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Ciencia Tecnología y Valores Humanos (página 2)


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Mario Bunge opta por una definición más amplia de ciencia a la que en un primer momento llama "cuerpo de ideas", y define como "el conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y falible", tal y como es entendida en la actualidad Pero, agrega la importancia de distinguir entre la ciencia formal y la ciencia fáctica, porque  "no toda la investigación científica produce conocimiento objetivo", Para Bunge la lógica y las matemáticas son las llamadas ciencias formales, cuyo objeto de estudio son los entes formales, así como las relaciones lógicas (o mentales) que se establecen entre ellos; por su parte, las ciencias fácticas, que abarcan las ciencias naturales y las ciencias sociales, requieren de comprobación.

En su sentido etimológico, ciencia deriva del latín scientia, que proviene del verbo scire y que significa saber. ( Wartpfsky,1999) Literalmente, ciencia es conocimiento, saber. Pero este saber formulado a través de explicaciones científicas es un saber:

  • a) Contrastable o verificable.

  • b) Objetivo.

  • c) Falible.

  • d) Sistemático.

  • e) Racional.

En la ciencia, toda teoría, ley o afirmación está sujeta en todo momento a revisión. Esto permite el perfeccionamiento de las explicaciones ofrecidas. En cuanto falible, es susceptible de ser, parcial o totalmente, refutada. En esto la ciencia se diferencia del dogma o de las verdades reveladas que se asumen con pretensiones de infalibilidad.

La ciencia progresa gradualmente a medida que las hipótesis se amplían o explican más hechos diferentes. La totalidad de las hipótesis aceptadas en un momento cualquiera deben ser compatibles entre sí. La sistematización del conocimiento permite hablar de un progreso ordenado de la organización científica. Si bien, una ciencia comienza con descubrimientos fragmentarios, sólo avanzará o progresará hasta que éstos se sistematicen. La sistematización conecta conjuntos de descubrimientos.

La ciencia intenta explicar los fenómenos, y para ello no se conforma con describirlos, sino que se pregunta como son, por qué ocurren así las cosas y no de otra manera.

Por lo tanto, La ciencia es un conjunto de conocimientos que se manifiestan en conceptos, juicios y razonamientos. Esto conceptos juicios y razonamientos están ordenados conforme a reglas lógicas, de tal manera que al alcanzarlos con coherencia nos conducen a conocimientos nuevos.

Ese orden aplicado al conjunto de conocimientos de por resultado una estructura de ideas (sistema). De ahí que la ciencia no sea una suma de conocimientos, o una simple aglutinación de juicios sino un enlace coherente de los conocimientos para sacar nuevas conclusiones. Esta es una de las características que más claras distinguen al pensamiento científico del pensamiento cotidiano. Esa coherencia da a la ciencia la categoría de pensamiento correcto.

Técnica

En este orden de ideas. Lo que el hombre común conoce como "ciencia" está constituido por los productos de la técnica (que es la ciencia aplicada a la creación de satisfactores) cuando mucho identifica como "científicos" a las teorías, las leyes y los modelos.

Como la ciencia surge gracias a una labor determinada, también esa labor es científica y los instrumentos de los que se sirve el científico merecen el calificativo de "científicos".

El trabajo desarrollado por el científico recibe el nombre de investigación científica, y el conjunto de procedimientos ejecutados se denomina método científico.

El método es el camino que nos conduce a la ciencia, Así como no podríamos llegar al final de un camino si no es andado, no podría lograrse la ciencia sin el método.

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Tecnología

En la antigüedad los creadores de la tecnología eran principalmente artesanos que poco sabían de principios científicos y sus habilidades se basaban completamente en el conocimiento empírico.

La estrecha relación entre la ciencia y la tecnología inició como resultado de la Revolución Industrial de los siglos XVIII y  XIX. A partir de entonces, la ciencia se convirtió en el cimiento de nuevos inventos que favorecieron el desarrollo de la tecnología y la industria, y a su vez,  la tecnología comenzó a convertirse en una herramienta al servicio de la ciencia, como con el desarrollo de instrumentos de laboratorio que facilitaron la experimentación.

Por otro lado, Mario Bunge define tecnología como "el desarrollo de la actividad científica aplicada al mejoramiento de nuestro medio natural y artificial, a la invención y manufactura de bienes materiales y culturales".

Mientras que para Gustavo A. Cárdenas es "la suma de conocimientos de los medios y de los métodos destinados a producir bienes y servicios", pero aclara que la tecnología no es sinónimo de ciencia aplicada, pues en algunas ocasiones la tecnología es anterior a la ciencia, y en muchos otros la tecnología surge sin un conocimiento científico previo y preciso de cómo y por qué funcionan los procesos u ocurren los fenómenos con resultados concretos.

Hoy la tecnología se ha convertido indispensable en la vida cotidiana de las personas, con el uso de ésta realizamos actividades básicas de nuestra vida como puede ser comunicarnos de manera instantánea oralmente y por escrito, transportarnos a grandes distancias en poco tiempo y producir nuestros alimentos con mayor calidad y cantidad, entre muchas cosas más.

Por su parte, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), define la tecnología de manera más estrecha, como "el uso del conocimiento", es decir, "consiste en la utilización de herramientas y técnicas para realizar los planes y lograr los objetivos deseados".

La humanidad comienza a formar tecnología convirtiendo los recursos naturales en herramientas simples. El descubrimiento prehistórico de controlar el fuego incrementa la disponibilidad de fuentes de comida, y la invención de la rueda ayuda a los humanos a viajar y controlar su entorno. La tecnología formal tiene su origen cuando la técnica (primordialmente empírica) comienza a vincularse con la ciencia, sistematizándose así los métodos de producción. Ese vínculo con la ciencia, hace que la tecnología no sólo abarque "el hacer", sino también su reflexión teórica. Tecnología también hace referencia a los productos resultados de esos procesos.Muchas tecnologías actuales fueron originalmente técnicas. Por ejemplo, la ganadería y la agricultura surgieron del ensayo (de la prueba y error). Luego se fueron tecnificando a través de la ciencia, para llegar a ser tecnologías. Actualmente, el mercado y la competencia en general, hacen que deban producirse nuevas tecnologías continuamente (tecnología de punta), ayudado muchas veces por la gran transferencia de tecnología mundial.

La tecnología y la ciencia

Aunque se estudien como dos términos separados, la definición de tecnología nos asegura que ésta posee, con la ciencia, más similitudes que diferencias; ambos implican procesos intelectuales, se refiere a relaciones causales dentro del mundo material y llevan a cabo métodos experimentales en donde se realizan demostraciones empíricas que pueden ser verificadas si se las repite.

Una de las diferencias radica que la ciencia se relaciona menos con lo "práctico" y se refiere mayormente al desarrollo de leyes generales; pero la tecnología se relaciona necesariamente con la ciencia práctica, y para corroborar esto podemos ver su interacción en el desarrollo histórico de sectores específicos.

Aunque ambos términos van de la mano, en los últimos años los avances científicos soportaron una fuerte oposición debido a que los individuos han llegado a temer más a la tecnología que a la ciencia; es por esto que muchas veces la ciencia se percibe como "objetiva" y "serena" mientras que la tecnología es algo que en malas manos puede llegar a estar fuera de control.

La aplicación práctica de esos conocimientos, es decir la ciencia aplicada, es lo que se denomina tecnología en un sentido amplio. Es un proceso dialógico entre la ciencia y la técnica (la tecnología es tekné y es logos, técnica y ciencia), el uso de un conocimiento científico para especificar modos de hacer cosas. Se diferencia de la ciencia en que busca resultados prácticos (productos, procesos, servicios). Se diferencia de la técnica -que es un procedimiento fijo, de resultados seguros– porque se desenvuelve en un marco de incertidumbre. Precisamente porque el contexto es incierto, la tecnología utiliza modelos (provenientes de la ciencia aplicada) para alcanzar los fines que se propone.

El epistemólogo argentino Bunge, dice que la tecnología social o sociotecnología estudia las maneras de mantener, reparar, mejorar o reemplazar sistemas y procesos sociales existentes; y diseña o rediseña unos

y otros para afrontar problemas sociales.

De esta manera, tanto la UNESCO como la OCDE, definen a las actividades científicas y tecnológicas (ATC) como aquellas "que están estrechamente relacionadas con la producción, la promoción, la difusión y la aplicación de los conocimientos científicos y técnicos, en todos los campos de la ciencia y la tecnología. Se señala además, que se clasifican en tres tipos: la investigación científica y desarrollo experimental (IDE), la enseñanza y la formación científica y tecnológica (EFCT) y los servicios científicos y tecnológicos (SCT).

Ciencia y Tecnología y Valores Humanos

Vivimos en un mundo que depende de forma creciente de la ciencia y la tecnología. Los procesos de producción, las fuentes de alimentación, la medicina, la educación, la comunicación o el transporte son todos campos cuyo presente y futuro están fuertemente ligados, al desarrollo tecnocientífico.

El aumento de la contaminación, el uso de sustancias tóxicas, el deterioro progresivo del medio ambiente, la desertización, el empobrecimiento de la flora y la fauna, y los accidentes y enfermedades relacionados con la tecnología son una parte importante de estos riesgos.

No obstante, no solamente el medio ambiente y la salud se enfrentan en nuestros días a nuevos retos. El fenómeno de la globalización, representado por la economía a escala mundial, tiene también efectos indeseables sobre la distribución de la riqueza, aumentando las diferencias entre los países desarrollados y en vías de desarrollo, y agravando las situaciones de pobreza en colectivos desfavorecidos.

Asimismo, y aunque uno de los valores más preciados de la humanidad reside en la diversidad de sus culturas, la globalización supone una amenaza para las especificidades culturales y lingüísticas minoritarias o no dominantes, al mismo tiempo que, paradójicamente, contribuye a su conocimiento mutuo e intercomunicación.

La ciencia esta basada en valores humanos y es, en sí misma, un sistema de valores (Bronowiski, 1956). Las necesidades emocionales cognitivas, expresivas y estéticas del hombre prestan a la ciencia su origen y sus metas. La gratificación de cualquier necesidad de ese tipo es un valor. Lo mismo se trata de amor a la seguridad como de amor a la verdad, a la certeza.

La elegancia, parsimonia, sencillez, precisión, claridad, son valores para el científico, como lo son para el artesano, el artista o el filósofo.

Como científico comparten los valores básicos de nuestra cultura, valores, como la honradez, el humanitarismo, el respeto al individuo, el servicio a la sociedad, respeto democrático al derecho de los individuo a tomar sus propias decisiones, preservar la vida y la salud, aliviar el dolor, dar crédito cuando hay que darlo, compartir la confianza, ser justos.

Conclusiones

Hoy en día la ciencia y la tecnología están íntimamente relacionadas y generalmente las tareas que componen estos dos ámbitos se reúnen en un sólo concepto. La ciencia y la tecnología han contribuido de formas asombrosas a mejorar nuestras condiciones de vida, aumentando tanto la esperanza de vida como su calidad, y transformando los modos de interacción humanos. Al mismo tiempo, sin embargo, han ocasionado también problemas y riesgos que requieren un análisis serio y exhaustivo.

En México hay fuertes rezagos en materia de ciencia y tecnología por la falta de políticas públicas que vinculen adecuadamente la educación con la producción. Los recursos fiscales que el gobierno destina a estas actividades son escasos y las empresas prefieren importar tecnología a generar innovaciones propias, es por ello que no crece adecuadamente la producción y la productividad de la economía.

Durante los últimos años se observa una tendencia descendente en la inversión pública en ciencia y tecnología. El país está lejos de cumplir con la recomendación de los organismos internacionales de invertir, por lo menos, el  uno por ciento del PIB en este ámbito fundamental para el desarrollo.   Para muchas naciones del mundo, la inversión en ciencia y tecnología es una de las prioridades estratégicas de su política de desarrollo.

Propuestas

  • Instrumentar políticas de apoyo para la Ciencia y la Tecnología con la participación y el consenso de todos los organismos y actores interesados, a fin de establecer propósitos, objetivos, prioridades, programas y acciones y definir instrumentos

  • Educación científica con especial énfasis en la responsabilidad, por un desarrollo tecnocientífico en cuyo proyecto se hagan explícitos los valores que han de guiarlo, y por una relación transparente y dialogante de los diseñadores y ejecutores de los sistemas de ciencia y tecnología con la ciudadanía.

  • Reforzar al Sistema Nacional de Investigadores y dotarlo de los recursos que le permita incorporar su conocimiento y talento al desarrollo e innovación tecnológica.

  • Desde el punto de vista educativo, Se debe instituir en las instituciones visitas obligadas de los alumnos a instituciones e industrias que lo familiaricen con la ciencia y la tecnología.

Referencias Bibliográficas

Bunge, Mario (2001) La Ciencia su Método y su Filosofía. Editorial Cultura, México,

Tamayo y Tamayo, Mario (2000) Diccionario de la Investigación Científica, Limusa, México,

Martínez, Eduardo y Jorge Flores (compiladores) 1997. La popularización de la ciencia y la tecnología. Reflexiones básicas. UNESCO-Red de Popularización de la Ciencia y la Tecnología en América Latina y el Caribe-F.C.E. México

Bachelard Gastón, (1994) La formación del espíritu científico, Buenos Aires, editorial Argós,

López Cerezo, J.A. y otros. Ciencia, Tecnología y Sociedad. Una introducción al estudio social de la ciencia y la tecnología. Editorial Tecnos. Madrid, 1996.

 

 

Autor:

Alma Estela Valdes Mar

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