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Las siete glándulas endógenas o "siete rosas" (página 2)

Enviado por Antonio Justel


Partes: 1, 2

 

Es la más voluminosa de las glándulas de secreción interna y se encuentra al final del lado izquierdo del estómago, entre éste y el diafragma. Tiene forma de alubia y su color es de un profundo rojo azulado. Pesa generalmente entre 140 y 170 gramos, y mide alrededor de 12, 5 cm. de longitud por 7,5 de anchura. El bazo es esponjoso, blando y frágil, y se mueve con cada respiración; se dilata siempre durante la digestión y está alimentado por la arteria esplénica, vaciando sus venas en la vena porta, la cual descarga, a su vez, su contenido en el hígado. Es una glándula que aparece en el feto en torno a la quinta semana semejando una condensación localizada en el mesodermo o lámina media del embrión; la membrana del peritoneo la recubre casi por completo, al tiempo que se encuentra sostenida por sendos pliegues de la membrana citada; se encuentra revestida por una membrana externa, fibrosa, y otra interna, elástica y también fibrosa. Su secreción se llama hemolisina, la que, además de controlar la construcción de la sangre, es un factor de primer orden en la estimulación del movimiento intestinal. (en algunos casos de constipado crónico, la curación ha sido posible mediante su uso)

El bazo, además de ser el productor de los corpúsculos blancos de la sangre la abastece de hierro, ejerce una influencia determinante sobre el sistema nervioso (pues le envía la fuerza solar que recoge) y ayuda a que se lleve a cabo la digestión. Si el bazo es extirpado no tiene consecuencias fatales, tal cual ocurriría si faltasen las suprarrenales. Cuando el bazo desaparece su trabajo físico es sustituido por el de las células linfáticas, las cuales habrán sufrido un previamente un hipercrecimiento. La energía del sol recogida por el bazo es enviada al plexo solar, aquí especifica el éter recogido de la sangre y, como si de un fluido se tratara, lo bombea, por así decirlo, a través de los nervios, vivificándolos y permitiéndoles enviar las impresiones recogidas del mundo exterior hacia el cerebro.

Con todo, en el bazo tiene el cuerpo de deseos un asidero, por lo que produce en él los corpúsculos blancos, destructores del sistema. Por medio de la sangre son diseminados por todo el cuerpo físico, atraviesan las paredes de las arterias y las venas ante cualquier daño de ambas, de manera especial en los accesos de ira, y forman sedimentos de materias terrosas que enervan y matan el vehículo físico. No olvidemos que, si el cuerpo vital es el encargado de dar vida al cuerpo, el cuerpo de deseos es quien se encarga de someterlo a una destrucción constante, y que de esta lucha obtenemos nosotros la conciencia.

Los corpúsculos blancos, a diferencia de los rojos, disponen de núcleo, tienen forma irregular y poseen un movimiento semejante al de una ameba. Su formación es la siguiente: los pensamientos de pesar, el temor y la ira son como muros interpuestos que afectan a la evaporación del bazo, por lo que el cuerpo deseos, aprovechando la oportunidad, forma una partícula de plasma, la cual se convierte en base de un corpúsculo blanco; ésta base, a su vez, es aprovechada por un pensamiento elemental, el cual, formando un núcleo, toma cuerpo en él. A partir de ese momento el elemental comienza a vivir una vida de destrucción en connivencia con los productos de desecho y acometiendo a todo cuento encuentra a su paso. Téngase en cuenta que un elemental es una creación maligna creada mediante el pensamiento o el sentimiento, y que, al tomar plaza en un número elevado de corpúsculos blancos, éstos no sólo acrecentarán cualquier enfermedad, sino que pueden lograr que el Ego sea privado en todo o en parte del dominio de sus vehículos. La tragedia espiritual, en consecuencia, puede ser de magnitud desmesurada.

Glándula Timo (cuarta rosa)

Está situada en el pecho, sobre la tráquea y entre los dos pulmones, detrás de la parte superior del esternón, por lo que desciende y cubre la parte alta del corazón a la vez que envuelve los grandes vasos. Es parda y adquiere la apariencia de una molleja al ser cortada. Al comenzar la pubertad es cuando alcanza su mayor tamaño, teniendo unos 14 gramos de peso, 5,5 centímetros de longitud, 3,8 de anchura y 6,5 de espesor. Comienza a desaparecer hacia los veinte años, en que es sustituida por fibras y tejidos adiposos, si bien durante toda la vida se mantiene una exigua secreción celular. Cuando el número de estas células aumenta considerablemente, la glándula aumenta su tamaño entre cinco y diez veces su tamaño, propiciando que determinados aspectos se hagan patentes, hecho que dará lugar al hombre tímico, el cual reaccionará de las más extrañas maneras ante los azares de la vida.

Una de las misiones de esta glándula consiste en convertir el aspecto del niño en el de un adulto. Las arterias que le suministran sangre son principalmente las mamarias internas, y los nervios provienen tanto del sistema nervioso simpático como del décimo craneal o nervio pneumogástrico. Su secreción es la thimovidina; es la que promueve el crecimiento de los huesos, el metabolismo muscular durante la infancia y la que determina el aspecto exterior; en enfermedades agotadoras o depauperantes esta glándula disminuye el tamaño con mucha mayor rapidez que el resto. La inyección de la thimovidina tiene la virtualidad de aliviar la fatiga de los músculos voluntarios.

Su extirpación en tiempo de crecimiento produce efectos inmediatos de empequeñecimiento, raquitismo y deformaciones, adquiriendo los huesos blandura y rompiéndose con facilidad. Durante los tres primeros años crece con suma rapidez, pues el éter recibido a través de la leche materna la impulsa con fuerza al crecimiento, habiéndose observado que, en los niños criados con leche materna, la glándula timo está más desarrollada que los alimentados con la de animales y que gozan de gran vitalidad, al tiempo que, y a través de la leche, el poder que ejerce la madre sobre el amamantado es mayor que el que pueda ejercer cualquier otra persona. Los niños no producen sus propios corpúsculos rojos al igual que los adultos.

La razón estriba en que la energía del cuerpo de deseos de los niños es aún comparativamente inactiva, no actúa como avenida de las fuerzas marcianas para tomar el hierro de la sangre y convertirlo en hemoglobina. Esto dura aproximadamente hasta los catorce años. Una vez pasada la pubertad, si la influencia de la glándula timo es grande, tal y como ya se ha señalado, sobreviene el denominado "status thímicus"o de hombre tímico, el cual debe entenderse en cuanto tendencia a producir expresiones femeninas en el hombre y masculinas en la mujer, por lo que el deseo sexual devendría invertido, es decir, sobrevendría la homosexualidad, y llevado al extremo tendríamos el "narcisismo". Esta glándula se encuentra regida por el planeta Venus, por lo que quien logre poner en actividad la nota-clave, desarrollará una elevadísima expresión, detentando habilidad artística, hermosura, armonía, atracción y alegría. Su perversión en cambio vendrá determinada por sensualidad, relajamiento, vulgaridad, pereza, sentimentalismo, vanidad e inconstancia.

Cuando se comienza el contacto con dicha nota-clave, podrá parecer que los años no afectasen, pues el individuo se sentirá, además de joven, alegre y feliz. Una vez que la persistencia de la nota-clave ha dado sus frutos, sobre la cruz del cuerpo vital hará su aparición la "cuarta rosa". A través suyo podrá entrar en contacto con el Mundo del Deseo, sede natural de la hueste Arcangélica, donde podrá informarse especialmente del trabajo tanto de los Espíritus-Grupo como de los Espíritus de Raza. El centro espiritual de la timo vibra bajo un color amarillo.

La Tiroides (quinta rosa)

Formada por dos masas marrones, se encuentra sobre el extremo superior de la traquea, sobre ésta y junto a la laringe; surge casi del mismo punto que el lóbulo anterior del cuerpo pituitario. Con un peso de alrededor de 28,5 gramos, sus dimensiones son de 5 cms. de longitud, 3 de ancho y casi 2 de espesor. Siendo uno de los primeros órganos que se diferencian en el embrión – sobre la tercera semana – se manifiesta como una especie de canal en el fondo de la boca, cuando el tejido tiroidal se ha separado y se ha cerrado el canal.

Se trata de una glándula de peso mayor en la hembra que en el macho, y sus medidas aumentan durante la excitación sexual, la menstruación y el embarazo. Desde la creencia habida de que en el pasado constituyó una glándula sexual, hoy se constata su intensa relación con los órganos reproductores de las glándulas uterinas, a la vez que su actuación como satélite en el desarrollo de los procesos sexuales.

Su secreción es la tiroxina, la cual, siendo gelatinosa, contiene principalmente gran cantidad de yodo así como de arsénico y fósforo, si bien depende del primero para su actividad.

Esta glándula es una glándula energética, por lo que en proporción a su secreción así será el nivel personal de actividad, fruto del calor y movilidad que su secreción proporciona. Cualquier anomalía en la secreción de la tiroides, ya en proporción o en su composición química, el resultado conduce a severos trastornos para el individuo. Sin tiroxina, por ejemplo, una rápida contracción muscular resultaría imposible. Su importancia es extraordinaria, dado que controla tanto el crecimiento del cuerpo físico así como el desarrollo mental, hallándose muy vinculada por otro lado con las demás glándulas de secreción interna. Es el gran puente entre el cerebro y los órganos genitales, por lo que emite su necesaria secreción para dar un equilibrio general.

El cretinismo y la mixedemia – el primero durante la infancia y el segundo en la madurez – son dos graves afecciones relacionadas con esta glándula, y ambas causadas debido a una conexión imperfecta entre los órganos cerebrales y el cuerpo vital, lo cual puede ser evitado segregando tiroxina para conectar la glándula con el cerebro y los órganos genitales.

Se ha observado, tanto en los cretinos como en quienes padecen mixedemia, síntomas de apatía, de indiferencia, tenencia al desaseo y a la torpeza, todo ello motivado por el hecho de que la energía creadora no acude debidamente al cerebro y a los órganos reproductores, por lo que se reducen y se atrofian. El porqué de tal impedimento hay que buscarlo en la causa misma que lo ha originado: el mal uso de la fuerza creadora, es decir, su utilización para la gratificación de los sentidos; es contra el Espíritu Santo, por lo que es un pecado que no se perdona, motivo por el que deberá ser expurgado viviendo en su ocasión y tiempo en vehículos cuya eficiencia sea extremadamente limitada; y si bien se trata de una lección de gran dureza, es una lección que no puede ser impartida al espíritu de otro modo. "Lo que se siembra se recoge" es una ley inapelable, y en armonía perfecta con la Ley de Causa y Efecto o Ley de Consecuencia. De ahí que, si bien médicamente a los enfermos puede tratárseles con tiroxina, su recuperación es meramente transitoria, pues en otro momento posterior, en alguna próxima encarnación, ellos deberán pasar por el trance eventualmente evitado, pues nadie puede rodear, circunvalar la deuda kármica para evitar recogerla.

Por el contrario, la sobreabundancia de tiroxina es lo que produce el bocio exoftálmico, el cual, con sus veintiuna clases diferentes, y teniendo como origen la carencia de yodo en la tiroxina, puede convertirse en crónico. Es recomendable para su cura, en determinados casos, un tiempo de reposo físico, emocional y mental, con alejamiento de cualquier preocupación o sobresalto. Si tal como se ha dicho da equilibrio al cerebro, la tiroides interviene también en la digestión mediante la mezcla del hierro con los alimentos, segrega el yodo que combate los tóxicos del cuerpo, al tiempo que ayuda a controlar la cantidad de grasa acumulada y previene y cura de algún modo el bocio mismo.

El doctor Louis Berman, experto en todo lo relacionado con glándulas endógenas, declaró: "… si el crimen es una anomalía científicamente estudiable y controlable, entonces tanto los procedimientos legales como los tratamientos penales deberán ser completamente cambiados". Sin duda se ha llegado a la demostración de que el mayor número de convictos son moral y mentalmente anormales, pero siempre con deficiencia en la secreción de la tiroides.

La criminología se está dirigiendo hacia factores hereditarios y del medio ambiente en que creció el criminal, así como hacia su educación y ocupación, las distintas influencias sociales y religiosas a que se halló sometido o al nivel de inteligencia. Sin embargo, permítasenos alegar que, en el futuro, las condiciones del sistema vegetativo (involuntario o simpático) al igual que el estado glandular del reo, pasarán a ocupar sin la menor duda un lugar auténticamente preponderante en relación con la interpretación del crimen. La mayoría de estados tales como la histeria, el ansia de poder, de notoriedad, de venganza, etc. no son sino estados glandulares, es decir, por aumentos o disminución de la influencia de la glándula tiroides, de las suprarrenales o la pituitaria. La mayor parte de los crímenes pasionales son consecuencia de una deficiencia de la tiroides. El pervertido sexual tiende a convertirse en un idiota, incapaz de pensar, puesto que utiliza prácticamente toda su fuerza creadora para su satisfacción sexual, privando por ello al cerebro de la energía-fundamento que lo capacite en su función primordial de concebir y expresar ideas.

Dada, pues, la importancia de esta glándula, ampliemos diciendo que está directamente relacionada con las paredes internas y externas del cuerpo, la piel, la cubierta externa de las glándulas, el cabello, las membranas mucosas y la sensibilidad nerviosa. Y si bien facilita la producción de energía, como ha quedado señalado, también se ocupa de la regulación de los contornos, formas y terminaciones de los cuerpos en función de sus arquetipos; su secreción es absolutamente indispensable, insistimos, tanto para la actividad mental como para la reproducción de las especies; no podría darse la complejidad de pensamiento ni el aprendizaje, tampoco la educación ni formación de hábitos, etc.

Está regida por Mercurio. El niño "tiroides" estará siempre activo, sin mostrar jamás decaimiento y demasiada necesidad de dormir. En la juventud será el centro de animación de cualquier reunión, pues irradiará vitalidad y magnetismo personal. En la madurez será emotivo, rápido de percepción y volición, impulsivo y tendente a crisis explosivas. Son incansables trabajadores y suelen padecer de insomnio.

La Pituitaria o hipófisis (sexta rosa)

Esta glándula, denominada pituitaria, o hipófisis, del tamaño de un guisante, es de tejido celular y se encuentra en la base del cerebro, casi en el centro de la cabeza, abarcando la parte posterior de la base de la nariz. De color gris, y suspendida como una cereza, crece hasta los treinta años y pesa en el adulto aproximadamente cinco gramos.

Digamos en este punto que si la cuna de la glándula es demasiado pequeña, el individuo tendrá un desarrollo anormal tocante a su sentido de la moralidad y la intelectualidad. Se compone de dos órganos en apariencia independientes y distintos en origen e historia, función y secreción. Estudiando el embrión humano, el principio de la hipófisis se ve manifestarse por medio de un sobrecrecimiento de la cavidad bucal en la región que da asiento a los sentidos del gusto y del olfato, el cual toma la forma de una bolsa que lentamente tiende a extenderse hacia el cerebro. Al finalizar la cuarta semana toma contacto con un crecimiento que sale del cerebro llamado el infundíbulo. Ambos acaban transformándose en la glándula pituitaria completa, madura, en la que aquel sobrecrecimiento bucal forma el lóbulo anterior pituitario y la parte original del sistema involuntario de la glándula. En un determinado momento de la vida, esta glándula se abre a la boca y a la cavidad del canal espinal. Hoy día se cree que la pituitaria produce no menos de ocho hormonas diferentes. Hay un producto químico en su secreción que estimula la producción de los tejidos, en especial del óseo, y otro que influye en los órganos del sexo y en la actividad sexual. Se ha probado experimentalmente que el funcionamiento normal de la hipófisis es necesario durante el período de crecimiento y desarrollo, así como en la época adulta para la evolución y funciones propias de la tiroides y las suprarrenales. Cuando la secreción interna de esta glándula se aplica de forma artificial, por medio de inyección, se produce la actividad de la tiroides y la suprarrenales, al igual que de las glándulas sexuales, teniendo una influencia notoria en la producción de energía en el sistema nervioso central, en la materia gris del cerebro y en la médula espinal.

Para resumir, podríamos decir que el lóbulo anterior, o prepituitaria, segrega la prolactina, sustancia que, además de ser esencial para la producción de leche en la hembra animal, promueve el crecimiento del esqueleto y tejidos conexos, es causa del desarrollo normal de los órganos relacionados con el aspecto sexual y provoca el debido funcionamiento de la tiroides y suprarrenales. El lóbulo posterior, o postpituitaria, entre las varias hormonas que segrega, dos de ellas son utilizadas comúnmente: la pitocina y la pituitrina. La primera suele utilizarse en casos de parto lento e incluso no incipiente; la segunda determina en general la condición de los tejidos correspondientes a las fibras involuntarias de los intestinos, la vejiga y el útero. Entre ambos lóbulos, la membrana existente segrega la hormona "intermedia", la cual ha sido de gran utilidad en el tratamiento de la diabetes insípida.

La desaparición de la hipófisis supondría la muerte en el término de dos o tres días, no sin antes venir acompañada de una letargia peculiar con paso inseguro, pérdida de apetito y una bajada de temperatura. Con sólo eliminar la parte del lóbulo anterior, sobrevendría una rápida degeneración adiposa y moral del sujeto, junto a una marca tendencia a la inversión del sexo. Otras manifestaciones estarían representadas por somnolencia, por cutis seco, caída del cabello, mentalidad torpe, a menudo epilepsia y un febril deseo por ingerir alimentos dulces. Se trata de una glándula femenino-masculina, es decir, si domina el lóbulo posterior, tendremos un tipo que exprese sentimientos clásicos femeninos; si el lóbulo anterior, tendrá a expresar los masculinos. Benditos tres veces – se dice – los hombres y mujeres que tienen las glándulas pituitarias normales y en equilibrio. Esta regida por Urano, octava de Venus. Su nota-clave hace alusión al amor en su sentido más elevado y su color es el amarillo. El cuerpo pituitario se encuentra vinculado inexorablemente a la iniciación, por lo que quien consiga su despertar espiritual, tendrá la virtualidad de desarrollar los poderes tocantes al Amor y a la Sabiduría, representantes del Espíritu de Vida, segundo aspecto del Logos.

La Pineal o Epífisis (séptima rosa)

Junto a su calidad superior, hemos de añadir que esta glándula tiene forma de cono (de piña) y es de color rojizo, es ligeramente más grande que un grano de trigo y pesa unos dos gramos. Está como escondida y atada a la base del cerebro, la cual es una cavidad que se encuentra arriba y por detrás de la pituitaria.

Compuesta en parte por células nerviosas con pigmento semejante al que se encuentra en las células de la retina – formada ésta por una expansión del nervio óptico – ello ha inducido a formular la suposición de que en algún momento habría ejercido tal vez la función de tercer ojo. Su parte inferior se dirige hacia atrás, y su tamaño es mayor en el niño que en el adulto, y en la mujer mayor que en el hombre. Su función real es absolutamente desconocida en los medios científicos, si bien en ellos suele afirmarse que gobierna de forma directa los órganos generadores y el cerebro. Su evolución estructural comienza a los siete años. La pinealina, su secreción, produce un efecto restrictivo sobre todas las demás glándulas endógenas, funcionando como una especie de vigilante especial sobre el resto de ellas. Se ha descubierto que regula el color de la piel al variar el grado de reacción de los rayos de luz, es decir, sobre el pigmento, cuando en realidad se trata de la luz interna reflejando la luz exterior. Esta glándula produce el desarrollo normal de las células de los órganos de reproducción, indicando, el hecho de haber sobrecrecido en su uso original, la sobreabundante provisión de sangre. Por tanto, promueve una pubertad normal evitando el prematuro desarrollo del sexo en los niños; y mediante el desarrollo normal tanto del cerebro como de los órganos de reproducción, favorece la fuerza creadora; da vigor asimismo a los músculos, varía y controla la el grado de reacción del cuerpo a los rayos solares, y, obviamente, ejerce influencia sobre la pigmentación de la piel.

Se trata de una glándula de naturaleza esencialmente masculina. El pintor renacentista Rafael constituyó un claro exponente del ideal tipo pineal. Si figura era tan hermosa como la de un ángel. Su disposición era suave, amable y gentil, sus modales encantadores, disponiendo de un carácter generoso además de noble. Por medio de su obra "Transfiguración", es puesta de manifiesto su sabiduría, donde queda revelada su conexión con los Reinos Superiores. Pintó este cuadro cuando ya se hallaba moribundo. La pineal está regida por Neptuno, el planeta de la divinidad. La espiritualidad proporcionada por Neptuno elevará al hombre desde su estado humano hasta el divino. Sabiduría en sus expresiones, contacto con los Señores de la Individualidad (Virtudes) espiritualidad, inspiración, clarividencia, profecía, devoción, habilidad para conectar con la música de las esferas, ideación y voluntad, etc., pueden considerarse como expresiones típicas de Neptuno, pues él es el verdadero iniciador. Cuando su nota-clave es despertada, sentida por el individuo al alcanzar el Mundo del Espíritu Divino, su indescriptible hermosura y poder provoca una verdadera avalancha de sabiduría acerca de Dios y su propósito, por lo que el individuo verá su divino poder en acción y reconociéndose a sí mismo tal cual es. Por ende, será capaz de contactar con otros sistemas solares, saber acerca de otros dioses del mismo modo que de los mundos y seres creados por ellos. El Mundo del Espíritu Divino es el reino de la voluntad pura, aquél en el que la energía de Dios se expresa en cuanto que poder capaz de mantener la creación en acción. La luz neptuniana es de un azul transparente, motivo por el que cuando la glándula pineal sale de su letargo, comienza a vibrar con un deslumbrante color azul.

Dado que el despertar de las notas-clave de las glándulas endógenas se encuentra estrechamente vinculado con el hecho de la Iniciación, es por ello que se convierten en uno de los valiosísimos auxilios del espíritu en su correspondiente preparación a tal fin. Y si el trabajo de mayor importancia tocante a aquélla tiene lugar en el cuerpo vital, hemos de decir que las glándulas endógenas tienen una intensa relación con dicho cuerpo de vitalidad.

Frente al devenir del hombre, las glándulas endógenas están llamadas a jugar un papel de primera magnitud, puesto que su desarrollo acelerará enormemente la evolución humana, de manera que, cuanto más importantes sean sus efectos físicos, más importantes serán también en los aspectos mental y espiritual.

 

Antonio Justel

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