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Triunfo en Salta. Controversia en torno a la capitulación otorgada al ejército realista por Belgrano

Enviado por Alberto Pereira Rios


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Después de Tucumán
  3. Belgrano abre su campo
  4. Movimientos Previos
  5. La Batalla
  6. Referencias
  7. La Capitulación, Opiniones Divergentes
  8. 0bras Consultadas

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Ver referencias páginas 13/14

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Oleo de Arístene Papi

-I-

Introducción

Como consecuencia del inesperado y trascendente triunfo de las armas patriotas en la batalla de Tucumán, se estableció, un nuevo gobierno en Buenos Aires, con un enfoque claramente independentista, en consecuencia, promovió este, cambios en su actitud en el campo diplomático, político y militar. Con relación a esto último, dinamizó las operaciones contra el enemigo en ambos frentes (Banda Oriental y en provincias del Norte.

Al ejército auxiliar del Norte estacionado en la ciudad de Tucumán, se le remitieron importantes refuerzos y recursos (1) Con tales aportes, su comandante, levantó su campo, teniendo como objetivo inmediato la ciudad de Salta, ocupada por entonces por el ejército realista. Allí obtuvo, una concluyente victoria sobre las tropas invasoras. A partir de lo cual, salvo la heroica gesta conocida como la Guerra gaucha (2) nunca más se produjeron enfrentamientos a campo abierto, entre ejércitos de línea, dentro de las actuales fronteras de la República Argentina, en el marco de la guerra de la independencia.

El detalle de tales sucesos nos lo narran algunos de sus protagonistas, tales como el propio General Belgrano, los tenientes José María Paz, Gregorio Aráoz de La Madrid, el cadete Lorenzo Lugones, y el teniente del ejército realista Andrés García Camba con el tiempo devenido en general y lucido narrador de tales sucesos. Asimismo, se transcriben los comentarios e interpretaciones de tales acontecimientos por referentes de la historiografía clásica nacional y realista, que incluyen opiniones acerca de polémica capitulación otorgada por el general Belgrano al ejército enemigo.

Entraremos en tema no sin antes mencionar el mérito de ese pequeño ejército integrada en su mayor parte por soldados muy jóvenes, algunos casi niños que hicieron su bautismo de fuego en el combate de Las Piedras y subsiguientemente en la batalla de Tucumán. Hazaña lograda mediante la iluminada decisión de su comandante de hacer pie firme ante el ejército enemigo con un puñado de hombres (3) después de una retirada de ochenta leguas; presentar combate solo con la mitad de los efectivos de su contendor; y hacerlo desobedeciendo sus instrucciones, y órdenes repetidas y perentorias de su gobierno. Luego, después del triunfo, rehusar la corona del triunfador y colocarla con sencillez sobre las sienes de sus compañeros de armas, esto, con sinceridad y sin ostentación, es un ejemplo de moderación y virtud de que la historia presente pocos ejemplos. (4)

Ordenó la persecución de los vencidos al mayor general Díaz Vélez con la idea de "picarle la retaguardia al enemigo en retirada y obtener las ventajas posibles.

Notas -I-

  • 1) Con la caída de Rivadavia y Pueyrredón, el general Belgrano habría creído perder el apoyo de sus amigos más seguros y había quedado con muy pocas esperanzas de obtener los recursos necesarios para ponerse en campaña. Es que, en el nuevo gobierno, Alvear gozaba de una influencia preponderante. Belgrano no lo conocía personalmente, ni tenía confianza en él. Contaba más bien con obstáculos y disfavores disimulados que le impidiesen mantenerse airoso en su puesto. Pero se engañaba, la nombradía que acababa de obtener con la victoria de septiembre contra los godos era muy reciente, y demasiado brillante, para que no fuese fácil "correrlo" sin provocar una fuerte reacción de la opinión pública contra él. De manera que, el gobierno no podía exponerse a la reprobación general, escatimándole los medios de llevar adelante la empresa de expulsar al enemigo del territorio nacional. En consecuencia, se le remitió con una prontitud sorprendente, el Regimiento Nª 1 de infantería, fuerte de 600 plazas; el batallón Nª2 de Patricios; el batallón de artillería de línea con una batería, de 8 piezas de campaña; cerca de 2.000 fusiles en perfecto estado; el segundo escuadrón de Dragones y 120 reclutas para el batallón de Pardos y Morenos. Con estos refuerzos, y con la remonta que hizo en las provincias inmediatas destinada para los cuerpos de Cazadores y del Nº 6, elevó su ejército a 3.000 hombres con lo cual puso a su ejército en estado de tomar la ofensiva.

  • 2) Dirigida exitosamente por Martín Miguel de Güemes.

  • 3) El ejército realista contaba con 3.000 hombres, el patriota solo 1.600 de los cuales 800 eran milicianos de caballería que se incorporaron en vísperas del combate.

  • 4) José María Paz: "Cuando él desoyó esas órdenes, o las interpretó, tomando sobre sí, el variarlas, contrajo una responsabilidad que prueba la elevación de su carácter y la firmeza de su alma. Esa sola resolución, era un gran mérito, y merecía que la honrase y la justificase con una victoria, tal como sucedió. Al menos perspicaz se le ocurre abandonada la provincia de Tucumán, incluso la ciudad y territorio de Santiago del Estero, que le pertenecía, el enemigo no solo adquiría una extensión de territorio (prescindiendo de la fuerza moral que le daba tan vasta conquista, que reducía en la misma proporción el que dominaban nuestras armas, sino que le ofrecía la inapreciable ventaja, de poder aumentar su caballería y formar nuevos cuerpos con hombres idóneos para el servicio de esa arma. Por más que nuestros gauchos, y en general los hombres de la campaña, fuesen decididos por la causa, es indudable que, jugando con actividad y tino, los resortes que están en manos del gobierno y de un general vencedor, hubiera adquirido el ejército real, muchos hombres éstas provincias, para su caballería. Memorias Póstumas. T. 1º, P. 63. Ed. Schapire.

-II-

Después de Tucumán

"La estrategia haca al proyecto de campaña, y dentro de ellas, ordena cada combate y de ir al campo, dispuesta a ordenar lo particular, el posición y lugar y a realizar las modificaciones de conjunto exigidas incesantemente. Por consiguiente, en ningún momento podrá separar sus manos de la obra. Carl Von Clausewicz, De la Guerra T. 1º. P.253. Círculo Militar de Buenos Aires.

Lorenzo Lugones: Quien, por entonces, revistaba en plaza de cadete (tenía 15 años) Integró la tropa de vanguardia que hostilizó al enemigo después de Tucumán. Refiriéndose a los godos en su marcha en fuga, afirmaba que: Ver nota al pie.

Nuestra vanguardia regresó a Tucumán a fines de octubre, trayendo 80 prisioneros, además de haber rescatado 60 patriotas, ambos tomados al enemigo en diferentes encuentros, sobre todo, dejando establecida la superioridad de los nuestros, entre los que se fue involucrando el paisanaje en la lucha contra el invasor, y al que nuca pudieron abatir, ni los reveses ni la miseria ni las patéticas y despiadadas escenas de exterminio y la destrucción de que fueron objeto en el curso de la guerra.

Notas -II-

"Sin la caballería que protegiera a la infantería, por caminos desconocidos, sin baqueanos, sin agua, ni víveres y sin poder tomar un día de descanso, pasando muchas veces por larguísimas jornadas donde no encontraban más que pencas de tunas para chupar y aplacar la sed, después de ser vencidos en una batalla, sin haber tenido tiempo de refrescar, se resistían increíblemente como quien dice: -Muerto sí, prisionero no- Pero los que llegaron a caer en nuestras manos, eran tan bien tratados que, muy luego de estar con nosotros, nos pedían con la misma franqueza como a unos hermanos todo lo que necesitaban, especialmente carne asada para comer y caballos para montar. Tal fue el modo como el enemigo, se retiró con sus restos, hasta que pudo ganar la plaza de Salta" Memorias sobre la Gesta Emancipadora del Ejército del Norte. Coronel Lorenzo Lugones.

2) Lo que ciertamente es de admirar, es la rapidez con que Belgrano consiguió dar cohesión y forma correcta, a las tropas que debían formar su ejército. Y es de admirar por el cúmulo de inconvenientes y contrariedades que tuvo que vencer con flexibilidad de carácter. Y entre otras cosas, proveer a la tropa de vestuario y calzado. Al respecto le solicitaba al gobernador de Córdoba le enviara 4.000 pares a la tropa "y que sean anchos y de punta redonda en razón de que todos los soldados, por lo general, se han criado descalzos y tienen, el pie más grande que el común de los demás hombres que han usado siempre calzado, y procurando que sean de suela descarnada en lugar de cordobán". Espistolario Belgraniano, Página 195

-III-

Belgrano abre su campo

Los factores morales constituyen la cuestión más importante de la guerra, es lo que une con estrecha afinidad, a toda la masa de las fuerzas de la Guerra T.I, P. 271. Von Clausewicz.

A fines de diciembre, dio comienzo la marcha de los cuerpos del ejército revolucionario sobre el enemigo, el cual estaba atrincherado en Salta a la espera de refuerzos y recursos, que debían ser enviados desde el Alto Perú para a su vez, abrir una nueva campaña sobre las "provincias bajas" (1)

El general Tristán (2) estaba muy lejos de suponer que el nuevo gobierno de Buenos Aires, hubiera provisto al ejército de Belgrano, con los recursos de que éste carecía, y, de tal forma habilitarlo para emprender una gran operación ofensiva contra sus posiciones. A mediados de febrero, el ejército se hallaba ya acampado al norte del río Pasaje. En tal punto, recibió una comunicación del gobierno en la que se le comunicaba que su ejército debía jurar obediencia a la Asamblea General de las Provincias Unidas del Río de la Plata, que había abierto sus sesiones el 31 de enero de ese año.

Belgrano tenía siempre la idea de que cuanto antes se diese una bandera propia a la patria naciente, esta contaría con un símbolo que la identificase en su lucha por la defensa de su soberanía. Aprovechó entonces aquella circunstancia para adoptarla definitivamente. Haciendo jurar a su ejército obediencia y lealtad a ambas.

Desde allí emprendieron el último tramo de su marcha hacia su objetivo.

Tristán descansaba en la seguridad que los "insurgentes" no solo contaban con débiles, e insuficientes fuerzas, sino también, de su certeza acerca de la imposibilidad de aquellos de abrir campaña en tiempo de intensas lluvias, con ríos a nado y con los inconvenientes para el transporte de artillería e impedimenta.

Toda su atención y esperanza estaba en los refuerzos que esperaba, y que, en efecto le estaban llegando. Por otra parte, estaba a ciegas. Ignoraba lo que ocurría al sur de su posición. (4) Así fue, como los patriotas complementados admirablemente por las gentes del país, pudo llegar sin ser advertido, hasta las inmediaciones de la ciudad.

Notas III

1) Nombre dado por los realistas al territorio ocupado por el ejército patriota y que al presente es parte de la República Argentina.

2) Juan Pío de Tristán y Moscoso 1773/1860. Natural de Lima

3) Asumir el supremo poder constituyente era arrogarse de hecho, la condición de nación libre e independiente. La victoria de Tucumán había alejado en mucho, la presión diplomática que ejercían sobre el gobierno de Buenos Aires Lord Strangford (Embajador de S.M.B. en la corte de Río de Janeiro) tanto como el gabinete portugués aliado incondicional de Inglaterra; presión ejercida sobre el Primer Triunvirato.

4) Todas las veces que habían intentado enviar partidas exploradoras hacia el sur, habían sido neutralizadas por los gauchos que, de todas partes, habían caído sobre ellas. Por lo demás, saber algo de las gentes del país, era cosa de todo punto imposible. No había nadie, que lo hiciese o lo intentase.

IV

Movimientos Previos

"La sorpresa es un medio para lograr la superioridad, además, puede considerarse un factor determinante a causa de su efecto moral" De la Guerra. Íbidem. P. 311

Las partidas exploradoras de vanguardia, sorprendieron una avanzada enemiga en Cobos. Dos soldados que pudieron huir, fueron los que llevaron la nueva a Tristán de la presencia de una avanzada enemiga próxima a su campamento. Despachó algunas descubiertas para verificar el número y la calidad de la misma. Sin resultado. Tal vez pensó que podrían ser algunas partidas de gauchos, que tenían presencia en toda la campaña, y que, con frecuencia, ejecutan golpes de mano contra sus avanzadas.

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Manuel Dorrego, de aporte decisivo en las

Victorias del ejército patriota,

Ya próximo a Salta, el general Belgrano, en vez de abordar la ciudad por el camino usual, entrando por Los Portezuelos (Lado Este) tal como suponía Tristán, dio un rodeo por detrás de las serranías para ubicarse (2) a su retaguardia, cortando a los realistas sus comunicaciones con Jujuy y su cuartel general. Y tratar de sorprender, si fuera esto posible al enemigo, en las propias calles de Salta. Belgrano en tal circunstancia demostró habilidad para aplicar la táctica adecuada a fin de ubicar a su ejército en la posición más ventajosa, entre otras por lo imprevista (3) El general realista quedó perplejo, no se atrevía a creer que Belgrano abriese la campaña en una estación tan desfavorable para las operaciones militares en esa escala. El ejército patriota en su marcha hacia su objetivo, llegó a un paraje llamado Ojo de Agua, en ese punto, el camino se bifurca. Despachó su vanguardia al Mando del general Díaz Vélez por el camino usual en maniobra de diversión hacia Los Portezuelos, y, con el grueso de su fuerza marchó por el de la derecha a Lagunillas (Ver Plano Nº1) donde acampó el día 18, a legua y media de la ciudad.

Abordar Salta por el Este (Portezuelos) hubiera sido un error gravísimo. El ejército hubiera tenido que marchar al frente del ejército real a través de una quebrada y una red de riachos y zanjones que hubieran obstaculizado seriamente su entrada al campo de combate con sus flancos amenazados por la artillería realista.

La ruta que tomó, aunque muy áspera, podía transitarse con la tranquilidad de que el enemigo, ignoraba su feliz maniobra. Siguiendo su derrotero, el ejército patriota logró transportar con felicidad, las doce piezas de artillería de su parque, y las cincuenta carretas que transportaban su impedimenta. Solo la copiosa lluvia caída durante la jornada del día 17, lo obligó a acampar el 18 de febrero en los cercos y potreros de la hacienda de Castañares, al norte de Salta, y sobre un declive suave, que no ofrecía más obstáculo por su frente, que el Tagarete de Tineo, especie de zanjón de poca importancia algo inclinado a la izquierda de los patriotas, en las caídas del Cerro San Bernardo. En esas jornadas de intensas lluvias, los soldados soportaron con estoicismo esa incómoda contrariedad (4)

El general enemigo, que al fin se había persuadido que todo el ejército patriota marchaba sobre él, en son de combate, había esperado su ataque por Los Portezuelos, donde había concentrado su fuerza, ciñéndose a una estricta posición defensiva

Plano Nº 1

"El Arte de la guerra consiste fundamentalmente en el engaño del enemigo" Sun Tzu

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Al tener aviso del avance de la vanguardia de Belgrano, se confirmó en esa creencia. En consecuencia, previo a un prolijo reconocimiento del terreno acompañado por su estado mayor mandó fortificar y artillar Los Portezuelos y formó su plan de batalla en la posición de que los patriotas, se verían obligados a formar su línea en los bajos de esa posición. La vanguardia patriota, siguiendo el plan pre concebido se aproximó a Los Portezuelos, y al llegar a Higuerillas, se encontró con la del enemigo, trabándose entre ambas algunas guerrillas.

Estando el cuerpo principal ya estacionado en la hacienda de Castañares (5) (día 19 en la mañana) se le unió la vanguardia luego de haber cumplido su cometido.

Repasaremos ahora tales sucesos vistos de la perspectiva realista

General Andrés García Camba: Revistaba entonces como ayudante del general Tristán en clase de teniente de caballería)

"En tanto que el enemigo se acercaba esperanzado a Salta, reinaba en esta ciudad un descuido injustificable, sucediéndose unas a otras las diversiones, y aunque empezaron a tomar cuerpo los rumores de que los disidentes se aproximaban, no fueron convenientemente atendidos en la persuasión de que no pasarían de algunas partidas de caballería campestre o como dicen en el país de gauchos. De este equivocado concepto provino que apareciese mayor la sorpresa y el aturdimiento, que causó la noticia positiva, recibida en Salta el 15 de febrero, de que un cuerpo de tropas regulares se hallaba ya cerca de la población; en tal sentido, dispuso Tristán algunos reconocimientos, no se sacó nada de ellos u otro partido que confirmara la expresada nueva. El general enemigo Belgrano, continuó impávido su movimiento y el 17 del mismo febrero acampó a la vista de los realistas en los cercos y potreros en la hacienda de Castañares a una legua de distancia de la ciudad de Salta. Los siguientes días 18 y 19, Belgrano realizó reconocimientos con todas sus fuerzas, como en ademán de empeñar un combate, que el brigadier Tristán, ya en posición fuera de la ciudad, estaba resuelto a aceptar, aunque consiguiendo el objeto de mantener en alarma a nuestra gente, la cual desprovista de tiendas de campaña sufría bastante de los aguaceros"

Mariano Torrente: (Historiador) "Teniendo Belgrano los flancos bien guardados, por guerrillas, emprendió su marcha contra los realistas, y se presentó el 19 de febrero por la noche a la vista de la ciudad de Salta después de una marcha penosa y haber cruzado, sin tropiezo el río Pasaje a pesar del gran caudal de agua que llevaba en aquella sazón. Viéndose Tristán en la necesidad de arriesgar una batalla decisiva y esperando que la bizarría de su brillante ejército le haría triunfar de sus contrarios, borrando de este modo la mancha que habría recaído sobre él, en la anterior derrota de Tucumán, lo formó en la mañana del 20 fuera de la plaza y excitando el mayor entusiasmo en todas las clases, se arrojó contra el enemigo con aquel denuedo que es propio de aquel que aprecia en su justo valor, el honor militar"

Notas IV

1/2) "El general Tristán que ignoraba la existencia de ese camino y, ante la presencia de todo el ejército patriota, se negó a creerlo, y exclamó -Solo que fueran pájaros. Subiendo a una altura pudo cerciorarse por sí mismo de la verdad. Inmediatamente, cambiando de plan, varió de posición; se trasladó de Los Portezuelos al pie del cerro San Bernardo, cubriendo la ciudad, y protegido por los accidentes del terreno, dio frente al norte, sin darse todavía cuenta del plan de Belgrano, pues hasta llegó a suponer que aquello fuera una mera diversión"

El general Belgrano había distribuido su infantería en seis columnas cerradas. Cinco debían marchar paralelas en primer plano, y desplegar a distancia conveniente, la sexta estaba formada por la reserva. Cada columna llevaba dos piezas de artillería, en las dos alas estaban distribuidos por mitades, los dos escuadrones de Dragones, el restante estaba con la reserva, los cuales componían la caballería de línea

El general había procedido con mucho acierto, colocando a la derecha de la línea a los comandantes Dorrego de Cazadores y Zelaya de Dragones, porque en ese sector era donde el enemigo podía desplegarse y operar con mayor facilidad.

La formación del enemigo era más hábil en la distribución de las diferentes armas, dice B. Mitre: Habían sido consultados mejor los accidentes del terreno. Fuerte de 3.500 hombres, el ejército realista había tendido su línea de batalla al norte del zanjón que corta el camino de Jujuy (Ver plano Nº 2) por esa parte, formando dos líneas. En la primera colocó tres batallones de infantería. Apoyando su flanco derecho sobre el cerro San Bernardo, y avanzó por las fragosidades de esa montaña, una columna ligera de 200 hombres, que cubierta por los accidentes del terreno, amagaba el flanco izquierdo del ejército enemigo. Sobre la izquierda de su primera línea, desplegó en la débil formación de ala, un cuerpo de quinientos jinetes, de que constaba su caballería; colocación acertada, pues solo por aquella parte, podía obrar esa arma, por la naturaleza del terreno, ofreciendo además la ventaja de cubrir el flanco más débil. Al frente de la primera línea esa segunda línea se componía estableció la artillería compuesta de diez piezas de montaña (de a cuatro libras) La segunda línea se componía de dos batallones en

columna a distancia de despliegue y más a retaguardia la reserva y el parque. En esa disposición permanecieron ambos ejércitos durante la tarde del 19"

Sun Tzu: "El arte dela guerra, consiste fundamentalmente en el engaño del enemigo

3) El general Paz firma en sus Memorias Póstumas que: "El movimiento que hizo el general Belgrano, dejando el camino principal colocándose en Castañares, a través de un sendero desconocido por el enemigo, fue bien concebido y mejor ejecutado, mediante él, había hecho imposible su retirada y había mejorado el teatro de acción, porque el terreno le era favorable que el que le ofrecía la entrada por Los Portezuelos, que donde desemboca el camino principal al valle de Lerma, donde está situada la ciudad de Salta" .Íbidem, Memorias Póstumas. Ps. 81/82.

Vicente Fidel López: "Guardaban sus armas y sus municiones con especial cuidado anteponiendo las mismas a sus personas; y sufriendo el agua, y la intemperie más bien que el deterioro de los instrumentos con que iban a combatir" Historia de la República Argentina T.2.P .494. Sopena 1975

General Belgrano: "Llegué a Castañares en la noche del 17, sin encontrar más impedimento que las aguas que a torrentes, cayeron sobre nosotros desde Cobos, y un retazo de camino tan malo, que el empeño y constancia de mis bravos camaradas supo vencer, cuando los vaqueanos creían imposible su tránsito, sin embargo, se han arrastrado por él, las doce piezas de artillería, y las cincuenta carretas que han pasado felizmente. Y en la mañana del 18 todo estaba reunido en el punto de Castañares, y aún el enemigo no lo creía".

A las once de la mañana del 19 salí con el ejército de Castañares y me dirigí a su pampa hasta situarme en las inmediaciones de Gallinato, con cuyo movimiento logré descubrir la fuerza enemiga y las diferentes posiciones que tomaron sus guerrillas y avanzadas, en el choque con éstas y aquellas, las de este ejército, compuesta por los dragones, se comportaron muy bien, hasta desalojarlos de los lugares que ocupaban por mi costado derecho desde donde descubrían mis movimientos" Parte oficial de la batalla.

V

La Batalla

"La táctica es el arte de poner en acción al ejército en el momento y en el punto decisivo del campo en el que debe tener lugar el choque decisivo". Antoine Henri Jomeini

Puestas en marcha las columnas y estando solo a medio tiro de cañón (1) "desplegaron con tanta precisión y serenidad al frente del enemigo, como si lo hicieran en un ejercicio doctrinal (2)

Ya puesta en marcha la línea de ataque, "empezó el enemigo a disparar su artillería según afirma el por entonces teniente Gregorio Aráoz de Lamadrid, constando ella de ocho a diez piezas. Así que nos pusimos a tiro, rompieron sus fuegos todos los cuerpos enemigos sin interrupción, mientras nuestra línea avanzaba sin contestar … (10) el general ordenó al comandante Dorrego que se adelantase al enemigo con dos compañías de Cazadores; éste se lanzó sobre el enemigo, pero fue rechazado. Alude a tal incidencia, el cadete Lorenzo Lugones quien siendo testigo de la misma afirma: "El comandante Manuel Dorrego, con su pequeño batallón de Cazadores, había hecho un avance en busca de un momentáneo favor de un buen suceso, su ardor combativo lo indujo a que se adelantara más allá de lo regular, el Real de Lima (8) hizo un movimiento análogo que alucina a Dorrego y lo impulsa a avanzar más, y se interpolan; el teniente coronel don Cornelio Zelaya que a la sazón entraba con sus dragones en formación sobre ese costado lo advierte, toma un escuadrón, carga sobre aquel tumulto y lo desenvuelve; así pues, la intervención de la caballería favorece a los que en situación crítica y aislada iban a ceder a la desigualdad luego, cubriendo la retaguardia de los que acaba de salvar, retorna con ellos a su línea original. Allí se rehacen y vuelve al ataque a paso de carga". (9) con todo el batallón sobre la izquierda realista, la "pulveriza" y la lleva en completa confusión hasta las calles de la ciudad. Simultáneamente, Belgrano ordena el avance total de su línea sobre el enemigo, que es atacado a la bayoneta, neutralizando de tal manera los fuegos de su artillería. El ataque es comandado por los comandantes Superí, batallón de Castas, (Este batallón fue el primero en llegar a la ciudad) Pico y Forest (los dos batallones del 6º. A causa del desbande de su izquierda, y de la entrada de los Dragones (Zelaya) por el claro que había dejado aquella, el centro enemigo se desmorona volviendo caras y envuelve en su desorden a la columna de reserva con que Tristán acudía en persona a restablecer su línea. A partir de lo cual, todo ese sector del ejército enemigo (izquierda y centro) se convirtió en un tumulto en dispersión, donde solo prevalecía el "sálvese quien pueda" Los dispersos corrían a guarecerse adentrándose en las calles de la ciudad y refugiándose en viviendas y en la iglesia matriz o detrás de las improvisadas trincheras dispuestas en torno a la plaza de la ciudad. La única fuerza enemiga que había quedado en el campo era el batallón Nº 2 del Real de Lima (único integrado por combatientes peninsulares (3) que, colocado en las faldas del San Bernardo, no había tenido tiempo ni ocasión de mostrar su fuerza en la acción. Belgrano ordenó que a reserva compuesta por el batallón Nº 2 del regimiento Nº 1 de Patricios y dos piezas dirigidas por el teniente José María Paz que marchara sobre la fuerza enemiga, la que, en la posición en que se hallaba podían contemplar el desbande en el otro sector de la línea de batalla. Después de una débil resistencia provocada por algunos tiros certeros de la artillería patriota, comenzaron algunos a desorganizarse en las escabrosidades del cerro y otros a bajar en grupos que venían rindiéndose a sus vencedores. Los Cazadores, el Nº 6, el de Castas, y los Dragones de Zelaya habían entrado en la ciudad y se adueñaron de las alturas desde donde algunas unidades hacían un fuego incesante sobre los restos del ejército de Tristán. Otros cuerpos al mando de Dorrego se reorganizaban para dar el asalto final. El riesgo era ya inminente para los ya atribulados realistas, al punto que la mayor parte de la tropa y de los oficiales, habían desobedecido las repetidas órdenes que su general les había dado para que viniesen a ocupar su puesto en las trincheras. Muchos se habían guarnecido tal como se ha mencionado en la iglesia catedral. Si en esos momentos se hubiera concretado el asalto, la matanza hubiera sido tremenda y habrían dejado un recuerdo imperecedero de espanto. Anhelante por evitarlo. Tristán pidió al jefe de los Cazadores que suspendiese el fuego y que diera paso al coronel La Hera a quien enviaba de parlamentario para tratar con el general Belgrano de la rendición y entrega de la plaza. Los jefes patriotas accedieron al paso del parlamentario, pero no la suspensión del fuego. Mandaban aviso sobre aviso al general, para que entrase con el resto de los batallones, y completase la victoria con la rendición absoluta e incondicional del enemigo; o con el asalto que debía producir el mismo efecto.

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Referencias

  • 1) Escuadrón Nº 3 de caballería (Dragones) al mando de Cornelio Zelaya

  • 2) Batallón de Cazadores ídem, Manuel Dorrego

  • 3) Batallón de Castas ídem, José Superí

  • 4) Batallón Nº 2 del Rto.Nº .6, ídem Francisco Pico

  • 5) Batallón Nº 1 del Rto Nº 6, ídem Carlos Forest

  • 6) Batallón Nº 2 del Rto. Nº 5, ídem Benito Álvarez

  • 7) Escuadrón de Dragones Nª 2, ídem Antonino Rodríguez

  • 8) Batallón Nº 1 del Rto. Nº 7, Reserva

  • 9) Rto. Nº 1 de Patricios, ídem Gregorio Perdriel y Escuadrón Nº 4 de Dragones. Reserva.

  • 10) Avance del ejército patriota en formación de masas, hacia posición de despliegue.

  • 11) Finca de Castañares

  • 12) Columna realista destacada en las faldas del cerro San Bernardo.

Primera Línea realista compuesta por tres batallones de infantería y uno de caballería, este último de 500 jinetes.

Camino a Cobos

Portezuelos

16) Avance de los Dragones de la derecha para sostener la primera carga de Cazadores, luego de lo cual, retrocede a su formación inicial.

17) Dos compañías de Cazadores intentan ataque contra la izquierda enemiga, envuelta por los fuegos enemigos, retroceden a su línea de formación original socorridos por los Cazadores.

18/19 Belgrano ordena a Dorrego que avance con todos sus efectivos y que no intercepte el fuego de la artillería. Este ataque fue apoyado por los Dragones de su izquierda. Ambos impactan sobre la izquierda enemiga la "pulverizan" poniéndola en fuga hacia la ciudad. Simultáneamente Belgrano ordena al centro patriota cargar sobre las posiciones enemigas. Lo hacen con tanto vigor resolución, que el enemigo, luego de una débil resistencia retroceden desechas en dirección a la ciudad. (24)

20) Tristán ordena a su reserva de su segunda línea cubrir el claro dejado por su izquierda, aunque el desbande de su izquierda esteriliza su desempeño al verse ésta, envuelta por los dispersos.

21) Cambio de frente del ejército realista (día anterior)

22) Gran parte del ejército realista busca refugio en la ciudad donde opone su última resistencia.

23/25) Belgrano dispone que parte de la reserva compuesta por el regimiento de Patricios y dos piezas de artillería atacasen a la fuerza realista estacionada en las faldas del cerro San Bernardo la que estaba compuesta por secciones del batallón Nº 2 del Real de Lima y del Paucartambo, que ofrecen obstinada resistencia, desbaratada luego de un vivísimo fuego de fusilería y artillería (2 piezas a cargo del teniente Paz)

26) Línea patriota al ataque

27) Primera ubicación de los realistas frente a Los Portezuelos.

Trascribiremos en las siguientes notas, las puntualizaciones que de la misma hacen, el entonces teniente José María Paz, en sus Memorias Póstumas, como genuino testimonio, del cual se han nutrido todos los historiadores que se han referido a este suceso. Las del general Belgrano en su parte de la batalla dirigida al gobierno de Buenos Aires. Las del teniente La Madrid: las del cadete Lorenzo Lugones; y, desde la perspectiva realista, las del teniente por entonces, después general Andrés García Camba y las de Mariano Torrente, el más reconocido historiador realista, que se ha ocupado en describir los avatares de los ejércitos del rey, en su larga e infructuosa lucha en contra la revolución hispanoamericana.

José María Paz. "Amaneció el 20 con tiempo nebuloso y lluvia alternada. El general en jefe tuvo esta mañana un ataque de vómitos sangrantes, que nos puso en cuidado. Resuelto a dar batalla, se proponía mandarla desde una carreta, pero, afortunadamente, mejoró y pudo montar a caballo. Entre diez y once, nos movimos, nuestras columnas, menos la reserva, desplegaron y comenzó el ataque. El intrépido comandante Dorrego, se precipitó con una parte de su cuerpo, sobre la izquierda enemiga, pero fue rechazado, viéndose en serios conflictos, recuperó el terreno perdido y condujo el ataque con tal vigor, que flanqueó muy luego, toda aquella ala del enemigo que se replegó en confusión a la ciudad. El centro duró algún tiempo más, sin que dejase de sufrir luego el movimiento retrógrado de su izquierda. La derecha fue la que opuso tenaz resistencia, principalmente el batallón Real de Lima, que ganando la falda del monte San Bernardo, se defendía valerosamente. Allí concurrió nuestra reserva, y las dos piezas de artillería que yo mandaba (las que) hicieron un vigoroso fuego, hasta que se desmontó uno de los cañones. Al fin cedieron aquellos restos de la línea enemiga dispersándose en la montaña y bajando después, a rendirse como prisioneros. Nuestro centro y el ala derecha se habían precipitado en las calles, persiguiendo a la par lo que allí pasaba e de la línea enemiga que le era opuesta y aunque no habían entrado en la plaza, que estaba defendida por palizadas, habían ocupado puestos importantes edificios. s, como el convento de La Merced y otros edificios dominantes. El fuego se hacía sentir en la ciudad, y aunque no conocíamos lo que allí pasaba, era claro que disputaban nuestras tropas la posesión de las calles y de los edificios. El general Belgrano estaba fuera con cerca de la mitad del ejército. La tropa pues que había ingresado en la ciudad, estaba solo a cargo de los jefes particulares de los cuerpos. Estos deseando hacer conocer cuanto antes su situación al general, recuerdo que enarbolaron en la torre de La Merced, una bandera medio celeste, medio de otro color, más obscuro, porque no hallando a mano otra cosa, se sirvieron de un poncho del comandante Superí. Apenas desocupado el general de la obstinada resistencia, que opuso la derecha enemiga y conociendo la situación caótica que reinaba en el interior de la ciudad, ya por el indicio de la bandera, ya por otras informaciones, se preparaba a organizar un ataque formal contra los restos enemigos refugiados en la plaza, cuando se presentó un parlamentario que era el coronel realista La Hera (5) Cuando lo que acababa de suceder no bastase, la sola presencia del parlamentario, su traza, su emoción, y sus ademanes hubieran sido suficientes para revelarnos el estado deplorable del enemigo. Traía por todo uniforme un fraque azul, de paisano, con solo el distintivo en la bocamanga de los galoncitos que designaba su grado, con arreglo a la ordenanza española; venía embarrado hasta el pescuezo y en todas sus acciones, se notaba la confusión de su espíritu y el terror. Llegado que fue, se le hizo desmontar y se les desvendaron los ojos, con solo la precaución de que diese la espalda a nuestra tropa que estaba formada. Estaba delante del general, más como no lo conocía, preguntó si tenía el honor de hablar con él, y sobre la afirmativa respuesta que se le dio, empezó a hablarle en voz baja, de modo que yo, y otros, que estábamos a algunos pasos de distancia, no pudimos percibir lo que decía, pero si, la contestación del general, que le dijo en voz alta –" Diga usted a su general, que se despedaza mi corazón al ver derramar tanta sangre americana, que estoy pronto a otorgar un honrosa capitulación; que haga cesar inmediatamente el fuego en todos los puntos que ocupan sus tropas, como yo voy a mandar que se haga en todos los que ocupan las mías" Todos vimos que la suerte del día estaba decidida; nos felicitamos y nos entregamos silenciosamente al placer de la victoria"

edu.red

Salta en el siglo XIX

General Andrés García Camba: "El 20 de febrero, cerca del mediodía, se movió el enemigo sobre nuestra vanguardia en tres columnas paralelas, que desplegó luego en batalla, cubriendo las alas con la caballería y dejando más a retaguardia una proporcionada reserva"

"Poco tardaron los contendientes en venir a las manos, rompiendo el ataque nuestra caballería, la cual cargó con tal decisión a la enemiga que cubría su izquierda, que la obligó a volver caras; más detenido el ímpetu de nuestros jinetes, por los certeros fuegos del cuerpo de negros del Río de la Plata, se recobró pronto aquella, cargó a su vez con valentía y fue tan completamente arrollada la realista que se puso en plena fuga para la ciudad, dejando descubierto el flanco que ocupaba. Entonces Tristán previno que los dos batallones de segunda línea, ocupasen en la primera, el vacío que acababa de causar la huida de la caballería, y ejecutada esta orden con prontitud, rompiose seguidamente el fuego que muy luego se hizo general. No fue con todo de larga duración, la firmeza de estos batallones, porque observando que los enemigos, continuaban avanzando por el frente y, lo que sin duda influyó más, temerosas de que su caballería victoriosa, después de haber ahuyentado a la nuestra, cargara por retaguardia, como amenazaba ya, se desordenaron y se pusieron también en fuga hacia la ciudad. Todavía se sostuvieron los otros tres batallones auxiliados por el vivo fuego de nuestra artillería, pero el mal ejemplo de los primeros y el recelo de verse envueltos y cortados, los decidieron al fin, a seguir precipitándose hacia la misma dirección que los anteriores, dejando el campo en poder del enemigo con la mayor parte de la artillería. Mientras este desastroso desenlace, se completaba, las guerrillas avanzadas por nuestra izquierda, (error, esas avanzadas estaban ubicadas sobre la derecha realista es decir sobre el cerro San Bernardo) hacían brillantes esfuerzo de valor y progresaban visiblemente; rechazaron un trozo de caballería que se les presentó y otro de infantería que se adelantaba a sostenerla, e igual resultado alcanzaron sobre la parte de la caballería que formaba la reserva. No obstante, al ver el repliegue general, tuvieron también que retirarse a la ciudad. En ella todo era desorden, confusión e indisciplina a tal punto que Tristán, apenas era obedecido, y pudo con dificultad reunir alguna tropa para defender las débiles trincheras que, con trancas y maderos, había logrado levantar en las boca-calles de la plaza mayor, porque su gente aterrada, y parte probablemente seducida, se encerraba en la iglesia principal y en las casas de la ciudad. De esta manera vino a ser inútil el valor personal del jefe español, quien se vio en la triste necesidad de capitular en las condiciones que le puso el jefe vencedor, tan exorbitantes y duras que merecieron la desaprobación del dignísimo virrey del Perú. Sin embargo, la pérdida de la batalla de Salta, funestísima, como ha sido, no podía producir por sí sola, en aquella época la disolución del Perú" (6)

Mariano Torrente: "Tristán hubo de capitular con la obligación juramentada de no tomar las armas contra los de Buenos Aires, y de rendir las suyas con los honores de la guerra, verificando lo mismo la guarnición de Jujuy. Si bien algunos de aquellos militares se incorporaron de nuevo a las filas realistas sin que se resistiera su delicadeza, en faltar a unos empeños que no eran en modo alguno obligatorios, por haber sido contraídos con súbditos rebeldes, otros, sin embargo, se dedicaron a pervertir el espíritu público, proclamando el brillo y entusiasmo de las tropas de Buenos Aires, y pintando con los colores más halagüeños, la causa que ellos defendían. Fueron, por lo tanto, enviados a sus casas con decorosos pretextos.

Partes: 1, 2
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