Introducción
El virus de Zika es un flavivirus transmitido por mosquitos que se identificó por vez primera en macacos (Uganda, 1947), a través de una red de monitoreo de la fiebre amarilla. Posteriormente, en 1952, se identificó en el ser humano en Uganda y la República Unida de Tanzanía. Se han registrado brotes de enfermedad por este virus en África, las Américas, Asia y el Pacífico.
Entre los años sesenta y los ochenta se detectaron infecciones humanas en África y Asia, generalmente acompañadas de enfermedad leve. El primer gran brote se registró en la Isla de Yap (Estados Federados de Micronesia) en 2007. En julio de 2015 Brasil notificó una asociación entre la infección por el virus de Zika y el síndrome de Guillain-Barré, y en octubre del mismo año su asociación con la microcefalia.
El contagio se produce a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti, responsable de la transmisión de otras enfermedades que aparecen en zonas templadas como el dengue, el Chikungunya o la fiebre amarilla
No obstante, la peculiaridad de este virus es que no sólo se transmite por la picadura de un insecto y se ha comprobado que el virus de Zika también se puede transmitir a través de la sangre, por contacto sexual, debido a que el virus de Zika permanece en el esperma durante más tiempo
Del mismo modo, se recomienda prestar especial atención a las transfusiones de sangre ya que, al ser el mecanismo de transmisión de la enfermedad, se puede contagiar si el donante está infectado. Tras la picadura, el virus de Zika puede permanecer en el organismo entre 3 y 12 días.
A partir de ese momento el paciente podrá tener las primeras manifestaciones, aunque no todos los afectados tienen síntomas visibles.
Los más comunes son la aparición de placas rojizas en la piel que pueden ir acompañadas de fiebre leve, dolor de cabeza, conjuntivitis y dolores musculares.
En algunas personas también puede manifestarse debilidad e inflamación de las articulaciones, diarrea, vómitos y/o falta de apetito.
Los síntomas son similares a los que se sufren en otras enfermedades como el dengue o el chikungunya, ya que están provocadas por el mismo mosquito.
En algunos casos, los menos frecuentes, se han producido complicaciones de carácter autoinmune y neurológico, como el síndrome de Guillain-Barré, la mielitis, la meningitis o la meningoencefalitis. También se ha observado un aumento de las malformaciones en recién nacidos y de la presencia de posibles microcefalias, aunque todavía está por determinar si el virus de Zika tiene algún papel en estas alteraciones.
La principal medida para evitar el contagio de la enfermedad es impedir la picadura del mosquito.
La dificultad radica en que, a diferencia de otros mosquitos, como el den la malaria, el Aedes aegypti no suele picar por la noche, por lo que la prevención de dormir con una mosquitera impregnada de insecticida no es muy eficaz.
Estamos ante un mosquito urbano, que suele picar de día, en las ciudades y en zonas limpias, no en aguas estancadas. Por este motivo, los expertos recomiendan cubrir la piel con pantalones largos y camisetas de manga larga y utilizar repelentes fuertes.
En el caso de las mujeres embarazadas, se desaconseja que viajen a zonas donde pueda estar presente el virus. Durante los primeros días desde la picadura del mosquito la enfermedad se puede diagnosticar a través de un análisis de sangre.
A partir del quinto día, el análisis permitirá localizar los anticuerpos contra el virus presente en la sangre.
Actualmente en España no existen kits comerciales disponibles en los centros sanitarios para tratar la infección, pero el Centro Nacional de Microbiología sí que tiene capacidad para la detección del virus de Zika. En la mayoría de los casos, el diagnóstico se basa en los síntomas clínicos y sus antecedentes epidemiológicos, es decir, si ha viajado a zonas afectadas por el virus. Este virus es una infección muy novedosa de la que aún se desconocen las consecuencias que puede tener para el paciente, aunque se ha comprobado que en pacientes sanos no deja secuelas y la enfermedad transcurre como si el paciente pasara una gripe normal.
En la actualidad se ha detectado que el virus podría guardar cierta relación con la microcefalia, ya que a finales de noviembre en diversos puntos de Brasil se detectó un aumento de microcefalia y de casos de infección por el virus de Zika y se localizó la presencia del virus en los cerebros de dos recién nacidos y en las placentas de dos madres que tuvieron dos abortos.
No está confirmada la relación del virus con la microcefalia y se desconoce cómo podría entrar en la placenta de la madre; sin embargo, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han emitido una alerta de viaje de nivel 3 sobre 14 países latinoamericanos afectados por el virus de Zika.
En España existen posibles factores de riesgo para la transmisión del virus debido a su alto nivel de inmigración que puede llegar de áreas infectadas por el virus. Por lo que es posible, pero poco probable, que se produzcan brotes de esta enfermedad
Entre las principales recomendaciones para prevenir esta enfermedad habría que tener en cuenta lo siguiente:
– En las zonas en donde el virus de Zika está presente se recomiendan medidas de control orientadas hacia la reducción de la densidad del vector (con este término se designa a cualquier agente persona, animal o microorganismo que transporta y transmite un patógeno a otro organismo vivo), procurando la colaboración de la población, además de protegerse contra las picaduras de mosquitos.
– Por supuesto, el control de los pacientes infectados importados o autóctonos, su diagnóstico precoz y la adopción de las medidas de precaución controlando los vectores que pueden transmitir el virus a individuos susceptibles; se sabe que:
– Durante la primera semana de infección, el virus del Zika se puede encontrar en la sangre y puede pasar de la persona infectada a otro mosquito si el insecto la pica. Después, el mosquito infectado puede transmitir el virus a otras personas.
– Para ayudar a prevenir que se enfermen otras personas, hay que procurar evitar las picaduras de mosquitos durante la primera semana de la enfermedad.
– Por último, es importante reforzar, a través de los servicios de Sanidad Exterior y de atención al viajero, así como de los servicios médicos del Sistema Nacional de Salud las recomendaciones para que los viajeros internacionales tomen medidas de protección individual en las zonas de riesgo y que acudan al médico a la vuelta de su viaje, si presentan síntomas compatibles con la enfermedad.
Estas medidas de prevención son de especial importancia en las mujeres embarazadas debido a la asociación de esta enfermedad con microcefalia en fetos y recién nacidos. OPS/OMS informa que las complicaciones son poco frecuentes, pero se han documentado en los brotes en la Polinesia Francesa.
De acuerdo con investigaciones, en dicho grupo de islas se presentaron 70 casos graves de un total de 10.000 casos, con complicaciones neurológicas (síndrome de Guillain Barré y meningoencefalitis) y complicaciones autoinmunes (púrpura trombopénica, leucopenia). En esos casos, se requiere hospitalización.
El Ministerio de Salud Pública del Ecuador (MSP) ha emitido la alerta epidemiológica de cumplimiento obligatorio para los establecimientos de salud de la Red Pública Integral de Salud y la Red Complementaria (es decir, todos los establecimientos públicos y privados), lo que permitirá la detección oportuna de todo paciente que presente síntomas sospechosos, como fiebre inferior a 38,5 C, inflamación de las articulaciones en manos y pies, manchas rojas en la piel, conjuntivitis. La fiebre menor de 38,5 C y la posible presencia de conjuntivitis diferencia los síntomas de la fiebre del Zika de los síntomas del dengue y la chikungunya.
La notificación en caso de sospecha debe ser inmediata, así como la toma de muestras y la investigación del caso dentro de las primeras 48 horas, visita domiciliaria, búsqueda activa comunitaria, clasificación del caso e informe final.
EL MSP recomienda continuamente a la comunidad:
Controlar la proliferación del mosquito Aedes aegypti (caracterizado por sus patas rayadas), a través de la eliminación de los criaderos:
* Eliminar permanentemente latas, tarrinas y recipientes donde se acumula agua de lluvia.
* Remover permanentemente el agua estancada de charcos, macetas, baños, llantas, etc.
* Tapar bien los recipientes que contengan agua útil y aplicar el larvicida dado por el MSP.
* Cepillar bien los tanques y todo recipiente que contenga agua útil, máximo cada 5 días.
* Comunicar oportunamente un caso sospechoso a las unidades de salud.
* Usar mosquiteros y mallas finas en las puertas y ventanas.
* Utilizar ropa clara que proteja contra picaduras de insectos, camisas de mangas largas, pantalones largos y zapatos cerrados.
* Aplicar repelente en las áreas expuestas de la piel.
* Usar el toldo para dormir.
En caso de presentar síntomas como fiebre alta, ojos rojos, malestar general, manchas rojas en la piel y dolores en articulaciones acuda al centro de salud más cercano y no se automedique.
Autor:
Gabriela Garcia Nava