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Bulimia: Revisión bibliográfica (página 2)


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LA IMPORTANCIA DE LA RELACION ODONTÓLOGO-PACIENTE

"Los padecimientos se delinean con aquello que domina en cada época. Las denominadas por la medicina "Enfermedades del siglo XXI o trastornos en la alimentación" son manifestaciones de nuestro tiempo. Son los "ropajes" con que ciertos posicionamientos subjetivos se presentan en la clínica… La apuesta es inferir la estructura en la que subyacen".(2)

La relación que se establezca desde la primera cita entre el odontólogo y el paciente puede determinar el éxito profesional del operador.

Cuando un individuo llega por primera vez a un consultorio odontológico el primer contacto que se establece con el entorno es el psicológico, y éste influirá significativamente sobre su estado de ansiedad, estrés, inseguridad, miedo, confianza o cualquier emoción que provoque sobre él la visita al odontólogo.

Es por ello que el operador debe inspirar confianza, profesionalismo, seguridad, comprensión y transmitir el interés y la voluntad de ayuda hacia el paciente. A su vez debe tener la capacidad de concientizar y educar a su paciente en relación a la importancia que tiene su sistema estomatológico y del mantenimiento de éste, promoviendo de esta manera la prevención de enfermedades. Para ello, el operador debe estar claro de cómo abordar a los diferentes tipos de pacientes que se pueden presentar en la consulta odontológica.

La psicología para el odontólogo es una herramienta fundamental en su trabajo diario, ya que tiene que lidiar con diversas enfermedades y con quien las padece, tratando de mejorar el sistema de vida para el paciente y la comodidad de ambos durante la consulta odontológica.

Tan importante como nuestros conocimientos clínicos, es el saber detectar en la primera visita características que nos develen aptitudes, conductas, rasgos de personalidad, emociones, etc., en el paciente que puedan ayudar o entorpecer el curso de nuestro diagnóstico y tratamiento.

Como se dijo anteriormente, el primer contacto que se establece entre el operador y el paciente es de naturaleza psicológica y desde este momento empieza nuestro diagnóstico sobre cualquier anomalía que se observe.

En el caso de un paciente bulímico, puede pasar desapercibido en cuanto a su aspecto físico, ya que no presenta ninguna característica que a simple vista lo identifique como tal; sin embargo, el operador debe estar alerta de rasgos de su comportamiento y personalidad como son: estados de depresión, timidez, desgano, estrés, baja autoestima, excesiva preocupación por hacer dietas, por hacer ejercicios físicos o simplemente miedo a engordar.

"Para el profesional, su herramienta para la aplicación de el método clínico es la historia clínica, que es la narración metódica, detallada de todos los datos que aporta el paciente durante el interrogatorio, el examen físico y exámenes complementarios realizados sirven de base para un juicio definitivo de la enfermedad que lo afecta".(4)

El hecho de que el paciente tenga conocimiento de su salud oral es importante, ya que la aplicación del tratamiento será mucho más fácil en un individuo que este consciente de los beneficios que pueda obtener.

El renglón de la historia clínica que se refiere al peso corporal es de mucha importancia ya que a través de el se puede diagnosticar algún desorden de tipo alimenticio.

Lesiones y ulceraciones a nivel de las mucosas de la boca, pueden ser factores indicativos de muchas patologías, entre ellas LA BULIMIA.

Si el paciente sufre de indigestión frecuente, esto puede estar relacionado con problemas gástricos o intestinales, úlceras pépticas, estrés y otros.

El vómito frecuente, suele ser el síntoma de numerosas situaciones clínicas como el embarazo, apendicitis, bulimia y puede conducir a situaciones graves. Los pacientes con vómitos excesivos pierden apreciables cantidades de líquidos e iones de hidrógeno, cloruro y potasio. El reflujo del vómito puede ocasionar alteraciones en la cavidad bucal, como descalcificaciones de los dientes, caries, ulceraciones de las mucosas, inflamaciones etc.. Los síntomas asociados a los vómitos son: la presencia de fiebre, pérdida de peso, ictericia, dolor toráxico y muchos otros factores que influirán en la apariencia física de un paciente con vómitos.

Hay que tomar en cuenta que algunos pacientes pueden ser anémicos congénitos por mala alimentación o fallas en el metabolismo, las cuales pueden tener manifestaciones bucales.

TRATAMIENTO PSICOLÓGICO Y FARMACOLÓGICO

El tratamiento psicológico será orientado hacia la terapia individual, grupal y familiar, este tratamiento no es específico sino que depende de cada caso en particular; lo más importante es proporcionar la ayuda lo más pronto posible para disminuir el número de consecuencias y la severidad de las mismas. Los hábitos alimenticios no deben ser el único foco terapéutico, aunque es muy importante la orientación nutricional por parte de un especialista. Debido a que esta enfermedad es multifactorial; se debe atacar el origen del problema y no sus consecuencias y debe hacerse un enfoque multidisciplinario donde se incluya al psicólogo, al nutricionista, al médico internista y al odontólogo.

En cuanto al tratamiento farmacológico, son una parte fundamental ya que ayudan al paciente a nivel sistémico; generalmente se indican antidepresivos y esteroides, los primeros reducen el apetito insaciable y los vómitos, y los segundos controlan las deficiencias de una sustancia la (cck), en el cerebro que es la encargada del manejo del mecanismo de la saciedad.(1)

TRATAMIENTO ODONTOLOGICO

La desmineralización dentaria no obedece a un patrón pre-establecido, sino que éste se basa en la pérdida de sustancia calcificada, frecuentemente, en la porción de la corona clínica donde anatómica e histológicamente existe menor cantidad de esmalte, es decir a nivel del tercio cervical de la misma.

El tratamiento será orientado de acuerdo a la severidad del caso.

1.- Aquellos pacientes que presenten al examen clínico esmalte poroso a nivel del tercio cervical de las coronas clínicas de los dientes, sin sensibilidad dentaria, cuyo esmalte muestra aspecto de tiza al secarse, serán tratados con aplicaciones tópicas de flúor periódicamente, con observación de la evolución de la lesión. Se recomienda así mismo el control de la dieta en interconsulta con el psicólogo tratante, para estar atentos a la recurrencia.

2.- En los pacientes con erosiones dentales que conformen cavidad, donde la pérdida del esmalte y dentina provocan sensibilidad dental a cambios de temperatura, fricción y otros, el tratamiento dependerá de la profundidad de la lesión. De acuerdo a esto podríamos clasificar el tratamiento de lesiones cavitadas en:

2.1.- Lesiones poco profundas:

Se restauran con cemento de vidrio ionomérico tipo II.

2.2.- Lesiones medianamente profundas con sensibilidad:

Se colocará hidróxido de calcio en forma de pasta de fraguado rápido o fotocurado y cemento de vidrio ionomérico tipo II.

2.3.- Lesiones profundas:

El tratamiento recomendado es colocar hidróxido de calcio, cemento de vidrio ionomérico tipo I y luego se restaura la lesión con resinas compuestas. También existe la alternativa de colocar el hidróxido de calcio y si la conformación de la cavidad lo permite colocar cemento de vidrio ionomérico tipo II.

 3.- Los casos crónicos y severos a nivel odontológico, serán aquellos que presentan manifestaciones dentales excesivas, incluyendo pérdida del esmalte, dentina, sensibilidad dentaria, patología pulpar y daño estético considerable. En estos casos conviene realizar el tratamiento en el menor número de citas posibles, para disminuir la carga ansiosa del paciente.

Como generalmente hay pérdida de la estética, el paciente al recobrar la misma en las primeras citas refleja un restablecimiento de su autoestima y por tanto, aumenta su nivel de colaboración al tratamiento.

Una vez realizada la terapia de conductos (en los casos que lo ameriten), las restauraciones de elección pueden ir desde una resina fotocurada, hasta la rehabilitación protésica a base de carillas y/o coronas.

Es muy importante que en la consulta, durante la anamnesis y el examen clínico, el odontólogo pueda percatarse de síntomas característicos, para así poder diagnosticar un cuadro de bulimia y de esta manera, poder orientar al paciente hacia la búsqueda de la ayuda psicológica necesaria.

DIAGNOSTICOS DIFERENCIALES

Embarazo

Ulceras pépticas

Anemia congénita

Fallas metabólicas(3)

CONCLUSIONES

El odontólogo representa un factor importante en la detección de esta enfermedad, la mayoría de las veces ocultada por los pacientes. El profesional de la odontología debe tener conocimiento acerca de las enfermedades de este tipo, para que, basado en los signos y síntomas que éstas presentan, poder llegar a un diagnóstico certero de las mismas, lo que permite así, dar el tratamiento adecuado en cada una de sus facetas, psicológica y farmacológica, para luego proceder a la parte restauradora de la cavidad bucal. La detección de esta enfermedad y de muchas otras que los pacientes por vergüenza generalmente ocultan, a través de un buen examen clínico y de la observación de la conducta del paciente, puede llegar, en muchos casos, no solamente a ayudarlos a resolver sus problemas, sino hasta salvarles la vida.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. Martín, Joseph; Harrison. Principios de medicina interna. Editorial McGraw-Hill. Interamericana de España. 13ª Edición. Madrid, España. 1994.

2. Heiker, Marcelo; Miller Celina. Anorexia-Bulimia: Deseo de nada. Editorial: Paidos Psicología Profunda capítulo 5 pp 96-97.

3. Kaplan, Harold I; Sadock, Benjamín J.Tratado de Psiquiatría-VI. Volumen II. Editorial Interamericana. 6ta Edición. Capítulo 22 (Trastornos de la alimentación).

4. Lamura A, Angela y Graciela. El interrogatorio y anamnesis.

BIBLIOGRAFIA COMPLEMENTARIA

– Dérot, Maurice. Las enfermedades de la nutrición. Ediciones Oikos-tau S.A. Vilasar de Mar-Barcelona, España.

– Nueva encyclopedia Larousse. Tomo 5 pag. 4712. Editorial Planeta.

Revista de la Asociación de Odontólogos de Argentina. 1990, 78(2): 117-9

– Pope GH Jr, Hudson JI, Yurgelun. Todd D. Prevalence of Anorexia Nervosa and Bulimia in three student populations, Int J Eat Disord. 1984.

– Levine Michael, PH.D. and Maine Margo, PH.D. 1998. Eating Disorders awareness and Prevention, Inc. (EDAP). Junio 2000. http://www.bulimia.com (http://www.bulimia.com/basic%20facts.htm )

Alessandra Alvarado Maso; Marisabel Cedillo Ayala; Gisell Rivas Z; Teresa Mora.

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