- Mercados financieros
- Organización de los mercados financieros
- Mercado de divisas
- Características del mercado venezolano
- Bibliografía
Los mercados financieros proporcionan un foro en el cual los proveedores de fondos y los demandantes de préstamos e inversiones pueden efectuar su transacciones de negocios directamente. Mientras que los préstamos e inversiones de negocios de las instituciones se realizan sin el conocimiento directo del proveedor de los fondos (ahorradores), los proveedores en los mercados financieros conocen a quien o en donde se prestan o invierten sus fondos.
Es aquél en que se lleva a cabo la compra-venta de valores (inversiones financieras). Normalmente se integra por varios mercados subsidiarios: un mercado de capitales (para inversión a largo plazo); un mercado de dinero (para inversiones a corto plazo); un mercado primario (para la nueva emisión de valores); y un mercado secundario (para la compra-venta de valores ya emitidos).
MERCADO FINANCIERO GLOBAL (MERCADO INTERNACIONAL DE CAPITALES)
Es aquél en el que la interacción de los principales centros financieros internacionales, posibilita la negociación continua de valores las 24 horas del día, y en el que intervienen intermediarios, instrumentos y emisoras globales, utilizando redes de información internacionales.
En el mercado financiero global se pueden diferenciar los mercados principales, compuestos por los mercados de dinero y de capitales; los mercados auxiliares como los mercados de divisas y de metales preciosos; y los derivados, que involucran a los mercados de opciones, futuros y otros instrumentos de cobertura. En el mercado financiero global, se operan virtualmente todo tipo de funciones a nivel nacional e internacional y se caracteriza por su elevado grado de liquidez y por la ausencia de trabas para el libre flujo de capitales.
Organización de los mercados financieros
Sistema de cotización-contratación
En el sistema de cotización-contratación, los parámetros más representativos del grado de acercamiento a un mercado perfecto son: por un lado, los niveles alcanzados de profundidad, amplitud y elasticidad y por otro, el ahorro en los costos de transacción cuyo principal componente es el costo de información.
Un mercado es tanto más profundo cuanto más posiciones compradoras y vendedoras existan, o puedan llegar a existir rápidamente, en torno al precio al que se puedan cruzar más operaciones. Por su parte, un mercado es tanto más amplio cuanto mayores importes tengan las posiciones. Finalmente el concepto de elasticidad incluye el de transparencia (capacidad de generar y difundir información sobre precios y cantidades), además incluye la posibilidad de operar en el mercado en función de la información recibida, mientras ésta continúa siendo veraz.
Todo avance organizativo hacia el mercado perfecto tiene unos costos fijos y variables en los que únicamente tiene sentido incurrir si resultan inferiores a las ventajas obtenidas: básicamente, un ahorro en los costos de información o búsqueda de la mejor contrapartida. Normalmente, este ahorro que simplificando explica los diversos niveles de organización alcanzados en el sistema de cotización-contratación, depende del volumen de negociación, del número de participantes, del número e importe de las operaciones y de la variabilidad del precio del instrumento negociado.
Mercados descentralizados
La forma organizativa del sistema de cotización-contratación más elemental es la búsqueda directa. En ella quien desea comprar o vender un instrumento financiero debe localizar por sus propios medios a los potenciales vendedores o compradores. En estas condiciones lo sumamente costoso de acceder individualmente a una información actualizada y completa provoca, además de lentitud, que transacciones realizadas simultáneamente se contraten a diferentes precios, frecuentemente alejados del mejor posible. Esta organización, o más correctamente la falta de ella, corresponde a mercados de instrumentos con tan escasa negociación que no hacen rentable la existencia de entidades especializadas en facilitar el proceso de cotización-contratación.
Es el caso de Venezuela donde las acciones de pequeñas y medianas empresas.
Con mayor volumen de negociación puede surgir el nivel de organización, algo mayor, que caracteriza el mercado de mediadores (brokered market). Su actuación resulta viable en la medida que son capaces de prestar sus servicios de búsqueda y asesoramiento a cambio de unas comisiones inferiores al costo de búsqueda de los participantes. Para ello, deben contar con suficientes economías de escala, proporcionadas por un bajo costo marginal en el uso de los servicios de información y por un conocimiento del mercado y de las necesidades de sus clientes que les permita ofrecer alternativas. La existencia de mediadores agiliza los procesos de cotización-contratación y permite un mayor agrupamiento de los precios contratados en torno al mejor posible.
Mayores niveles de contratación pueden hacer rentable la actuación en el mercado de entidades especializadas en aportar liquidez, al acortar el proceso de búsqueda ofreciendo contrapartida por cuenta propia. Ello da lugar a la aparición de los mercados de especialistas (dealer markets), de los que puede ser ejemplo el mercado español de deuda anotada. Cuando la aportación de liquidez implica un compromiso formal, que incluye operaciones con otros especialistas, estas entidades se denomina creadores de mercado. Una vez más, su existencia depende de que el volumen de negociación haga rentable su actividad.
Los especialistas y creadores de mercado cubren sus costos, incluyendo el del riesgo de liquidez que asumen, mediante el diferencial entre los precios de venta y de compra que practican. Lógicamente cuanto más estrecho es este diferencial menor fragmentación existe en el mercado. Juega a favor del estrechamiento de diferenciales, ante todo, la competencia entre especialistas, que será tanto mayor cuanto más elevado sea el número de ellos que el mercado puede sustentar. Por su parte, diferentes apreciaciones del riesgo, del valor del instrumento y de la situación del mercado, así como diferentes estrategias tienden a favorecer la diversidad de precios.
En cualquier caso, la existencia de especialistas no suprime los costos de búsqueda, que tenderán a ser tanto mayores cuanto más elevado sea su número. Ello explica que puedan existir mediadores para facilitar el contacto tanto de participantes con especialistas, como de los especialistas entre sí. Dado el carácter mayorista que reviste la actuación de los especialistas, puede llegar a serles rentable contribuir a otra forma de disminución del costo de búsqueda para su clientela institucional o para otros especialistas se trata de contratar los servicios de distribución de información especializados.
Mercados centralizados
Pese a sus evidentes ventajas frente a las formas organizativas previamente citadas, el mercado de especialistas no está exento de inconvenientes. Derivan en primer lugar, de que puede seguir siendo costoso averiguar qué especialista ofrece el mejor precio, en particular si su número es elevado. En segundo lugar, derivan de la existencia del diferencial entre los precios de compra y de venta que practican los especialistas, diferencial que, en parte podría repartirse entre comprador y vendedor si existiera un procedimiento, con costos menores que dicho diferencial, capaz de asegurar la agilidad de las transacciones.
A estos factores se debe la aparición de los mercados centralizados, en los que las cotizaciones confluyen en un mismo lugar, al que tienen fácil acceso los participantes. El citado lugar puede ser físico en cuyo caso ofertas y demandas se formulan de viva voz, de acuerdo con reglas establecidas, tendentes a potenciar la seguridad y fluidez de las transacciones. El ejemplo más característico de estos sistemas son los grupos de las bolsas de valores tradicionales. El lugar puede ser electrónicos siempre que el volumen de contratación pueda hacer rentable los altos costos fijos que implica el sistema. A cambio de ellos, son evidentes las ventajas que, frente a los procedimientos físicos de contratación puede presentar la conexión telemática entre los participantes en un mercado.
Los dos tipos de mercados centralizados operan mediante técnicas de subasta posibles por la confluencia simultánea de gran número de ofertas y de demandas, lo que minimiza los costos de información y agiliza las transacciones sin incurrir en los costos que implica el diferencial de los especialistas. Lógicamente, las técnicas de subasta son tanto más eficaces cuanto mayor es el número de ofertas y demandas competitivas que son capaces de hacer confluir. Por tanto, resuelta mediante la centralización la cuestión de la concentración espacial de las cotizaciones, se plantea la de su concentración temporal. Para decidir la duración del período de contratación de un mercado, junto a temas relacionados con el volumen de contratación se plantea el de la variabilidad de precios del instrumento cotizado.
Esta duración tiende a ser mayor cuanto más elevados son el volumen de contratación y la variabilidad de precios. Esto explica la existencia, en primer lugar, de mercados centralizados discretos, en los que la contratación de cada instrumento, o de cada conjunto homogéneo de ellos, se desarrolla durante períodos de tiempo relativamente cortos. Por el contrario, en los mercados centralizados continuos la contratación se producen durante períodos de tiempo relativamente largos e incluso ininterrumpidos. Los procedimientos electrónicos de centralización favorecen la existencia de este tipo de mercados, del que puede servir como ejemplo entre nosotros el mercado continuo bursátil.
La centralización de mercados tiene unos costos fijos relativamente elevados, más altos en los electrónicos que en los físicos, y en los continuos que en los discretos. Además, aunque en distintos grados, los recursos disponibles son limitados en todos los casos. La necesidad de optimizar estos recursos explica que existan barreras de entrada destinadas a seleccionar los instrumentos negociables en los diferentes sistemas: los llamados requisitos de admisión a cotización, relacionados tanto con el volumen y frecuencia de contratación como, en especial, destinados a disminuir el coste que para los participantes en el mercado tiene obtener información sobre la situación económica del emisor de los instrumentos financieros admitidos a cotización, es decir, para conocer el riesgo de crédito de éstos.
El significado de estos requisitos hay que relacionarlo con lograr una menor variabilidad de los precios. En el primer caso, favoreciendo los instrumentos más líquidos, de forma que la profundidad y amplitud del mercado quede reforzada. En el segundo, intentando prevenir alteraciones del precio de mercado del instrumento, originadas por cambios en la solvencia de su emisor.
Mercados cerrados
Hasta ahora, se ha hecho mención, esencialmente, a la posibilidad de incurrir en pérdidas por no obtener el mejor precio posible, ya sea porque durante el período de cotización-contratación el precio de mercado del instrumento negociado hubiera evolucionado desfavorablemente, ya porque en el momento de contratar existieran mejores precios que el obtenido.
Otra posibilidad de incurrir en pérdidas deriva de errores cometidos al concretar el precio o el instrumento contratado, con probabilidad tanto mayor cuanto más ágil sea el procedimiento de cotización-contratación. Estos errores, aparte de generar pérdidas individuales, pueden llegar a afectar gravemente la seguridad de todas las transacciones, anulando cualquier avance logrado en la organización del sistema de cotización contratación. De ahí que cuanto más organizado sea éste, con los consiguientes costos, más importante sea evitarlos.
El procedimiento más frecuente para lograrlo es dotar al sistema de barreras de entrada, ahora relativas a los participantes en el mercado. Surgen así los mercados cerrados, en los que para poder operar se exigen determinados requisitos, que normalmente se refieren a la honorabilidad, profesionalidad y solvencia.
Con ello nace la diferenciación entre la figura del participante en un mercado, que es el comprador o vendedor último, y la del miembro negociador, que es quien puede operar en un mercado cerrado y quien asume los riesgos antes comentados. Las relaciones entre los participantes y el miembro negociador que actúa por cuenta de ellos se rigen por un sistema de órdenes de compra o venta (limitadas, por lo mejor, condicionadas, etc.).
A su vez, entre los miembros negociadores que como tales actúan siempre en el mercado en nombre propio hay que distinguir entre quienes sólo pueden actuar por cuenta ajena sólo por cuenta propia o d e ambas formas a la vez. Por ejemplo, los mercados bursátiles, las agencias de valores y bolsa sólo pueden operar por cuenta ajena, mientras que las sociedades de valores y bolsa pueden operar por cuenta propia y por cuenta ajena, salvo que mediante una declaración de actividades restrictiva renuncien a una de las dos posibilidades.
Cuando el miembro negociador puede actuar de ambas formas en su relación con el participante, éste asume riesgos especiales derivados del conflicto de intereses que puede surgir de que el comisionista y la contrapartida coincidan. Por ello, en algunos mercados, esta doble capacidad no está autorizada, y, en otros, está sometida, entre otras cautelas, a la obligación de que el miembro negociador informe al participante de la naturaleza de su actuación en cada caso.
Con barreras de entrada especialmente rigurosas, puede lograrse entre los miembros negociadores de un mercado niveles suficientemente elevados y homogéneos de honorabilidad, profesionalidad y solvencia como para hacer posible la contratación ciega, en la que no se conoce el miembro negociador que actúa como contrapartida. Este procedimiento, que exige sistemas de cotización-contratación centralizados electrónicamente o la actuación de mediadores especializados, es el utilizado en el segmento entre negociantes del mercado de deuda anotada.
Mercados Monetarios
El mercado monetario o de dinero es creado por una relación financiera entre los proveedores y demandantes de fondos a corto plazo, los cuales tienen vencimiento de un año o menos. El mercado monetario no es una organización real ubicada en algún lugar específico, como la bolsa de valores. La mayoría de las transacciones del mercado se efectúan en la forma de valores negociables, que son instrumentos de deuda a corto plazo, como los bonos de tesorería, papel comercial o certificado de deposito negociables emitidos por el gobierno, empresa e institución financiera, respectivamente.
El mercado monetario existe porque ciertos individuos, empresas, gobiernos e instituciones financieras disponen de fondos temporales ociosos; en vez de dejarlos ociosos, desean colocarlos en algún activo de activo líquido o documento a corto plazo que reditúen intereses. El mercado monetario se encarga así de reunir proveedores y demandantes de fondos líquidos a corto plazo.
Mercado de Eficiencia
Para invertir el capital de manera eficiente, los administradores financieros deben asignar un precio a los valores solo a través de consideraciones económicas basadas en información públicamente disponible. En tal mercado, los precios de los valores de una compañía reflejan las estimaciones de los inversionistas con relación al nivel y al riesgo de los flujos futuros de efectivo.
Puesto que la existencia de precios más altos de las acciones refleja las evaluaciones positivas de los inversionistas con relación al futuro, a las compañías cuyos flujos esperado de efectivo son mayores les resulta más sencillo obtener capital adicional.
En el mercado de valores, la eficiencia implica que toda la información relevante y disponible con relación a una acción determinada se refleja de manera instantánea en su precio. Un mercado eficiente es aquel donde el precio actual de un valor proporciona la mejor estimación respecto de su valor real. En un mercado eficiente no hay "ni comidas gratuitas ni cenas costosas". No es posible ganar o perder utilidades anormales en forma sistemática a partir de negociaciones realizada con base en la información públicamente disponible.
Concepto
Magnitud y lugar en que concurren oferentes y demandantes de monedas de curso extranjero. El volumen de transacciones con monedas extranjeras determina los precios diarios de unas monedas en función de otras, o el tipo de cambio con respecto a la moneda nacional.
Es decir, es el lugar en que se intercambian las monedas de los diferentes países y en el que se determinan los tipos de cambio. Es en efecto, el intercambio de divisas, pero este intercambio se realiza derivado del intercambio comercial que se realiza entre los países del mundo. El factor principal que determina el valor de una moneda frente a otra, es decir, el intercambio comercial realizado entre los dos países emisores de una moneda.
Como opera el mercado de divisa
Oferentes y demandante son los bancos que intervienen en el comercio de divisas, en quienes se concentran los encargos. Estos encargos son realizados por quienes tienen intercambio comercial con otros países para cubrir sus obligaciones en la moneda del país al que le compra, o por otros motivos entre los que podemos destacar los políticos o de especulación. Dependiendo del peso económico de quienes toman éstas decisiones, será la importancia de su participación en el mercado. Se asume que el gobierno a través del Banco Central es quien posee el mayor peso en la definición de las paridades, basado por supuesto, en la información proveniente del mercado y de sus cuentas internas, como la balanza de pagos.
Como ejemplo: Cuándo una empresa mexicana necesita comprar maquinaria de otra norteamericana, esta última espera que su producto le sea pagado en dólares. En sentido contrario, cuándo una empresa mexicana le vende a una norteamericana, espera que su bien le sea pagado en pesos (Este supuesto se someterá a análisis en las conclusiones). Es de aquí de dónde depende directamente la fortaleza de una moneda frente a otra: La cantidad de comercio internacional realizado entre los dos países, y cuál de las monedas fue la más demandada.
Esto se basa en el principio básico de la Ley de Oferta y Demanda. Las monedas al igual que cualquier otro bien, tienden a aumentar su valor cuándo son más demandadas, y a bajar su valor cuándo no están siendo requeridas, de manera que esto nos pueda llevar a un punto de equilibrio. Pero este equilibrio natural se puede ver entorpecido por factores que le son ajenos al libre intercambio comercial, derivados de las políticas cambiarias de cada país.
Dentro de los agentes que actúan en el mercado de divisas, el gobierno es potencialmente importante pues, a través del Banco Central o de las decisiones políticas que asuma, tiene influencia directa y mayoritaria en el establecimiento del tipo de cambio de su moneda frente a otra. Dependiendo en mucho, de la presencia del gobierno, se encontrarán las tres diversas formas de establecer el tipo de cambio de un país.
Características del mercado venezolano
Presencia de una fuerte tendencia generalizada a percibir el entorno como algo que cambia sin que se le pueda controlar, razón sobre la cual se ha nutrido el fenómeno del paternalismo de Estado y por derivación, de una fuerte relación de dependencia del ciudadano hacia las estructuras sociales dominantes. Bajos niveles de confianza en las instituciones dado el carácter paternalista e instrumental de las relaciones del individuo con la sociedad.
Fuerte personalidad autoritaria que refuerza o magnifica la necesidad de sociedades dominadas por superestructuras poderosas, referidas a la concepción del Estado y a las demandas de un orden previsible.
Doble racionalidad entre el discurso y los hechos que pone de relieve la conflictividad entre las costumbres y las normas que explica, en buena medida las dificultades para asumir compromisos colectivos bajo marcos jurídicos comunes.
Cierta sobrevaloración dentro de una cultura mágico-religiosa destinista e igualitaria que, en conjunción con la externalidad del control, deriva en actitudes que privilegian relaciones basadas en la solidaridad sobre las relaciones de productividad y que llevan, por ejemplo, a considerar la competencia como una cosa indeseable.
Dominio de lo emocional sobre lo racional, y permanente conflicto entre la esfera de intereses variables y los normativos, por la superioridad de aquellos sobre éstos. Bajo nivel de información y superficialidad en los niveles cognitivos.
Finalmente, un cuerpo hiperbólico y acrítico de creencias sobre el entorno, reflejo de los bajos índices de conocimiento e información.
Estas características psicosociales que conforman una base cultural cuyos orígenes deben buscarse en nuestras herencias y tradiciones políticas, económicas, sociales, religiosas y ético-morales propias de cada nación latinoamericana.
EITEMAN D. y Stonehill A. (1992). Las Finanzas de las Empresas Multinacionales. México: Addison-Wesley-Iberoamericana. Quinta edición. pp 722.
GITMAN, Lawrence (1997). Fundamentos de administración financiera. México: Oxford University Press Harla. Séptima edición.
WESTON, F. y Copland, T. (1992). Finanzas en Administración. México: Mc Graw Hill. Novena edición. Volumen I.
Autor:
Cedeño, Aurymar
Rodríguez, Keila
Velásquez, Miguel
Enviado por:
Iván José Turmero Astros
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA
"ANTONIO JOSÉ DE SUCRE"
VICERRECTORADO PUERTO ORDAZ
DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA INDUSTRIAL
CÁTEDRA: INGENIERÍA FINANCIERA
PROF.: ING. ANDRÉS E. BLANCO
PUERTO ORDAZ, DICIEMBRE DE 2002