Trastorno disocial: problema de conducta en el aula a nivel secundaria
Enviado por Araceli Alvarado Degante
RESUMEN
El presente artículo tiene como objetivo ofrecer información actualizada sobre uno de los trastornos de conducta que se presentan cotidianamente en las aulas escolares, el Trastorno Disocial, el cual se refleja en algunos adolescentes del 2° grado de la secundaria Cuauhtémoc n°80 situada en el municipio de La Paz, Estado de México. Se mencionan algunas de sus características e importancia en el ámbito educativo. Para realizar este informe se utilizaron artículos de revistas científicas pedagógicas, psicológicas y educativas nacionales e internacionales. Así mismo se tomó un PROTOCOLO DE OBSERVACIÓN (cuestionario) para su detección y se de una intervención adecuada con los especialistas para este trastorno. Se aplicó a 20 maestros de dicha secundaria, que tuviesen a su cargo segundos años y clarificar si los alumnos pudieran presentar Trastorno Disocial. La investigación es de tipo descriptiva, ya que menciona las características de ese trastorno y se utiliza un enfoque cualitativo, que pretende interpretar la información. En este sentido, es importante que los profesionales de la educación den una respuesta conforme a las necesidades del alumnado.
PALABRAS CLAVE: trastorno disocial, adolescencia, trastornos de conducta, agresividad, violencia
En la actualidad la sociedad ha sufrido grandes cambios en todos los aspectos como en lo económico, político, cultural, educativo, etc., esos cambios han generado que la sociedad tenga un déficit de valores y de convivencia entre las diferentes generaciones y que no haya adaptabilidad entre ellas. La adaptación es considerada como un proceso dinámico y relacional entre la persona y el medio. Es el caso de los adolescentes de esta época, los cuales pueden presentar problemas de adaptación, una pobre autoestima, falta de interacción familiar y en el ámbito académico, si el adolescente no logra una adaptación adecuada que le permita desarrollarse en los ambientes donde interactúan puede existir trastornos de conducta.
Uno de esos problemas que afectan la conducta del adolescente en el ámbito familiar y sobre todo escolar, es el Trastorno Disocial, "son definidos como aquellos patrones conductuales a partir de los cuales el sujeto viola de forma persistente y permanente en el tiempo los derechos básicos de otras personas o transgrede normas sociales adecuadas para su edad" (Obrero, 2009, p. 28).
El sistema educativo nacional, tiene como máxima aspiración la formación integral del estudiante, por lo que debe relacionarse de manera proactiva con sus pares y la sociedad, reconocer en sus tradiciones valores y oportunidades para enfrentar con mayor éxito los desafíos del presente y del futuro. Pero en la actualidad hay varios adolescentes que están perdiendo en ocasiones el control y la adecuación de la conducta; asimismo, muestran un gran afán de independencia, lo que a su vez contribuye en una alteración de las relaciones familiares.
Se considera que la adolescencia se inicia con la pubertad, la cual se presenta aproximadamente entre los 10 y 12 años; es la época en la que se experimentan cambios importantes que dan inicio a la edad fértil. Estos cambios biológicos que representan el final de la infancia comprenden un crecimiento rápido y aumento de peso, cambios en las proporciones y la forma del cuerpo y el alcance de la madurez sexual. Es así que biológicamente se dice que la adolescencia se inicia cuando se adquiere la capacidad para reproducirse. (Del Bosque A. E. y Aragón L. E. 2008, p. 294).
Estos cambios en la apariencia física influyen en la autoimagen que los adolescentes se van formando de sí mismos por lo que en esta etapa ocurren también cambios emocionales, cognoscitivos y sociales. Uno de esos cambios afectan la conducta del adolescente, dándose casos en comportamientos negativos para la sociedad. Los trastornos de la conducta en la infancia y en la adolescencia engloban un conjunto de conductas que implican oposición a las normas sociales y a los avisos de las figuras de autoridad, cuya consecuencia más destacada es el fastidio o la perturbación, más o menos crónica, de la convivencia con otras personas: compañeros, padres, profesores y personas desconocidas (Fernández y Olmedo, 1999, p. 13).
Por lo que de esos trastornos de conducta se deriva el Trastorno Disocial, que como se mencionaba en un inicio de este artículo, son patrones repetitivos y persistentes del comportamiento en el que se violan los derechos de otras personas o normas sociales importantes propias de la edad. La prevalencia de este trastorno se sitúa entre el 2 y el 10% en la población femenina y en porcentajes mayores entre los hombres de 6 a 16% (Félix, 2007, p. 87).
La sintomatología primaria del Trastorno Disocial es:
Agresión a personas y animales
El sujeto suele amenazar o intimidar a otras personas (de forma verbal o haciendo uso de algún objeto tal como pistola, bate, ladrillo o cualquier otro que pueda causar daño físico a la víctima).
Se inicia en peleas.
Manifiesta una conducta cruel hacia personas o animales.
Fuerza/ha forzado a alguien a mantener con él/ella relaciones sexuales.
Destrucción de la propiedad
De forma claramente intencional y deliberada: destruye las propiedades de otras personas haciendo uso, en algunos casos, del fuego para causar el mayor daño posible.
Fraudulencia o robo
Comete hurtos en el propio hogar o en la propiedad/es de otras personas enfrentándose y causando daño a la víctima (también puede ocurrir que no haya enfrentamiento).
Miente para obtener algún beneficio/favor o evitar obligaciones.
Violaciones graves de las normas
No es capaz de asumir las normas sociales básicas de convivencia, por lo que transgrede las pautas o prohibiciones exigidas por los padres.
Se escapa del hogar y no regresa a éste durante un tiempo.
Se abstiene de forma periódica de asistir a clase.
Estas acciones pueden generar agresividad entendida como un estado emocional consistente en sentimientos de odio, furia e ira que propicia deseos de dañar a otra persona, animal u objeto (Gerard, 2002, p. 35).
Otras características que presenta el adolescente con Trastorno Disocial son:
1. Presenta una falta de empatía hacia sus compañeros, familia o profesores, lo que provoca causar algún daño a las personas con sus actos.
2. Presenta una falta de culpa, no siente remordimientos de las acciones negativas que él propicia. No reconoce que su comportamiento ante los demás es incorrecto y perjudicial.
3. Tiende a mentir. En el contexto escolar, acusa a otros compañeros de que lo molestan o lo golpean y es por ello que actúa con agresividad. Culpa a otros de sus malos actos.
Para facilitar la detección en el aula del Trastorno Disocial, en algunos alumnos de 2° grado de la secundaria Cuauhtémoc, se muestra un Protocolo de Observación Sistemática en el que se mencionan los síntomas más comunes de este trastorno de conducta. Esta herramienta incluye una escala de valoración tipo Likert con cuatro opciones de respuesta de menor a mayor frecuencia (Nunca, Algunas veces, Con frecuencia, Siempre), con los cuales el docente podrá saber el trastorno manifiesto por el niño/a o adolescente. (Rabadán J.A. y Giménez A.M, 2012, p.17).
Este protocolo de observación es una técnica cualitativa de recogida de datos, el cual proporciona información sobre el comportamiento de algunos adolescentes de la secundaria Cuauhtémoc y es una guía para detectar los casos que presenten el Trastorno Disocial. La contestaron 20 docentes que imparten clase a los segundos grados (ya que en ellos se presenta más índice de este trastorno) cada uno tomó en cuanta 2 alumnos con problemas de conducta y el canal utilizado fue vía correo electrónico.
Este procedimiento por parte del docente, sirve como detección e identificación primaria en el aula, la cual debe ser corroborada posteriormente por especialistas de este trastorno.
Los estudiantes examinados fueron en total 40 alumnos, 3 mujeres y 37 hombres con una edad entre los 12 y 14 años. Siguiendo la escala de valoración los resultados fueron los siguientes: 8 alumnos se sitúan en nunca, 4 alumnos en algunas veces, 13 alumnos con frecuencia y 15 alumnos siempre; varían en las oraciones para diagnosticar el trastorno en algunos casos. Cabe mencionar que cada alumno tiene un contexto familiar diferente y sus problemas que están a su alrededor pueden influir en que tengan un trastorno disocial.
Estos datos permitieron observar que en la escuela secundaria Cuauhtémoc n°80 en algunos alumnos de 2° grado se detectaran síntomas que presenta el Trastorno Disocial, por lo que los docentes deben "facilitar" una intervención pedagógica adecuada para este trastorno, estudiar más sobre los diferentes trastornos de conducta para mejorar la calidad educativa del alumno y canalizarlos a los especialistas, quienes planificarán un proyecto de intervención con el fin de minimizar o eliminar esos trastornos.
Por último se mencionarán algunas recomendaciones para los adolescentes con Trastorno Disocial que propone el Manual de atención al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo derivadas de trastornos graves de conducta (2009, p.58-59):
Son especialmente efectivas las medidas que conllevan reflexión y valoración sobre el daño realizado y su restablecimiento. Que se les haga entender el efecto generado con su conducta y que se les facilite realizar el restablecimiento del daño (volver a pintar las paredes manchadas, arreglar el mobiliario estropeado, conocer a la familia del alumno o alumna amenazado, etc.)
Deberán ser trabajados programas de entrenamiento en asertividad y habilidades sociales: hacer una crítica, negociar, pedir un favor, comportamientos de ayuda y resistencia a la provocación.
Es recomendable ofrecer una educación moral y de convivencia pacífica, para contrarrestar el ambiente hostil en el que en muchas ocasiones crece el adolescente que padece el trastorno disocial.
Otras herramientas útiles que favorecen el buen comportamiento del adolescente son: musicoterapia, talleres ocupacionales y ejercicio físico.
Esta investigación tuvo el objetivo de clarificar si algunos alumnos de 2° grado de la secundaria Cuauhtémoc n°80 presentaban niveles del Trastorno Disocial, a través de un protocolo de observación que contestaron algunos docentes que impartían clase a ese grado. Por lo que una oportuna detección del trastorno en los adolescentes es importante para su desarrollo académico y social. Lamentablemente la escuela es el lugar donde no se puede atender eficientemente a los adolescentes con algún trastorno de conducta, ya que no cuenta con un apoyo de especialistas como psicólogos o médicos.
Esta investigación abre puertas para que otros docentes reflexionen sobre su práctica educativa e incorporen protocolos para detectar a alumnos con problemas de salud o de conducta y que sean tratados con especialistas. Si hubiese un trabajo en conjunto entre ellos se vaticinaría en el adolescente un futuro mental, cognitivo, de salud y social de calidad.
En conclusión, se está consciente de que hay numerosos cambios sociales y culturales en los últimos años, que parecen estar ayudando a elevar los fenómenos sociales de violencia y agresividad, y que pueden contrubuir como causantes directos para la aparición del Trastorno Disocial en los adolescentes.
Algunos cambios que pueden contribiur a la agresividad o la violencia en la etapa de la adolescencia son: una sociedad falta de valores, ser personas más individualistas, mayor permisividad en los modelos educativos, un consumismo exagerado, búsqueda inmediata de la comodidad y el placer, falta de responsabilidad por parte de los jóvenes, sobrecarga laboral de los padres por lo que hay una disminución de la cantidad y calidad del tiempo dedicado a los hijos, incremento del número de familias disfuncionales, etc.
Es importante que los docentes estemos alerta ante los diversos tipos de trastornos de conducta ya que con frecuencia se presentan en el contexto educativo. El papel del docente es fundamental para la detección de estos trastornos y que sean canalizados con profesionales especializados para evitar consecuencias más graves en los adolescentes y que estos tengan una calidad educativa y de vida mucho mejor.
Angulo, M. C. y Fernández, C. (2008). Manual de atención al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo derivadas de trastornos graves de conducta. Madrid: Consejería de Educación y Dirección General de Participación e Innovación Educativa.
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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=70624504006
Consulta: 28 de julio de 20016.
Autor:
Araceli Alvarado Degante
Profesora de la asignatura de Español en la escuela secundaria Cuauhtémoc n°80, ubicada en la colonia La Magdalena, municipio de La Paz, Estado de México. Así mismo es maestrante de la Universidad de Cuautitlán Izcalli, subsede Nezahualcóyotl, en la maestría Ciencias de la Educación.