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Vigencia del pensamiento de Marti y Fidel Castro en política medioambientalista (página 2)

Enviado por Jesus Saura Suarez


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Algunas publicaciones de Martí sobre la naturaleza y el medio ambiente.

1ro. de enero de 1877: Carta a Manuel Mercado: Martí le expresaba a su entrañable amigo desde Veracruz, México: "Los que sienten la naturaleza tienen el deber de amarla; las alboradas y las puestas son el verdadero estudio de un artista; un pintor en su gabinete es un águila enferma".

El 27 de marzo de 1881: Martí defiende lo natural, lo autóctono, la creación del hombre en contacto directo con el medio, elude lo artificial. Ello se ve reflejado en una publicación suya en el periódico "The Sun", Nueva York, donde planteó: "La naturaleza, bellamente deformada, es demasiado personal para ser verdadera".

El 15 de junio de 1882: Martí expresó en la publicación "La Opinión Nacional", de Caracas, Venezuela: "La palabra de Dios es la naturaleza y la naturaleza no ha favorecido a hombre alguno con la plena revelación de su misterio". Y más adelante, en ese propio artículo, Martí nos sigue mostrando su preocupación y amor por lo natural al referir: "La naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre. Y el hombre no se halla completo, ni se revela a sí mismo, ni ve lo invisible, sino en su íntima relación con la naturaleza".

Martí señaló el papel de la juventud en cuanto a naturaleza hace unos 123 años, cuando escribió un artículo que publicó el diario "La Nación", de Buenos Aires, Argentina, el 1ro de abril de 1883 y en cuyo texto aparece este llamado: "Somos jóvenes y si no hacemos cuanto la naturaleza espera de nosotros, seremos traidores". En ese momento Martí apenas había cumplido 30 años. Cinco meses después de la publicación antes señalada encontramos a Martí enfrascado nuevamente en su pensamiento naturalista, en esta ocasión con una expresión casi poética aparecida como parte de una sección denominada "Educación Científica", en la publicación "La América", Nueva York, Septiembre de 1883 y que plantea: "A las aves alas; a los peces aletas; a los hombres, que viven de la naturaleza, el conocimiento de la naturaleza: esas son sus alas".

Martí en la sección "Libros Nuevos", en la publicación "La América", Nueva York, en abril de 1884 publicó: "La naturaleza es sagrada, consoladora y una". Es decir, lo sagrado se respeta de manera especial, como religión, más aún si su existencia es única, como nuestro querido planeta tierra, el que exige en realidad, más que respeto, veneración, por lo que nos ha brindado, en primer lugar el surgimiento de esta especie superior que somos y cuya actuación, lamentablemente, no siempre se corresponde con ese calificativo real.

Martí publicó en "Maestros Ambulantes", publicación La América, Nueva York, mayo de 1884: "La naturaleza no tiene celos como los hombres. No tiene odios ni miedo, como los hombres. No cierra el paso a nadie, porque no teme a nadie. Los hombres siempre necesitarán de los productos de la naturaleza". En esta publicación se detecta su preocupación por el conocimiento de la naturaleza, para desarrollar una agricultura que superase la autosuficiencia de quien la cuida y transforma. En este contexto hubo un obsesivo adelanto al mundo de hoy en el campo ecológico que transciende de la obra martiana y que no deja de ser una fuente de transparente sabiduría sobre la coexistencia del medio ambiental, en el cual coloca Martí al hombre como modelado y medida de su recíproca interrelación, al señalar: "Y el único camino abierto a la prosperidad constante y fácil es el de conocer, cultivar y aprovechar los elementos inagotables e infatigables de la Naturaleza.

Esta verdad martiana tiene su expresión concreta en los cientos de millones de personas pobres que viven en el llamado Tercer Mundo, con una dependencia casi total de la naturaleza y que en realidad luchan por sobrevivir practicando en muchos casos una agricultura casi primitiva y de subsistencia o una ganadería extensiva sin calidad. La infelicidad de estos pueblos, que son mayoritarios en el planeta, hace que la naturaleza tenga para ellos otro significado.

Martí , consciente de esta realidad ya presente en los tiempos en que le tocó vivir, escribía en la sección "Sucesos de la quincena", publicado en "La Nación", de Buenos Aires el 2 de junio de 1885: "Sólo para los felices es hermosa la naturaleza". Fin de la cita. Por desgracia cada día son más los infelices; cada día hay mayor infelicidad en el mundo.

En el artículo "El poeta Walt Whitman", que aparece el 26 de junio de 1887 en "La Nación", Buenos Aires, Argentina, Martí escribe: "La religión y la vida están en la naturaleza". Precisamente, por ser la especie humana hija de la naturaleza, es que le debe obediencia como madre al fin y nunca podrá superarla en conocimiento, porque tampoco esta madre enseña a sus hijos, hombres y mujeres, todo lo que sabe, todo lo que encierra, por eso es y será fuente permanente de enseñanzas y nuestro Martí, conocedor de esto, le hace llegar este importante mensaje a los niños del mundo en su obra cimera creada para ellos: "La Edad de Oro", publicada en Nueva York en 1889 y donde refiere: "Es un presumido el que se crea más sabio que la naturaleza".

El 10 de abril de 1892 Martí publicó en el periódico Patria, en Nueva York, un articulo que decía: "Más bella es la naturaleza cuando la luz del mundo crece con la de la libertad y va como empañada y turbia, sin el sol elocuente de la tierra redimida, ni el júbilo del campo, ni la salud del aire, allí donde los hombres, al despertar cada mañana, ponen la frente al yugo, lo mismo que los bueyes".

Le señala Martí a Máximo Gómez en carta que le hace desde Nueva York el 20 de abril de 1894: "La felicidad de los hombres y de los pueblos Máximo, está en el conocimiento de la naturaleza". Transcurriría menos de un año de esta carta, los inicios de 1895, en que Martí tendrá la oportunidad única de entrar en contacto directo, por un corto tiempo, con una parte importante de la verdadera naturaleza cubana, pero el motivo no era ni académico ni científico: había desembarcado en Playitas de Cajobabo, actual provincia de Guantánamo, para incorporarse a la lucha armada directa por la libertad de su pueblo del yugo colonial español. , Martí siente que de veras entra en su patria total. Es verdad que se queda en el bote anegado, el último vaciándolo. Y cuando salta a tierra siente lo que anota con dos palabras en su diario: Dicha grande.

Desde ese momento y hasta su caída en combate unos días después, el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos, provincia Granma, fue el monte, la naturaleza, su abrigo y su compañera.

Por lo reseñado anteriormente, puede afirmarse que fue Martí un apasionado defensor y promotor de todos los elementos que tienen que ver con el medio natural o naturaleza, en momentos en que todavía muchos de los graves problemas medioambientales que hoy ponen en peligro la propia existencia humana, apenas empezaban a manifestarse o todavía no existían. Sin embargo, la sensibilidad martiana hacia esta área adquiere mayor relevancia si conocemos que Martí desarrolló prácticamente toda su actividad creadora y patriótica vinculado a ciudades, donde vivió y trabajó, tanto en Cuba, La Habana, como en sus viajes por el mundo, principalmente París, Madrid, Ciudad de México y mayor estancia en la monumental ciudad de Nueva York, es decir, fue un hombre de ciudad con pocas vivencias de la naturaleza. A pesar de ello, como hemos apreciado, en su prosa hay una riquísima derivación hacia los ambientes naturales y también en su poesía.

Resulta obligado entonces, para todos los que tenemos un sentido común de la necesidad de que perdure por siempre nuestra rica especie, desarrollar acciones concretas, previamente concertadas y fundamentadas de defensa del entorno, de nuestra naturaleza, de nuestro medio ambiente en su dimensión actual; en definitiva, proteger nuestro planeta, para que las futuras generaciones no sientan vergüenza de nosotros al heredar un medio deteriorado y casi inservible. Martí es nuestra referencia obligada si queremos.

Otra enseñanza de Martí

En el Congreso Forestal de Septiembre de1883, El Héroe Nacional José Martí afirmó que "Comarca sin árboles, es pobre. Ciudad sin árboles, es malsana. Terreno sin árboles, llama poca lluvia y da frutos violentos."Obras Completas T.VIII-P.302.

Al respecto aconsejó el Maestro que con los buenos maderos NO hay que hacer como los herederos locos de grandes fortunas que, como NO las amasaron, NO saben calcular cuándo acaban y las echan al río.

Siguiendo sus enseñanzas, actualmente en Cuba se incrementan los planes de reforestación, tras un saqueo de años durante los períodos colonial y neocolonial, con el propósito de reponer las maderas que se cortan, y para que la herencia quede siempre en flor.

Martí en sus versos, se hizo remanso. En sus cóleras patrióticas, se hizo llama. En sus Cartas, arrulló y cantó, tojosa y jilguero.

El "Diario de Campaña" de José Martí, "De Cabo Haitiano a Dos Ríos", escrito con el ansia de un predestinado que cubre el último tramo de su peregrinación, -del 9 de abril al 18 de mayo de 1895-, es el más alto tributo que un ser humano, abroquelado en hondos sentimientos de Justicia y Libertad, haya rendido, jamás, a Dios y a su Creación. Podemos recrear el espíritu, reforzando principios, tan cerca y tan lejos del suelo en que nacimos, en esta calofriante presentación de la campiña cubana, con dulzor de mieles de Castilla, centellear de cocuyos y fragancia de campanillas silvestres, cuyo poder descriptivo rompe toda medida, y así describía Martí:

"Por la cresta subimos a lo alto, de mata a mata, colgaba como cortinaje tupido una enredadera fina, de hoja menuda y lanceolada. Por las lomas, el café cimarrón. La pomarrosa bosque… Y más allá de los montes azulados, el penacho de nubes. La noche, bella, no deja dormir. Silba el grillo; el lagartijo quiquiquea y su coro le responde; aún se ve entre la sombra que el monte es de cupey y de paguá, la palma corta y espinada; entre los nidos, estridente, oigo la música de la selva, compuesta y suave, como de finísimos violines… ¿Qué alas rozan las hojas? ¿Qué violín diminuto y oleadas de violines, sacan son y alma a las hojas?".

Relación hombre naturaleza en Martí.

El héroe cubano y universal José Martí fue original y profundo en sus apreciaciones en relación con la naturaleza, sus criterios sobre ecología siguen trazando pautas a seguir.

José Martí en sus cuadernos de apuntes hace referencia a su concepción del universo cuando escribe:"Para mí, la palabra universo explica el universo: versus uni: lo vario en uno…" Es por ello que Martí califica al hombre "como el universo unificado" y al universo lo llama "el hombre varificado"

En la concepción martiana el hombre no es un ser central soberbio, ni tampoco un individuo que pertenezca a una especie única, considera al ser humano como "la cabeza conocida de un gran orden zoológico"

Tras resaltar la importancia del principio de identidad universal, el maestro se refiere a uno de los aspectos básicos que tienen relación con el ecosistema, hablamos a la "decisiva incidencia del hombre sobre el medio ambiente", es este sin dudas, un tema de gran trascendencia y actualidad.

La concepción martiana entorno a la naturaleza está estrechamente ligada con sus ideas de la relación éticaestética: "(…) Ser útil al mundo, enseñándole que la naturaleza es hermosa, que la vida es un deber, que la muerte no es fea o que nadie debe estar triste ni acobardarse mientras haya libros en las librerías, y luz en el cielo, y amigos, y madres".

Una constante en el pensamiento martiano en torno a la relación hombre naturaleza es cómo debemos vivir conforme a ella, en tal sentido escribió: " confiar en la armonía de nuestra naturaleza y en esa constante relación de la naturaleza y el hombre, cuyo conocimiento da a la vida un nuevo sabor…"

Este concierto entre hombre y naturaleza, en su constante pedagógica, llevó a Martí a la siguiente reivindicación: "La escuela ambulante es la única que puede remediar la ignorancia campesina. Y en campos como en ciudades, urge sustituir al conocimiento indirecto y estéril de los libros, el conocimiento directo y fecundo de la Naturaleza".

Si realmente deseamos ser martianos en nuestra relación con el medio ambiente, debemos amar y proteger a la naturaleza, mantener la higiene personal y social en nuestro entorno. Sólo viviendo en armonía con la naturaleza el hombre podrá perpetuar su especie, por el bien y la felicidad de todos.

Frases de José martí sobre la naturaleza

"El espectáculo de la naturaleza inspira al hombre fe, amor y respeto".Obras Completas. T.XIII, P.23

¿Qué es la Naturaleza? El pino agreste, el viejo roble, el bravo mar, los ríos que van al mar como a la Eternidad vamos los hombres: la Naturaleza es el rayo de luz que penetra las nubes y se hace arco iris; el espíritu humano que se acerca y eleva."

Nuestro Héroe Nacional, alertaba en el siglo XIX las catastróficas consecuencias de la acción irresponsable de los hombres sobre la naturaleza cuando se preguntaba: "¿Qué es la Naturaleza?".

Referencias bibliograficas

José Martí, Obras Completas, La Habana, t 8, p.289. (Edición 1975)

Periódicos Granma y Juventud Rebelde.

Alegato la historia me absolverá. Fidel castro.

Castro, Fidel. 2003: Neoliberalismo y Globalización.

.http://www.ambientum.com/

http://www.ecologistasenaccion.org/

 

 

 

Autor:

Jesús Saura Suárez

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