Mitología Griega 2: La familia de Zeus

ESTUDIO II. LA FAMILIA DE ZEUS

CUESTIÓN 21.

Hera

Zeus se enamoró de su hermana Hera, y sus relaciones comenzaron en los días en que todavía gobernaba Crono. Nacida en Argos, de niña, Hera había sido criada por Océano y Tetis, quienes después la enviaron a Estinfalo de Arcadia, donde fue educada por el héroe local Témeno. Cuando fue un poco mayor, Hera fue enviada a Eubea, Beocia, al cuidado de la ninfa Macris. Zeus se fijó en ella, y urdió una estratagema para acercársele; se disfrazó de cuclillo, y cuando Hera le ofreció cobijo para resguardarle de la lluvia, que él mismo había producido, se aprovechó para huir con ella y refugiarse en una cueva del monte Citerón. Su nodriza Macris, llegó en busca de ella, pero fue persuadida de que se alejase por Citerón (es decir, la divinidad tutelar de aquella montaña), el cual le aseguró que Zeus se hallaba gozando con Leto, hija de los titanes Ceo y Febe. Después, Zeus y Hera huyeron en secreto, primero al monte Ida, luego a Eubea, y después a Samos. De sus relaciones tuvieron un hijo: Ares. Finalmente, Hera abandonó a Zeus y éste decidió conseguir alguna otra esposa.

CUESTIÓN 22.

Dione

Una vez derrotado Crono, Zeus tenía dos importantes asuntos que realizar: buscarse una esposa y establecer sus relaciones con la humanidad. Estando en esto, Zeus llegó a Chipre y se enamoró de Dione, hija de Océano y Tetis. Nereo se presentó ante ellos trayendo consigo a Afrodita, a la cual él había criado y llevado allí desde Citera, donde la encontró después de haber nacido de la espuma del mar que se formó cuando cayeron en él los genitales de Urano, castrado por Crono. Nereo convirtió a Afrodita en la espuma generatriz (aphros) de la que fue formada la diosa, y diósela a beber a Dione. Así, cuando Zeus y Dione yacieron en el lecho de amor, ella procreó a Afrodita, la cual pasó entonces a ser hija de Zeus.

CUESTIÓN 23.

Zeus y Metis

La siguiente consorte de Zeus fue otra de las oceánides, Metis (sabiduría, buen consejo), quien quedó encinta muy pronto. Pero Gea le advirtió a Zeus que ésta era una unión peligrosa, porque Metis estaba destinada a dar a luz, primero a una hija, Atenea, y luego a un hijo muy poderoso que habría de gobernar a los dioses. Por lo tanto, Zeus, persuadiendo a Metis para que le mostrara sus poderes sobrenaturales, la invitó a transformarse en leona, y así lo hizo ella; entonces le preguntó si podría también convertirse en gota de agua, y de esta manera se la tragó.

CUESTIÓN 24.

Horas y Moiras

La siguiente esposa de Zeus fue Temis, la titana. Su descendencia fueron las Estaciones (Horas), que alegraron el afligido corazón de Zeus por haberse tragado a Metis, y las Moiras, más conocidas con el nombre romano de parcas (Paricae, del verbo parere, parir; es decir, los espíritus protectores del nacimiento).

Las Horas personifican las estaciones anuales (primavera, verano e invierno). En número de tres, Eunomía, Dique e Irene, es decir, Buen Gobierno, Justicia y Paz, su misión era proteger las cosechas de los hombres mortales. En el Olimpo hacían funciones de guardianas de las puertas y también servían a Helio, el Sol, unciendo sus caballos al carro dorado antes de que parta a recorrer su curso diario. Además acompañaban Afrodita, en calidad de sus asistentas, y eran deleites para mortales e inmortales.

A las Moiras ("las repartidoras") Zeus les otorgó una mayor distinción. Eran tres viejas hilanderas llamadas Cloto (la Hilandera; que corta el hilo y canta o hila lo pasado), Láquesis (la Distribuidora de Suertes; que sostiene el huso y canta o hila lo presente) y Átropo (la Inflexible; que estira el hilo y canta o hila lo futuro). El hilo que las Moiras hilan es, o lleva, es destino de cada individuo, y cuando aquél se rompe, una vida toca a su fin.

CUESTIÓN 25.

Las Cárites

A continuación Zeus se casó con la oceánide Eurínome. Sus hijas fueron las Cárites, más familiares según la traducción latina de su nombre, Gratiae (gracias). Sus nombres eran Áglae ("resplandor"), Eufrósine ("placer y alegría") y Talía ("la que lleva flores"). Personificaban el encanto, la alegría y la belleza, en todos los órdenes físicos y espirituales. Son bastante corrientes en el arte, donde sus tres figuras bellas y virginales, con ropaje o enteramente desnudas, constituyen un tema predilecto. Las cárites presidían los banquetes, las danzas y todos los demás acontecimientos placenteros, y proporcionan alegría y buena voluntad tanto a dioses como a mortales. Junto con las musas cantaban a los dioses en el Olimpo y danzaban al ritmo de la música que Apolo, hijo de Zeus, interpretaba en su lira. Eran especial compañía de Afrodita, a la cual bañaban y ungían.

CUESTIÓN 26.

Perséfone

Zeus también tuvo amores con su hermana Deméter en Enna o Henna de Sicilia; de esta unión nació la hermosa Coré ("la virgen"), conocida también como Perséfone. Deméter la llevó a Lebadea, Beocia, donde Coré pasó su juventud; se hallaba jugando un día con la ninfa local Hércina. Esta última, casualmente dejó escapar un ganso al que quería mucho, y Coré lo encontró escondido en una cueva, bajo una piedra. Al levantar la piedra para rescatar el ganso, surgió un río, al que le fue dado el nombre de Hércina, en recuerdo de la compañera de juegos de Coré. Pero Perséfone fue creciendo, despertando el interés de Zeus y Poseidón, por lo cual Deméter, para protegerla, la llevó de nuevo a Sicilia.

CUESTIÓN 27.

Las Musas

Después, la esposa siguiente fue Mnemoside (la Memoria), una de las titanas. De ella nacieron las nueve hermosas Musas, divinidades protectoras de las artes, especialmente poesía, filosofía y música; los romanos las identificaron con el nombre de camenas ("Cantoras"). Cada una de las musas inspiraba una sección especial de las artes y de las ciencias. Calíope es la musa de la poesía épica, y es célebre por ser la madre del músico Orfeo; Clío es la musa de la historia o del arte de tañer la lira; Euterpe, de la poesía lírica; Melpómene, de la tragedia; Terpsícore, de tocar la flauta o de la danza; Érato, de la poesía amorosa; Polimnia, de la pantomima o de la poesía sagrada; Talía, de la comedia; Urania, de la astronomía, que tuvo de Apolo al célebre músico Lino. Las musas se establecieron en el distrito de Pieria, cerca del monte Olimpo, y se convirtieron en las constantes compañeras de Apolo. Todas eran divinas cantoras y su coro deleitaba a Zeus y a los inmortales en el Olimpo.

CUESTIÓN 28.

Asteria y Hécate

Zeus se enamoró de Asteria, hija de los titanes Ceo y Febe, y la seguía a todos lados con lascivas intenciones; pero Asteria recientemente le había dado una hija a su amante Perses hijo del titán Crío y de Euribia, hija de Ponto y Gea, y no quiso saber nada de Zeus. Finalmente Asteria asumió la apariencia de una codorniz, y en esa forma se zambulló al mar para escapar a la persecución amorosa de Zeus. Burlado de esta manera, Zeus desistió de su empeño, y Asteria quedó convertida en la isla flotante de Delos. La hija fue encargada al cuidado de Hera, la cual le puso el nombre de Angelo ("Mensajera"; anteriormente no tenía nombre). Pero Angelo robó el perfume de su madre adoptiva. Hera la persiguió para castigarla, Angelo se refugió en dos lugares impuros, uno a causa de un parto y otro a causa de una muerte. Esto la salvó de nuevas persecuciones de parte de alguna divinidad celestial, y por ello Hera renunció a perseguirla y encargó a los cabiros, una especie de genios divinos, que purificasen a Angelo. Los cabiros la llevaron a las orillas del Aqueronte, y de este modo se convirtió en la diosa infernal Hécate.

CUESTIÓN 29.

Artemisa y Apolo

A continuación Zeus tuvo romances con Leto (o Latona), la titana, hermana de Asteria, y concibió dos hijos mellizos: Artemisa y Apolo. Por temor de los celos de Hera (que todo ese tiempo había acosado a Zeus por sus varias amantes), Zeus desterró a Leto cuando estaba a punto de traer a sus hijos al mundo. Ante la posible venganza de Hera, la cual había enviado a su hijo Ares y a su sierva Iris a prevenir a todo el mundo para que no recibieran a su rival, ninguno de los muchos países que Leto visitó cuando sintió que se acercaba el momento de dar a luz quiso acogerla; además Hera decretó que Leto no diera a luz a sus hijos en ningún lugar donde brillara el sol; por último, envió a Pitón, el dragón hembra de Delfos, hija de Gea y nacida del barro que quedó en la tierra después del diluvio, para que persiga a Leto y le impida dar a luz.

Para evadir al monstruo y a Hera, Leto fue en figura de loba al país de los hiperbóreos (por ello sólo hay doce días en el año en los cuales las lobas paren a sus crías, siendo éste el tiempo que tardó Leto en efectuar su viaje). Finalmente, Leto llegó a Ortigia, en la isla rocosa e inhóspita de Delos, donde fue recibida; allí había una sola palmera, bajo la cual Leto esperó nueve días con sus noches el parto. Pero Hera retuvo a Ilitía para que no asistiese a Leto y por eso se retrasaba el alumbramiento. Finalmente, ante los ruegos de todas las diosas, Hera dejó que Ilitía permita el parto de Leto, y así nacieron sanos y salvos los dos gemelos. Poseidón eludió el decreto de Hera sujetando la isla con cuatro grandes columnas surgidas del fondo del mar, ya que en aquellos tiempos flotaba y no estaba fija en ningún lugar, y la cubrió con sus olas, de suerte que sobre ella no pudiera brillar el sol y también la proteja del asedio de Pitón. Artemisa nació primero y enseguida corrió a prestar a Leto ayuda en el parto de su hermano, asegurando de este modo la feliz llegada de su hermano Apolo. Al nacer éste, unos cisnes dieron siete vueltas alrededor de la isla; desde entonces el cisne fue consagrado a Apolo.

Artemisa se formó la firme resolución de conservarse siempre virgen; al concedérselo Zeus, como gracia especial, la armó con el mismo arco y las flechas y puso a su servicio un séquito de sesenta ninfas, que debían tener la misma castidad que su dueña.

CUESTIÓN 30.

Pitón

Desde Delos, Apolo tenía destinado dirigirse a Delfos; así lo había previsto Zeus, que le envió a su nacimiento un carro tirado por cisnes para emprender el viaje. A los cuatro días, llegó a Delfos y decidió vengarse de Pitón, la cual tenía guardaba los secretos del arte adivinatorio, y habitaba la gruta de Pito, desde la cual devastaba toda Delfos. Buscando al monstruo, Apolo estaba yendo hacia Pito, su futura morada, donde la misma Pitón interceptó su camino y fue herida por las flechas del dios; Pitón huyó hacia el norte gravemente herida, perseguida por Apolo, quien al final logró darle muerte. Pitón fue enterrada bajo el punto central de Delfos, el llamado "ombligo" (ómphalos), centro también del mundo entero; la gruta donde el monstruo vivía estaba sobre el monte Parnaso y allí custodiaba su oráculo; Apolo exigió el oráculo para sí y desde entonces fue conocido como Apolo Pitio.

CUESTIÓN 31.

Ticio

Apolo mató a Pitón pero fue castigado por ello, ya que Pitón era hija de Gea. Hera envió entonces al gigante Ticio, otro hijo de Gea, para matar a Leto. El gigante persiguió a Leto hasta capturarla, y la llevó a un paraje apartado con intención de violarla. Pero Apolo sorprendió a Ticio justo en el momento preciso para apartarlo de su madre. Viéndose sorprendido, el gigante emprendió inmediatamente la fuga, pero una de las flechas de Apolo lo alcanzó y lo hirió haciéndole desde el monte Sípilo. Pero ya que Ticio era inmortal, fue castigado en el Tártaro a permanecer firmemente atado a una roca y no podía impedir que dos buitres, uno a cada lado, le desgarren el hígado, el asentamiento de los deseos impuros.

Sin embargo, debido al asesinato de Pitón, Apolo estaba obligado a ir a un exilio temporal y ser purificado; fue enviado a trabajar para el rey Laomedonte en el levantamiento de las murallas te Troya, castigo que compartiría con Poseidón, por haber éste intentado derrocar a Zeus.

CUESTIÓN 32.

Hermes y Apolo

Otro de los amores de Zeus fue una de las hijas del titán Atlante y de Pléyone, la oceánide. Esta pareja tuvo siete hermosas hijas, colectivamente denominadas Pléyades, cuyos nombres eran Maya, Táigete, Electra, Alcíone, Astérope, Celeno y Mérope. Zeus se enamoró de Maya y la visitó en secreto, al amparo de la noche, mientras Hera estaba durmiendo en el monte Cilene, de Arcadia; el fruto de ambos fue Hermes. El mismo día de su nacimiento, Hermes se libró de sus pañales, abandonó su cuna y salió de la cueva donde vivía su madre, Dirigiéndose a Pieria, robó cincuenta vacas de un rebaño que pertenecía a Apolo, dando una bebida narcotizante a los perros que las cuidaban. Apolo había dejado su rebaño sin vigilancia a causa de estar distraído por el amor del joven Himeneo, hijo de Magnes (éste dio su nombre a la región de Magnesia, y descendía de Argo (hijo de Frixo) y de Perimele, la hija de Admeto). Himeneo era un muchacho de extraordinaria hermosura, y Apolo lo admiraba tanto, que procuraba nunca hallarse muy lejos de la casa de Magnes.

Hermes hizo caminar las reses robadas hacia atrás, y él las seguía caminando también hacia atrás, calzando una especie de improvisadas raquetas para la nieve, formadas con ramitas trenzadas, para disimular aún más las huellas de sus pasos. Al pasar junto a una viña cerca de Pilos de Trifilia, se encontró con el anciano Bato (Charlatán), a quien prometió una ternera si no ofreciera contra él información alguna, y luego continuó con su camino hacia Pilos, donde sacrificó dos de las reses (lo que constituyó el primer sacrificio a los dioses). Mientras tanto, Apolo se encontró con Bato y éste le informó sobre el paradero de las reses. Una vez que Hermes hubo escondido los animales, cambió de forma y fue a poner a prueba a Bato, ofreciéndole una recompensa para que hablase. Al ver que aceptaba, entonces castigó al desleal anciano convirtiéndole en una roca. Regresando finalmente a Cilene, antes que amaneciese, junto a la entrada de su cueva, encontró una tortuga, de la que se apoderó enseguida y llevó al interior de la gruta, donde la mató y con las tripas de los bueyes que había sacrificado, convirtió su caparazón en la caja de resonancia de la primera lira que jamás existiera. Después de entonar una canción, arrebujóse en su cuna de nuevo.

Al día siguiente, Apolo, que había descubierto el escondite de su rebaño gracias a la pista del anciano viñador, llegó hecho una furia a quejarse de Hermes. Maya le enseñó al niño envuelto en pañales y le dijo que su acusación era imposible. Desconfiando de las suaves palabras de Hermes, que le aseguraba que era demasiado pequeño, incluso para saber lo que significaba la palabra vaca, le obligó a comparecer ante Zeus. Éste escuchó un discurso de consumado cinismo de parte de Hermes en su propia defensa, y le ordenó que devolviese el ganado. Hermes, que en un momento descuido acababa de robarle a Apolo el arco y el carcaj, consideró que era mejor obedecer, y pronto ablandó a su hermano mayor ofreciéndole la lira, la cual Apolo, la prefirió al ganado y olvidó su acusación. Zeus, a petición de Apolo, dio a Hermes las facultades de mercader y cambista y conductor de almas (psicopompo), salvo la elocuencia y la habilidad en el robo, que ya poseía. Otro trato hizo Hermes con Apolo mientras guardaba el rebaño e inventó la flauta; Apolo quiso tenerla también y a cambio le dio a Hermes su maravilloso cayado, el caduceo, una vara coronada con dos alas y entrelazada por dos serpientes; pero el astuto Hermes le pidió también a Apolo que le enseñara a adivinar el futuro. Viendo Zeus, la valía de Hermes, lo tomó a su servicio personal y lo nombró mensajero divino.

CUESTIÓN 33.

Zeus y Hera

Finalmente, Zeus decidió volver a buscar a Hera y se casó con ella; fue su esposa definitiva y se estableció con ella en el monte Olimpo. Además de Ares, quien había sido procreado de sus relaciones anteriores, la divina pareja tuvo dos hijas: Hebe, diosa de la juventud, e Ilitía, diosa de los nacimientos. Mujer celosa, Hera perseguía a menudo a las amantes y a los hijos de Zeus; nunca olvidó una injuria y era conocida por su naturaleza vengativa.

Hubo una pelea entre Zeus y Hera, que fue más terrible que las otras riñas. La reconciliación parecía imposible pues Hera estaba enfadada más que nunca y había escapado del Olimpo. Zeus trató de volver a conquistar su afecto y se le ocurrió una treta. Por lo tanto, en complicidad con el héroe beocio, Alalcomeneo, dijo que iba a casarse de nuevo. Cortaron un tronco de árbol, lo cubrieron con ornamentos de novia y le dieron el nombre de Dédalo (la Astutamente Realizada). Cuando este leño era paseado en procesión nupcial, Hera lo vio, y descendió rápidamente desde el lugar del monte Citerón (o en Eubea) donde se había escondido, seguida de todas las mujeres de Platea. Al interrumpir la procesión, se descubrió el ardid, y todo el asunto terminó en risas y buen humor, pero la falsa novia fue quemada.

CUESTIÓN 34.

Atenea

Pero llegó el momento en que Atenea, la hija inmortal de Metis, que se hubo de tragar Zeus, estaba a punto para ver la luz, lo que ocasionó que le sobrevinieran a Zeus unos terribles dolores de cabeza. Así, salió Atenea de la cabeza de su padre, que Hermes se encargó de abrir con un hacha. Ante esto, toda la creación se estremeció de horror, y el mismo sol se paró; porque la diosa estaba completamente armada, profiriendo su grito de guerra y blandiendo su lanza. Cuando Atenea depuso la armadura, el terror se desvaneció; y los primeros de los humanos que le rindieron honores fueron los hijos de Helio, Oquimo y Cércafo, los cuales le ofrecieron sacrificios desde la isla de Rodas siendo advertidos por su padre. Con la prisa no trajeron fuego, sin embargo la diosa complacióse en las buenas intenciones de ellos y les concedió habilidad en toda clase de artes, de suerte que las estatuas que hacían parecían estar vivas. Rápidamente Atenea se convirtió en la hija favorita de Zeus, y éste le confió el rayo, su arma principal.

Poco después de haber nacido, Atenea fue enviada a vivir con Tritón, hijo de Poseidón y Anfitrite, y solía practicar ejercicios militares con la hija de éste, Palas. Un día se pelearon, y cuando Palas estaba a punto de darle a Atenea con el arma que tenía en la mano, Zeus intervino en favor de su hija y extendió la Égida. Distraída así la atención de Palas, Atenea la mató, pero luego tuvo pena por la muerte de su compañera de juegos, y por ello hizo una imagen de Palas que cubrió con la Égida. Este fue el famoso Paladio, que cayó del cielo a la tierra de Troya en tiempos del reinado de Ilo, y sería el "talismán" de la ciudad hasta que los héroes Ulises y Diomedes lo robarían durante la guerra de Troya.

CUESTIÓN 35.

Hefesto

Hera se irritó grandemente a causa del nacimiento de Atenea, efectuado sin madre. Decidida a obrar ella misma un milagro semejante, fue al encuentro de la ninfa Cloris (la Flora romana, diosa de las flores y del tiempo primaveral, esposa de Céfiro y madre de la Primavera) y le contó sus cuitas. Cloris le dio cierta flor mágica de los campos de Olene, que Hera puso en medio de sus pechos, y al contacto de la cual quedó embarazada. A su debido tiempo dio a luz a Hefesto, sin padre. Sin embargo, Hefesto, además de haber nacido cojo, tenía una apariencia grotesca y desgarbada. Hera sintióse muy avergonzada por su hijo deforme y tenía la intención de expulsarle del cielo; desquitó su cólera ensañándose contra Heracles, el hijo mortal de Zeus, pese a que éste se lo había advertido.

Como Hera perseveró en su rencor, Zeus la ató de pies y manos y la suspendió en el Olimpo con un yunque colgado de cada pie. Ningún dios tenía permiso de liberarla. Hefesto, no obstante, lo intentó, pero sufrió el enfado de Zeus, que lo arrojó desde el Olimpo por haberle desafiado. Así, Hefesto, después de estar cayendo todo el día, fue a parar a Lemnos, donde fue acogido por la titana Tetis y Eurínome, hija de Océano, y vivió con ellas nueve años en el país de los sintios, como se hacían llamar los nativos; en agradecimiento forjó para sus divinas benefactoras joyas sin cuento. Pasados los nueve años, Hefesto quiso vengarse de Zeus enviando un trono de oro como regalo al Olimpo, cuyo secreto era que quien se sentara en él quedaría preso por unas cadenas invisibles. Pero Hera se sentó y quedó atada, y como ninguno de los dioses pudo liberarla, tuvieron que llamar al propio Hefesto y convencerlo de que lo hiciera. Dionisio, por medio del vino, aplacó el enfado que Hefesto tenía hacia su madre Hera por haberle despreciado, y regresó triunfante al Olimpo montando un asno, tras lo cual la desató. Finalmente fue honrado entre los dioses y Zeus le dio a Hefesto por esposa a Afrodita, aunque él mismo y todos los dioses estaban enamorados de ella; aunque esta boda fue un castigo que Zeus le impuso a Afrodita por haberle despreciado. Pero el nuevo matrimonio le trajo a Hefesto más pesares que satisfacciones, cuando Afrodita se hizo amante de Ares.

Después, Hefesto se dedicó por entero a los oficios de herrería; como artesano de los dioses, les fabricaba estatuas que se movían por sí mismas, trípodes que tenían el mismo poder maravilloso, armaduras inmortales e impenetrables, y todo tipo de armas y joyas. Su fragua principal, no estaba en el Olimpo, sino bajo el monte Etna, volcán siciliano, y los cíclopes eran sus herreros, quienes se ocupaban de las tareas divinas, tales como la fabricación de los rayos para Zeus, fechas para Artemisa, o armas para algún héroe favorecido.

CUESTIÓN 36.

Zagreo

Deméter, celosa de la doncellez de su hija Perséfone, la escondió en una gruta de Sicilia. Entonces Zeus se transformó en serpiente y penetró en la cueva donde Perséfone se entretenía tejiendo un telar que representaba el cosmos. Así, fue concebido un niño maravilloso, Zagreo, que estaba destinado a suceder a Zeus como cuarta generación en el gobierno de los cielos. Incluso llegó a empuñar el rayo paterno y a sentarse en el trono. Pero siendo aún niño, la celosa Hera envió contra él a los titanes (a los cuales había rescatado del Tártaro) para que lo atacasen. Engañándole con juguetes de varias clases, incluyendo un espejo, consiguieron capturar a Zagreo, y luego lo despedazaron y devoraron, parte crudo y parte cocido. Sin embargo, Atenea consiguió salvar su corazón y lo entregó a Zeus, el cual se lo comió para engendrar un nuevo hijo, Dionisio, en esta ocasión en Sémele, una princesa mortal.

Después, Zeus castigó a los titanes con sus rayos y los destruyó; de sus cenizas surgiría la raza humana, la cual, por lo tanto, tendría una parte divina, el alma, que derivaba de la divinidad de Zagreo, cuyos restos se mezclaron con los de los titanes, y una parte malvada, el cuerpo, debido a la maldad de los titanes nacidos de la tierra.

CUESTIÓN 37.

Prometeo

Los hijos del titán Jápeto, Prometeo (que lo tuvo con Temis, la titana) y Epimeteo (cuya madre era Clímene, hija de Océano), recibieron el encargo de crear la primera civilización humana y de proveerle a ellos y a los animales los recursos necesarios para sobrevivir. Epimeteo ("reflexión tardía"), muy torpemente, le rogó a su hermano que le deje hacerlo, y procedió en consecuencia a conceder a los diferentes animales atributos como el valor, la fuerza, la rapidez, además de plumas, piel y otros elementos protectores. Cuando llegó el momento de crear un ser que fuera superior a las demás criaturas, Epimeteo se dio cuenta de que había sido tan imprudente al distribuir los recursos que no le quedaba nada que conceder. Se vio forzado a pedir ayuda a su hermano, y Prometeo ("el que prevee") se hizo cargo de la tarea de la creación. Esto lo hizo en Panopeo, en la región de Beocia, donde mezcló arcilla con las cenizas de los titanes y procedió a darle forma a los hombres; para hacerlos superiores a los animales, les otorgó una forma más noble y les dio la facultad de caminar erguidos; cuando hubo terminado su obra, Atenea sopló aliento de vida sobre las imágenes de barro. Por lo tanto, lo cual es muy natural, Prometeo favorecía y defendía la obra de sus propias manos.

Habíase acordado que los hombres ofrecieran sacrificios a los dioses y compartieran con éstos la carne de las víctimas; suscitóse la cuestión de cuál había de ser la parte de los hombres y cuál la de los dioses. Prometeo fue llamado para que sirviera de mediador en el asunto. Mató un buey, lo cortó y separó los huesos de la carne y las vísceras; los huesos los envolvió en grasa y con la piel hizo de todo ello un hato; lo restante lo encerró dentro del estómago. Zeus, al invitársele a elegir, enseguida echó mano del paquete de grasa, de aspecto tan atractivo, y se puso furioso al ver que apenas contenía más que huesos. A partir de ese momento, sólo la grasa y los huesos se entregaron a los dioses en sacrificio; la buena comida quedaba para los mortales.

En represalia, Zeus sintió privó a la humanidad de su rayo, que les proporcionaba el fuego. Entonces Prometeo acudió en ayuda de los mortales; robó fuego del carro del Sol, y lo trajo a la tierra dentro de un tallo seco y hueco de una férula. También enseñó a la humanidad toda clase de artes y ciencias elevándola de este modo de su condición de salvajismo e ignorancia en la que pretendió mantenerla Zeus.

CUESTIÓN 38.

Pandora

El robo del fuego provocó contra Prometeo la ira de Zeus, cuyos designios, poco amistosos para con los hombres veíanse de tal modo frustrados. Ya tenía una razón decisiva para odiar a Prometeo, pues éste poseía el fatal secreto del casamiento de Tetis, hija de Nereo y Doride, la cual estaba destinada a dar a luz a un hijo tremendamente poderoso, que podría destronarle. Por lo tanto, Zeus tramó una venganza e hizo que fuera creada una mujer, la cual engañase a Prometeo y le acarrease la ruina. Hefesto le dio una bella figura y hermoso rostro, usando para ello arcilla húmeda, luego Atenea le infundió la vida y la vistió, las Cárites la cubrieron de joyas, las Horas la coronaron de flores, Afrodita le dio belleza y encanto, y finalmente Hermes la instruyó en toda suerte de seducciones y perfidias. Esta encantadora y fatal belleza fue llamada Pandora (Todos los dones).

Pandora fue enviada, no a Prometeo mismo, sino a su hermano Epimeteo, quien fue más fácilmente engañado y la aceptó a pesar de las vivas advertencias de su hermano, quien sabía que no debía aceptarse ningún regalo procedente de Zeus. Epimeteo, no obstante, recibió a Pandora y le engendró una hija llamada Pirra. Pero Pandora llevaba consigo un jarro o caja que contenía toda clase de males y enfermedades; lo destapó por curiosidad y todo salió volando, quedando en el fondo de la vasija únicamente la Esperanza; ésta no pudo escapar porque Pandora cerró rápidamente la tapa de nuevo.

Ahora Zeus envió una carga de juventud a la humanidad, la cual puso toda sobre el lomo de un asno. Éste, al tener sed, fue a beber a una fuente, pero encontró que allí había una serpiente. La serpiente le pidió, como precio por el agua, la carga que llevaba, y el asno consintió en ello; desde allí en lo sucesivo, la serpiente pudo desprenderse de su piel y volver a ser joven, mientras que el hombre envejece inevitablemente.

CUESTIÓN 39.

Foroneo

Foroneo fue rey más antiguo del Peloponeso, hijo del río Ínaco y de la ninfa Melia. Reunió y civilizó a los habitantes del país, hasta entonces salvajes y errantes; fue el primer hombre que descubrió el fuego después que lo había robado Prometeo, y les enseñó el modo utilizarlo; introdujo el culto a Hera y fue el primer hombre en construir una ciudad, Foronea. Debido a sus virtudes, Zeus le permitió a Foroneo gobernar sobre otros humanos. Durante su reinado, Hermes enseñó a los hombres las distintas lenguas, pues hasta entonces todos hablaban una lengua común. Eris, la discordia, aprovechó esto para asentarse entre los mortales, y dividirlos en distintas naciones. La humanidad empezó a multiplicarse sobre la tierra; los hombres se reunieron en ciudades para protegerse, pero al convivir surgieron una serie de problemas, disputas e injusticias entre unos y otros.

Foroneo se casó con la ninfa Laódice, con la que tuvo una hija, Niobe, y un hijo, Licaón. Un día que Zeus fue a visitar el reino de Foroneo, vio a Níobe y por primera vez sintió pasión hacia una mortal. El dios la hizo su amante, y con ella tuvo a Pelasgo y a Argos. A la muerte de Foroneo, los hermanos se distribuyeron el reino de su padre; Argos dio su nombre a la ciudad de Foronea, y Pelasgo, abandonó la región y recorrió el mundo; así se convirtió en el antepasado de los habitantes más primitivos de Grecia, que de él heredaron el nombre.

CUESTIÓN 40.

Licaón

Prometeo se enamoró de la oceánide Clímene y tuvieron un hijo, Deucalión. Éste, cuando se hizo mayor, fue rey de Pitia en Tesalia; durante su gobierno, Zeus se irritó grandemente contra las iniquidades de los hombres de aquel tiempo, la raza del bronce. Finalmente, decidió otorgar una última oportunidad a la raza humana. En compañía de Hermes visitó Arcadia, disfrazado de simple mortal, y fue recibido por Licaón, que habíase convertido en rey de la región, quien le invitó a sentarse a su mesa. El perverso Licaón (que había perdido la razón desde que se enteró de que Zeus había sido amante de su hermana Níobe), degolló a su propio hijo y sirvió su carne en el banquete. Este hecho ofendió a Zeus, y Licaón fue convertido en lobo, así como su familia.

CUESTIÓN 41.

Deucalión y Pirra

Zeus entonces convocó el consejo de los dioses y les anunció su intención de destruir la humanidad con un gran diluvio por la maldad que allí había, para crear una nueva raza, más piadosa con las divinidades. Prometeo advirtió a su hijo Deucalión, el cual construyó una barca para él mismo y para Pirra, su mujer, hija de Epimeteo. Durante nueve días y nueve noches Zeus envió raudales de lluvia desde las nubes y, asistido por Poseidón, anegó todo el mundo desviando los ríos de sus cursos y elevando los mares. Cuando las aguas se retiraron, Deucalión y Pirra se encontraban sobre el monte Parnaso; tras salir del arca, ofrecieron un sacrificio a los dioses en el primer templo que encontraron. Allí, Gea les advirtió que arrojasen "los huesos de su madre" por encima del hombro; conjeturando que se trataba de las piedras de la Madre Tierra, siguieron el consejo, y a las piedras arrojadas se les adhirió el barro y el limo del diluvio, y adoptaron forma humana; las lanzadas por Deucalión convirtiéronse en hombres, y de las que arrojó Pirra salieron mujeres. Entonces Prometeo vino con una antorcha de fuego celestial y dio vida a las piedras arrojadas por la pareja.

CUESTIÓN 42.

Prometeo encadenado

El enojo de Zeus contra Prometeo se mantuvo, y tomó serias medidas para hacer que éste se sometiera. Hefesto, acompañado de Cratos y Bía (la fuerza y el Poder, hijos de Estige), llevaron a Prometeo a un pico desierto de las montañas del Cáucaso y allí le encadenaron a una peña. Durante el día le visitaba un águila (hecho especialmente por Hefesto), que desgarraba el hígado del encadenado; cada noche, el hígado volvía a regenerarse, haciendo que el tormento fuera interminable.

Así permanecería Prometeo en agonía durante largos períodos de tiempo. Finalmente reveló el secreto del descendiente que podría derrocar a Zeus: Tetis estaba destinada a dar un hijo más poderoso que su padre; Zeus sabía esto y corría peligro a causa de su propia descendencia, aunque ignoraba la identidad de la madre de aquel hijo fatal. Pero el secreto fue revelado y Tetis no se casó con Zeus, sino que fue desposada con Peleo, hijo de Eaco, quien, al ser mortal, no podía engendrar un hijo inmortal (este Peleo sería padre del célebre héroe Aquiles que participó en la guerra de Troya). Bajo la dirección de Zeus, su hijo Heracles pasó por aquella región del Cáucaso cuando andaba en busca de las manzanas de las Hespérides, hijas de la Estrella Vespertina, y liberó de sus cadenas a Prometeo, matando al águila que lo atormentaba.

Autor:

AllanAAA