propias trivialidades y disipa su opacidad. Nada es más necesario para comprender lo que es la interpretación antropológica y hasta qué punto es interpretación que una comprensión exacta de lo que significa, afirmar que nuestras formulaciones sobre sistemas simbólicos de otros pueblos deben orientarse en función del actor. Lo cual significa que las descripciones de la cultura deben encararse atendiendo a los valores que imaginamos se asignan a las cosas, atendiendo a las fórmulas que ellos usan para definir lo que les sucede. Lo que no significa es que tales descripciones son antropológicas pues son parte de un sistema en desarrollo de análisis científico. Deben elaborarse atendiendo a las interpretaciones que hacen de su experiencia personas pertenecientes a un grupo particular, porque son descripciones, según ellas mismas declaran, de tales interpretaciones; y son antropológicas porque son en verdad antropólogos quienes las elaboran. Pero, como en el estudio de la cultura, el análisis penetra en el cuerpo mismo del objeto, es decir, comenzamos con nuestras propias interpretaciones de lo que nuestros informantes son o piensan que son y luego las sistematizamos.
En suma, los escritos antropológicos son ellos mismos interpretaciones y por añadidura interpretaciones de segundo y tercer orden. Sólo un "nativo" hace interpretaciones de primer orden. De manera que son ficciones en el sentido de que son algo "hecho", algo "formado", "compuesto", no necesariamente enfoque semiótico de la cultura es ayudarnos a lograr acceso al mundo conceptual en el cual viven nuestros sujetos, de suerte que podamos conversar con ellos. La tensión entre la presión de esta necesidad de penetrar en un universo no familiar de acción simbólica y las exigencias de progreso técnico en la teoría de la cultura, entre la necesidad de aprehender y la necesidad de analizar es, en consecuencia, muy grande y esencialmente inevitable. En realidad, cuanto más se desarrolla la teoría más profunda se hace la tensión. Esta es la primera condición de la teoría cultural: no es dueña de sí misma. Como es inseparable de los hechos inmediatos que presenta la descripción densa, la libertad de la teoría para forjarse de conformidad con su lógica interna es bastante limitada. Las generalidades a las que logra llegar se deben a la delicadeza de sus distinciones, no a la fuerza de sus abstracciones.
Análisis cultural se desarrolla según una secuencia discontinua pero coherente de despegues cada vez más audaces. Los estudios se realizan sobre otros estudios, pero no en el sentido de que reanudan una cuestión en el punto en el que otros la dejaron, sino en el sentido de que, con mejor información y conceptualización, los nuevos estudios se sumergen más profundamente en las mismas cuestiones. Todo análisis cultural serio parte de un nuevo comienzo y termina en el punto al que logra llegar antes de que se le agote su impulso intelectual Se movilizan hechos anteriormente descubiertos, se usan conceptos anteriormente desarrollados, se someten a prueba hipótesis anteriormente formuladas; pero el movimiento no va desde teoremas ya demostrados a teoremas demostrados más recientemente, sino que va desde la desmañada vacilación en cuanto a la comprensión más elemental, a una pretensión fundamentada de que uno ha superado esa primera posición. Es esta razón, si uno busca tratados sistemáticos en el campo de la cultura, se ve rápidamente decepcionado. Las contribuciones teóricas están no sólo en estudios específicos sino que son difíciles de separar de tales estudios para integrarlas en algo que pudiera llamarse "teoría de la cultura" como tal.
La teoría se cierne muy bajo sobre las interpretaciones que rigen, de manera que separadas de éstas no tienen mucho sentido ni gran interés. Sino porque enunciadas independientemente de sus aplicaciones, parecen vacías. Es decir sólo que no se ve gran ventaja en ello porque la tarea esencial en la elaboración de una teoría es, no codificar regularidades abstractas, sino hacer posible la descripción densa, no generalizar a través de casos particulares sino generalizar dentro de éstos.
Generalizar en casos particulares se llama generalmente inferencia. La cual comienza con una serie de significantes (presuntivos) e intenta situarlos dentro de un marco inteligible. Las mediciones se emparejan con predicciones teóricas, pero los síntomas se examinan en pos de sus peculiaridades teóricas, es decir, se diagnostican. En el estudio de la cultura los significantes son actos simbólicos, y aquí la meta es el análisis del discurso social.
Así llegamos a la segunda condición de la teoría cultural: es no predictiva. Pero esta limitación, que es bien real, ha sido en general mal interpretada y además exagerada porque se la tomó como que significaba que la interpretación cultural es meramente post facto. Verdad es que la conceptualización se basa en interpretaciones de hechos ya realizados, y no a proyectar resultados de manipulaciones experimentales o a deducir estados futuros de un determinado sistema. Pero eso no significa que la teoría tenga que ajustarse a solamente a realidades pasadas, también debe contemplar realidades futuras.
Semejante concepción de la manera en que funciona la teoría en una ciencia interpretativa sugiere que la distinción relativa que se da en la ciencias experimentales o de observación entre "descripción" y "explicación", se da en nuestro caso como una distinción aún más relativa entre inscripción: descripción densa y especificación: diagnóstico. Entre establecer la significación que determinadas acciones sociales tienen para sus actores y enunciar, lo más explícitamente que podamos, lo que el conocimiento así alcanzado muestra sobre la sociedad al que se refiere y, más allá de ella, sobre la vida social como tal.
El análisis cultural es incompleto, según el autor, es ésta una extraña ciencia cuyas afirmaciones más convincentes son las que descansan sobre bases más trémulas, de suerte que estudiar la materia que se tiene entre manos es intensificar las sospechas de que uno no está encarando bien las cosas. Abrazar un concepto semiótico de cultura y un enfoque interpretativo de su estudio significa abrazar una concepción de las enunciaciones etnográficas, para decirlo con una frase ahora famosa de W. B. Gallie, "esencialmente discutible". La significación, esa evasiva y mal definida seudo-entidad, ha retornado ahora al centro de nuestra disciplina.
III. Diferencias y similitudes.
En base a los dos autores estudiados, podemos establecer una serie de similitudes y diferencias filosóficas que contribuyen, en conjunto, hacia la epistemología de las ciencias sociales.
Nos iniciaremos por las diferencias.
En primer lugar diremos que, la teoría crítica posee una mayor fuerte raigambre filosófica, mucho más allá de la visión simbólica que posee más bien un carácter etnográfico. En ese mismo camino, la visión crítica, es como tal; crítica y cuestionadora con el desarrollo capitalista. Es una teoría que considera relevante el aspecto económico de la sociedad y al ser crítica en el aspecto económico, trata de ser transformadora de la sociedad, porque al ser critica, lo es también cuestionadora de la estructura humana o cultural. En cambio la visión hermenéutica apunta a un método, más que a una finalidad tangible en la calidad de vida de la sociedad, a la vez que no se esfuerza en superar las injusticas y los conflictos humanos determinados por las relaciones económicas.
A la teoría crítica se le podría atribuir un carácter utópico en cuanto a "cómo no debiera ser el mundo" más que "cómo va a ser el mundo". Determina lo anterior su composición marxista.
Al mismo tiempo, la semiótica se orienta por lo general a las culturas "no conocidas" y su asimilación al etnocentrista por parte del observador, sin embargo la teoría crítica nace desde una sociedad conocida, en donde el método y el observador son parte integrante de dicho objeto de estudio. En ese sentido, la crítica es global y estructural, mucho más allá del carácter específico y circunstanciado de la interpretación antropológica. El problema metodológico que presenta la naturaleza microscópica de la etnografía es real y de peso. Y ha de resolverse comprendiendo que las acciones sociales son comentarios sobre algo más que ellas mismas, y que la procedencia de una interpretación no determina hacia dónde va.
La teoría crítica parte desde la crisis económica, de la crisis humana que configura la explotación, la desigualdad y la injusticia. Por su parte la interpretación densa al ser interpretativa, tiende a resistir la articulación conceptual y a escapar así a los modos sistemáticos de evaluación.
En cuanto a las similitudes, podríamos decir que es evidente que, ambas visiones, la teoría crítica y descripción densa, son una manifestación antitética a la visión positivista; a aquella que trata de establecer que las leyes de la naturaleza eran aplicables a la sociedad, y por tal motivo, tendrían la facultad predecir los fenómenos que conformaban nuestro entorno; al ser anti positivista, la aplicación del método científico a la sociedad debiera encaminarnos aprehender las leyes que la administraban y por ende la humanidad podía acometer las reformas pertinentes con el propósito de llegar a una sociedad mejor y así poder ampliar el bienestar común de los hombres. En ese sentido se plantean como anti nomotéticas. A la humanidad, ni a la sociedad no se le pueden aplicar leyes ni predicciones conductuales.
Otro punto en el cual estos autores se acercan epistemológicamente está en la consideración de que los estudios sociales poseen un carácter polivalente. En ese sentido se rechaza la afirmación del Monismo causal y el monismo metodológico, básicamente por el enfoque multidisciplinario dado por Horkheimer y Geertz. La antítesis frente al positivismo se define en base a que este último considera que la diversidad de objetos, cosas o hechos sociales deben ser orientados en una unidad de método y una homogeneidad doctrinal. Y por tal razón no se atienen solo a lo "dado". Estos nuevos enfoques ya no se basan sólo en lo susceptible de ser observado. Tanto el mundo natural como el social ya no deberían estar sujetos a leyes invariables. La razón ya no se debería basar exclusivamente en lo que observa, ni tampoco debe determinarse a aprehender sólo de lo "visible", de lo unidimensional.
En esta lógica de interdisciplinariedad, el mundo social no tendría por qué ser predecible ni determinado; como en el positivismo se han aplicado las leyes de la naturaleza, no considera, aunque parezca asombroso, los aspectos humanos en el estudio social. En decir las emocionalidades ni los sentidos, ni mucho menos los símbolos. También, estos autores niegan las únicas formas de legitimidad que representan la referencia empírica como así también la lógica matemática.
La sociedad al funcionar con elementos simbólicos, se transforman los significados duros o denotativos, es decir; con los significantes y el carácter simbólico, los aspectos causales se tornan diversos, polisémicos y polivalentes. En ese sentido la predicción y el método duro y axiomático pasan a la obsolescencia.
Los hechos sociales, según la corriente positivista, son considerados como hechos o, bien, como "cosas". Y son vistos como entes y manifestaciones externas. Como así también las teorías, que tradicionalmente se perciben como foráneas a la realidad. Con el enfoque hermenéutico y crítico, se llega a la necesidad que para una mayor comprensión social en vez de "hechos" existan "procesos" y que cada acción social es parte de la sociedad, como así también es parte de la sociedad la teoría, el método y el estudioso.
Por tales razones que el positivismo al tratar, forzadamente, de aplicar el método lógico de las ciencias matemáticas y de las ciencias físicas, trata de explicar los hechos sociales, todo con una causa determinista. Sin embargo, los hechos sociales al ser observados desde la hermenéutica, al considerarse la base simbólica y crítica, se considera el sentido, el significante de las intenciones. Entonces, habrá algo que no se ve a simple observación.
En otras palabras, esta innovación de enfoque y de perspectiva, plantean un real cuestionamiento a lo establecido epistemológicamente, es un cuestionamiento a la ciencia consuetudinaria. Una crítica total a la teoría tradicional. En ese aspecto son Innovadoras y definitivamente rupturistas. Toma primor en ellas el fuerte carácter interpretativo. Algo tan transgresor para su época.
Otro elemento a considerar en este ejercicio de similitudes en la consideración de ambos focos es la consideración de las praxis sociales. Marcando así la diferencia con lo consuetudinaria que sólo se basaba en el o visto y "observable".
Pero ¿cómo podrían interpretar estos focos de estudio? ¿Qué elemento había que considerar, para así comprender que no todas las culturas son iguales? Sin caer en el prejuicio, y quizás reduccionismo de clasificar a las sociedades en bárbaras y desarrolladas? innegablemente que la consideración de los contextos es primordial. Al examinar el contexto, examinamos el escenario, el punto de manifestación de los procesos sociales. Considerando así su referente histórico, geográfico y cultural. Esto significa que el contexto determina el objeto.
Para interpretar y comprender, estas teorías son integrales. Se auxilian con variadas disciplinas porque consideran al ser humanos como holístico, como un conjunto de particularidades y elementos, conductas, de emociones y razones.
Pero la principal semejanza entre estos dos autores en su fuerte impacto en la teoría de la ciencia, con ellas se abre el abanico de posibilidades de estudio. La puerta se abre para que así se alejen los determinismos y las causales monistas. Por tal razón son corrientes influyentes
Geertz aborda los ámbitos del poder, el cambio político y económico, los mitos, la religión, la familia, etc. Analiza la naturaleza simbólica de los rasgos culturales, esto es, los significados que tienen en el entorno donde se producen y tienen validez o constituyen identidad; lo que denomina las "estructuras simbólicas". Trata de romper con la observación distante y curiosa de antropólogo que analiza la escena desde fuera y propone la inmersión en el ambiente, la descubierta, a través de la vivencia humana y cercana de las texturas culturales, esto es, de las redes de significación tejidas por quienes a pertenecen a una cultura. Geertz traza radiografías locales, huellas de la diversidad que se contrastan con otras estructuras simbólicas, con otros valores significantes de creencias y comportamientos.
Geertz reformula el concepto de cultura, basado en una conjunción antropológica y semiológica (antropología simbólica), según la cual las ideologías, las cosmovisiones, se constituyen a partir de los sistemas culturales. La cultura aparece como una construcción en la que participan los distintos individuos de un conjunto humano localizado territorialmente, que comunican sus "fuentes de iluminación simbólica' (la estructura simbólica) a las generación que les suceden.
Horkeimer utiliza un concepto que incluye no sólo las exigencias metodológicas (fruto del convenio de científicos en un momento histórico determinado para un objeto específico), sino que incluye un carácter emancipador en su orientación. Los "por qué" y los "para qué" son atribuciones determinantes para orientar sus fines. Su verdad está orientada por los valores. La aproximación al conocer, no se reduce al acercamiento de un sujeto pensante a un objeto de investigación. Se parte del principio de que los propios procesos de pensamiento y del conocer, ya vienen condicionados por esos mismos objetos. Los conocimientos son históricos, forman parte del devenir histórico. Los procesos de selección de contenidos curriculares, los criterios utilizados pueden ser elementos clarificadores para comprender la prevalencia de unos saberes sobre otros.
Para ambas autores el rol del actor en su propio escenario es el que le da la fuerza a la interpretación del mundo social. No se concibe una interpretación real desde lo externo, el sujeto actor debe estar incorporado en el análisis de la realidad. Para Horkeimer, el sujeto, por ejemplo investigador debe concebirse como parte los fenómenos sociales, parte de la base que este debe dar respuesta a los hechos sociales, por lo que se debe concebir al sujeto como objeto participe de la construcción de los hechos, que entiende al investigador, para él etnógrafo, este debe mantenerse lo más cercano al terreno de estudio a fin de acceder al mundo tal y como lo experimentan los sujetos. Por lo tanto para ambos, no hay una separación ni mucho menos una exterioridad. Ambas no acogen las ideas de coherencia, validez como reglas generales para estipular conocimientos e interpretaciones. Lo que no quiera decir que se torno enteramente relativista.
En ambos casos. su conocimiento es público, puesto que no existe solo en el intelecto del sujeto, por más que este la piense, sino mas bien esta en lo cultural compartido por todos y en el material histórico evidente y experimentado.
Peter Berger-Thomas Luckmann,
La construcción social de la realidad
A. Determinación de los lineamientos teóricos del autor y fundamentación de sus escuelas interpretativas.
La realidad aparece aquí como una construcción humana, que estudian desde la sociología cognitiva, e informa acerca de las relaciones entre los individuos y el contexto en el que se desenvuelve su dimensión social.
El análisis fenomenológico de Berger y Luckmann permite un acercamiento a lo cotidiano, a la vida diaria, porque es la vida diaria, como radiografía habitual del acontecer, la imagen más visible y reconocible de la realidad. En ese escenario, conocen las pautas de comportamiento, los actores y los agentes de la dinámica social, los mecanismos de socialización que llevan al equilibrio cotidiano y predeterminan el "everyday life", la vida diaria, donde el "sentido común" es la ley común de las relaciones. Los problemas sobrepasan esas pautas, son la sorpresa de lo no común, de lo inhabitual, de lo no cotidiano.
El individuo aparece como un producto social –el homo socius-, definido por las sedimentaciones del conocimiento que forman la huella de su biografía, ambiente y experiencia. Circunstancias que determinan el rol que va a jugar en el espacio social. El espacio social no forma parte, pues, del orden natural, sino que es una construcción, eso sí basada en la naturaleza humana, que tiende a la búsqueda de la estabilidad, por lo que esa "necesidad antropológica" de orden se transforma en un orden social, en una construcción artificial.
La realidad social nace de una construcción dialéctica continuada, depurada por el consenso de sus actores, que es el que da identidad a la estructura social. La comunicación juega un papel significativo en el proceso de construcción social de la realidad. Por un lado, las relaciones personales, como base del consenso, pero también la comunicación socializadora de las instituciones que fijan las pautas de la convivencia y la participación, y, lógicamente, la específica de los medios, que contribuyen a la distribución social del conocimiento y el reforzamiento del consenso institucional en el que se asienta una sociedad concreta. Al tiempo, sirven para que las matrices que describen el "sentido común" en una sociedad dada sirvan a la formación de un "universo simbólico". Una tarea de administración del conocimiento, pero también de los "mecanismos de mantenimiento" que le aportan estabilidad y durabilidad. Este papel de los medios está legitimado por la aceptación de su función, lo que les confiere un carácter de institución social.
Los medios de comunicación operan en los procesos de "socialización secundaria", que es la que sucede al proceso de interiorización individual del mundo natural exterior, y se basa en los valores de la estructura social, que permiten una subjetividad relativa, una interpretación abierta e ideológica.
B. C.
Autor:
Carolina Flores Lara
Profesor: Jose Antonio Gonzalez
Asignatura: Teoria Social y Cs. Sociales
Programa: Magister en Cs. Sociales Universidad de Antofagasta
30 de abril 2011