- Introducción: Propósito del Tema
- Descripción
- Análisis General
- Actualización
- Conclusiones y recomendaciones
- Discusiones
- Recomendaciones
- Conclusión
- Bibliografía
Introducción: Propósito del Tema
Las expectativas que ha despertado el siglo XXI han desencadenado, desde hace varios años atrás, un sinnúmero de previsiones y pronósticos sobre lo que será su significado para la humanidad y su impacto en el desarrollo de la misma. Se dice que es el "siglo del conocimiento", el "siglo de la información y las comunicaciones", el "siglo de la tecnología", el "siglo de los servicios"…
El escenario en el que han de ocurrir la gran mayor parte de los desarrollos esperados, sin lugar a duda, es el sector empresarial. Las empresas del siglo XXI son y serán empresas de avanzada, con estructuras y estrategias que difieren sustancialmente, incluso de aquellas de las últimas décadas del siglo pasado. La globalización y sus drásticas exigencias de calidad, atributos y precio, han convertido a los conceptos de crecimiento y competitividad en verdaderos requisitos de supervivencia. Estos conceptos, derivados de los altamente dinámicos e incrementales requerimientos de los mercados actuales, determinan nuevos retos para la gerencia, la producción y el servicio, que solamente pueden ser enfrentados con éxito por organizaciones que aprenden al ritmo de las necesidades, innovan constantemente y atienden a sus clientes con proactividad y de mejor manera que sus competidores, excediendo sus expectativas. Esto es, que son capaces de convertir sus fuentes de ventajas competitivas en vigorosos factores clave de éxito.
Un análisis breve del sector productivo ecuatoriano nos posibilita identificar fácilmente las grandes deficiencias que hoy existen, especialmente en las pequeñas y medianas empresas, comparándolas con sus similares extranjeras, aún de países vecinos: la ausencia de políticas de producción efectivas, la carencia total o parcial de técnicas administrativas y productivas modernas, las débiles e informales estructuras de gestión operativa, la virtual inexistencia de procedimientos de análisis para la mejora, la tenaz resistencia al cambio de ciertas conductas laborales, la tendencia a mantener administraciones centralizadas, la indefinición e incompetencia de determinados niveles de mando, etc. Estas y otras circunstancias, indefectiblemente terminan propiciando la ocurrencia de deficiencias organizacionales a niveles estructural y funcional, que vuelven a las empresas altamente vulnerables ante cualquier cambio tecnológico, técnico, político, económico, y por cierto, competitivo.
El éxito de la gestión empresarial se basa principalmente en el desarrollo de fortalezas personales y organizacionales relevantes, que permitan la acertada y oportuna toma de decisiones estratégicas y tácticas y la adecuada gestión de los medios y recursos humanos, tecnológicos, informáticos y materiales disponibles.
Frente a estos graves retos, la única alternativa es: ser una organización de categoría mundial, que fundamenta su accionar en una estrategia corporativa de excelencia, basada en el conocimiento minucioso de su mercado y en sus fortalezas para planificar a largo y corto plazo, servir a sus clientes y mejorar continuamente, siempre con los más altos estándares del mercado.
Descripción
El presente trabajo de investigación consiste en el levantamiento de información secundaria y terciaria, su análisis, procesamiento y sistematización, con fines de elaboración de las guías metodológicas para realizar la planeación estratégica o de largo plazo, y la planeación táctica o de corto plazo, de una organización empresarial de cualquier naturaleza y magnitud, pública o privada, de manufactura o servicios, de administración o regulación.
El trabajo inicia con un estudio descriptivo y analítico, a manera de fundamentación teórica, de los conceptos siguientes:
Gestión estratégica,
Directivo – líder, y
Planeación estratégica y táctica.
A continuación se revisa la más importante herramienta de sustento de la planeación estratégica y táctica, el análisis situacional, a través del cual se obtiene información real y relevante sobre los siguientes aspectos principales:
El capital humano de la empresa,
Los productos y/o servicios que ofrece,
El mercado al que atiende,
Los precios o retribuciones que establece por sus productos y/o servicios,
Las instalaciones y recursos productivos que emplea,
Su crecimiento y competitividad,
Sus finanzas y rentabilidad,
Sus sistemas y mecanismos informacionales y comunicacionales,
El proceso de toma de decisiones,
El tratamiento de sus contingencias estratégicas.
Aquí inicia el estudio del proceso de planeación, con el planteamiento del direccionamiento estratégico de la organización, mismo que típicamente consiste en la definición de los siguientes aspectos básicos, propios del pensamiento estratégico de la alta dirección:
Se examina entonces el proceso de planeación estratégica o a largo plazo de la organización, aplicando un procedimiento desarrollado por el autor, a partir de una sistematización de George Morrisey (Morrisey, 1996) adaptada a las necesidades y realidades de nuestro País. Se estudian los siguientes aspectos principales:
Las áreas estratégicas críticas de la empresa,
Los asuntos estratégicos críticos: fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas,
Los objetivos estratégicos,
Los indicadores de desempeño claves,
Una versión simplificada de cuadro de mando, aplicado a la planeación estratégica, y,
Los planes estratégicos.
En la última parte del trabajo se examina la planeación táctica o a corto plazo, asimismo, a través de una propuesta adaptada de la sistematización de Morrisey. Se analizan los siguientes aspectos fundamentales:
Los objetivos a corto plazo, y,
Los planes operativos anuales.
Se concluye con la propuesta de guía metodológica para la realización de la planeación estratégica y táctica, consistente en una secuencia procedimental de pasos, que facilitan el desarrollo sistemático y organizado del proceso de planeación organizacional, estableciendo relaciones de causa – efecto entre cada uno de sus elementos constitutivos.
A continuación se incluye un mapa que muestra el proceso de planeación estratégica y táctica en su integralidad, y un esquema gráfico que dimensiona el contexto de este proceso y permite observar la relación jerárquica que se propone para sus componentes principales.
Análisis General
Conceptualizaciones de la gestión y la planeación estratégica
A manera de introducción se propone un breve protocolo de conceptos útiles para el trabajo que sigue.
¿Qué es la gestión estratégica?
Parafraseando el pensamiento de Allan J. Magrath de que la estrategia efectiva es aquella que combina la eficiencia del esfuerzo con la eficacia de la acción, se puede afirmar que, la mejor estrategia es aquella que, haciendo uso óptimo de los recursos con que se cuenta, logra los objetivos que se deben alcanzar para potenciar el rendimiento de la organización.
Este es el propósito central de la gestión estratégica, en todas las organizaciones empresariales del mundo. Pero ¿qué es la gestión estratégica? En términos simples se la puede conceptualizar como un conjunto planificado y sistemático de decisiones y acciones gerenciales y operativas, que establecen las bases del crecimiento y la competitividad organizacionales, a largo plazo.
Para que la gestión pueda denominarse estratégica, es necesario que satisfaga al menos las siguientes condiciones:
Que sea de competencia de la alta dirección,
Que sea de naturaleza corporativa y ataña a la definición macro de la organización,
Que su horizonte de planeación sea de largo plazo, y,
Que vincule a la organización con su entorno.
Es de aceptación generalizada, que un proceso de gestión estratégica típico de una organización, en la actualidad, contemple básicamente las siguientes etapas secuenciales:
El análisis situacional, interno y externo, de la empresa,
La elaboración de la planeación estratégica y la planeación táctica,
La implementación de los planes a largo y corto plazo elaborados, y,
La obtención de retroalimentación, la evaluación de resultados alcanzados y la procura del mejoramiento continuo.
La segunda y tercera etapas conforman lo que tradicionalmente se ha denominado dirección estratégica de la empresa.
¿Cuál es el perfil del directivo – líder?
La figura clásica del gerente ha sido sustancialmente transformada en los "tiempos de la posmodernidad" y hoy su perfil es el de un directivo – líder, dotado de fortalezas para desempeñarse con éxito como estratega, organizador y, por supuesto, como líder.
Es posible proponer al menos los siguientes aspectos característicos del desempeño del directivo – líder:
Establece correctamente las prioridades para la toma de decisiones,
No delega lo indelegable y viceversa,
Exige en la medida de lo requerido,
Actúa con proactividad y oportunidad,
Se informa bien antes de actuar,
Se compromete en la medida de lo posible,
Se ocupa solamente de lo necesario,
Tiene claras las opciones para superar el fracaso y sabe administrarlo,
Está calificado para su desempeño,
Toma decisiones adecuadas y es justo,
Disfruta de su trabajo.
En este contexto, sus responsabilidades principales son las siguientes:
La planeación de la estructura de la empresa,
El desarrollo de la estrategia corporativa,
El establecimiento de los objetivos y las metas organizacionales,
El planteamiento de las políticas y las normas,
La gestión del capital de trabajo,
El acondicionamiento de las instalaciones y la infraestructura física,
El establecimiento de los procesos, métodos y procedimientos de trabajo,
El liderazgo de la planificación, la ejecución, el control y el mejoramiento continuo, y,
El aseguramiento del flujo adecuado de la información y las comunicaciones.
En definitiva, el directivo – líder está preparado para trabajar con efectividad, organizando, planeando, ejecutando, controlando y liderando esquemas de gestión integrados por personas, estructuras y estrategias.
¿Qué es la planeación estratégica y táctica?
Sobre la base del conocimiento desarrollado y de su aplicación práctica en la actualidad, se puede aseverar que la planeación estratégica y táctica es un proceso sistemático y secuencial, a través del cual, los miembros representantes de todos los niveles de gestión de una organización, prevén el futuro de ésta y plantean las estrategias, acciones, procedimientos y requerimiento de recursos, para alcanzarlo.
Es conveniente tener en cuenta los siguientes aspectos de importancia de la planeación estratégica y táctica:
Se trata de un proceso que, a partir del direccionamiento estratégico (basado en el pensamiento estratégico) de la organización, define objetivos, estrategias y planes y propone resultados a lograr en plazos determinados.
Se interesa en el futuro de las decisiones que se toman en el presente.
Se fundamenta en la actitud y el comportamiento de las personas, soportados en una sólida cultura organizacional, e,
Integra planes a largo, mediano y corto plazo.
En síntesis, la planeación estratégica y táctica persigue:
Definir el direccionamiento estratégico de la organización,
Impulsar el mejoramiento continuo o la reingeniería de procesos,
Acelerar el crecimiento y elevar el rendimiento empresariales,
Levantar y asignar recursos de manera planificada,
Identificar y gestionar los asuntos estratégicos y tácticos,
Concentrar esfuerzos en cuestiones estratégicas relevantes,
Desarrollar un sistema de comunicación efectivo y funcional,
Estructurar un esquema de referencia laboral para todos los ámbitos de la empresa,
Realizar un análisis exhaustivo de fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas,
Establecer objetivos estratégicos y tácticos adecuados y realistas,
Proponer un esquema de coordinación de la ejecución de todas las actividades relevantes, internas y externas,
Mejorar la administración integral del trabajo,
Asegurar la adaptabilidad de la organización a su entorno,
Elevar el desempeño y la moral laboral de los empleados,
Capacitar de manera apropiada al personal de todas las áreas de interés,
Potenciar las ventajas competitivas de la empresa, y,
Disminuir la incertidumbre en la toma de decisiones y en la implementación de acciones.
El análisis situacional de la empresa
En la estructura y desenvolvimiento operativo de la gestión estratégica moderna, se considera que el primer paso fundamental para su desarrollo efectivo, es la realización de un análisis situacional de la empresa, que genere información fiable y suficiente para soportar el trabajo de planeación.
Se puede afirmar que, el análisis situacional es el examen diagnóstico, minucioso y exhaustivo, de datos e información relevantes para la empresa, pasados y presentes, y la visualización de escenarios de empleo de estos para ensayar propuestas, a través de modelos realistas y efectivos, durante el proceso de planeación.
Para asegurar el más alto grado de validez del análisis, es necesario investigar con suficiente profundidad y alcance los siguientes aspectos:
Las expectativas de grupos de interés externos (comúnmente denominados stakeholders),
Las expectativas de sectores internos, especialmente directivos y empleados,
El desempeño histórico de la empresa, sobre todo de los últimos cinco años.
La situación integral actual de ésta, y,
Las previsiones y pronósticos de crecimiento y desarrollo de la organización, para al menos los próximos cinco años.
Los propósitos fundamentales que se pretende alcanzar con este análisis de situación, son los siguientes:
Identificar y analizar las tendencias, fuerzas y fenómenos claves del entorno que tienen y tendrán un impacto decisivo en la formulación e implementación de estrategias y planes organizacionales.
Aclarar la situación integral pasada y presente de la empresa y las circunstancias de desempeño que enmarcan su vida corporativa.
Sistematizar la información relevante levantada, de manera que pueda soportar adecuadamente el proceso de planeación estratégica y táctica.
Los aspectos del análisis es conveniente que sean clasificados en ámbitos específicos de interés, para viabilizar su tratamiento.
El direccionamiento estratégico de la empresa
Una vez que se cuenta con la información necesaria, recopilada durante la fase de diagnóstico situacional, se define el direccionamiento estratégico de la organización, recogiendo el pensamiento estratégico de la alta dirección y configurando, con el empleo de una gran dosis de intuición y algo de análisis, la perspectiva estratégica para el futuro.
El direccionamiento estratégico es un referente de pensamientos y propuestas de acción, producto del convencimiento que tiene la alta dirección sobre el rol que debe cumplir la organización en el tiempo y el espacio, cuyo propósito es orientar el destino de la misma, constituyéndose en la base de la planeación estratégica y táctica, la toma de decisiones consistentes y la evaluación de los resultados que se obtengan.
La definición del direccionamiento estratégico es una cuestión más de arte que de ciencia y se trata de una responsabilidad de la alta dirección de la empresa, contando con el compromiso y la participación interactiva de todos los involucrados. Una vez establecido este direccionamiento, debe ser comunicado a todos los sectores de interés.
Los elementos fundamentales del direccionamiento estratégico son los siguientes:
Los valores estratégicos organizacionales,
La visión,
La misión, y,
La estrategia corporativa.
¿Qué son los valores estratégicos?
Los valores estratégicos son convicciones filosóficas de los directivos de la organización, compartidos por todos los miembros de la misma y sus sectores de interés. Se trata de un conjunto de supuestos, hábitos, costumbres, saberes, destrezas, habilidades, tendencias, etc., promovidos por la alta dirección, que conforman la "personalidad" de la organización y que define la cultura de la misma.
Los principales propósitos que comúnmente pretenden alcanzar los valores estratégicos de una empresa son los siguientes:
Constituirse en vínculos que conecten la visión con la misión y establezcan coherencia entre ellas, las estrategias y los planes de trabajo.
Servir como base al formular y aplicar la visión, la misión, la estrategia corporativa, los planes a largo plazo y los planes tácticos.
Precisar las tolerancias adecuadas y los ámbitos de aplicación de los esfuerzos que realice la organización.
Identificar los tipos de actividad en los que debería intervenir la empresa y aquellos en que no.
Incorporar personal idóneo.
Servir de referencia para la formulación de políticas y estrategias gerenciales.
Establecer y ejecutar el trabajo en función de prioridades.
Fijar expectativas de crecimiento y competitividad y comunicarlas a todos.
¿Qué es la visión?
La visión es la representación mental de la manera cómo la alta dirección aspira que la organización sea vista en un futuro determinado, por clientes, empleados, propietarios, competidores, otros sectores de interés y la sociedad en general.
La declaratoria de la visión es el elemento más importante e inicial del proceso de planeación estratégica y táctica y de la gestión estratégica en general.
Los principales propósitos que persigue la visión de la organización son los siguientes:
"Mirar hacia fuera de la organización", con la aspiración de modelar convenientemente su futuro,
Constituirse en la esencia de lo que se aspira que llegue a ser la organización,
Ser una propuesta concreta de retos y una inspiración de logros de crecimiento y competitividad,
Representar el punto de consenso de las expectativas de todos los interesados, y,
Convertirse en la guía máxima que defina el rumbo que ha de tomar la organización, orientando la toma de todas las decisiones estratégicas.
¿Qué es la misión?
La misión es la descripción de la razón de existir de la organización en el tiempo y de sus dimensiones estratégicas principales.
La misión tiene los siguientes propósitos principales:
Constituirse en la guía fundamental para la toma de todas las decisiones organizacionales trascendentales,
"Mirar hacia dentro de la organización" facilitando el enfoque de los esfuerzos hacia el logro de su propósito máximo,
Establecer y mantener la consistencia y la claridad de los objetivos organizacionales que se planteen,
Proporcionar un marco de referencia para la toma de decisiones estratégicas y tácticas relevantes,
Propiciar una comunicación efectiva entre directivos, empleados, clientes, proveedores, otros sectores de interés y la comunidad en general, buscando lograr su comprensión y apoyo,
Obtener el compromiso de todos los miembros de la organización, al definir de forma clara la macro-finalidad de ésta,
¿Qué es la estrategia corporativa?
La estrategia corporativa es la propuesta que determina el rumbo con el que la organización necesita avanzar para, en cumplimiento de su misión, alcanzar su visión, en relación de causa – efecto, así como también los mecanismos, acciones y recursos requeridos para lograrlo.
Se puede plantear los siguientes propósitos principales que la estrategia corporativa busca alcanzar:
Proveer una base sólida para la toma de decisiones orientadas en la dirección adecuada,
Ayudar a evitar tendencias equivocadas en la orientación estratégica,
Impulsar el logro de la misión y la visión,
Contribuir a alcanzar acuerdos comunes entre intra organizaciones,
Optimizar el empleo del tiempo, el esfuerzo y los recursos,
Elevar la imagen corporativa y el interés de inversores y otros sectores,
Aclarar el camino para todos y mejorar las perspectivas de éxito de la empresa.
La planeación a largo plazo
Esta etapa del trabajo de planeación es un proceso dinámico que, mediante intuición y análisis en partes iguales, determina las posiciones futuras que la organización aspira alcanzar a largo plazo, constituyéndose en una etapa intermedia entre la definición del direccionamiento estratégico y la planeación táctica.
Los propósitos que típicamente plantea la planeación a largo plazo son los siguientes:
Mantener el enfoque de la empresa en el presente y el futuro,
Traducir la misión, la visión y la estrategia corporativa, en planes viables a largo plazo, en el contexto de los valores estratégicos organizacionales,
Fomentar la cultura de planeación, comunicación y coordinación organizacional,
Asignar prioridades en el destino y utilización de los recursos de la empresa,
Tomar decisiones con base en el juicio colectivo de todos los responsables, y,
Promover el compromiso, la participación, el sentido de unidad y el apoyo mutuo entre todos los miembros de la organización.
Los elementos más importantes a ser establecidos en la planeación a largo plazo son los siguientes:
Las áreas estratégicas críticas,
Los asuntos estratégicos críticos,
Los objetivos estratégicos,
Los indicadores de desempeño claves, y,
Los planes estratégicos.
¿Qué son las áreas estratégicas críticas?
Las áreas estratégicas críticas son ámbitos de gestión inmersos en la estrategia corporativa, dentro de los cuales se han de definir los asuntos estratégicos críticos y los objetivos estratégicos a alcanzar, en busca de la posición aspirada para la organización en el futuro.
Los propósitos principales que se pretende alcanzar con la identificación de las áreas estratégicas críticas son los siguientes:
Definir convenientemente los aspectos de la misión, la visión y la estrategia corporativa a ser considerados en los planes a largo plazo,
Gestionar organizadamente los asuntos estratégicos críticos de la empresa a través de ámbitos de responsabilidad definida, y,
Asegurar que la planeación estratégica priorice ámbitos estratégicos de relevancia crítica para la organización.
¿Qué son los asuntos estratégicos críticos?
Los asuntos estratégicos críticos son factores relevantes contenidos en las áreas estratégicas críticas de la organización, que se espera influyan de manera determinante en el cumplimiento futuro de la misión, la visión y la estrategia corporativa.
Los propósitos que se aspira alcanzar a través de su estudio son los siguientes:
Enfocar los asuntos de real impacto crítico en la vida futura de la organización,
Posibilitar el establecimiento de objetivos estratégicos, indicadores de desempeño claves y planes estratégicos de acción,
Validar supuestos estratégicos acerca del futuro de la organización, para evitar la toma de decisiones prematuras o equivocadas,
Facilitar la asignación de responsabilidades y optimizar el empleo de los recursos, e,
Integrar a las intra-organizaciones para lograr la unidad estratégica en la acción.
Típicamente, los asuntos estratégicos internos son: las fortalezas, o aspectos consolidados a favor con que cuenta la organización para generar el diferencial competitivo necesario para su desarrollo; y, las debilidades, o aspectos que requieren ser superados o potenciados para mejorar el desempeño organizacional y lograr competitividad.
Los asuntos estratégicos externos son: las oportunidades, o circunstancias que ocurren en el entorno y que, si se las aprovecha, tendrían un impacto positivo sobre la organización; y, las amenazas, o condicionantes del entorno que ejercerían influencia negativa sobre la organización, si esta no actúa para evitarlas.
¿Qué son los objetivos estratégicos?
Los objetivos estratégicos son descripciones, representativas y acotadas en el tiempo, de las posiciones estratégicas que la organización aspira alcanzar en un futuro, tentativamente de alrededor de cinco años, en el contexto de los asuntos estratégicos críticos.
Los principales propósitos que se persigue con el planteamiento de objetivos estratégicos con los siguientes:
Establecer escenarios para gestionar, a través del esfuerzo interdisciplinario de los responsables, el logro de las posiciones futuras anheladas para la organización, derivadas del cumplimiento de la misión, la visión y la estrategia corporativa,
Plantear resultados concretos a ser alcanzados (sin necesidad de precisar la manera en que lo serán), que podrían ser monitoreados a través de indicadores de desempeño claves,
Permitir establecer los planes estratégicos de acción necesarios para alcanzar tales resultados,
Posibilitar la formulación de metas específicas a ser alcanzadas (objetivos a corto plazo),
Conseguir la satisfacción de los correspondientes asuntos estratégicos críticos, y,
Constituirse en objetivos de la calidad, para fines de implementación y certificación del sistema de gestión de la calidad de la organización.
¿Qué son los indicadores de desempeño claves?
Los indicadores de desempeño claves, también denominados indicadores de gestión, son aspectos cuantificables, constitutivos de los asuntos estratégicos críticos, que se emplean con el fin de monitorear progresivamente el grado de consecución de los objetivos estratégicos.
Con el empleo de indicadores de desempeño claves se pretende lograr los siguientes propósitos principales:
Identificar la(s) variable(s) específicas(s) y apropiada(s) que se medirá(n) en la procura de alcanzar cada objetivo estratégico,
Posibilitar el levantamiento y procesamiento de información relevante sobre las evoluciones y tendencias de esas variables,
Permitir el establecimiento y valoración de pasos específicos de acción para alcanzar los objetivos fijados,
Evaluar el desempeño organizacional en función del nivel de logro de los objetivos y generar retroalimentación para fines de mejoramiento continuo, y,
Facilitar la elaboración de un tablero de control y constituirse en indicadores de la calidad de la organización,
¿Qué son los planes estratégicos?
Los planes estratégicos son propuestas de trabajo que enfocan los asuntos estratégicos críticos y establecen las principales estrategias a desarrollar, las etapas o eventos, el cronograma y los recursos necesarios para alcanzar los objetivos estratégicos.
Con su aplicación se pretende lograr los siguientes propósitos principales:
Validar la ruta estratégica elegida por la organización y la factibilidad de lograr los objetivos estratégicos planteados,
Establecer una base definida para realizar la auditoria de cumplimiento de los objetivos estratégicos y el planteamiento de correctivos,
Asegurar que las actividades planificadas se cumplan sistemática y cronológicamente,
Determinar los enlaces, interdisciplinarios y de responsabilidades, requeridos para su éxito y comunicar a los interesados las expectativas generadas, y,
Ofrecer planteamientos amplios que permitan la elaboración de planes operativos anuales a partir de las estrategias, etapas o eventos propuestos en ellos.
La planeación táctica
La planeación táctica constituye comúnmente la última etapa de la labor de planeación organizacional. Es un proceso operativo que, con la participación concurrente de los involucrados, define con claridad qué es lo que pretende lograr la organización en el corto plazo -generalmente anual-, cómo, cuándo y dónde lo hará, y quiénes serán los responsables de ello. Es decir, establece los mecanismos y acciones necesarios para llevar a cabo la misión, la visión, la estrategia corporativa y la planeación a largo plazo.
Los principales propósitos que se aspira alcanzar con la ejecución de la planeación táctica son los siguientes:
Asegurar la compatibilidad de los resultados a corto plazo con la gestión a largo plazo, a través de un proceso iterativo de planeación anual,
Posibilitar un enfoque de planeación anual, fundamentalmente interno, específico y detallado, y garantizar la comunicación efectiva entre los miembros de la organización y los centros de trabajo,
Ayudar a definir las principales líneas de actuación y un lenguaje común de trabajo,
Facilitar otras labores detalladas de planificación y presupuestación (generalmente la planeación táctica es elaborada al final del año anterior), y,
Promover el trabajo en equipo y la conformación y el funcionamiento de intra-organizaciones.
Los elementos básicos de la planeación táctica son los siguientes:
Los objetivos a corto plazo, y,
Los planes operativos anuales
¿Qué son los objetivos a corto plazo?
Los objetivos a corto plazo son declaraciones de intención de resultados alcanzables y medibles que se debe lograr dentro de un año, y permiten cuantificar el rendimiento de la organización, en el contexto de los correspondientes objetivos estratégicos.
Los propósitos principales de su gestión son los siguientes:
Constituirse en el punto focal de cada uno de los planes operativos anuales,
Ser el fin último que valida la pertinencia de los objetivos estratégicos y los planes estratégicos, y,
Permitir la elaboración, implementación, seguimiento y control de los planes operativos anuales.
¿Qué son los planes operativos anuales?
Los planes operativos anuales son instrumento de trabajo que permite alcanzar los objetivos a corto plazo, en el contexto del correspondiente plan estratégico.
Los propósitos básicos que se persigue con el desarrollo de los planes operativos anuales son los siguientes:
Definir claramente lo que se debe hacer para alcanzar los objetivos a corto plazo,
Gestionar y validar los objetivos a corto plazo en cuanto a actividades, plazos, responsables y recursos necesarios, y,
Servir como instrumento de comunicación entre todos los responsables e involucrados.
Actualización
La presente propuesta tiene la finalidad de ofrecer a los responsables e interesados en el proceso de gestión estratégica y particularmente a los miembros de los comités de planeación estratégica y táctica, una guía metodológica para el desarrollo sistemático, tanto de la planeación estratégica como de la planeación táctica, con el fin de que pueda ser utilizada como un instrumento de apoyo para la realización efectiva de este trabajo, con miras a contribuir al crecimiento infraestructural y competitivo de sus empresas.
A continuación el formato que se propone de esta guía metodológica:
GUÍA METODOLÓGICA PARA LA
PLANEACIÓN ESTRATÉGICA Y TÁCTICA DE LA ORGANIZACIÓN
Conclusiones y recomendaciones
Se establecen las conclusiones a las que se ha arribado, correspondientes a cada uno de los objetivos específicos planteados para el proceso de planificación estratégica y táctica.
Se propone recomendaciones que se refieran a cada una de las conclusiones establecidas.
Discusiones
El entorno de alta intensidad competitiva que caracteriza a los mercados actuales y en el que tienen que desenvolverse todas las organizaciones empresariales, sin importar su naturaleza ni su magnitud, exige a éstas que de manera progresiva desarrollen múltiples fortalezas y capacidades para sortear con éxito la lucha competitiva y su necesidad de crecimiento.
Toda empresa debe continuamente crear valor para sus clientes, en una suerte de círculo virtuoso perpetuo: procurar que las expectativas de estos sean excedidas de mejor manera que lo hacen sus similares, para merecer la decisión de compra; pero es necesario contar con la decisión de compra para que, en un reiterado ciclo de innovación continua, tenga una nueva oportunidad de exceder sus expectativas.
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