El discurso ideológico racista: Caracterización de la tipología de los judíos (página 2)
Enviado por Carolina Belén Garrote Alarcón
"…el discurso de los medios masivos de comunicación, o cualquier otro tipo de discurso público, tendrá consecuencias ideológicas más serias, aunque más no sea por las dimensiones de su audiencia, que los diálogos interpersonales mundanos…"(1)
El pensamiento de Ford llegó hasta Europa y tuvo una gran influencia en la Alemania nazi, donde sirvió de inspiración a nada menos que Adolf Hitler para escribir su obra "Mein Kampf".
Estructuras ideológicas del discurso
En un discurso ideológico se pueden inducir tópicos generales a partir de las microproposiciones, es decir, la información más importante, y que es retenida por el lector. Identificando los tópicos se pueden ver las opiniones y la ideología que plasma el emisor. A lo largo del artículo de Ford se plantea, mediante diversas estrategias, un contraste entre la "buena sociedad" y la sociedad influenciada por la música del judío. Para sustentar las creencias del emisor, se incluyen "hechos" objetivos, propios del discurso argumentativo: "…se comprobó en un pleito judicial…".
Se sostiene que el jazz no es realmente popular, sino que es aceptado porque su producción es masiva. Y luego se da a entender que esa música va en detrimento de la "buena sociedad".
Esto nos lleva a construir un tópico, que los judíos tienen un efecto negativo en la cultura y la economía estadounidense.
Por lo general, el título contribuye a conformar las macroestructuras, de modo que opera como tópico que organiza las microestructuras, pero este no es el caso: el encabezamiento sugiere que se hablará sobre música. El desprecio hacia los judíos es un tema que aparece sutilmente, esto puede tener la intención de distraer al receptor sobre el contenido, para que el artículo gane en efectividad en cuanto a sus consecuencias ideológicas.
Las categorías del significado local se refieren a los contenidos del texto que definen la postura ideológica del autor. Se focalizan en observar el recorte de la información que se realiza y sirven para construir el cuadrado ideológico, esto es cuando se exaltan las bondades y se oculta lo negativo del "Nosotros", y se hace lo opuesto con "Ellos".
Para definir la autopresentación positiva, Ford habla de "familias honestas" y "sociedad decente", pero más allá de eso, no abunda en descripciones sobre el Nosotros, lo define en oposición a "Ellos".
En cuanto al otro, dice principalmente cuáles son las características de los judíos que hacen de ellos un grupo incompetente en lo que se refiere a la producción de música. Los califica como primitivos y zafios:
"todo es de procedencia judía: chillidos de simios, gruñidos de la selva virgen, y voces de bestia encelada, se combinan con algunas notas musicales"(2)
Dice que los judíos son personas no muy dotadas en la creatividad: "[el judío] no tiene facultades creadoras". A esto agrega que son gente de pocos escrúpulos, y sostiene que las canciones que producen son robadas (habla de un "robo intelectual").
Además, acusa a los judíos de ser empresarios codiciosos, a los que poco importa el sentido cultural y artístico del mundo de la música, siempre y cuando mantengan sus ganancias.
"…ninguna otra [raza] vive y muere tanto por el mercantilismo como la israelita…"(3)
Esto abre la pregunta sobre el propio Ford, quien fue un gran capitalista y creó el sistema de producción llamado "fordismo" con el objetivo de llevar sus utilidades al máximo, actitud que pone de relieve que la codicia no es una característica privativa de la colectividad judía sino más bien que es propia de la actividad empresaria.
Una de las subcategorías es la coherencia local, que analiza la lógica interna entre las proposiciones. Observa las relaciones semánticas entre proposiciones, ejemplificaciones, generalizaciones, relaciones de condicionalidad y/o analogías. Un caso es cuando se relata un suceso, y luego se utilizan estas estrategias para validar lo antedicho. Con estos contrastes se manipula la manera en que el receptor percibe los sucesos relatados. Por ejemplo, Ford realiza una generalización prejuiciosa:
"… ¿No es materia de reflexión el hecho de que, dondequiera que se tropiece en nuestra vida con corrientes desmoralizadoras, se halle también al hebreo?…"(4)
Y a continuación, menciona varios ejemplos que tienen el objetivo de sustentar su punto de vista, agregando "evidencia" de lo que se dice. Lo que dota de credibilidad a la opinión del escritor, y por lo tanto, a la ideología que sostiene.
Con respecto a la categoría "Lo implícito versus lo explícito", lo que se dice explícitamente y lo que no está seleccionado según lo que el emisor considera conveniente para establecer su punto de vista.
Cuando habla de los judíos, toda la información es negativa, y no se encuentran proposiciones con valoración positiva. Critica su falta de sensibilidad artística y de educación, su inmoralidad y codicia.
En este punto es importante destacar que, como se mencionó antes, Ford también era un empresario dedicado a la obtención de riquezas. A pesar de ser un pionero en la producción industrial masiva, critica la producción masiva de música por parte de los judíos. Esta situación es una de las características del nosotros, la "buena sociedad", que se encuentra oculta, porque generaría una contradicción en el discurso.
Además, no define al nosotros con exactitud porque no da suficiente información: el texto se limita a establecer que la "buena sociedad" se trata de todos los que no son judíos. Ford identifica a toda la sociedad no-judía con sus propias ideas para dar más fuerza a lo que dice, pero es probable de que se trate sólo de un recurso retórico, y que en realidad la sociedad norteamericana no comparta en su totalidad el prejuicio.
En referencia al léxico, el autor utiliza ciertos términos y no otros para delimitar la concepción de los grupos. Cuando Ford habla del nosotros, utiliza palabras con valoración positiva, como "familias honestas", "sociedad decente", "la buena sociedad".
La adjetivación que encontramos en el texto en análisis para definir a los judíos, se centra en su falta de interés por el desarrollo de lo cultural y en la valorización moral de la música que producen. Para atacar su condición de empresarios utiliza el término "mercachifles" y expresiones como "espíritu mercantil y antiartístico" o "indecencia hebrea". El uso del término "raza" aplicado a los judíos indica una ideología subyacente relacionada con el positivismo.
Cuando se refiere a la música, Ford destaca su indecencia moral y falta de inteligencia: dice que las canciones son una "riada de horrores musicales" y de "bailes indecorosos". La califica como "música salvaje", "populachera", "mezcla de estupidez y sensualismo" y llena de "sentimientos sensualmente embrutecidos".
A veces, una información secundaria se coloca en un lugar principal. Esto no es casual, porque el que escribe pretende que el mensaje emitido se entienda de una determinada manera o sentido, en detrimento del adversario. El artículo de Ford abunda en detalles cuando describe a los judíos. Por ejemplo: "…Irving Berlín, cuyo nombre real era el de Isider Berliner, siendo oriundo de Rusia…", aquí se destaca innecesariamente la nacionalidad del cantante y su verdadero nombre, lo que remite al prejuicio en contra de los comunistas.
La siguiente categoría a analizar es la retórica. Se trata de metáforas dirigidas al otro, preguntas retóricas, paralelismo. Se usa para criticar o perjudicar al adversario o para resaltar las virtudes del "nosotros".
Ford utiliza un recurso llamado discurso repetido, se trata de fórmulas estables que pueden ser reconocidas por los hablantes de un grupo determinado. Las frases "amasaron fortunas" y "echar por tierra" son familiares para el receptor, creándose una complicidad entre los participantes del hecho comunicativo. De esta manera, el escritor avanza en la tarea de persuasión ideológica.
Un elemento muy importante de discurso repetido es un fragmento del Padrenuestro, utilizado en relación a los judíos:
"…entrometerse cotidianamente en nuestra vida (…) desde el oro indispensable para nuestra economía nacional, hasta el pan nuestro de cada día…"(5)
Es interesante observar cómo se plantea la religión como un contraste entre la "buena sociedad" y los judíos. Aquí se intenta tocar el aspecto moral del lector, un punto muy sensible con el que Ford espera ganarse la aprobación de sus receptores.
En su descripción de los judíos, Ford utiliza metáforas que los comparan con elementos negativos. Así, "…el río sigue corriendo, se torna cada vez más turbio…" es una metáfora que habla despectivamente de la música producida por los judíos, y da la idea de propagación del "espíritu hebreo" en la buena sociedad. Otro párrafo para mencionar es:
"… no debe despreciarse tampoco la diabólica socarronería que crea una atmósfera inmunda en todas las capas sociales. Se unen en ella cálculos malsanos con endemoniada malignidad…"(6)
En el que identifica la música judía con la enfermedad, y da más fuerza a la idea de contagio. La utilización de términos de la biología aplicados a la descripción de la sociedad era algo característico del contexto en el que escribía Ford, se utilizaba para justificar "racionalmente" los discursos racistas y se enmarca en el auge del "darwinismo social".
Otro recurso utilizado por Ford es la pregunta retórica:
"… ¿quién, salvo el judío, sería capaz de combinar los términos "aires populares" y "arte", con los de "proveer" y "vender"?…"(7)
El uso de analogías otorga un sentido lógico a lo que se dice, porque expone las ideas encadenadas coherentemente, como en el siguiente párrafo:
"Déjese circular libremente el alcohol, y tendremos un pueblo de borrachos. Sucumbirán también a otros narcóticos si pudieran venderse con tanta libertad como los productos de la industria hebrea de la música popular"(8)
El uso de este recurso tiene un gran poder explicativo: la idea de contagio o propagación que se expresa, justifica la eliminación o erradicación de los judíos, se plantea claramente que los considera elementos negativos y perjudiciales para la sociedad.
En el discurso ideológico sobre minorías, el emisor puede expresar cuáles son las amenazas que representa el "otro" hacia el "nosotros". Henry Ford era un gran empresario, y un símbolo para la sociedad burguesa, y ataca a los judíos desde esa posición. En este sentido, los judíos representaban una amenaza en lo económico. A partir de allí, el prejuicio gira en torno a dos ejes: la idea de una conspiración judía, y la amenaza al orden moral que esto implica.
Se conjetura sobre un supuesto complot para conformar un monopolio de la industria de la música en manos de los judíos.
"…el 80 por ciento de las canciones "populares" son propiedad de siete casas editoriales judías de música, que constituyen una especie de trust. El otro 20 por ciento es también propiedad de elementos hebreos: pero se mantiene independiente del trust citado…"(9)
Para Ford, el dominio de los judíos en lo musical o artístico, implicaba también la posibilidad de un dominio en otros aspectos más determinantes, como el ideológico.
Luego se plantea la cuestión del "derrumbe moral" a causa de la música producida por empresarios judíos. Además, se denuncia que la obra de los judíos no es valiosa porque no tiene un sentido artístico; lo único que motiva a los productores es el beneficio económico.
"…amasaron fortunas al explotar el gusto popular que ellos mismos habían depravado primeramente…"(10)
El prejuicio se extiende también a los comunistas. :
"…Sus eminencias son, en su mayoría, israelitas, rusos, cuyo pasado suele ser tan discutido como el de algunos empresarios…"(11)
Además, el autor expresa que la difusión de "música hebrea" va en detrimento de la "buena música", que se va dejando de lado progresivamente. Este sería un proceso deliberado, planeado por los judíos:
"…Los propietarios de casas de música, los críticos, agentes, editores, empresarios de music-halls, la mayoría de los cantantes y recitadores no sólo son hebreos, sino que lo son conscientemente a fin de apoyarse mutuamente y con absoluta exclusión de todo lo no-judío…"(12)
De esta manera se termina por completar la idea de la amenaza, y queda justificado el llamado a la acción directa en contra del adversario:
"…Mas todo esto ha de tener un fin ¿Por qué no vamos hacia él? Debería ser el punto de ataque la causa, no el efecto…"(13)
Conclusión
Teniendo en cuenta lo analizado, se puede ver que las estrategias desplegadas en el texto apuntan a construir una esencia de los judíos, es decir características inherentes que los identifican como raza o grupo. Además, Ford utiliza en numerosas ocasiones términos de la biología aplicados a la descripción de lo social. Reconozco influencias del positivismo, se sostiene que existe una biología del judío que los sitúa por debajo de las demás razas. Esto se dice con el objetivo de manifestar desprecio, todo ello con una apariencia objetiva, que dota de un halo de cientificidad a esa ideología.
Se puede ver que la visión que tiene Ford sobre los judíos es concordante con la del movimiento WASP estadounidense. Esto es algo de esperar, porque su posición socio-económica coincide con el ideal de ciudadano de dicho movimiento y está asociada a privilegios que no se arriesgaría a perder.
Notas
(1) VAN DIJK, T. Ideología. Pág. 331.
(2) FORD, H. El judío internacional. Pág. 333.
(3) Ibidem. Pág. 337.
(4) Ibidem. Pág. 333.
(5) Ibidem. Pág. 338.
(6) Ibidem. Pág. 335.
(7) Ibidem. Pág. 337.
(8) Ibidem. Pág. 335.
(9) Ibidem. Pág. 333.
(10) Ibidem. Pág. 334.
(11) Op Cit.
(12) Ibidem. Pág. 338.
(13) Ibidem. Pág 335.
Bibliografía
FORD, H. El judío internacional. Luz Ediciones Modernas. Buenos Aires.
VAN DIJK, T. Ideología. Ed. Gedisa. Barcelona. 1999.
WODAK, R. y MATOUSCHEK, B."Se trata de gente que con sólo mirarla se adivina su origen": Análisis crítico del discurso y el estudio del neo-racismo en la Austria contemporánea. En: MARTÍN ROJO, L. y WHITTAKER, R. Poder-decir o el poder de los discursos. Ed. Arrecife. Madrid. 1998.
Autor:
Carolina Belén Garrote Alarcón
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